Está en la página 1de 33

ANA MARÍA

LEÓN

HUESOS DE LA NACIÓN
Bones of the Nation
HUESOS DE LA NACIÓN
El Museo de La Plata, Argentina 1884-1888

A fines del siglo XIX, desde Liverpool y Manchester zarpan barcos hacia el
oeste cargando vías férreas, vigas y otros elementos constructivos a través
del Atlántico. Atracan en el puerto de Buenos Aires1. Descargan allí y las
vías se despliegan, se extienden y crecen a través de la pampa, las vastas lla-
nuras argentinas, como extensiones arácnidas de una gran red ferroviaria
que, hacia 1914, sería declarada la décima más larga del mundo, el orgullo
de Argentina2. La conquista de este territorio es necesaria para transfor-
marlo en un sitio de extracción, para cultivar grano y criar ganado que
sería procesado y enviado de regreso a Europa. Pero este territorio no está
vacío: quedan rastros del Pleistoceno, desde huesos de grandes mamíferos
hasta descendientes vivos de los primeros habitantes humanos del conti-
nente americano3. Estos rastros fueron contenidos en un nuevo edificio.
En medio de la pampa se construye una grilla y dentro de esta gri-
lla, el Museo de La Plata [FIG. 01]4. El museo puede entenderse como
un aparato que nos permite trazar diferentes redes de intercambio que
operan a grandes distancias de tiempo y lugar, desde el Imperio britá-
nico hasta la pampa argentina y desde los huesos del Pleistoceno hasta
las guerras del siglo XIX contra los pueblos americanos. De pie, al centro
de estas redes, el museo fue fundamental para disociar a las poblaciones
indígenas de su contexto contemporáneo y presentarlas como sujetos
pertenecientes a un pasado lejano. Así, la institución se hizo cómplice
de procesos de genocidio y expansión del imperio, vinculando estas re-
des de extracción e industrialización de recursos con la aniquilación de
una de las poblaciones más antiguas del continente.
La presencia de los tehuelche – una tribu conocida por su gran
estatura cuya presencia en la región se remonta hasta alrededor del
14.500 a. C. – en la exposición original del museo posee la clave de este

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 79


fig. 01. Carl Heynemann
& Henrik Aberg. Museo
de La Plata / Museum of
La Plata, 1888.
Vista general, sin fecha. /
General view, undated.
© Archivo General de
la Nación Dpto. Doc.
Fotográficos. Buenos
Aires. Argentina.

80 | ANA MARÍA LEÓN: Huesos de la nación / Bones of the Nation


Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 81
proyecto de expansión territorial argentino-británico. En los salones
del Museo de La Plata, una marcha evolutiva de ejemplares culminaba
con una exposición de familias tehuelche y araucanas operando sus te-
lares y discutiendo sus vidas5. Uno de ellos participó en la preparación
del material expuesto: Lonkgo Modesto Inacayal, un jefe tehuelche
liberado de un campo de prisioneros por Francisco Pascasio Moreno,
fundador y director del museo6. En 1885, Inacayal y otros miembros
de su clan, junto a miembros de los clanes Foyel y Sayewke, fueron
incorporados al museo: primero, como muestras vivas y, después de
su muerte, al interior del museo como exhibiciones anatómicas. Se
unieron a una tradición de exhibición de cuerpos humanos – princi-
palmente de personas de color – que se extendió desde Europa hasta
América, incluyendo a Estados Unidos, Brasil y Argentina, y que duró
hasta bien entrado el siglo XX7. En Argentina, esta exposición jugó un
rol específico dentro del discurso del Estado.
En los relatos de sus viajes por la Patagonia, Moreno reconoció
abiertamente que saqueó cementerios tehuelche para aumentar su co-
lección de restos humanos, los que se sumaron a la colección del museo.
Describía con desapego su relación con los tehuelche y con sus cuerpos.
Al hablar de un tehuelche que había sido su amigo, recuerda:

Cerca de la Comisaría Nacional está situado el Cementerio


de la Colonia y en él había sido inhumado mi amigo San Slick,
buen Tehuelche, hijo del cacique Casimiro Biguá. [...]

Consintió en que hiciéramos su fotografía, pero de ninguna


manera quiso que midiera su cuerpo y sobre todo su cabeza.
No sé por qué rara preocupación hacia esto, pues más tarde,
al volver á encontrarle en Patagones, aun cuando continua-
mos siendo amigos, no me permitió acercarme á él, mientras
permanecía borracho, y un año después, cuando llegué á ese
punto para emprender viage á Nahuel-Huapí, le propuse

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 83


me acompañara y rehusó diciendo que yo queria su cabeza.
Su destino era ese. Dias despues de mi partida, dirijióse al
Chubut y allí fue muerto alevosamente por otros dos indios,
en una noche de orgía. A mi llegada, supe su desgracia, ave-
rigüé el paraje en que habia sido inhumado y en una noche
de luna, exhumé su cadáver, cuyo esqueleto se conserva en el
Museo Antropológico de Buenos Aires; sacrilejio cometido en
provecho del estudio osteológico de los tehuelche.

Lo mismo hice con los del Cacique Sapo y su mujer, que ha-
bían fallecido en ese punto, en años anteriores, en una de las
estadías de las tolderías. Ambos habian sido enterrados en
cementerio cristiano, conservando, sin embargo, las prácticas
indígenas en la colocación sentada de los cadáveres8.

El historiador británico Jens Andermann ve el desapego de Moreno


como un desprecio irónico movilizado para borrar la violencia ejercida
por el museo9. Pero hay un problema más insidioso en Moreno como
coleccionista de restos humanos y agente del museo, y tiene que ver con
la transformación del territorio argentino en un espacio que se remonta
al pasado del Pleistoceno al mismo tiempo en que se lo proyectaba ha-
cia el futuro conjurado por la Revolución Industrial. La palabra genoci-
dio, que he utilizado para describir la erradicación de los tehuelche, no
existió hasta 1944, cuando el abogado polaco Raphael Lemkin la creó
para describir las políticas nazis de destrucción sistemática de judíos
europeos. Es con este término ciertamente anacrónico que quiero abrir
la historia de las prácticas del museo – un crimen para el que aún no
había nombre10. A medida que los cuerpos y huesos de los tehuelche se
incorporaban a la exhibición del Pleistoceno, la naturaleza salvaje de la
pampa se alistaba para ser recuperada y reconstruida.
Podemos ver la lógica de este complejo expositivo en la organización
misma de la exposición, dispuesta como un circuito que sugiere una

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 85


fig. 02. Carl Heynemann & Henrik Aberg. Museo de La Plata / Museum of La Plata, 1888.
Planta principal. / Floor plan.
© Museo de La Plata

86 | ANA MARÍA LEÓN: Huesos de la nación / Bones of the Nation


fig. 03. Rotonda de acceso al museo con imágenes de las pampas. / Museum entry rotunda with
images of the pampas.
© Archivo General de la Nación Dpto. Doc. Fotográficos. Buenos Aires. Argentina.

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 87


marcha infinita por el tiempo [FIG. 02]. Al entrar en el edificio, una ro-
tonda de doble altura recibía a los visitantes con pinturas de la ‘pampa
prehistórica’ en la planta baja [FIG. 03]. El balcón que rodea este espacio
en el piso superior muestra pinturas de paisajes argentinos paradigmá-
ticos desde distintos puntos de su territorio, incluyendo la cordillera de
los Andes, la selva tropical y los ríos. Andermann ha observado cómo
esta disposición situó a la pampa como el eje central, literal y metafóri-
co, del territorio argentino. Desde este punto, el visitante era dirigido a
una procesión circular a través de una serie de salas. Atrapadas dentro
de este circuito, dos salas de doble altura catalogaban diferentes tipos
de huesos y fragmentos, humanos y animales. Las circulaciones late-
rales se disponían como semicírculos, cuya rotación acentuaba el mo-
vimiento a través de los pasillos y la narrativa evolutiva que impulsaba
a los visitantes a través del museo. Mientras la primera curva exhibía
esqueletos de especímenes antiguos, la segunda mostraba animales
contemporáneos, rellenos y reconstruidos para resaltar su existencia
actual. La fabricación de estas criaturas se hacía en los cuarenta de-
pósitos, talleres, laboratorios y otras salas ubicadas en el sótano, fuera
del acceso público [FIG. 04]. El gran espacio y la amplia infraestructura
dedicada a estas actividades apunta al extraño trabajo requerido para
fabricar estas historias.
Las largas galerías, iluminadas por grandes lucernarios, aún exhiben
los esqueletos más grandes dispuestos a lo largo del eje principal [FIG. 05].
Así, estas criaturas marchan con nosotros, su direccionalidad enfatiza el
viaje evolutivo colectivo que impulsa a todas ellas hacia el futuro. Falanges
y garras se sostienen sobre pulidas bases de madera, sus extremidades son
cuidadosamente sostenidas por delgadas varillas. Otras criaturas parecen
volar sobre nuestras cabezas planeando bajo las vigas de hierro, colgando
de delicados hilos. Parpadeamos mientras el sol se filtra por el lucerna-
rio de vidrio. Las vigas de hierro y los huesos de megaterio se muestran
juntos, como estructuras desnudas; un pequeño recordatorio de las vías
férreas que los unieron [FIG. 06]. Cuando Moreno organizó esta sala, tenía

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 89


fig. 04. Taller para la sala de Zoología del Museo de La Plata. / Workshop for the Zoology hall at the
Museum of La Plata.
© Museo de La Plata

90 | ANA MARÍA LEÓN: Huesos de la nación / Bones of the Nation


fig. 05 Vista general de la Sala de Osteología de Mamíferos, diciembre de 1915 / General view of the
Mammals Osteology Hall, December 1915.
© Archivo General de la Nación Dpto. Doc. Fotográficos. Buenos Aires. Argentina.

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 91


la intención de aumentar la cantidad y la escala de la exhibición. En una
carta a un colaborador, escribió:

Necesitamos al menos doscientos cráneos más y algunos


esqueletos para que la galería antropológica dé una buena
impresión. [...] Insisto en la conveniencia de tener grandes
depredadores [...] Necesitamos obtener algo para llenar estos
cientos de metros lo antes posible11.

Efectivamente, cuando el museo abrió por primera vez varias galerías per-
manecieron vacías y cerradas al público. Pero la comunidad científica no
se llevó una buena impresión y muchos colegas de Moreno protestaron.
Les parecía que la intención pedagógica se había convertido en un espec-
táculo vulgar, los esqueletos se disponían de manera amontonada en una
estética de lo gigantesco, buscando abrumar a los espectadores con su
tamaño en lugar de instruirlos [FIG. 07]12.
Los visitantes extranjeros tenían otras quejas. Al visitar el museo en
1893, el naturalista y geólogo británico Richard Lydekker quedó positi-
vamente impresionado por la cantidad y la riqueza de la colección, pero
también horrorizado por los métodos de clasificación de los paleontó-
logos argentinos13. En vez de revisar los huesos encontrados median-
te las clasificaciones de Richard Owen, los paleontólogos rioplatenses
asumieron que cada hueso provenía de una nueva especie, produciendo
una gran cantidad de ‘tipos’ nuevos y muchas dificultades para inter-
cambiar especímenes con otras instituciones. El rechazo argentino de
las clasificaciones británicas tuvo un origen nacionalista. A diferencia
de los museos de historia natural de Europa y Estados Unidos, que con-
taban con recursos para recolectar especímenes de todo el mundo, en
La Plata el museo se abastecía principalmente por hallazgos locales, cir-
cunstancia aprovechada para servir a la narrativa del Estado.
En 1825, Reino Unido firmó un tratado con Argentina, convirtiéndo-
se en uno de los primeros países en reconocer su independencia (1816).

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 93


fig. 06. Detalle de huesos y vigas de hierro en el Hall de Mamíferos, que reproduce la exhibición del
siglo XIX, agosto de 2011. / Detail of bones and iron girders at Mammals Hall, reproducing nineteeth
century display, August 2011. © Ana María León

94 | ANA MARÍA LEÓN: Huesos de la nación / Bones of the Nation


fig. 07. Museo de La Plata, sección de Zoología. / Museum of La Plata, Zoological section
“antideluvian femur”.
© Archivo General de la Nación Dpto. Doc. Fotográficos. Buenos Aires. Argentina.

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 95


En ese momento, Inglaterra pasaba de ser una nación agrícola a importar
granos, carne y lana. Las extensas llanuras argentinas y su clima templado
proporcionaban un territorio ideal para estos cultivos y para el pastoreo de
ganado (lo que también fue el caso de Australia y Estados Unidos). Sin em-
bargo, la propiedad de este territorio potencialmente lucrativo estaba en
disputa. Mientras que el Estado argentino había sido fundado por criollos,
es decir, argentinos de ascendencia española, la pampa aún estaba poblada
por pueblos indígenas como los mapuche, los ranquel y, lo más sorpren-
dente, los tehuelche14. Desde 1833, y en varias campañas posteriores a lo
largo del siglo XIX conocidas como la Conquista del Desierto – nombre
engañoso, ya que estas llanuras no son un desierto –, el Estado argentino
libró la guerra contra sus poblaciones indígenas con el objetivo expreso
de exterminarlas. El ministro de Guerra, Julio Argentino Roca, se mostró
tajante sobre la urgencia de esta empresa:

Hasta nuestro decoro como pueblo viril, nos obliga a some-


ter cuanto antes por la razón o por la fuerza, a ese puñado de
salvajes que destruyen nuestra principal riqueza y nos impide
ocupar definitivamente, en nombre de la Ley, del progreso y de
nuestra propia seguridad los territorios más ricos y fértiles de
la República15.

El resultado de estos enfrentamientos fue la diezmación de la población


indígena y la casi extinción de los tehuelche. Pero estas poblaciones no
fueron erradicadas. Muchos grupos fueron encarcelados, paseados por
Buenos Aires como trofeos de guerra y luego reubicados en campos de
concentración – llamados ‘depósitos de indios’ – para utilizarlos en tra-
bajos forzados. En este sentido, el genocidio de las poblaciones indígenas
que viven en Argentina debe entenderse como un capítulo paralelo a la
estructura del colonialismo de asentamiento estadounidense. El histo-
riador Patrick Wolfe ha descrito estos procesos como una estructura y no
como un evento, para destacar su desarrollo continuo hasta el presente

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 97


(como lo veremos más adelante)16. Para Wolfe, este tipo de colonialismo
es una estructura continua que busca eliminar a los nativos para acceder
a la tierra. En Argentina, esta tierra – varios millones de hectáreas – fue
regalada o vendida por el Estado a bajo precio a grupos vinculados fami-
liar o económicamente con los gobiernos de la época17.
Casi al mismo tiempo, la visita de Charles Darwin a Argentina puso
el foco en la presencia de fósiles de mamíferos extintos en la pampa. En
1832, The Beagle, el barco de Darwin, ancló en Bahía Blanca, un asenta-
miento a unos 570 kilómetros al suroeste de Buenos Aires inicialmente
fundado como el Fuerte Militar Argentino como parte de la primera cam-
paña contra los tehuelche. Mientras los descendientes de sus primeros
habitantes humanos eran erradicados de la pampa argentina, los antiguos
restos de sus compañeros – megaterios, gliptodontes y otras criaturas del
Pleistoceno – eran desenterrados de las mismas llanuras18.
Los hallazgos de Darwin confirmaron a la pampa como el territorio
del pasado remoto, donde podrían desenterrarse huesos de criaturas
fantásticas – como si fueran un nuevo Laocoonte –, confirmando la
grandeza de Argentina mediante la presencia de los restos de estos gi-
gantescos mamíferos. Estos huesos y fósiles poblaron las colecciones de
los museos de historia natural europeos hasta 1864, cuando el gobierno
provincial prohibió que estos restos salieran del país.
Otros restos pronto confirmaron que estos grandes mamíferos no fue-
ron la única población de la pampa argentina durante el Paleolítico. Desde
finales de la década de 1850, argentinos como el paleontólogo ítalo-argenti-
no Florentino Ameghino, Estanislao Zeballos y el ya mencionado Moreno
excavaron los restos humanos del Paleolítico, estableciéndolos como una de
las primeras presencias humanas en América19. Dicho descubrimiento le dio
argumentos a la joven nación para proclamarse como una posible ‘cuna de la
humanidad’, un sitio de origen, en vez de una localidad periférica. Es desde
este marco que debemos entender la narrativa de amistad y saqueo de tum-
bas de Moreno: atrapado entre el genocidio de los tehuelche aprobado por el
Estado y su mezcla con los restos humanos del Paleolítico como marcadores

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 99


del pasado sublime de la nación. La narrativa de grandeza se extendió hasta
aquí para cubrir no sólo los huesos de los grandes mamíferos, sino también
los de los legendariamente altos tehuelche.
Con la población nativa fuera del camino, la pampa argentina estaba
lista para el cultivo a gran escala. La inversión británica y los terratenien-
tes argentinos se unieron para configurar este territorio, transformán-
dolo en una red transnacional que involucraba puertos, barcos, grane-
ros, instalaciones de refrigeración y otros componentes uniendo ambos
lados del Atlántico20. Hubo que construir infraestructura adicional para
conectar estas instalaciones con la pampa: la red ferroviaria argentina
se inició en 1855, pero hacia 1890, sus diferentes sistemas habían sido
vendidos a compañías en gran parte británicas21. Para entonces, se ex-
tendía por casi 10.000 kilómetros. La inversión privada significaba vías
privadas, dispuestas para transportar estas mercancías: desde su origen
en la pampa hasta el puerto de Buenos Aires y desde allí cruzando el
Atlántico. Las vías férreas, galpones, depósitos, cabinas de señalización
y otros componentes edificados se construyeron con directrices británi-
cas, sus estructuras de hierro se fabricaron en Inglaterra y se enviaron a
Argentina para ser ensambladas22. Desde el lado argentino se organizó
una red de instalaciones de mataderos y refrigeración23. Una gran fuerza
de trabajo era necesaria para reemplazar a la población original y esta
población también fue enviada desde Europa, principalmente desde
Italia y España, aceptando el llamado publicitario argentino y sus in-
centivos, dando a este país uno de los mayores porcentajes de población
nacida en el extranjero hasta entonces24. Así, la narrativa de la nación
argentina se construyó suprimiendo a las poblaciones indígenas y reem-
plazándolas por grupos europeos desplazados25.
A medida que las llanuras se convertían en una máquina de produc-
ción ganadera, las discusiones sobre derechos de aduana en el puerto con-
dujeron a una insurrección fallida en la provincia de Buenos Aires. Para
resolver estas tendencias separatistas, el Estado dio a Buenos Aires esta-
tus federal y la declaró oficialmente como capital de Argentina. Al mismo

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 101


tiempo, decretó la creación de La Plata, una nueva ciudad que sería capital
de la provincia. Ubicada a unos 30 km al sureste de Buenos Aires, fue dise-
ñada y construida por el topógrafo Pedro Benoit, y fundada oficialmente
en 1882. La Plata se disponía como un cuadrado perfecto atravesado por
dos diagonales en ángulo de cuarenta y cinco grados, casi perfectamen-
te alineadas en los ejes norte-sur y este-oeste [FIG. 08]. Las raíces fran-
cesas de Benoit y su afiliación masónica sugieren algunos de los posibles
orígenes formales del esquema, aunque una investigación reciente de la
historiadora Fabiola López-Durán sugiere motivaciones adicionales rela-
cionadas a los discursos eugenésicos también traídos desde Francia26. Las
esquinas redondeadas marcaban los límites del cuadrado original, a su vez
subdividido en una grilla de seis por seis cuadrados, con un parque en
cada intersección. Cada uno de estos cuadrados fue subdividido en una
grilla de seis por seis manzanas. En el lado noreste de la ciudad, uno de los
cuadrados fue destinado para un gran parque, diseñado por el arquitecto
paisajista francés Carlos Thays, formado en París y radicado en Argentina.
En medio de este paisaje francés, el ingeniero alemán Carl Ludwig
Wilhelm Heynemann (conocido en Argentina como Carlos Heynemann)
y el arquitecto sueco Henrik Aberg (conocido como Enrique Aberg) dise-
ñaron el Museo de La Plata27. Los dibujos iniciales sugieren que primero
imaginaron un paisaje poblado por reproducciones de especímenes de su
fauna paleolítica [FIG. 09]. Heynemann y Aberg envolvieron una fachada
neoclásica alrededor de una planta simétrica estilo Beaux-Arts, pero deja-
ron partes de la estructura de hierro expuestas en el interior, de manera
similar a algunas de las estaciones de tren que se extendían por el país.
El edificio del museo fue renovado algunas veces en el siglo XX hasta
ser declarado Monumento Histórico Nacional en 1997 [FIG. 10]. El orden
de la muestra fue sustancialmente rediseñado en la década de 201028.
Una de las galerías conservó la muestra original de la marcha evolutiva
del siglo XIX y, en una de las superiores, una renovación reciente muestra
la historia de los pueblos indígenas de América. Aquí, el público es reci-
bido por un video en que un hombre argentino, no indígena, indica lo

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 103


fig. 08. Pedro Benoit. Plano de La Plata / Plan of La Plata, 1880.
© Archivo General de la Nación Dpto. Doc. Fotográficos. Buenos Aires. Argentina.

104 | ANA MARÍA LEÓN: Huesos de la nación / Bones of the Nation


fig. 09. Carl Heynemann & Henrik Aberg. Museo de La Plata / Museum of La Plata, 1888.
Dibujo sin fecha / Undated drawing.
© Archivo General de la Nación Dpto. Doc. Fotográficos. Buenos Aires. Argentina.

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 105


fig. 10. Exposición en el
Museo de La Plata, agosto de
2011. / Display at the Museum
of La Plata, August 2011.
© Ana María León

106 | ANA MARÍA LEÓN: Huesos de la nación / Bones of the Nation


Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 107
siguiente sobre la presencia de grupos indígenas en el país, actualmente
conocidos en Argentina como ‘pueblos originarios’ [FIG. 11]:

Es importante que pensemos en los pueblos originarios


y es importante respetarlos e integrarlos.

Ciertamente, los tehuelche todavía viven en Argentina, pero como


sugiere el comportamiento y el fraseo del hombre en el video, aún
son parte de la otredad29. Poco se dice aquí, o en el museo en general,
sobre los dolorosos procesos que buscaron erradicarlos, llevándolos
al aislamiento. Al otro lado de esta sala, el estudio de Moreno se ha
conservado como una reliquia: los visitantes pueden asomarse a través
de una vitrina. Un cartel frente al estudio nos informa de la última
restitución hecha por el museo: el poncho de Inacayal, entregado a
representantes del Consejo de Comunidades Mapuche-Tehuelche y de
la Comunidad Nahuelpan de la provincia de Chubut. El video intro-
ductorio y la mención cuidadosa de la devolución de una prenda dan
la impresión de una institución que ha reconsiderado su pasado. La
pantalla nos informa de que

La restitución de este valioso objeto, que simbolizó una re-


lación de respeto entre Inacayal y F. Moreno, hoy representa
una nueva etapa de diálogo fraterno entre el Museo y las co-
munidades originarias30.

Pero el proceso de restitución fue más complicado. Leyes argentinas


aprobadas en 1991 y 2001 establecieron que los restos de pueblos ori-
ginarios debían ser puestos a disposición de las comunidades que los
solicitaran31. Los restos de Inacayal fueron restituidos parcialmente en
1994. En 2006, el Colectivo Guías, organización autoconvocada de la
Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional
de La Plata, verificó que la restitución fue incompleta y que partes del

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 109


fig. 11. Exhibición de video en el Museo de La Plata, marzo de 2019. / Video monitor display at the
Museum of La Plata, March 2019.
© Ana María León

110 | ANA MARÍA LEÓN: Huesos de la nación / Bones of the Nation


Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 111
cuerpo de Inacayal habían sido retenidas por el museo, así como los res-
tos de sus compañeros32. Una segunda restitución tuvo lugar en 2014,
incluyendo no sólo el poncho, sino también restos de Inacayal, su pareja
(sin nombre en el registro) y su sobrina, Margarita Foyel. Actualmente,
el museo aún conserva restos humanos en su colección33. Gracias a la
solicitud y al activismo continuo de grupos indígenas argentinos, los
restos humanos han sido retirados de la exposición, pero el proceso de
restitución se ha retrasado debido a los desafíos de identificar restos
individuales; según su propio sitio web, el museo acepta solicitudes para
la “restitución de individuos reclamados”34. En el siglo XIX estos grupos
fueron diezmados, sus tumbas allanadas, y sus cuerpos y huesos catalo-
gados, archivados y exhibidos. En la muestra actual se evitan alusiones
al genocidio indígena, su presencia se presenta como un capítulo den-
tro de las historias más largas del continente, y la historia de Inacayal y
otros prisioneros indígenas queda incompleta. Al optar por omitir sus
múltiples complicidades y agresiones en contra de estas poblaciones, el
museo repite el gesto de la erradicación.
En 1845, el escritor, periodista y luego presidente Domingo Faustino
Sarmiento escribió la novela histórica Facundo: civilización y barbarie.
Esta reflexión sobre las primeras luchas políticas entre las ciudades
argentinas y el campo se convirtió en un modelo clave del nacionalis-
mo argentino. La novela esbozó a Argentina como un choque entre la
metrópolis culta y europea contra la pampa salvaje y barbárica. Para
Sarmiento, la pampa desolada desalentó cualquier tipo de sociedad,
pero al mismo tiempo este paisaje le dio al pueblo argentino una natu-
raleza poética única, clave para la identidad de la nación:

¿Qué impresiones ha de dejar en el habitante de la República


Argentina el simple acto de clavar los ojos en el horizonte, y
ver... no ver nada; porque cuanto más hunde los ojos en aquel
horizonte incierto, vaporoso, indefinido, más se le aleja, más lo
fascina, lo confunde y lo sume en la contemplación y la duda?

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 113


¿Dónde termina aquel mundo que quiere en vano penetrar?
¡No lo sabe! ¿Qué hay más allá de lo que ve? ¡La soledad, el peli-
gro, el salvaje, la muerte!35.

Retomando diversos discursos sobre lo sublime, Sarmiento transformó a


la pampa en la amenazante, sobrecogedora presencia de lo infinito, inva-
diendo e infectando todo el país con una atracción y repulsión simultánea
hacia lo desconocido. A esta fuerza irresistible yuxtapuso la metrópolis,
proponiendo que, a través de la agencia civilizadora de la ciudad, análoga
a Europa, la nación podría resistir el impulso barbárico de las llanuras
americanas. La dicotomía de Sarmiento entre civilización y barbarie se
encuentra al centro de la paradójica lógica del museo: elevar el pasado ar-
caico – los habitantes supuestamente bárbaros de la pampa – sólo puede
suceder a través de su destrucción, provocada por la empresa civilizadora
que permite comprender su valor científico. El museo fue el agente que
produjo la transustanciación de los tehuelche: de una presencia incon-
veniente en la pampa a especímenes científicos; confirmando, a la vez, la
narrativa presentada por el Estado argentino y colaborando con la trans-
formación de sus llanuras en territorio comodificado. La violenta erradi-
cación de la población nativa por parte del Estado argentino y la trans-
formación de este territorio en una economía de extracción sistemática
por parte del Imperio británico fueron de esta manera escondidas bajo el
disfraz de la ciencia, cuya autoridad sancionó la mitología nacional que
permitió al Estado reclamar la pampa. A fines del siglo XIX, la dialéctica
de la ilustración estaba expuesta en el Museo de La Plata, pero no había
nadie allí para verla.

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 115


POSTSCRIPT

En 1985, el primer grupo profesional de exhumación de crímenes de


guerra, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), se reunió
en Argentina, en colaboración con el antropólogo forense estadouni-
dense Clyde Snow36. El equipo realizó las primeras exhumaciones sis-
temáticas y produjo importantes evidencias para identificar a los des-
aparecidos por el gobierno militar argentino durante la Guerra Sucia
(1974-1983)37. En 2016, en el cuadragésimo aniversario del golpe militar
de 1976, se realizaron una serie de exposiciones relacionadas con la
memoria de los desaparecidos en la ESMA, un antiguo espacio de deten-
ción ahora convertido en Ente Público Espacio Memoria y Derechos
Humanos38. Aquí se mostró el trabajo de la EAAF sobre violaciones a los
derechos humanos, junto con una exposición del Colectivo Guías que
documentaba su trabajo sobre la identificación y restitución de restos
humanos de grupos indígenas exhibidos en museos de La Plata y en
todo el mundo, titulada “Presos de la ciencia”. Más recientemente, una
exhibición virtual en el Espacio Memoria subrayó la presencia de mu-
jeres araucanas y tehuelche en el museo39. Reunidos por la identifica-
ción de restos humanos, los legados de la Guerra Sucia se unieron a los
procesos del colonialismo de asentamiento para ilustrar estas largas
historias de necropolítica.

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 117


notas

Agradecimientos: Quiero agradecer a los Aires, Centro Cultural Ricardo Rojas,


editores de la publicación original, Anthony 2000). El historiador Jens Andermann
Acciavatti, Dan Handel, y Justin Fowler por sus ha examinado la historia del museo en
comentarios, a Mark Jarzombek por indicarme su investigación sobre el surgimiento
la larga historia de los tehuelche, a Andrew de los museos de historia natural en
Herscher por leer y comentar, a Fernando Luis Argentina y Brasil. Ver Jens Andermann,
Martínez Nespral por su amable ayuda con una The Optic of the State: Visuality and
visita a La Plata, y al Decolonizing Pedagogies Power in Argentina and Brazil (Pittsburgh:
Workshop por proveer un espacio para discutir el University of Pittsburgh Press, 2007).
colonialismo de asentamiento en las Américas. Graciela Silvestri ha escrito sobre las
Gracias a Francisco Cardemil por la traducción múltiples interpretaciones de la pampa
y a Francisco Díaz y Ediciones ARQ por su apoyo por la vanguardia argentina. Ver Graciela
a mi trabajo. Silvestri, El lugar común: una historia de
las figuras de paisaje en el Río de la Plata,
1 — El puerto fue construido entre
editado por Juan Suriano (Buenos Aires:
1889 y 1897. Ver Jorge O. Gazaneo,
Edhasa, 2011). Deseo complementar
Mabel M. Scarone, “Arquitectura
la investigación de estos historiadores
de la revolución industrial en la
ofreciendo una lectura que vincule el
Argentina”, en Marina Waisman (ed.),
museo con la supresión de la pampa, la
Documentos para una historia de la
expansión de la red ferroviaria argentina
arquitectura argentina (Buenos Aires:
y el largo alcance de la revolución
Ediciones Summa, 1984), 113-117.
industrial inglesa.
2 — Ver Raúl Scalabrini, Historia de los
ferrocarriles argentinos (Buenos Aires: 5 — Podgorny, El sendero del tiempo, 194.
Ed. Fabro, 2014 [1940]). 6 — Inacayal y otros miembros de su clan
3 — El Pleistoceno es la época geológica fueron deportados a un campo de
que comprende aproximadamente prisioneros en el delta del Tigre después
desde hace unos 2.588.000 hasta de la Campaña del Desierto del general
11.700 años, desde la última Roca. Fueron alojados en el museo,
glaciación y el Paleolítico utilizado siendo alentados por el personal para
en arqueología. que ayudaran a preparar la exposición,
producir ‘materiales etnográficos’. También
4 — La historiadora Irina Podgorny fueron sometidos a mediciones detalladas
ha escrito una detallada historia y sesiones fotográficas. Andermann, The
institucional del Museo de Historia Optic of the State, 55. Para la historia de
Natural de Argentina. Ver Irina Inacayal, ver el documental Inacayal, la
Podgorny, El sendero del tiempo y de negación de nuestra identidad, dirigido
las causas accidentales: los espacios por Myriam Angueira y Guillermo Glass,
de la prehistoria en la Argentina, (Buenos Aires: Instituto Nacional de
1850-1910 (Rosario: Prohistoria Cinematografía y Artes Visuales, 2011).
Editores, 2009), e Irina Podgorny, El Algunos de los nombres de los otros
argentino despertar de las faunas y tehuelche del grupo se han venido a
las gentes prehistóricas. vol. 2. Libros conocer más recientemente, muchos
del Rojas (Buenos Aires: EUDEBA- fallecieron sin rastro de su identidad. El
Editorial Universitaria de Buenos museo fue creado en 1884 y el edificio

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 119


fue inaugurado oficialmente 10 — Gran parte de los historiadores que
en 1888. discuten estos eventos concuerdan
en usar la palabra genocidio, aunque
7 — Para otros estudios de casos
algunos historiadores argentinos la
brasileños y argentinos ver
resienten. Para una discusión sobre
Andermann, The Optic of the
el tema, ver Walter Delrio, “Del no-
State. Quizás uno de los casos
evento al genocidio. Pueblos originarios
más conocidos de exhibición
y políticas de estado en Argentina”,
humana es el de Saartjie ‘Sarah’
en Eadem Utraque Europa 6,
Baartman, una de las varias mujeres
no. 10-11 (2010): 219-254; y Diana
khoikhoi exhibidas en la Europa
Lenton, Walter Delrio y Ana Ramos,
de principios del siglo XIX bajo el
Diego Escolar, Pilar Pérez, Florencia
nombre de la Venus Hottentot.
Roulet y María Teresa Garrido, Verónica
Murió en 1815. En Europa, tales
Seldes, Liliana Tamagno, Julio Esteban
exhibiciones duraron hasta bien
Vezub, “Debate: genocidio y política
entrado el siglo XX, por ejemplo,
indigenista: debates sobre la potencia
en la Exposición Colonial de París
explicativa de una categoría polémica”,
de 1931. En Estados Unidos, un
en Corpus. Archivos virtuales de la
hombre del pueblo yahi, encontrado
alteridad americana, vol. 1, no. 2 (2011).
en el condado de Butte, California,
Para un resumen de la investigación
en 1911, fue incorporado a
argentina sobre los grupos indígenas y
la exposición en el Museo de
los abusos que han sufrido, ver Claudia
Antropología de la Universidad de
Salomón Tarquini y Romina Casal,
California, Berkeley. Como parte
“Los pueblos indígenas de Pampa y
de su pieza de performance con
Patagonia, siglos XVIII-XX: un breve
Guillermo Gómez-Pena, “La pareja
estado de las investigaciones”, en
en la jaula” (1992-1993), la artista,
Papeles de trabajo, vol. 9, no. 16 (2015):
escritora y curadora Coco Fusco
22-55.
compiló una historia crítica de
estas exposiciones, llegando hasta 11 — Moreno, carta 453, en Florentino
la exposición de una mujer enana Ameghino, Obras completes y
negra en Minnesota en 1992. Ver correspondencia científica (La Plata,
Coco Fusco, “The Other History of 1935), citado en Andermann, “El
Intercultural Performance”, TDR, vol. Museo de La Plata”, <http://www.
38, no. 1 (1994): 143-167. bbk.ac.uk/ibamuseum/texts/
Andermann04.htm>, consultado el 20
8 — Francisco P. Moreno, Viaje a la
de julio de 2020.
Patagonia Austral emprendido
bajo los auspicios del gobierno 12 — Andermann, The Optic of the State, 49.
nacional, 1876-1877 (Buenos Aires:
13 — Richard Lydekker, Universidad
Imprenta de la Nación, 1879), 92-93
Nacional de La Plata, y Facultad de
(ortografía del original).
Ciencias Naturales y Museo, El Museo
9 — Jens Andermann, “El Museo de de La Plata (Londres: Rait, Henderson,
La Plata, 1877-1906”, en Relics 1894), 10. Ver también Andermann,
& Selves: Articles, <http://www. The Optic of the State, 45.
bbk.ac.uk/ibamuseum/texts/
14 — A lo largo de los procesos de
Andermann04.htm>, consultado el
colonización europea en las Américas,
20 de julio de 2020.
y de las guerras de independencia

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 121


criollas posteriores, muchos grupos Ver Mariano Magnussen. “La Gran
indígenas buscaron refugio en Extinción del Pleistoceno, breve
regiones más distantes y menos comentario”. Boletín de divulgación
deseables del continente, incluyendo Científica Técnica. (Prov. Buenos
las alturas de la cordillera de los Aires, Argentina: Museo Municipal
Andes, la selva amazónica, y en lo de Ciencias Naturales Punta
que se convertiría en Argentina, la Hermengo de Miramar, 2005).
pampa y todas las zonas distantes de
las ciudades más pobladas. Para un 19 — Más tarde, Ameghino fue
resumen de estos procesos, ver “The despedido por Moreno. Ver Irina
Colonial Foundations”, en Thomas Podgorny, “Human Origins in the
E. Skidmore, Peter H. Smith, James New World? Florentino Ameghino
Green, Modern Latin America (Nueva and the Emergence of Prehistoric
York: Oxford University Press, 2009). Archaeology in the Americas
(1875-1912)”, en PaleoAmerica,
15 — Citado en Alfredo Marcelo Serres vol. 1, no. 1 (2015): 68-80. Entre
Güiraldes, La estrategia del general otros temas, Podgorny discute
Roca (Buenos Aires: Editorial el escepticismo y la ansiedad
Pleamar, 1979), 377-378. producidos en la Europa del siglo
XIX al descubrir que los restos
16 — Patrick Wolfe, “Settler Colonialism
humanos en las Américas podrían
and the Elimination of the Native”,
remontarse hasta el Paleolítico.
Journal of Genocide Research, vol. 8,
no. 4 (2006): 387-409. 20 — Reino Unido fue el primero en hacer
uso generalizado de las tecnologías
17 — Según el historiador Felipe Pigna,
de refrigeración para congelar carne
entre 1876 y 1903, el Estado
y transportarla en barco desde sus
argentino regaló o vendió a bajo
colonias hasta las islas británicas.
costo 41.787.023 hectáreas a
El primer barco modificado con
1.873 terratenientes vinculados por
una unidad de refrigeración fue
vínculos económicos y/o familiares
encargado en Nueva Zelanda en
con los diferentes regímenes de ese
1881. Ver Colin Williscroft, A Lasting
período. Felipe Pigna, Los mitos de
Legacy: A 125 year history of New
la historia argentina 2 (Buenos Aires:
Zealand Farming since the first Frozen
Editorial Planeta, 2005).
Meat Shipment (Nueva Zelandia:
18 — El descubrimiento de que estos Rural Press Limited, 2007).
mamíferos gigantes fueron
21 — Los ferrocarriles se iniciaron con
contemporáneos a una presencia
capital argentino en 1855, pero las
humana – es decir, que existiera un
políticas liberales del presidente
hombre paleolítico en las Américas
Bernardo Mitre condujeron a su
– fue inicialmente resistido en
adquisición por compañías sobre
círculos científicos europeos y
todo británicas. El caso más
estadounidenses, pero abrazado
importante es el Ferrocarril del
en Sudamérica. Ver Podgorny, El
Oeste de Buenos Aires, vendido en
sendero del tiempo y de las causas
1890. Estas transacciones fueron
accidentales, 107. La paleontología
criticadas por subestimar a las
argentina estima una superposición
empresas. Scalabrini, Historia de los
de 4.000 años entre el Homo
ferrocarriles argentinos.
Sapiens y estos grandes mamíferos.

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 123


22 — Los británicos emplearon estrategias Modern Argentina: The Shades of the
similares en las áreas controladas por Nation (Nueva York, Ny: Cambridge
la East Indian Company y, más tarde, University Press, 2015).
el Raj en el subcontinente indio.
26 — Ver López-Durán, Eugenics in
23 — Para más información sobre esta red the Garden, especialmente “The
de procesamiento de carne, véase Architectures of Puericulture and
Fabiola López-Durán, “Meat Milieu: Hominiculture”.
Spacial Dynamics of Production
27 — No fue el primer museo de este
and Bodies in Modern Argentina”,
tipo en Argentina, el Museo
ponencia presentada en Export
de Historia Natural de Buenos
Commodity Cultures: Designing Latin
Aires fue inaugurado en 1827,
America, Niko Vicario y Ana María
contemporáneo a instituciones
León (orgs.), LASA 2016, Nueva York.
similares en América Latina.
24 — Los incentivos iniciales se Andermann, The Optic of the State,
encontraron con poblaciones 27-29. El Museo de La Plata fue el
italianas y españolas ansiosas por primer museo de historia natural
trabajar, produciendo grandes construido específicamente para el
migraciones de estos países en continente. Ibíd., 45.
lugar de los países del norte que las
28 — Para más detalles sobre el diseño
élites argentinas hubieran preferido.
de la nueva muestra, ver María
Estos patrones de migración fueron
Alejandra Inacio, “La arquitectura
cuidadosamente supervisados. Las
y el diseño de exhibiciones en el
estadísticas de flujo poblacional
Museo de La Plata”, I Congreso
fueron compiladas por la Revista de
Nacional de Museos Universitarios
Estadística Municipal de la Ciudad
(octubre de 2010, La Plata,
de Buenos Aires, centrándose en
Argentina). <http://sedici.unlp.
Buenos Aires como el principal
edu.ar/handle/10915/42022>,
puerto de entrada. Para un breve
consultado el 20 de junio de 2016.
resumen de esta historia en inglés,
Las salas fueron renovadas en
ver Thomas E. Skidmore, Peter H.
diferentes momentos a lo largo de
Smith y James N. Green, “Argentina:
la década de 2010.
Progress, Stalemate, Discord”, en
Modern Latin America (Oxford: 29 — Hasta 27.813 personas se
Oxford University Press, 2014). reconocieron como tehuelche en el
censo de 2019. Censo Nacional de
25 — Para un análisis de la eugenesia
Población de 2010, Argentina.
que sustenta este proyecto y sus
arquitecturas, ver Fabiola López- 30 — “La restitución de este valioso
Durán, “Machines for Modern objeto, que simbolizó una relación de
Life”, en Eugenics in the Garden: respeto entre Inacayal y F. Moreno,
Transatlantic Architecture and the hoy representa una nueva etapa de
Crafting of Modernity (Austin: diálogo fraterno entre el Museo y
University of Texas Press, 2018). las comunidades originarias”. Texto
Para investigaciones matizadas encontrado frente a la oficina de
recientes sobre la política racial de Moreno en marzo de 2019.
Argentina, ver Paulina L. Alberto y
31 — Ha habido varios intentos para iniciar
Eduardo Elena, Rethinking Race in
la restitución, comenzando por la

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 125


Ley 23.940, de 1991, que estableció Angueira y Guillermo Glass, (2011;
el transporte de los restos de Incayal Buenos Aires: Instituto Nacional de
[sic] a Tecka, en la provincia de Cinematografía y Artes Visuales),
Chubut. La Ley 25.517, aprobada en y Colectivo Guías, <http://
2001 y promulgada por el Congreso colectivoguias.blogspot.com>. Según
en 2010, estableció que los restos el grupo, aún quedan 10.000 restos
de personas aborígenes que formen humanos en el Museo de La Plata.
parte de colecciones públicas y
privadas deben ponerse a disposición 34 — Para la posición del museo, ver
de los pueblos y comunidades <http://www.museo.fcnym.unlp.
nativas que los soliciten. Para más edu.ar/antropologia_investigacion>,
información sobre la restitución consultado el 20 de julio de 2020.
de restos en Argentina, ver María 35 — Domingo Faustino Sarmiento,
Luz Endere, “The Reburial Issue in Facundo (Buenos Aires: Biblioteca
Argentina: A Growing Conflict”, del Congreso de la Nación, 2018
en The Dead and Their Possessions: [1845]), 67.
Repatriation in Principle, Policy and
Practice, editado por Cressida Fforde, 36 — Ver “History of EAAF”, en <https://
Jane Hubert y Paul Turnbull (New eaaf.org/>, consultado el 28 de
York: Routledge, 2002), 266-283. junio de 2016; y Thomas Keenan
y Eyal Weizman, Mengele’s Skull:
32 — Para más información sobre The Advent of a Forensic Aesthetics
Colectivo Guías, ver Colectivo (Berlín: Sternberg Press, 2012).
Guías: Grupo Universitario de
37 — El término ‘Guerra Sucia’ se utiliza
Investigación en Antropología Social,
para incluir la breve presidencia de
<http://colectivoguias.blogspot.
Isabel Perón (1974-76), que fue
com>. El equipo trabaja con grupos
seguida por el golpe militar de 1976
indígenas en Argentina con el fin
que llevó al autoproclamado Proceso
de identificar restos humanos en
de Reorganización Nacional.
colecciones de museos, en particular
los del Museo de La Plata, y 38 — “Una jornada para la memoria
proceder con las restituciones. Para colectiva”, Página 12, 17 de
una entrevista con el grupo, ver Ana marzo de 2016. <http://
Gutiérrez, “Prisioneros de la ciencia www.pagina12.com.ar/diario/
– Entrevista al Colectivo GUÍAS” elpais/1-294769-2016-03-17.html>,
en Analytica del Sur: Psicoanálisis consultado el 29 de junio de 2016.
y Crítica, 1 (2014), <http://
39 — “Prisioneras de la ciencia:
analyticadelsur.com.ar/prisioneros-
Restituciones, memorias y
de-la-ciencia/>. Según Colectivo
territorios,” exhibición virtual
Guías, el museo conservó partes del
en Espacio Memoria en
cerebro, el cuero cabelludo y el oído
https://espaciomemoria.ar/
izquierdo de Inacayal, así como los
memoriaencasa/prisioneras/,
restos de su pareja, cuyo nombre
consultado el 3 de agosto de 2021.
no está registrado, Margarita Foyel,
Tafa y una joven no identificada.
Todos murieron en 1887.
33 — Inacayal, la negación de nuestra
identidad, dirigida por Myriam

Ediciones ARQ | Escuela de Arquitectura, UC Chile | 2021 | 127

También podría gustarte