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Épica y novela
Según Georg Lukács, autor de Teoría de la novela, “sólo los poemas homéricos son épicos
en sentido estricto”. En ellos las divinidades que gobiernan el mundo y rigen los destinos
humanos se ponen cerca de los hombres como el padre respecto del niño, y las aventuras
que superan los héroes son simplemente el itinerario de un camino previamente trazado. En
la épica no existe la pregunta por el sentido del viaje, ya que el héroe conoce la respuesta
antes de partir hacia Ítaca. El mundo es ancho y está lleno de peligros, y, sin embargo, es
como la casa propia, pues hombres y dioses están en comunión. Homero nos revela la
perfección del helenismo, que resulta impensable para nosotros, hombres modernos,
hombres del sin sentido, autores y lectores de novelas.
La consolidación del capitalismo durante el Renacimiento provoca una completa
transformación del concepto de la vida y una profunda alteración de los puntos de
orientación trascendentales del mundo occidental. La desdivinización del mundo es uno de
los principales fenómenos que caracterizan a la modernidad. De acuerdo con Milan
Kundera, la desdivinización, que no debe confundirse con el ateísmo, “designa la situación
en la que el individuo, ego que piensa, reemplaza a Dios como fundamento de todo”. En
este contexto tiene su génesis el género novelesco con la obra de Cervantes.
Don Quijote se encuentra en el vértice entre la épica y la novela; su aventura es una
búsqueda de la trascendencia, que culmina con la triste constatación de que los dioses han
abandonado el mundo; los gigantes no son más que molinos, y el abismo que separa al
hombre de los dioses ya no será superado.
Sólo en el siglo XIX alcanza la novela su madurez, con las obras de Flaubert y Dostoievski.
El triunfo de la burguesía tras la Revolución Francesa y las prácticas de capitalismo salvaje
tras la
Revolución Industrial agudizaron el sentimiento de desamparo trascendental, hasta tal
punto que la filosofía, en la pluma Nietzsche, predicó la muerte de Dios. La novela intentó
colmar el vacío que se produjo tras el exilio o deceso divino explorando la psiquis humana.
¿Qué es un individuo? ¿En qué consiste su identidad? Las novelas modernas buscan una
respuesta a estas preguntas. En la estética de Dostoievski, el más importante entre los
novelistas modernos, el hombre se define por su visión del mundo: sus personajes están
arraigados en una ideología personal muy particular según la cual actúan inflexiblemente.
En la novela contemporánea, el hombre se define por su discurso. Una nueva conciencia del
lenguaje, entendido como constructor de realidad y no como simple medio de
comunicación, condujo a autores como James Joyce y Virginia Woolf a buscar, en el flujo
de la conciencia individual, una respuesta a la pregunta por la identidad. Así pues, el héroe
de nuestros días no emprende, como
Odiseo, una aventura que lo lleva por el mundo al encuentro de su destino, sino que realiza
un viaje interior en busca de sí mismo y de un sentido para su existencia. Épica y novela
son, en este sentido, manifestaciones de la relación particular que la antigüedad y la
modernidad han sostenido con lo trascendente.
(Texto inédito de Iván Pinilla.)
1. Del primer párrafo del texto anterior se puede deducir que la perfección del helenismo
consiste en
A. la belleza y la armonía de los poemas homéricos.
B. la comunión que existe entre hombres y dioses.
C. el sinsentido de la existencia para los griegos.
D. la predeterminación del itinerario de los héroes.
2. En el texto, las comillas se emplean para:
A. introducir la voz del autor.
B. cederle la palabra a un personaje de ficción.
C. resaltar el carácter irónico del enunciado.
D. distinguir las citas tomadas de otros textos.
3.De acuerdo con el enunciado del tercer párrafo: “Sólo en el siglo XIX alcanza la novela
su madurez, con las obras de Flaubert y Dostoievski”, se puede inferir que esto ocurre
debido a que:
A. la industria editorial alcanza proporciones enormes.
B. los novelistas representan a la burguesía triunfante.
C. los novelistas se ocupan de explorar la mente humana.
D. se establece un discurso filosófico sobre la muerte de Dios
4. Con la expresión que inicia el segundo párrafo: “Pero eso no es todo...”, el autor de la
carta pretende:
A. negar lo que ha dicho en el párrafo anterior.
B. reafirmar lo dicho hasta ese punto.
C. complementar una información que ha dado.
D. contradecir lo que ha dicho.
7. A juzgar por la manera como Marcel Proust describe a Genevieve Strauss, se puede
afirmar que él
A. la valora por sus características de mujer de prestigio.
B. no la valora por sus características de mujer de prestigio, sino por su belleza física.
C. no valora ni su belleza física ni sus características de mujer de prestigio.
D. la valora, ante todo, por sus características intelectuales.
Teniendo en cuenta el resto del cómic, ¿cuál de las siguientes opciones describe mejor la
secuencia anterior?
A. Al no poder salir con una amiga, Carl decide tomarse unos tragos y, bajo efectos del
alcohol, maneja, se estrella y muere.
B. Al ser rechazado por una mujer, Carl no sabe qué hacer con su vida y toma la
decisión de suicidarse, estrellando su carro contra un árbol.
C. Al no poder salir con una amiga, Carl se estrella y muere debido a que se distrae con
una bebida mientras conduce camino a casa.
D. Al ser rechazado por una mujer, Carl resuelve manejar a toda velocidad y termina
por estrellar su carro contra un árbol.
¿Qué quiere el yo contemporáneo? Quiere ser reconocido, quiere estar conectado: quiere
visibilidad, si no ante millones de personas, como en un reality o en el show de Oprah,
entonces ante cientos de ellas en Twitter o Facebook. Esta es la característica que nos define,
así es como nos volvemos reales ante nosotros mismos: al ser vistos por otros. El gran pavor
contemporáneo es el anonimato.
Nuestro más grande miedo no es la asfixia de la masa sino el aislamiento de la manada. La
urbanización dio lugar a la sub-urbanización y con este vino la amenaza universal de la
soledad. La familia se hizo cada vez más pequeña o se disgregó, las mamas dejaron el hogar
para irse a trabajar. De la chimenea electrónica pasamos al televisor en cada cuarto. Incluso
en la niñez, y por su puesto en la adolescencia, todos estábamos atrapados en nuestro propio
nido. Los altos índices de criminalidad y, peor aún, las crecientes tasas de pánico moral,
desterraron a los niños de las calles. Las costumbres de salir por el barrio con tus amigos,
habitual en el pasado, se había vuelto algo impensable. Estábamos perdidos en el espacio.
En medio de esas circunstancias, internet llegó como una bendición sin paralelo. No podemos
negarlo internet ha permitido que gente aislada se comunique entre sí y que personas
marginadas se encuentren entre ellas. El padre ocupado puede estar en contacto con sus
amigos lejanos. Pero como el tamaño de internet ha crecido, se ha vuelto inabarcable en muy
poco tiempo. Hace diez años escribíamos correos en computadores de escritorio y lo
transmitíamos a través de una conexión telefónica. Ahora enviamos mensajes de texto desde
nuestro celular, montamos fotos en Facebook y somos seguidores de completos extraños en
Twitter. Un constante flujo de contacto mediano, virtual, imaginario o simulado nos mantiene
conectados al enjambre electrónico: aunque el contacto, o por lo menos el contacto persona
a persona, resulta cada vez menos importante. Parece que la meta ahora es simplemente ser
conocido convertirse en una especie de celebridad en miniatura. ¿Cuántos amigos tengo en
el Facebook? ¿Cuántas personas leen mi blog? ¿Cuántas entradas aparecen en Google con
mi nombre? La visibilidad asegura nuestra autoestima y se vuelve un subtítulo del contacto
real; no hace mucha era fácil sentirse solo, ahora es imposible estarlo.
12. De acuerdo con el autor ¿Qué “desterró” a los niños de las calles?
A. Las madres que salieron a trabajar y el televisor en la habitación.
B. Los altos índices de criminalidad y de pánico moral.
C. La urbanización y la sub-urbanización de las ciudades.
D. Las redes sociales de internet como Facebook y Twitter.
Jesica Migliavacca va con una amiga en el auto de su amigo Oscar Avendaño. Son casi
la seis de la mañana cuando llegan a la esquina de Belgrano y Lamadrid [dos calles de
Buenos Aires, Argentina] y por la ventana ven a un tipo con un BMW blanco hablando
con el de un furgón de reparto de una panadería. Parecen intercambiar documentación
después de haber chocado. El que maneja el BMW le dice algo a una de las chicas,
quizás a Jesica, o tal vez a la amiga, no queda claro. Lo que se sabe es que Avendaño,
probablemente molesto por el comentario, baja del auto, saca del baúl una escopeta
12.70 y forcejea con el conductor del BMW. Jesica espera en el auto. De la 12.70 sale
un tiro. La bala entra en el ojo derecho de Jesica. Ese día los medios ilustraron la
información con una foto de ella, tomada de su Facebook. En la imagen se la ve en una
situación similar a la del momento de su muerte: Por la noche, dentro de un auto y con
amigos.
En su último cumpleaños, de sus 333 amigos en la red social, sólo once le desearon feliz
cumpleaños. No sé si hago bien en escribirte por acá, porque soy de los que hablan
solo o con ángeles. Uno sos vos. Quiero decirte que es muy fuerte ver tus fotos. No
puedo imaginarme que sos vos. Y también es muy fuerte sentir que estás ahí mirando y
riéndote de todo. Te quiero mucho.
La compañía creada por Mark Zuckerbeg estima que en Argentina más de 500.000
usuarios de su red social (de un total de 20 millones en el país) tienen 65 años o más y la
edad promedio ronda los 40 años. Si se tiene en cuenta la esperanza de vida nacional, en
una década esos usuarios podrían estar muertos. Habría, en ese caso, medio millón de
perfiles flotando en la web. Fantasmas virtuales, o como quieran llamarlos. Tomado y
adaptado de: Moya, M. y Ennis, V. (2013, agosto).
14. Considere el siguiente fragmento: “El internauta parece incómodo. Como si el dolor y
la tristeza no encajaran en este espacio que todo el tiempo propone diversión y recreación”.
Según lo anterior, los autores:
A. Creen que debe haber un mayor control sobre los contenidos publicados en Facebook.
B. Expresan su malestar e inconformidad ante ciertos contenidos publicados en Facebook.
C. Consideran que los contenidos lúgubres publicados en Facebook generan desconcierto
en los usuarios.
D. Sostienen que el infortunio y la alegría constituyen ámbitos mutuamente excluyentes en
las redes sociales.
15. Considere el siguiente fragmento: No sé si hago bien en escribirte por acá, porque soy
de los que hablan solos o con ángeles. Uno sos vos. Quiero decirte que es muy fuerte ver tus
fotos. No puedo imaginarme que sos vos. Y también es muy fuerte sentir que estás ahí
mirando y riéndote de todo. Te quiero mucho.
El autor usa el anterior fragmento para dar:
A. Una prueba de que Jésica solo tenía amigos que eran buenas personas.
B. Un ejemplo real acerca del tema central del texto.
C. Una muestra de los mensajes de cumpleaños que recibió Jésica.
Un argumento a favor de la tesis central del texto.
Así he vivido, solo, sin nadie con quien poder hablar verdaderamente, hasta un día que mi
aeroplano sufrió una seria avería en el desierto del Sahara hace seis años. Algo en el motor
se rompió y como no viajaban conmigo ni pasajeros ni mecánicos, me dispuse a realizar por
mis propios medios la difícil compostura. Era para mí un asunto de vida o muerte ya que
apenas tenía agua para aplacar mi sed durante unos ocho días.
La primera noche dormí sobre la arena, a mil millas de toda tierra habitada. Estaba más
solo que un náufrago en medio del océano. En tales circunstancias ya pueden imaginarse mi
sorpresa cuando al día siguiente, al despertar oí una simpática vocecita que me decía
De un brinco me puse de pie, como si hubiera sido tocado por un rayo, me frote los ojos y
mire detenidamente. Era un hombrecito en verdad extraordinario que me observaba
gravemente.
Tomado de: De Saint-Exupery, A. (1987) el principito, México. Editores, mexicanosunidos.
16. Los eventos presentados en este texto forman parte de algo que el narrador
A. desea.
B. predice.
C. leyó.
D. vivió.
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NECESITO UN
SUBSIDIO
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Tomado de: http://www.pinterest.com/pin/256001560040423950/
Nadie es justo por voluntad sino porque no tiene el poder de cometer injusticias. Esto lo
percibiremos mejor si nos imaginamos las cosas del siguiente modo: demos tanto al justo
como al injusto el poder de hacer lo que cada uno de ellos quiere, y a continuación
sigámoslos para observar hasta dónde lo lleva a cada uno el deseo. Entonces
sorprenderemos al justo tomando el mismo camino que el injusto, siguiendo sus propios
intereses, lo que toda criatura persigue por naturaleza como un bien, pero que la fuerza de
la ley obliga a seguir el camino del respeto por la igualdad.
El poder del que hablo sería efectivo al máximo si aquellos hombres adquirieran una
fuerza tal como la que se dice que cierta vez tuvo Giges, el antepasado del lidio. Giges
era un pastor que servía al entonces rey de Lidia. Un día sobrevino una gran tormenta y
un terremoto que rasgó la tierra y produjo un abismo en el lugar en que Giges llevaba el
ganado a pastorear. Asombrado al ver esto, descendió al abismo y halló, entre otras
maravillas que narran los mitos, un caballo de bronce, hueco y con ventanillas, a través
de las cuales divisó adentro un cadáver de tamaño más grande que el de un hombre, según
parecía, y que no tenía nada excepto un anillo de oro en la mano. Giges le quitó el anillo
y salió del abismo. Ahora bien, los pastores hacían su reunión habitual para dar al rey el
informe mensual concerniente a la hacienda, cuando llegó Giges llevando el anillo. Tras
sentarse entre los demás, casualmente volvió el engaste del anillo hacia el interior de su
mano. Al suceder esto se tornó invisible para los que estaban sentados allí, quienes se
pusieron a hablar de él como si se hubiera ido. Giges se asombró, y luego, examinando el
anillo, dio vuelta al engaste hacia afuera y tornó a hacerse visible. Al advertirlo,
experimentó con el anillo para ver si tenía tal propiedad, y comprobó que así era: cuando
giraba el engaste hacia adentro, su dueño se hacía invisible, y cuando lo giraba hacia
afuera, se hacía visible. En cuanto se hubo cerciorado de ello, maquinó el modo de formar
parte de los que fueron a la residencia del rey como informantes y, una vez allí, sedujo a
la reina y con ayuda de ella mató al rey y se apoderó del reino.
Por consiguiente, si hubiese dos anillos como el de Giges y se diera uno a un hombre justo
y otro a uno injusto, ninguno perseveraría en la justicia ni soportaría abstenerse de bienes
ajenos, cuando podría tanto apoderarse impunemente de lo que quisiera del mercado,
como, al entrar en las casas, acostarse con la mujer que prefiriera, y tanto matar a unos
como librar de las cadenas a otros, según su voluntad, y hacer todo como si fuera igual a
un dios entre los hombres. En esto, el hombre justo no haría nada diferente del injusto,
sino que ambos marcharían por el mismo camino. E incluso se diría que esto es una
importante prueba de que nadie es justo si no es forzado a serlo, por no considerarse a la
justicia como un bien individual, ya que allí donde cada uno se cree capaz de cometer
injusticias, las comete. En efecto, todo hombre piensa que la injusticia le brinda más
ventajas individuales que la justicia, y está en lo cierto, si habla de acuerdo con esta teoría.
Tomado de: Platón IV, D. (1986). República, Traducción y notas de C. Eggers Lan,
Madrid, Gredos.
19. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones contradice las ideas que presenta el autor?