EL CRÁNEO

INTRODUCCIÓN
El encéfalo es un órgano fundamental para la supervivencia. Está encargado
de gestionar y dirigir el funcionamiento del resto de los sistemas corporales,
permitiendo respirar, comer, beber, percibir el entorno e interactuar con él.
Sin embargo, su estructura es relativamente frágil, contando con diversos
sistemas de protección. El más destacado es la cobertura ósea que lo rodea: el
cráneo.

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ETIMOLOGÍA
Del griego: kranion y del latín: cranium.

Fig. 1: Dibujo del endocráneo – Leonardo da Vinci

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SEMÁNTICA
El esqueleto de la cabeza, o macizo esquelético neo-facial, es el conjunto
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de los huesos del cráneo (ossa cranii PNA) y los huesos de la cara (ossa faciei
PNA). Coloquialmente es conocido como calavera, aunque anatómicamente es
la cabeza ósea, siendo el cráneo una parte de la cabeza. Es común que
cráneo designe a la totalidad de la cabeza ósea, lo cual es impropio en el
estudio de la anatomía. Sin embargo, en otros ámbitos (embriología, biología,


etc.) se considera el cráneo como sinónimo de esqueleto de la cabeza.

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ESTRUCTURA

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El esqueleto del cráneo se compone de 26 huesos de forma más o menos
irregular. Si también se cuentan los huesecillos del oído martillo, yunque y
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estribo, el esqueleto del cráneo consta de 29 huesos en total.
Las paredes de la cavidad craneal varían de grosor. Tienden a ser delgadas en
áreas cubiertas por músculos. Por otro lado, varios huesos del cráneo (frontal,
temporal, etmoides, esfenoides) son huesos neumatizados, que contienen
espacios aéreos. Se presume para reducir peso.
En aquellos puntos sometidos a una mayor carga mecánica, los distintos
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huesos del cráneo forman puntales adicionales que aumentan la estabilidad.

Están unidos de forma rígida a través de las suturas, como es el caso las
placas óseas de la bóveda craneal, o de articulaciones, como en el caso de los
huesos de los maxilares superior e inferior o los huesecillos del oído.
El hioides también forma parte del esqueleto del cráneo. Este tiene forma de U
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y sirve como punto de inserción de la musculatura de la lengua.

En posición anatómica, el cráneo está orientado de tal modo que el borde
inferior de la órbita y el borde superior del orificio del conducto auditivo externo
de ambos lados se hayan en el mismo plano horizontal.


Los huesos de la cabeza alojan entonces:

• Sistema nervioso central.

• Órganos de los sentidos: visión, audición, equilibrio, olfato y gusto.
• Músculos de la mímica (lenguaje gestual facial).
• Aparato respiratorio.
• Aparato digestivo: órganos de la masticación.

DIVISIÓN
Se ha generado entonces una subdivisión: al cráneo en sí, la parte que recubre
el cerebro, se le denomina neurocráneo, mientras que los huesos faciales que
no forman parte de la definición técnica de cráneo reciben en su conjunto el
nombre de viscerocráneo.

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 • Neurocráneo:

- Bóveda craneal: calota o calvaria.

- Base del cráneo.

• Viscerocráneo:

- Órbitas.
- Fosas nasales.
- Cavidad oral.

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- Huesecillos del oído.
- Hueso hioides.

El límite entre ellos discurre a ambos lados desde el conducto auditivo externo,
pasando por el límite superior de la órbita (arcos superciliares) hasta la raíz
nasal.

NEUROCRÁNEO

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El neurocráneo es la caja ósea del encéfalo y sus cubiertas membranosas, las
meninges craneales en los vertebrados. También contiene las porciones
proximales de los nervios craneales y los vasos encefálicos.
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Está formado por 8 huesos en los seres humanos y en la mayoría de los
primates: 4 impares (frontal, etmoides, esfenoides y occipital) y 2 pares
bilaterales (temporal y parietal). Se trata de huesos planos con función de
recubrimiento. En la vida intrauterina y durante los primeros cinco años de vida
de la mayoría de las personas, el frontal son dos huesos que se unen en la
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sutura metópica y que luego se consolidan. El etmoides y el esfenoides

también forman parte del viscerocráneo. Los huesecillos del oído normalmente
no se consideran como parte del neurocráneo. También puede presentarse un
número variable de huesos suturales.
El neurocráneo está conformado por dos segmentos. Tiene un techo conocido
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como calota, calvaria o bóveda, y una base.

Estructuralmente, la mayoría de los huesos de la calvaria se componen de
tablas internas y externas de hueso compacto separadas por el diploe, hueso
esponjoso que contiene la médula ósea.
La mayoría de los huesos de la calota están unidos entre sí por suturas


fibrosas engranadas. En la infancia algunos huesos están unidos por cartílago

hialino.
La bóveda del cráneo consta de un total de seis huesos (placas óseas): en el
extremo delantero empieza la bóveda craneal con el hueso frontal (escama
frontal). Con el hueso frontal limita el hueso parietal (os parietale), compuesto
por dos placas óseas. En el extremo trasero de la bóveda del cráneo también
se encuentran los dos huesos suturales y el hueso occipital (escama occipital).
Durante los primeros años de vida el frontal consta de dos partes unidas entre
sí por la sutura metópica, algo similar ocurre con el hueso temporal, constituido
por la escama o concha temporal, el peñasco o porción petrosa, la apófisis
mastoides y la apófisis estiloides.
El segmento inferior del neurocráneo se denomina base del cráneo, que se
puede subdividir en una base del cráneo externa y la interna (basis cranii

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externa e interna). En la transición entre la bóveda craneal lateral y la base del
cráneo se une el hueso temporal (os temporale). Al hueso temporal le sigue
finalmente el esfenoides. El hueso etmoides (os ethmoidale) también forma
parte de la base del cráneo.

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VISCEROCRÁNEO
También llamado esplacnocráneo, está formado por los huesos de la cabeza
que se encuentran delante del neurocráneo.
Los huesos de la región superior de la cara son solidarios con el cráneo y, a
excepción del vómer situado en la línea media, son pares y simétricos.
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El viscerocráneo está formado por cinco zonas:

- Órbitas.
- Fosas nasales.


- Cavidad oral.
- Huesecillos del oído.
- Hueso hioides.

En el centro del viscerocráneo se encuentra el hueso nasal, un hueso par (os

nasale) compuesto por varias partes al que se une la corneta (concha nasalis)
en el interior del cráneo. A la izquierda y la derecha del hueso nasal par se
unen el hueso lagrimal (os lacrimale) y el pómulo (os zygomaticum). Ambos
huesos también son pares. Debajo del hueso lagrimal se encuentra el maxilar
superior (maxilla), que junto con el hueso maxilar inferior forma la mandíbula. El
vómer, el hueso palatino (os palatinum), el hioides (os hyoideum) y los distintos
huesecillos del oído medio, martillo (malleus), yunque (incus) y estribo (stapes),
también forman parte de la región craneofacial.

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En resumen, los huesos del viscerocráneo son:

• Huesos nasales (2).

• Lagrimales o unguis (2).
• Huesos cigomáticos o malares (2).
• Vómer (1).
• Etmoides.
• Esfenoides.
• Cornetes inferiores (2).
• Maxilares superiores (2).
• Palatino.

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• Maxilar inferior o mandíbula (2).

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El maxilar inferior es el hueso que forma el esqueleto inferior de la cara y es

móvil, articulado con el segmento superior de la cara a través de la articulación
temporo-mandibular.

EMBRIOLOGÍA

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El neurocráneo se desarrolla del mesodermo paraxial y de las crestas neurales.
Los huesos de la calota del neurocráneo se generan por osificación
intramembranosa a partir de placas de tejido conjuntivo fibroso (mesénquima)
que rodean el encéfalo. De esta forma, centrífugamente se desarrollan
(osifican) una cantidad de huesos membranosos planos. Al momento del
nacimiento, los huesos de la calota no están fusionados ni totalmente
osificados, dejando espacios interóseos cubiertos por tejido fibroso (suturas y
fontanelas). Por esta razón se lo denomina neurocráneo membranoso.
Los huesos de la base craneal se desarrollan por osificación endocondral de
varios núcleos cartilaginosos osteosteogénicos separados y extendidos por
toda la región. Se lo llama neurocráneo cartilaginoso o condrocráneo,

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tomando origen de la cresta neural (condrocráneo precordal) y del mesodermo
paraxial (condrocráneo cordal).

El mesénquima para la formación de los huesos de la cara deriva de las células

de la cresta neural, que también forma los huesos nasal y lagrimal. El
viscerocráneo se origina principalmente de los dos primeros arcos faríngeos. El
primer arco da origen a una porción dorsal, el proceso maxilar, que se extiende

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hacia adelante por debajo de la región de los ojos y origina el maxilar, el hueso
cigomático y parte del hueso temporal. La porción ventral del primer arco se
denomina proceso mandibular y contiene el cartílago de Meckel. El
mesénquima que rodea a este último se condensa y osifica por el proceso de
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osificación membranosa para dar origen al maxilar inferior. El cartílago de
Meckel desaparece, salvo en el ligamento esfeno-mandibular.
El extremo dorsal del proceso mandibular junto con el del segundo arco
faríngeo, da origen más adelante al yunque, martillo y estribo. La osificación de
estos huesecillos comienza en el cuarto mes y por eso son los primeros huesos
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que experimentan osificación completa.

Durante el nacimiento, la blandura de los huesos y sus conexiones laxas en las

suturas permiten a la bóveda craneal sufrir cambios de forma durante el
nacimiento, fenómeno conocido como amoldamiento. Durante los primeros días
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de vida, los huesos vuelven a su posición primitiva. Durante la niñez, la

palpación de la fontanela anterior permite verificar la normalidad del desarrollo
y osificación del cráneo así como también la presión intracraneana.
Las suturas y fontanelas tardan años en osificarse completamente. El
crecimiento de los huesos de la bóveda continúa hasta la adultez y se hace a


expensas del material fibroso de las suturas y fontanelas. Este mecanismo

admite cierta complacencia de la caja craneal para el crecimiento del encéfalo y
una adaptación acorde al desarrollo y crecimiento del macizo facial.
En el ser humano, durante los primeros años de vida, el volumen del cerebro
aumenta rápidamente y el cráneo sufre rápidos cambios morfológicos en
tamaño y forma. El neurocráneo en humanos al nacimiento es normalmente el
25% de su tamaño adulto, 50% a los 6 meses y el 65% al año. La capacidad
craneal completa se alcanza hacia los 5-7 años de edad.
El esqueleto craneal del neonato tiene un total de cuatro fontanelas. La
fontanela más grande, la fontanela anterior (fonticulus anterior), se encuentra
entre el hueso frontal y el hueso parietal. En caso de inflamación de las
meninges (meningitis), esta fontanela puede curvarse hacia delante o
endurecerse. En la mitad de los niños aproximadamente la fontanela anterior

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se cierra entre los 9 y los 18 meses de vida, pero puede hacerlo hasta el 27º
mes de vida como muy tarde.
Por otro lado, la fontanela pequeña, también denominada fontanela occipital
(fonticulus posterior), se encuentra entre el hueso parietal y el hueso occipital.
De forma triangular, se cierra dentro del primer trimestre siguiente al parto.
La fontanela mastoidea (fonticulus mastoideus) se encuentra entre el hueso
temporal, el hueso parietal y el hueso occipital y se cierra al año y medio de
vida como muy tarde.
La fontanela esfenoidal (fonticulus sphenoidalis) se encuentra entre el hueso
frontal, el hueso parietal y el ala mayor del esfenoides. Ésta se cierra en el
primer año de vida.

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