Traducido por Templo Bautista de Fairfax ©

Lección 12a
El Trabajo en la Obra de Dios
Introducción
Para los propósitos de esta lección, asumo que todos
ustedes entiende y están de acuerdo que todos los miembros de
la iglesia nueva Testamentaria local deben estar activos y
trabajando en y a través de la iglesia nueva Testamentaria local.
Sin embargo, es posible que esto no sea una suposición válida.
De manera que, antes de considerar el trabajo del ministerio
tomaremos unos minutos para aprender de las Escrituras el por
qué cada miembro debe estar trabajando.
I Corintios 15:51-58. “He aquí, os digo un misterio:
No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 52en
un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta;
porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados
incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 53Porque es
necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto
mortal se vista de inmortalidad. 54Y cuando esto corruptible se
haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de
inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita:
Sorbida es la muerte en victoria. 55¿Dónde está, oh muerte, tu
aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56ya que el aguijón
de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57Mas

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gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de

nuestro Señor Jesucristo.
58
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes,
creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro
trabajo en el Señor no es en vano”.
Siempre que aparece “así que” en un texto, tal como en
el versículo 58, usted debe entender que las palabras que siguen
son conclusiones extraídas de los versículos que
inmediatamente preceden. Usted siempre debe preguntarse,
“¿Por qué aparece ‘así que’ en este texto?”. En otras palabras,
usted debe preguntarse si usted entiende la conclusión a la luz
de la discusión que la inició.
La Esperanza de los Fallecidos
Este pasaje en particular, hasta el versículo 57,
frecuentemente es leído en funerales. En este contexto pretende
dar ánimo a los sobrevivientes. Nos recuerda que la muerte
para los creyentes no es victoria para Satanás, sino victoria para
Jesucristo sobre Satanás. Esto es, sin lugar a duda, un uso
apropiado de este pasaje. La conclusión en el versículo 58 debe
animar a los creyentes a pasar su vida activamente envueltos en
el trabajo y ministerio de la nueva iglesia Testamentaria local en
donde tiene membresía: “creciendo en la obra del Señor
siempre”. La palabra clave aquí es victoria.

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Pregunta: ¿Qué debe ser cierto antes que pueda haber

victoria? Antes de que pueda haber victoria debe de haber una
batalla. Tiene que haber un enemigo. Y más importante aún,
usted debe estar peleando sobre algo, esto es con un propósito.
¡Usted debe estar peleando! Ninguno de ustedes aquí presentes
en esta mañana que han sido salvos por gracia por medio de la
fe en Jesucristo, han sido salvos para estar al margen del frente
de batalla. Dios espera que usted se envuelva en la batalla por
las almas de los hombres, mujeres y niños perdidos de este
mundo. Esta enseñanza la podemos encontrar en Efesios 2:8-
10. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto
no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que
nadie se gloríe. 10Porque somos hechura suya, creados en Cristo
Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano
para que anduviésemos en ellas.” Dios lo salvó a usted con la
expectativa de que usted se envuelva llevando a cabo el trabajo
de Dios. El plan de Dios es que los creyentes individuales se
unan como iglesia local independiente para hacer Su trabajo.
Regresando a I Corintios 15:51-57, nos damos cuenta
que debido a que reconocemos que el rapto de los creyente del
Nuevo Testamento es inminente y reconocemos que muy pronto
estaremos en la presencia de Jesucristo por toda la eternidad es
que debemos estar constantemente aferrados a nuestra creencia
y fé. Además, debemos estar “creciendo en la obra del Señor

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siempre”. Creciendo siempre quiere decir que debemos

sobresalir con entusiamos (calidad) y buena producción
(cantidad) en el trabajo de Dios. Cuando esto es cierto en su
vida, entonces es cierto que su muerte es una canción de
victoria. La muerte para los santos fieles que han pasado su
vida activamente trabajando en la obra de Dios es realmente el
tiempo de ir a casa a recibir la recompemsa. Un santo que ha
trabajado activamente puede pasar de esta vida a la vida en la
eternidad con la esperanza de oír la voz de Dios declarando,
“Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo
25:23).
El Trabajo de los Vivientes
Para lograr todo lo que Dios desea para nosotros, “El
ministerio del Templo Bautista de Fairfax requiere que todo
miembro se envuelva activamente en la Obra de Dios”. Esta es
la Declaración de Trabajo derivada de I Corintios 15:58 que ha
sido adoptada para esta iglesia local nueva Testamentaria. La
palabra “requiere” habla de la perfección (totalidad) del
ministerio de la iglesia. Usted puede vivir sin un brazo, una
pierna, una mano, la apéndice o un ojo. Pero a menos que cada
parte de su cuerpo trabaje 100% usted no está en perfecta salud.
Lo mismo es cierto para la iglesia.

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La iglesia no es 100% saludable a menos que todos los

miembro de la iglesia esté activamente envuelto en el trabajo
del ministerio. Si todos no están trabajando, entonces siempre
va a ver algo que no se está haciendo o alguien que tiene que
quitar de su trabajo tiempo y esfuerzo para hacer el trabajo del
mienbro inactivo. Piense a modo de analogía acerca de la llanta
de una bicicleta. La bicicleta tiene muchos rayos. Pregunta:
¿Cuál es la función de los rayos de las llantas de la bicicleta? El
trabajo de los rayos es mantener la llanta perfectamente
redonda. Se dice que una rueda perfectamente redonda es
“segura”. ¡Una llanta redonda rueda más suave y
eficientemente que una llanta cuadrada! Si un rayo se rompe o
se afloja, ocurre un efecto en la llanta que probablemente usted
no sienta. La llanta se debilita; ya no es segura. Pero todavía
funciona. A medida que más rayos se debilitan o se aflojan, la
llanta eventualmente comienza a temblar notablemente. Ahora
el ciclista tiene que trabajar más arduamente para poder
continuar adelante y mantenerse balanceado. En un punto dado,
cuando suficientes rayos dejan de trabajar, entonces el ciclista
pierde el control de la bicicleta. La bicicleta deja de funcionar.
Pregunta: ¿Qué impacto tendría en el ministerio de la iglesia si
los miembros no se envuelven? El ministerio de esta iglesia
sufrirá el mismo resultado si usted, los rayos de la bicicleta, se
rompen o se aflojan. A menos que todos nosotros estemos

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activamente envueltos en el trabajo de Dios, la iglesia estará

funcionando por debajo de su estado de perfección; entonces las
llantas de la iglesia ya no son ‘seguras’.
“El Trabajo de la Obra de Dios” es…
“El trabajo de la obra Dios” es usado como una
elipsis/abreviación para ayudarnos como iglesia a mantenernos
enfocados en aquellas cosas que son importantes, primarias. En
esta lección aparece una copia de la Declaración de Trabajo del
Templo Bautista de Fairfax. En este momento repasaremos
brevemente las sietes áreas de trabajo.
El trabajo de la obra de Dios primeramente es llevar las
buenas nuevas de salvación a los perdido. Hay dos episodios de
la vida de Jesús muy instructivos en esta área. Un día Jesús
pasaba por Jericó y tuvo un encuentro con un hombre cobrador
de impuesto llamado Zaqueo. La historia se encuentra en
Lucas 19. Jesús le dice a Zaqueo que era necesario que Él
posara en su casa. En el versículo 7 leémos, “Al ver esto, todos
murmuraban [multitud de personas que se encontraban en el
camino, incluyendo indudablemente líderes religiosos],
diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador”.
Jesús no respondió directamente a aquellos que murmuraban.
Jesús dijo a Zaqueo en el versículo 10 (en medio de la multitud
que murmuraba, de manera que lo pudieran oír), “Porque el
Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había

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perdido”. En Juan 20:21, Jesús aparece a diez de sus

discípulos después de Su resurrección. Los diez estaban juntos
en una habitación. Tomás no estaba con ellos. Leémos,
“Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me
envió el Padre, así también yo os envío”. Con estos eventos en
mente, no es ninguna sorpresa que las última palabras de Jesús a
Sus discípulos ante de acender al cielo fueron, “Por tanto, id, y
haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
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enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo. Amén. (Mateo 28:19-20). Estos versículos se
conocen comunmente como la Gran Comisión a la iglesia.
La palabra “id” no es un mandato específico a dejar el
lugar presente donde vive e ir a otro lugar. En la Gran
Comisión la palabra “id”quiere decir “mientras usted hace las
faenas del diario vivir”. El mandato es enseñar a todas las
naciones. La importancia de este punto es que descarta la
posibilidad de que esta comisión es un mandato especial a
aquellos que han sido llamados por Dios para ser misioneros en
tierras extranjeras y lo pone sobre nuestros hombros. Esta
nación es parte de todas las naciones. Jesús en la Gran
Comisión asume que cada uno de sus hijos, mientras lleva a
cabo las faenas del día, dará las buenas nuevas al perdido – que

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el Salvador vino, que hay perdón para todo aquel que crea en
Jesucristo.
Sí, nosotros también tenemos la responsabilidad de
alcanzar a aquellos que están más allá de nuestras fronteras y de
ir a otros lugares. J. Hudson Taylor, fundador de la Misión
Interior de China, observó que “el trabajo de Dios, hecho bajo
Su voluntad, nunca carecerá de la provisión de Dios”. Si usted
fisicamente no va a otro país, usted tiene la responsabilidad de
ayudar financieramente a aquellos que son llamados para ir.
Poner unos dólares en el plato de la ofrenda con el propósito de
ayudar a las misiones no es el fin de su responsabilidad personal
con la Gran Comisión. Usted debe de “ir y hablar” a la misma
vez que usted da para mandar a otros.
Volvamos por un momento a la palabra “requiere” en la
Declaración de Trabajo. “El ministerio del Templo Bautista de
Fairfax requiere que todo miembro activamente participe en la
obra de Dios.” Si usted no está activamente participando en el
aspecto primario del trabajo de la obra de Dios, esto es llevando
la Buenas Nuevas de salvación al mundo perdido, entonces esta
iglesia no puede llevar a cabo todas las cosas que Dios desea
para ella. Hay una parte de este mundo que en toda
probabilidad solo usted tocará como representante de la iglesia.
Si usted no lleva las Buenas Nuevas a aquellos que están en
asociación cercana a usted, es bien probable que ninguna otra

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persona de esta iglesia tenga la misma o alguna oportunidad de

seguir sus pasos. La importancia de su compromiso personal
con la Gran Comisión no puede ser exagerada.
¿?Hebreos 10:24 dice, “Y considerémonos unos a otros
para estimularnos al amor y a las buenas obras”. La palabra
estimularnos quiere decir “incitar” o “animar” en el sentido de
avivar la llama de un fuego con el propósito de lograr una
fogata. ¿?
El primer punto que podemos derivar de este versículo
es que hay por lo menos dos personas envueltas. Hay uno con
la chispa débil y otro incitándolo. Un punto de aplicación de
este concepto es la verdad de que Dios no espera que ninguno
de nosotros haga todo el trabajo o haga el trabajo solo. Todo
debemos estar activamente envueltos. Todos debemos
estimularnos los unos a los otros a hacer el trabajo. Pablo
escribió a los hermanos de las iglesias en Gálatas, “No nos
cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos,
si no desmayamos” (Gálatas 6:9). Todo trabajo, incluyendo el
trabajo del ministerio, es trabajo. Es duro. Si usted está
trabajando experimentará cansancio. Cada uno de nosotros
necesitamos estimular, incitar a otros en amor y continuar la
buena obra.
Pregunta: ¿Cómo aviva usted la llama para las buenas
obras? Una forma simple es decir, “Dime, que has hecho para

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Dios últimamente? Hay un propósito doble impulsando esta

solicitud. Primeramente, recibir un reporte victorioso de un
compañero de trabajo es una bendición. El segundo propósito
es estimularnos los unos a los otros a continuar envueltos.
Cuando queremos estar seguros que tenemos algo que decir en
respuesta a tal solicitud, provocamos a otros a asegurarse de que
ellos también están haciendo algo. Por supuesto, este tipo de
conversación es muy natural entre amigos. Este tipo de
solicitud entre amigos nunca es molestoso.
Otra manera que podemos incitarnos unos a otros es
avivando la llama de la confraternización. La palabra
considerémonos en Hebreos 10:24, quiere decir
“observándonos” o “fijar tus ojos y mente en algo”. Nosotros
no podemos considerarnos unos a los otros en este sentido si no
pasamos tiempo juntos. En la hoja suelta de la lección 5,
“Indicaciones de Una Iglesia Saludable”, hay una discusión
acerca de confraternización Bíblica. Esto requiere un nivel de
intimidad. La misma idea está envuelta en la palabra
considerémonos.
Si como iglesia, estamos activamente avivando la llama
de la buenas obras y la llama de la confraternización entonces
simultaneamente estaremos avivando la llama de la unidad.
Filipenses capítulo 2 pinta un cuadro precioso del amor
desinteresado que caracteriza una iglesia saludable y bien

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balanceada. “Nada hagáis por contienda o por vanagloria;

antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo” (Filipenses). Si estamos avivándonos
uno a otros en amor y buenas obras, entonces de seguro que
nada será hecho en contienda [tratando de elevar su propio
status] o vanagloria [orgullo vacío].
Fíjese en la hoja suelta y lea la Declaración de Trabajo.
“El ministerio del Templo Bautista de Fairfax require que todo
miembro activamente participe en la obra de Dios.”
Esforzémonos para vivir a la medida de la realidad de esta
declaración.

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