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PELÉ: INMORTAL…
Pelé, era el nombre de un gato negro que teníamos en la casa de mis padres, allá
en la comuna de la Granja, población Malaquías Concha, mi pequeña patria. Sitios
de unos 500 metros cuadrados con viviendas inicialmente de adobes, auto-
contruídas. Agua de riego que corría a través de un canal, que pasaba por un
costado de la calle principal, y llegaba a todos los sitios por una acequia interior.
Muchos vecinos tenían frutales, una huerta y también criaban animales. En mi
casa, no éramos menos y mi madre criaba conejos, patos, gallinas, y pollos. El
Pelé se comía de vez en cuando sus pollitos. La reacción (hoy cuestionada por los
animalistas) era que el gato era lanzado lejos y muchas veces recibió sus golpes.
Pelé, se llamaba uno de los hermanos Gálvez, que allá en la Escuela N° 282 (hoy
Liceo Bellavista) tenía la costumbre de golpearnos las canillas, de puro gusto,
cuando salíamos de la escuela. Era un niño flaco, muy moreno, cara redonda y
pelo corto. Estábamos en 5° Año Básico y él en un curso más bajo. Cuando lo
enfrentábamos, en “su defensa”, se presentaban sus dos hermanos mayores con
cara de pocos amigos. (En nuestros tiempos, eso sería lo que los gringos llaman
Bulling, dijo en nuestra lengua: matonaje)
Pero el verdadero PELE tuve la oportunidad de verlo jugar por primera vez en
1970. En ese histórico partido, en el que Brasil obtiene por tercera vez la copa
Mundial Jules Rimet y se la lleva definitivamente para su casa.
Ese domingo, Brasil ganó 4x1. Comenzó ganando Brasil con un gol de cabeza de
Pelé. Luego, aprovechando un error defensivo, Italia logra empatar. En el segundo
tiempo, Gerson marca el 2x1 con un zurdazo. El tercer gol es de Jarzinho, tras una
habilitación de Pelé que recibe un largo pase y se la baja de cabeza para que
entre y convierta. El cuarto es otra habilitación de Pelé que espera el carrerón del
capitán Carlos Alberto para tocársela y este de un derechazo hace el cuarto gol y
se acabó todo.
Nunca más logré ver un partido completo donde jugara Pelé, pero me fui
enterando de su despedida del Santos, del gol número mil, de su paso por el
Cosmos, de sus incursiones en el cine, en la música, de su vínculo con
Presidentes, con el Papa, con líderes de renombre mundial; entre tantos
personajes del siglo XX, con los que logró codearse de igual a igual.
Pelé, hizo realidad el sueño de miles, sino de millones, de niños que hemos
jugado esas eternas pichangas en la calle, que jugamos en los clubes de barrio, y
también de los que hoy asisten a las escuelas de fútbol: ser campeones con tu
club, hacer cientos de goles y salir campeones del mundo.
Pero no es solo eso, que muchos otros futbolistas han logrado. Pelé logró
convertirse, en un futbolista que trascendió el futbol para destacar en cuanto
ámbito de la vida socio cultural incursionó y nunca dejó de ser el futbolista que
puso sus talentos al servicio de distintas causas; aunque Maradona lo haya
acusado de servir más a los intereses de la FIFA que a los de los jugadores.
La fama tiende a marear a los pobres que logran mejorar sus condiciones de vida,
gracias a sus talentos y tener millones para gastar en cuanto gusto se les ocurra.
De Pelé, podemos decir que no se mareó con la altura. Se quedó arriba y desde
allí hizo valorar el futbol y a los deportistas como sujetos que no solo hacen
deporte, sino que son seres humanos que tienen también otras cualidades, que
poseen su opinión sobre la vida social y política, y que no deben tener miedo a
tomar partido por el lado luminoso de la humanidad.
De todos esos personajes del siglo XX, con los que estableció amistad, rescato la
que construyó con Mohamed Alí y con Nelson Mandela. Hermanados por su color
de piel (“ser negros”) y sus raíces africanas, los tres tuvieron que abrirse camino
en la vida para alcanzar el sitial que cada uno logró en los diversos ámbitos en
que alcanzaron la cima. Pelé tuvo la humildad de reconocer en ambos, esas
cualidades humanas que los destacaron por su rebeldía y su lucha contra la
discriminación racial. De ambos reconoció su heroísmo y de Mandela, en
particular, ser “un héroe, un amigo y un compañero en la lucha por el pueblo y por
la paz en el mundo”. “Fue una de las mayores influencias en mi vida".
Pelé, es el único rey que tiene al planeta fútbol de territorio, que logró ser
coronado debido a la admiración por su talento y genialidad con el balón, cuyas
cualidades humanas lo distinguen lejos de esos otros reyes a los que nadie les
entregó el poder y viven parasitariamente de la riqueza de sus naciones.
Como todo ser humano, no fue perfecto, pero las críticas y reproches que recibió,
no empañan una trayectoria deportiva en que hizo del fútbol un verdadero
espectáculo, además de ser pionero en la globalización del deporte.
“A veces la vida nos plantea retos que nos obligan a salir de nuestra zona de
confort" y que puede que no sea fácil, pero nos hace crecer como personas y nos
enseña que somos capaces de mucho más de lo que pensábamos".