1. No se tome usted tan en serio. Usted no tiene la
última palabra. El Señor está en el trono y él puede dirigir a su Iglesia. Relájese y disfrute de su salvación aún en la Junta. 2. No sea insistente en su punto de vista. El futuro se encargará de demostrar quien tenía la razón. 3. No considere a la Junta como el lugar que se puede decir todo lo que quiera. Es allí donde debe aplicar el principio de consideración y respeto. 4. Hable con calma y sin alusiones personales. 5. Sujétese al tema que se está tratando y no se pierda del objetivo. 6. No interrumpa a alguien que está hablando. Las interrupciones precipitadas promueven las discusiones en vez del diálogo. 7. Conserve esta oración en su corazón: “Señor, que en esta reunión se haga tu voluntad, no la mía”. 8. Sea optimista, tenga fe en Dios. 9. Procure que las Juntas sean reuniones de agradable camaradería. Desarrolle allí las tres grandes virtudes: La fe, la esperanza y sobre todo el amor. 10. Si se ha discutido un asunto difícil y no se llega a un buen curso de acción, lo mejor es dejar pendiente para orar por él y considerarlo posteriormente. 11. Aplique el principio de Unanimidad. COMO SER CRISTIANO EN LA JUNTA DE IGLESIA
1. No se tome usted tan en serio. Usted no tiene la
última palabra. El Señor está en el trono y él puede dirigir a su Iglesia. Relájese y disfrute de su salvación aún en la Junta. 2. No sea insistente en su punto de vista. El futuro se encargará de demostrar quien tenía la razón. 3. No considere a la Junta como el lugar que se puede decir todo lo que quiera. Es allí donde debe aplicar el principio de consideración y respeto. 4. Hable con calma y sin alusiones personales. 5. Sujétese al tema que se está tratando y no se pierda del objetivo. 6. No interrumpa a alguien que está hablando. Las interrupciones precipitadas promueven las discusiones en vez del diálogo. 7. Conserve esta oración en su corazón: “Señor, que en esta reunión se haga tu voluntad, no la mía”. 8. Sea optimista, tenga fe en Dios. 9. Procure que las Juntas sean reuniones de agradable camaradería. Desarrolle allí las tres grandes virtudes: La fe, la esperanza y sobre todo el amor. 10. Si se ha discutido un asunto difícil y no se llega a un buen curso de acción, lo mejor es dejar pendiente para orar por él y considerarlo posteriormente. 11. Aplique el principio de Unanimidad.