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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


LNB DR. JESÚS RAFAEL ZAMBRANO
CP. SAN MARTIN
ESTADO MONAGAS

Congreso de Lima inviste al Libertador de Poderes


especiales y le confía el mando de las fuerzas
patriotas.

Docentes Asesores: Participantes:


Profa. Jenny A, Guevara Est. Brannellys N, Campos V-32.596.877
Prof. Luis G, Rodríguez Est. Floreana López V-33283664
Profa. Dallibys Brito

Mayo, 2023
Las llamas ardientes de la libertad en Sudamérica siguen vigentes y llameando, al
nombrarse las hazañas del hombre que es considerado el prócer más grande que haya dado
el Continente en cualquier tiempo y espacio, su nombre es Simón Bolívar “El Libertador”.

La historia republicana del Perú se inicia oficialmente el 28 de julio de 1821, día en el que
el general rioplatense José de San Martín, jefe de la Expedición Libertadora, proclama
independencia del Perú en Lima, la capital del hasta entonces Virreinato de Perú. Sin
embargo, para el historiador Jorge Basadre el punto de partida del nacimiento de la
República de Perú, sería, sensu stricto (El patrimonio de la comunidad), la instalación
del Primer Congreso Constituyente de Perú, que se da el 20 de septiembre de 1822.

Tras la Independencia de Chile, el general rioplatense José de San Martín, el 20 de agosto


de 1820, al frente de la Expedición Libertadora del Perú, zarpó de Valparaíso (Chile) y
desembarcó en la Bahía de Paracas en septiembre de ese año. Luego se instaló
en Pisco desde donde envió delegados para convencer al virrey Joaquín de la Prezuela de
colaborar con la independencia. Pero el virrey se rehusó.

Ante esta respuesta, San Martín se traslada a Huaura, cerca de Lima, y envía a su
lugarteniente Juan Antonio Álvarez de Arenales a la sierra donde vence a los realistas en
la batalla Cerro de Pasco. Más tarde, el virrey Pezuela es sacado del gobierno y nombran
a José de la Serna como nuevo virrey del Perú. Este decidió reunirse con San Martín
en Punchauca, pero no llegaron a ningún acuerdo, debido a los problemas que surgieron por
el avance de San Martín y sus tropas. Entonces el virrey La Serna y sus tropas huyeron a la
sierra. Gracias a eso, San Martín llega a Lima y proclama de la independencia el 28 de julio
de 1821 en la plaza de armas.

La dura represión de los levantamientos independistas y la fidelidad al monarca por parte


de la elite dominante del entonces Virreinato del Perú, provocaron que el proceso de
independencia no lograra articularse dentro del Lima, la capital virreinal. El virreinato se
convirtió, a costa de grandes exigencias económicas a los habitantes del territorio, en uno
de los últimos reductos del imperio español en América. Los ejércitos independentistas
organizados en otros territorios, como Chile o Colombia, aparecieron en momentos de gran
convulsión en casi todas las esferas sociales virreinales; pero además abrió la posibilidad de
ocupación de Lima, centro del poder virreinal organizada y financiada por Chile con apoyo
de la Junta de Buenos Aires, en el marco de las cooperaciones y estrategias secretas de la
Logia Lauterina en América del Sur, organización inspirada en principios ilustrados y
republicanos que apoyó, a través de sus afiliados en el continente, la Independencia de
América respecto de España y la constitución de repúblicas unitarias.

El general José de San Martin, liderando la corriente libertadora del sur del Ejército
Libertador, desembarcó en la bahía de Paracas (1820) a unos 200 kilómetros al sur de Lima
con más de 4 mil hombres argentinos y chilenos, buscó acelerar y agudizar las tensiones
internas del virreinato, apoyando las causas separatistas locales existentes

En julio de 1821, la aristocracia limeña se vio obligada, ante la ocupación, a aceptar el


proyecto libertador de José de San Martín, que proponía instaurar un nuevo gobierno
monárquico constitucional bajo el mando de un miembro de la familia real española. La
firma del acta de la Independencia de Perú, el 15 de julio, por parte de la aristocracia y la
posterior declaratoria el 28 del mismo mes fueron simples formalidades. La real
Independencia del Perú se logró con la derrota de las tropas realistas acantonadas en Los
Andes a manos de las fuerzas militares que conformaban la corriente libertadora del norte,
procedente de Nueva Granada y comandada por Simón Bolívar.

Su labor como estratega militar fue solicitada por el propio José de San Martín, quien
decidió reunirse con Bolívar en lo que hoy se conoce como la "Entrevista de Guayaquil"
(julio de 1822). Allí ambos militares discutieron los pasos a seguir para derrotar a los
realistas y liberar al Perú. Después de aquella reunión San Martín cedió el protagonismo
militar al dictador de la Gran Colombia.

El famoso encuentro entre los dos grandes Libertadores de América del Sur Simón Bolívar
y José de San Martín despertó grandes comentarios y polémicas no solo en esa época de
lucha independentistas. El encuentro realmente más respetuoso y amistoso que polémico
suceden el año 1822 entre los día 26 y 27 de julio en la ciudad de Guayaquil territorio que
Simón Bolívar habían anexado a la gran Colombia, descartando el Libertador de la élite
peruana de la época.

El 24 de mayo de 1822, tropas peruano-colombianas derrotaron a los realistas en la Batalla


de Pichincha (actual territorio del Ecuador) y ocuparon Quito el 25 de mayo. El contingente
peruano que intervino en esta batalla, estuvo compuesto por 1,600 efectivos al mando del
coronel Andrés de la Santa Cruz y se unió a la tropa patriota colombiana en Saraguro, el 9
de febrero de 1822. Este suceso es memorable, pues por primera vez confluían las dos
corrientes libertadoras, la del Norte y la del Sur.

Posteriormente, el general Simón Bolívar invadió Guayaquil, con el afán de anexarla a la


Gran Colombia de la que era su caudillo indiscutible. Tanto el Libertador del Norte,
Bolívar, como el Libertador del Sur, San Martín, estaban convencidos de que la definición
de la independencia americana, tenía que darse en suelo peruano.

San Martín, no pudo, sin embargo, culminar la guerra contra los españoles. Si bien todo el
norte del Perú se había sumado voluntariamente a la causa patriota, el centro y el sur del
país permanecían ocupadas por las tropas virreinales. En la Entrevista de Guyaquil
realizada entre los días 26 y 27 de julio de 1822, los Libertadores discutieron tres
importantes cuestiones:

 La suerte de Guayaquil, que siendo territorio peruano, fue anexado por Bolívar a la
Gran Colombia.
 La ayuda que debía prestar Bolívar para el fin común de la independencia del Perú.
 La forma de gobierno que debían adoptar las nacientes repúblicas hispanoamericanas.

La entrevista no llegó ningún resultado concreto. En lo que respecta al primer punto,


Bolívar ya había decidido que Guayaquil perteneciera a la Gran Colombia y no admitió
ninguna discusión al respecto. En cuanto al segundo punto, Bolívar ofreció enviar al Perú
una fuerza auxiliar grancolombiana de 2000 hombres, que San Martín consideró
insuficiente. Y en lo referente al tercer punto, Bolívar era decididamente republicano,
contraponiéndose así al monarquismo del Libertador rioplatense. Desilusionado, San
Martín retornó al Perú, ya convencido de que debía retirarse para dar pase al Libertador del
Norte.

La misión primordial de la Suprema Junta Gubernativa, era proseguir la lucha contra los
realistas. El virrey La Serna contaba con más de 20.000 soldados que ocupaban el territorio
entre Cerro de Pasco (centro del Perú) y el Alto Perú (sur del Perú, actual Bolivia). Ya San
Martín había previsto que eran necesarias más fuerzas para poder derrotar a los realistas,
quienes habían convertido todo ese territorio en un verdadero bastión de su poderío. Se
hallaba todavía en curso la ayuda que Bolívar había ofrecido al Perú para derrotar a los
españoles. Efectivamente, durante la entrevista de Guayaquil, Bolívar ofreció a San Martín
ayuda militar al Perú, la que se concretizó en julio de 1822, con el envío de tropas al mando
de Juan Paz del Castillo pero estas eran todavía insuficientes. En septiembre de ese año,
Bolívar ofreció otros 4.000 soldados más, pero la ya instalada Suprema Junta Gubernativa
solo aceptó la recepción de 4.000 fieles Las relaciones del Perú con la Gran Colombia
entraron en su punto más crítico debido a la anexión de Guayaquil a territorio
grancolombiano. A ello se sumó el hecho de que Juan Paz del Castillo recibiera
instrucciones de su gobierno de no comprometer a sus fuerzas solo en caso de que el éxito
estuviera garantizado y solo en el norte peruano, por lo que entró en conflicto con los
intereses del Perú, que se enfocaban en atacar a los realistas del centro y del sur. Dicho
oficial colombiano retornó a su patria, en enero de 1823, disgustado al no lograr imponer
sus condiciones. Las relaciones con la Gran Colombia se enfriaron entonces, en los precisos
instantes en que se libraba la llamada Primera Campaña de Intermedios.

Varias declaraciones de este Primer Congreso Constituyente, marcan el final de los sueños
monárquicos, como la declaración del 11 de noviembre de 1822 sobre la incompatibilidad
de la Orden del Sol y de los Títulos de Castilla con la forma de Gobierno del Perú y la
declaración del 12 de noviembre del mismo año, desautorizando a los comisionados García
del Río y James Paroissien. José de San Martín se retiró a la Magdalena, en donde tenía una
casa de campo. Acompañado por una pequeña escolta y un ayudante, la misma noche de su
renuncia, montado a caballo, se dirigió a Ancón, al norte de Lima.

El Primer Congreso Constituyente promulgó el 12 de noviembre de 1823, la Primera


Constitución Política de la República, de clara tendencia liberal. Fue una Constitución
efímera; cuando llegó al Perú el general Simón Bolívar, el propio Congreso Constituyente,
tuvo que suspender sus efectos para poderle dar al Libertador poderes dictatoriales.

Tras este desastre militar, la Junta Gubernativa y el Congreso quedaron tremendamente


desacreditados ante la opinión pública.

Los oficiales patriotas al mando de las tropas que guarnecían Lima, ante el temor de una
ofensiva española, firmaron una solicitud ante el Congreso, fechada el23 de febrero de
1823 en Miraflores, invocando la designación de un solo Jefe Supremo «que ordene y sea
velozmente obedecido»,

En el Callao estalló la discordia entre el Congreso y Riva-Agüero. El Congreso resolvió


que se trasladasen a Trujillo los poderes Ejecutivo y Legislativo; creó además un Poder
militar que confió al general venezolano Antonio José de Sucre (que había llegado al Perú
en mayo de dicho año, al frente de las primeras tropas colombianas), y acreditó una
delegación para solicitar la colaboración personal de Simón Bolívar en la guerra contra los
españoles (19 de junio de 1823). Enseguida, el mismo Congreso concedió a Sucre
facultades iguales a las de Presidente de la República mientras durara la crisis, y el día 23
de junio dispuso que Riva-Agüero quedara exonerado del mando supremo.

(6 de agosto de 1823)., el Congreso surgía entonces como el único representante de la


soberanía y la sola fuente de legitimidad. Formaban parte de él personalidades de la talla de
José Faustino Sánchez Carrión, Toribio Rodríguez de Mendoza, Manuel Salazar y
Baquíjano, José de la Mar, Hipólito Unanue, Justo Figuerola, entre otros. Su tarea
inmediata fue la culminación de su labor constituyente, es decir, el texto de la que sería la
primera carta política de la República peruana.

 Estuvo de acuerdo con que el Congreso concediera a Bolívar autoridad militar y


política en todo el territorio de la República, con gran amplitud de poderes, bajo la
denominación de Libertador. Debía ponerse de acuerdo con Bolívar en todos los casos
que fuesen de su atribución natural y que no estuvieran en oposición con las facultades
otorgadas al Libertador (10 de septiembre de 1823). Como irrisoria compensación a
esta disminución de su poder, el Congreso otorgó a Tagle una medalla con el nombre
de «Restaurador de la representación soberana».
 Promulgó la Constitución liberal de 1823 (12 de noviembre de 1823), la primera que
tuvo el Perú. Estaba dividida en tres secciones consagradas a la nación peruana, el
territorio, la religión y la ciudadanía; a la forma de gobierno y los poderes que lo
integraban; y a los medios de conservar el gobierno. Hay que señalar que un día antes
de esta promulgación, el mismo Congreso declaró que suspendía el cumplimiento de
los artículos constitucionales incompatibles con las facultades dadas a Bolívar. De
modo que, en la práctica, la Constitución de 1823 no estuvo ni un solo día en vigor
durante el gobierno de Tagle. Solo tras la caída del régimen bolivariano en 1827 fue
restituida, para durar efímeramentes, al ser reemplazada en 1828 por otra Constitución.

Bolívar es invitado para consolidar la independencia peruana. El Congreso peruano


acatando las recomendaciones del general Sucre, invitó al Libertador del Norte, general
Simón Bolívar a trasladarse al Perú «para consolidar la independencia». Bolívar se
embarcó en el bergantín Chimborazo de Guayaquil el 7 de agosto de 1823, llegando al
Callao el 1de septiembre del mismo año. El día 10 de septiembre el Congreso de Lima le
otorgó la suprema autoridad militar en toda la República. Seguía siendo Torre Tagle
presidente, pero debía ponerse de acuerdo en todo con Bolívar. El único obstáculo para
Bolívar era Riva-Agüero, quien dominaba el norte del Perú, con capital en Trujillo. Riva-
Agüero no dio señal de querer llegar a un acuerdo que posibilitara la unificación de todas
las fuerzas patriotas bajo el mando del Libertador del Norte, y más bien quiso entenderse
con los realistas.

El mismo Bolívar abrió campaña contra Riva-Agüero, marchando al norte. Pero antes de
que se desatara la guerra civil, Riva-Agüero fue apresado por sus propios oficiales
encabezados por el coronel Antonio Gutiérrez de la Fuente, quien, desobedeciendo la orden
de fusilarlo, lo desterró a Guayaquil (25 de noviembre de 1823). Bolívar entró a Trujillo en
diciembre de 1823 y quedó así dominando la escena política y militar del Perú. Luego
emprendió regreso a Lima. El 1 de enero de 1824, estuvo en Nepeña y Huarmey de ahí a
Pativilca en donde enfermó de paludismo. 

Los realistas, enterados de la enfermedad de Bolívar, aprovecharon la situación y lograron


que las tropas patriotas (rioplatenses y chilenas) que guarnecían la Fortaleza del Real Felipe
en el Callao, se amotinaran, reclamando pagos devengados y otros maltratos. Los
amotinados lograron tomar el fuerte, liberaron a los prisioneros españoles, les devolvieron
sus cargos y jerarquías y junto con ellos, enarbolaron la bandera española, cometiendo
traición a la causa libertadora. Este acto de sedición causó desconcierto en Lima (5 de
febrero de 1824). Ante tal delicada situación, el Congreso dio el 10 de febrero un
memorable decreto entregando a Bolívar la plenitud de los poderes para que hiciera frente
al peligro, anulando la autoridad de Torre Tagle. Se instaló así la Dictadura.
Canterac ordenó que los generales realistas José Ramón Rodil y Juan Antonio Monet
aprovecharan esa circunstancia y tomaran Lima. A marchas forzadas, el general Monet,
desde Jauja y el general Rodil, desde Ica se juntaron en Lurín, el 27 de febrero de 1824. Los
patriotas de Lima, se vieron obligados a abandonarla, al mando del general Mariana
Necochea, quien junto con 400 montoneros a caballo, fueron los últimos en retirarse el 27
de febrero. Los realistas ingresaron a Lima el 29 de febrero del mismo año.

Bolívar, ya recuperado de su enfermedad, ante las terribles noticias que le llegaban de


Lima, inició los preparativos para una retirada a Guayaquil, temiendo la pérdida territorial
de Colombia alcanzada en las campañas del Sur. Instaló su cuartel general en Trujillo y
recibió la ayuda de los peruanos, tanto en dinero, abastecimientos y recursos de toda índole,
como en combatientes. Efectivamente, fuera de su ejército regular, Bolívar contó con la
valiosa ayuda de 10,000 montoneros. Este enorme contingente de soldados irregulares
estaba integrado principalmente por indígenas reclutados en las provincias libres. Bolívar
comisionó a los líderes de los montoneros para actuar en los siguientes frentes: Francisco
de Paula Otero, nombrado comandante general de los montoneros de la sierra; Ignacio
Ninavilca, de la zona de Huarochirí, quien posteriormente fue nominado como
representante ante el congreso; el coronel Juan Francisco de Vidal, de La Oyola; el mayor
Vicente Suárez, de Canta; y el comandante María Fresco, a cargo de Junín.

Pero la salvación de Bolívar llegó de la mano de la rebelión o sublevación de Pedro


Antonio Olañeta, jefe militar del Alto Perú, que involucró a todo el ejército realista alto
peruano, el 22 de enero de 1824, contra la autoridad del virrey La Serna provocando una
guerra doméstica que desarticuló el sistema defensivo español. Fue la rebelión de Olañeta,
el consecuente enfrentamiento interno entre los monárquicos y el desprendimiento de la
división de Valdés del ejército real principal lo que permitió a Bolívar reorganizarse y
recuperar la iniciativa, perdida por la decisión del virrey La Serna de abandonar la
persecución contra Bolívar por el norte, y dirigir sus principales fuerzas contra Olañeta,
tratando de preservar el Alto Perú.

El ejército libertador continuó su avance hacia el sur, bordeando el Lago Junín (llamado


también Chinchaycocha o de los Reyes). Canterac se enteró tarde del avance patriota pues
no contaba con un buen servicio de espionaje y decidió salir al encuentro del adversario,
partiendo de Jauja el 10 de agosto con 7000 hombres de infantería y 1300 de caballería, en
dirección a Cerro de Pasco. Al llegar allí, se sorprendió al saber que Bolívar marchaba
hacia Jauja por el lado izquierdo del lago, para cerrarle el paso. Temeroso de que los
patriotas le cortaran la retirada hacia sus bases, Canterac ordenó inmediatamente la
contramarcha.

El 5 de agosto Canterac se encontraba en Carhuamayo, en la margen oriental del lago,


mientras Bolívar se encontraba más o menos a la misma altura, en la margen occidental del
mismo. El español ordenó apurar la retirada para adelantarse al Libertador.

Al amanecer del 6 de agosto ambos adversarios convergían al extremo sur del lago sobre el
Pueblo de Reyes (hoy Junín). La infantería realista, más ligera, atravesó la pampa llamada
Junín, que se encuentra al sur de dicha ciudad, dos horas antes que aparecieran los patriotas.

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