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EL SANTO
ROSARIO
¿Qué es el Rosario?
Hasta ahora se ha considerado como la mejor definición del Rosario, la que dio el
Sumo Pontífice San Pío V en su "Bula" de 1569:
1
El Rosario está compuesto por dos elementos: oración mental y oración verbal. La
primera consiste en la meditación de los cuatro misterios. La oración verbal
consiste en recitar las veinte decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave
María encabezadas por un Padre Nuestro.
Es una oración simple, humilde como María y que podemos rezar con ella. Con el
Ave María la invitamos a que rece por nosotros. Al unir su oración a la nuestra,
esta se hace más poderosa porque la Virgen siempre recibe lo que ella pide.
Por otro lado, en cada una de sus apariciones, nos invita a rezar el Rosario como
un arma poderosa en contra del maligno, para traernos la verdadera paz.
¿Cómo y cuándo nació esta devoción?
El Rezo del Santo Rosario ha tardado mucho en formarse tal y como ahora lo
conocemos. No fue ideado en un momento concreto, sino que es fruto de una
larga evolución. 2
De hecho, siglos antes de este Santo fundador, los monjes recitaban de manera
regular todo el Salterio (la colección de 150 Salmos de la Sagrada Escritura). Pero
sucedía que los hermanos legos que formaban parte de las comunidades
monacales eran analfabetos y no podían leer los Salmos. Para ellos se ideó una
forma de oración que pudiera ser fácilmente memorizable.
La primera oración que se escogió para repetir unas 50 o 100 veces, dependiendo
de las circunstancias, fue el Padre Nuestro.
Dado que la mística renana fue también sospechosa de herejía, surgió hacia 1380
otra corriente espiritual: laDevotio Moderna, que proponía, básicamente, una
oración sencilla y metódica y la meditación de los pasajes del Evangelio. En este
contexto encajaba muy bien el sencillo y metódico rezo del Salterio de María. Pues
bien, es entonces cuando en ciertas abadías cartujas de la zona renana, se van a
añadir al final de cada Salutación del Ángel una coletilla que ayude al orante a
meditar un pasaje de la vida de Jesús. Por ejemplo: «… y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús, que nació en Belén». O «… que murió en la Cruz». Y, así, se va
extendiendo la costumbre de añadir a cada una de las 150 Salutaciones una
terminación diferente sobre Jesús. Hubo diversos modos de hacerlo.
Hay cuatro factores que contribuyeron al éxito de esta oración: es muy sencilla,
se puede rezar individual o comunitariamente, anima a meditar los Evangelios y
ayuda a pedir correctamente lo que necesitamos. Gracias a esto último, la Iglesia
cree que el rezo del Rosario contribuyó a que sucedieran muchas acciones
milagrosas, como curaciones, conversiones, la liberación de ciudades sitiadas o el
apaciguamiento de fenómenos naturales como terremotos, tempestades,
erupciones volcánicas o tsunamis.
Además, san Pío V fijó el modo de rezar el Rosario. Éste va a constar de tres grupos
de 5 misterios. Los primeros son los gozosos que invitan a meditar los pasajes más
importantes de la infancia de Jesús. Después están los misterios dolorosos, sobre
la pasión de nuestro Señor. Y por último están los misterios gloriosos, en los que
se medita la resurrección del Señor y otros acontecimientos posteriores. En cada
misterio se rezan un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria mientras se medita
un pasaje de la vida de Jesús o de María. Básicamente, es una oración en la que
se repite rítmicamente el Avemaría. Esto nos ayuda a «sintonizar» nuestro
corazón con el corazón de la Virgen, para que ella nos conduzca hacia su Hijo.
El Rosario Perpetuo
Durante los siglos XVII y XVIII se difundió mucho el rezo del Rosario entre el
pueblo fiel. En 1629 el dominico fray Timoteo Ricci (1579-1643) creó el Rosario
Perpetuo. Para ello repartió 8.760 tarjetas (correspondientes a las 8.760 horas
que tiene un año solar), para que en cada hora del año hubiese alguien rezando
los quince misterios del Rosario. Fue tan bien acogido que en algunas ciudades
tuvieron que repartirse varios grupos de tarjetas, porque los solicitantes
sobrepasaban con mucho el número de 8.760. Con el apoyo de los Papas, el
Rosario Perpetuo fue difundido por Europa y las tierras de misión.
Tras la Revolución Francesa (1789) y las siguientes revoluciones liberales del siglo 9
XIX, la Iglesia sufrió un cataclismo: perdió su influencia pública, le arrebataron sus
posesiones y, sobre todo, intentaron desplazarla como referente moral ante la
sociedad. Valores tan evangélicos como la libertad, la fraternidad y la igualdad
fueron asumidos por los revolucionarios, y el marxismo acusó a la Iglesia de ser el
«opio del pueblo». Como consecuencia de este ambiente anticlerical, las Órdenes
religiosas fueron expulsadas y se pusieron muchas trabas a los sacerdotes.
Rosario Viviente
Misterios luminosos
Y así llegamos al siglo XXI. Es tanto lo que la sociedad está cambiando, que la
Iglesia ha de modernizar el culto mariano para hacerlo asequible a la persona
actual. En este sentido, el Papa san Juan Pablo II (1920-2005) además de promover
mucho el rezo del Rosario, introdujo cinco nuevos misterios: los luminosos, que
versan sobre la vida pública de Jesús.
Pero queda aún mucho por hacer para difundir en la sociedad esta importante
oración, sobre todo entre los jóvenes. ¿Hay que explicarla mejor?: sin duda. ¿Hay
que introducir en ella algunos cambios?: probablemente, pero con mucho
cuidado, no vaya a ser peor el remedio…
Promesas de Nuestra Señora del Rosario,
según los escritos del Beato Alano.
1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me 12
pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que
devotamente recen mi Rosario.
3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los
pecados y abate las herejías.
4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la
misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del
mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y
eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios,
no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se
convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso
será admitido a la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la
plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos
tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados
de la corte celestial.
14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi
Unigénito Jesús.
15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de
gloria.
¿Puedo ganar indulgencias si rezo el Rosario?
Sobre los rosarios bendecidos, el Papa Pablo VI estableció que "el fiel que emplea
con devoción un objeto de piedad (crucifijo, cruz, Rosario, escapulario o medalla),
bendecido debidamente por cualquier sacerdote, gana una indulgencia parcial".
Además, "si hubiese sido bendecido por el Sumo Pontífice o por cualquier Obispo,
el fiel, empleando devotamente dicho objeto, puede ganar también una
indulgencia plenaria en la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, añadiendo
alguna fórmula legítima de profesión de fe".
Los misterios del Rosario
Misterios Gozosos (lunes y sábado)
La Anunciación O La Encarnación del Hijo de Dios.
La Visitación de nuestra Señora a su prima Santa Isabel. 14
El Nacimiento de Jesús en el portal de Belén.
La Presentación de Jesús en el Templo.
El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.
“Llena de gracia, el Señor es contigo”: Las dos palabras del saludo del ángel se
aclaran mutuamente. María es la llena de gracia porque el Señor está con ella. La
gracia de la que está colmada es la presencia de Aquel que es la fuente de toda
gracia.
“Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros...”. Con Isabel, nos
maravillamos y decimos: “¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?”.
Porque nos da a Jesús su hijo, María es Madre de Dios y Madre nuestra; podemos
confiarle todos nuestros cuidados y nuestras peticiones. Confiándonos a su
oración, nos abandonamos con ella en la voluntad de Dios: “Hágase tu voluntad”.
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-Señal de la cruz
Rezamos un Padrenuestro
Rezamos 3 Avemarías
Rezamos el Gloria
Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la misericordia,
Madre de la divina gracia,
Madre de la esperanza,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
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Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los migrantes,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
-Posteriormente se realiza una oración por las intenciones del Papa (un
Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria), una Salve y se concluye con la jaculatoria
final que cierra el Rosario: "Ave María Purísima. Sin pecado concebida".
¿Qué dice la Virgen María sobre el Rosario?
La principal referencia de la Virgen María sobre el rezo del Santo Rosario tuvo
lugar durante las Apariciones en Fátima. Ya desde la primera visita, el 13 de mayo
de 1917, la Virgen reveló el poder que guardaba esta clásica plegaria. En aquella 21
ocasión la joven Lucía preguntó si ella y Jacinta irían al cielo. La Virgen les dijo que
sí, pero cuando preguntó por Francisco, la Madre de Dios contestó: "Irá, pero
tiene que rezar antes muchos rosarios". En esa primera aparición la Virgen
también indicaría a los niños: "Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la
paz del mundo y el fin de la guerra".
Santa Teresa de Jesús: "En el Rosario he hallado los atractivos más dulces, más
suaves, más eficaces y más poderosos para unirme con Dios".
San José de Calasanz: "Os dejo como mi testamento el rezo del santo Rosario
todos los días".
San Juan Bosco: "Tan necesario como es el pan para el cuerpo, así lo es el Santo
Rosario para la salud del alma".
Entre los Papas más recientes que han hablado sobre el Rosario se encuentra San
Juan Pablo II: "el Rosario es una oración apreciada por numerosos santos y
fomentada por el Magisterio. Sigue siendo también en este Tercer Milenio una
oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad”.
El Papa Francisco también ha tenido palabras de aprecio al rezo del Santo Rosario
durante su pontificado. "He pensado proponerles a todos que redescubramos la
belleza de rezar el Rosario en casa (…). Hay un secreto para hacerlo: la sencillez;
y es fácil encontrar, incluso en internet, buenos esquemas de oración para seguir",
animó en una ocasión.
Anexos: Oraciones
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La señal de la cruz
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Amén.
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío.
Por ser Tú quién eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, 25
me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa que puedes
castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere
impuesta. Amén.
Señor, ábreme los labios.
Y mi boca proclamará tu alabanza.
Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a
nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y
líbranos del mal. Amén.
Avemaría
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita Tú eres
entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora
de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
María, Madre de gracia
María, Madre de gracia, Madre de misericordia.
Defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra 26
muerte.
\ Amén.
Oh, Jesús Mío
Oh Jesús mío, perdónanos. Líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las
almas al cielo, especialmente a las más necesitadas.
Salve a la Virgen
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve. A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos,
gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada
nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh
piadosa, oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias
de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
LOS MISTERIOS DEL ROSARIO CON TEXTOS BÍBLICOS
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MISTERIOS GOZOSOS (lunes y sábados)
3. El Nacimiento de Jesús
“En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se
realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino
gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía
a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la 27
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ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras
se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo
primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para
ellos en el albergue.
En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la
noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con
su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: «No teman, porque les traigo
una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha
nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a
un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Y junto con el
Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él”. (Lc 2, 1-14).
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y
esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no
moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo,
y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la
Ley, Ángel lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:
«Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido,
porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz
para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de
bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para
muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el
corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos».
Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer
ya entrada en años, que, casa en su juventud, había vivido siete años con su marido.
Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba
del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese
mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que
esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de
Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de
Dios estaba con él”. (Lc 2, 22-40). 29
El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas
en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de Dios y
de los hombres.”. (cf. Lc 2, 41-52).
1. La oración en Getsemaní
“En seguida Jesús salió y fue como de costumbre al monte de los Olivos, seguido de sus
discípulos. Cuando llegaron, les dijo: «Oren, para no caer en la tentación». Después se
alejó de ellos, más o menos a la distancia de un tiro de piedra, y puesto de rodillas, oraba:
«Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”. (Lc
22, 39-42).
2. La Flagelación de Jesús
“Después algunos comenzaron a escupirlo y, tapándole el rostro, lo golpeaban, mientras le
decían: «¡Profetiza!». Y también los servidores le daban bofetadas.” (Mc 14, 65). “Pilato
mandó entonces azotar a Jesús”. (Jn 19, 1).
3. La coronación de espinas
“Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo
revistieron con un manto rojo, y acercándose, le decían: «¡Salud, rey de los judíos!», y lo
abofeteaban”. (Jn 19, 2-3).
Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las dividieron en
cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como no tenía costura,
porque estaba hecha de una sola pieza de arriba abajo, se dijeron entre sí: «No la
rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién le toca.» Así se cumplió la Escritura que
dice: Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica. Esto fue lo que hicieron los
soldados.
Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera
hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed. Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon
en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Después de
beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo se ha cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su
espíritu”. (Jn. 19, 18-30).
MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo)
4. La Asunción de María
“porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las
generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo!” (Lc 1, 48-49).
Entonces se libró una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron contra el
Dragón, y este contraatacó con sus ángeles, pero fueron vencidos y expulsados del cielo. Y
así fue precipitado el enorme Dragón, la antigua Serpiente, llamada Diablo o Satanás, y el
seductor del mundo entero fue arrojado sobre la tierra con todos sus ángeles” (Ap 12, 1,
9).
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MISTERIOS LUMINOSOS (jueves)
1. El Bautismo de Jesús
“Entonces Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado
por él. Juan se resistía, diciéndole: «Soy yo el que tiene necesidad de ser bautizado por ti,
¡y eres tú el que viene a mi encuentro!». Pero Jesús le respondió: «Ahora déjame hacer
esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo». Y Juan se lo permitió.
Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos, y vio al
Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él. Y se oyó una voz del cielo
que decía: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección” (Mt
3, 13-17).
5. La Eucaristía
“…El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía». De la
misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza
que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memora mía». Y así,
siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta
que él vuelva”. (1 Cor 11, 23-26).
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