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Foucault: modos de ejercicio del poder y mecanismo punitivos - Márquez

La obra de Foucault gira en torno a la problema del poder es: ¿Cómo se ejerce?
cuales son los mecanismo, los procedimientos, las técnicas que hacen posible el
control de los individuos. Desplaza así la idea de un poder fundado en el consenso
para pensarlo en términos de dominación, desarrollando un planteo por el cual la
obediencia no estaría basada en el acuerdo voluntario de las partes que supone la
idea de contrato, sino que es garantizada a partir de la implementación de un conjunto
de técnicas que harán posible la sumisión de los individuos. * Poder soberano: el
poder soberano es característico de las formas de gobierno feudales y supone una
relación REY- SÚBDITO. Uno de los privilegios característicos del poder soberano fue
el derecho de vida y muerte. Formalmente, deriva de la “práctica propuestas” del
derecho romano: se puede suponer de la vida de los hijos como de la de los esclavos.
Puesto que el padre la había dado, podía quitarla. Se ejerce cuando el soberano se
haya expuesto en su existencia misma: ● Por enemigos externos: entonces puede
hacer la guerra y pedir a sus súbditos que tomen parte en la defensa del Estado
(derecho indirecto de vida y muerte). ● Por sus súbditos: al individuo infractor, a título
de castigo, lo mata. La justicia es armada y la ceremonia del castigo es una ceremonia
militar. Porque la ley emana directamente del soberano, es la voz del soberano y
enunciación invoca directamente al soberano (derecho directo de vida y muerte) Este
derecho, dice Foucault, es un derecho disimétrico: el soberano no ejerce su derecho
sobre la vida sino poniendo en acción su derecho de matar o reteniéndolo. El derecho
dice “DERECHO DE HACER MORIR O DEJAR VIVIR”. Es disimétrico entonces,
porque se inclina siempre del lado de la muerte. Si se interviene sobre la vida, es para
hacerla cesar. El poder es básicamente: ● Como instancia de deducción, mecanismo
de sustracción: derecho de apropiarse de una parte de las riquezas, de bienes, de
servicios, de tiempo y sangre. La imposición de impuesto a los súbditos en tanto
implica la transferencia obligatoria de riqueza. ● Como derecho de captación: de las
cosas, del cuerpo, y en última instancia de la vida: culmina con el privilegio de
apoderarse de esta para suprimirla. ● De manera discontinua, lacunar: recae sobre
puntos, zonas, individuos, no sobre la totalidad de la población ni en términos
temporales ni en términos espaciales. En tanto no hay forma de controlar los vastos
territorios del rey, hay toda una serie de ilegalismo que el poder monárquico está
obligado tolerar. ● De manera excesiva: el poder soberano se manifiesta mediante una
“expresión suntuaria de potencia” que se inscribe en una lógica teatral: el ritual, el
ceremonial, el espectáculo fastuoso. Este tipo de poder entonces se manifiesta en su
visibilidad, supone una economía de la mirada ascendente, el poder debe ser visto: el
pueblo mira al soberano.
El plano del castigo asume las mismas características (exceso y visibilidad): el suplicio
como pena se halla altamente ritualizado. El blanco es el cuerpo como lugar de
manifestación del poder y si atrocidad muestra la asimetría de fuerzas existentes entre
la soberanía ultrajada y el infractor.
Ante el peligro (una pandemia por ejemplo), el poder soberano responde rechazando,
expulsando hacia afuera aquello que encarna la figura del mal, aquello que se
considera una amenaza para la comunidad. A esta modalidad de poder que supone
fundamentalmente prácticas de exclusión y de rechazo, Foucault lo denomina el
modelo de la lepra. Porque? porque la lepra era una enfermedad incurable que
suponía un peligro inminente para la población en cuanto a su contagio. El leproso era
expulsado de la comunidad, otras medidas de ejecución, exclusión, castigo son: el
exilio y la deportación.
Estas prácticas ponen de manifiesto determinadas características de este modo de
ejercer el poder:
● Marca a los individuos y los separa: supone prácticas de exclusión, rechazo, de
marginación.
● Se constituye dos masas, una ajena a la otra: división binaria y masiva
● El sueño del poder político que ejecuta estas prácticas es el sueño de una
comunidad política pura y opera apartando (mediante exclusión o muerte) todo
fenómeno que encarne las figuras del mal.
* Poder disciplinario: a partir del siglo XVII, el derecho de muerte tiende a desplazarse
o apoyarse en un poder que administra la vida. La muerte es progresiva descalifica en
nuestra sociedad, no porque irnos provoque angustia, sino porque la lógica de esta
modalidad de poder necesita apartarse de ella. Ahora es en la vida, en su desarrollo,
donde el poder establece su fuerza. A este modo de ejercicio de poder Foucault lo
llama Biopoder.
“Concretamente, ese poder sobre la vida se desarrolló desde el Siglo XVII en dos
formas principales que no son antitéticas; más bien constituyen dos polos de
desarrollo enlazados por todo un haz intermedio de relaciones. Uno de los polos al
parecer el primero en formarse, fue centrado en el cuerpo como máquina (...) y
asegurado por procedimientos de poder característicos de las disciplinas:
anatomopolítica del cuerpo humano. El segundo, formado algo más tarde, hacia
mediados del siglo XVIII, fue centrado en el cuerpoespecie, en el cuerpo transido por
la mecánica de lo viviente (...), todos esos problemas los toma a su cargo una serie de
intervenciones y controles reguladores: una biopolítica de la población. Las disciplinas
del cuerpo y las regulaciones de la población constituyen los dos polos alrededor de
los cuales se desarrolló la organización del poder sobre la vida... un poder cuya más
alta función no es ya matar sino invadir la vida enteramente.
Esta modalidad de ejercicio del poder supone la utilidad de una serie de
procedimientos denominados disciplinas las cuales pueden definirse como unas
técnicas que permiten el “control minucioso de las operaciones del cuerpo”
garantizando la sujeción constante de sus fuerzas, imponiéndoles una relación de
docilidad-utilidad.
El cuerpo no es por tanto inaugurado como objeto del poder, pero se introducen
importantes modificaciones en la manera cómo es abordado: la escala de control. Y la
modalidad del control.
El cuerpo es explorado en sus partes, desarticulando y recompuesto por un
mecanismo de poder que lo explora. Anatomopolitica del cuerpo humano: el cuerpo es
presa de un poder que analiza y manipula, y su materialidad es ahora objeto de una
consideración política. Los procedimientos se realizan en principio, en lugares precisos
y relativamente cerrados. Hay sin embargo una situación de excepción que posibilita la
implementación de estos procedimientos a gran escala: “la peste”. La peste acerca la
muerte a la ciudad e inaugura de esta manera un estado de confusión y desorden.
Estricta división social: los espacio recortados,
los individuos fijados e inmovilizados. Construcción de una apretada cuadrícula que
restringe la circulación de los cuerpos y las cosas. Registro permanente: de los sanos,
los enfermos, los muertos.
Su implementación lleva en sí el sueño de una “sociedad ordenada. En este momento
de situación excepcional, este diagrama de poder, la función de las disciplinas es,
siguiendo con el autor, “detener el mal” de un modo absolutamente violento: “la
enfermedad que es muerte se opone el ejercicio minucioso del derecho de espada” su
función se reduce entonces al dualismo vida o muerte, y es denominada por Foucault
“disciplina bloqueo”.
Pero en el siglo XIX, las disciplinas sufrirán una serie de transformaciones diversas:
1. Se generalizarán.
2. Sus técnicas se aplicaran a variadas instituciones y funciones
3. su defunción dejará de ser negativa (detener un mal) para insertarse en el interior
del cuerpo social en términos de positividad y productividad. En el momento en que se
produce la modificación por la cual estos procedimientos adquieren la finalidad de
modificar conductas encontramos pues, otra imagen de las disciplinas, Foucualt la
define como “disciplina mecanismo” .
La generalización de las disciplinas es posibilitada, para el autor, a partir de la creación
del dispositivo panóptico: “El panóptico de Bentham es la figura arquitectónica de esta
composición: en la periferia, una construcción en forma de anillo; en el centro una torre
con anchas ventanas que se abren en la cara interior del anillo. La construcción
periférica está dividida en celdas., cada una de las cuales atraviesa toda la anchura de
la construcción. Tiene dos ventanas, una que da al interior de la torre, y la otra que da
al exterior. Por el efecto de la contraluz se pueden percibir desde la torre, recortándose
perfectamente sobre la luz, las pequeñas siluetas cautivas en las cerdas de la
periferia.”
Este dispositivo garantiza un funcionamiento automático del poder ya que, por un lado
induce en el observado un estado de visibilidad permanente; y por el otro, la eficacia
de su función no depende de la presencia real de un guardián, se produce una
relación de sujeción real de una relación ficticia. Esta generalización de las disciplinas
es porque es un sistema óptico que refiere “a una forma ideal de funcionamiento del
poder que es útil para cualquier establecimiento que tenga como función vigilar
personas” . En segundo lugar es porque este dispositivo se integra a una función
cualquiera (educación, castigo, producción económica) ya que, maximiza por la
omnipresencia de la mirada que supone, la eficacias en el funcionamiento del poder.
● Inversión funcional de las disciplinas: Las disciplinas funcionan cada vez más como
técnicas que fabrican individuos útiles. De un papel negativo a un papel positivo, así se
liberan de su forma marginal, de las formas de encierro y el retiro.
● Enjambrazón de los mecanismos disciplinarios: las disciplinas salen del encierro, de
las fortalezas que habitaban, para comenzar a circular en estado de “libre”. Grupos
religiosos y toda una serie de asociaciones desarrollan verdaderas campañas de
moralización, una suerte de “organizaciones de disciplinas” de la población. Su
objetivo son básicamente los pobres y vagabundos (clase obrera). Tienen a su cargo
tanto objetivos religiosos y económicos como políticos: la conversación, la promoción
del ahorro, la modificación de las conductas asociadas al ciclo, la enseñanza de
oficios.
● Nacionalización de los mecanismos disciplinarios: si bien la policía como institución
es realmente organizada como aparato del estado y se encuentra en el centro de la
soberanía política, el tipo de poder que ejerce:
○ Por los procedimientos que pone en juego: vigilancia permanente mediante un
sistema de observadores (soplones) que sean una mirada invisible.
○ por los elementos a los que se aplica: lo infinitamente pequeño del poder político:
conductas, actitudes, sospechas, “todo lo que pasa”.
○ Por la forma de registro: no necesariamente de infracciones, sino del
comportamiento de los individuos en tanto representa virtualmente la posibilidad de
una infracción, le añade una función disciplinaria.
Podemos ampliar ahora la definición de disciplina: las disciplinas son técnicas que
garantizan “la ordenación de las multiplicidades humanas” según ciertos criterios:
● Menor costo económico.
● Menos costo político.
● garantizando mayor docilidad y utilidad de todos los elementos del sistema.
● promoviendo máximas intensidad, alcance y continuidad “sin fracaso ni laguna”.
Los procedimientos que esta modalidad de poder pone en juego son, básicamente,
tres: Vigilancia jerárquica, sanción normalizadora y examen.
Vigilancia jerárquica: Convirtiendo el eje político de la individualización, no es el poder
del monarca el que será mirado en su atrocidad o en su despliegue fabuloso,
Dispositivo que coacciona por el juego de la mirada para permitir un control articulado
y detallado: el panoptismo es el modelo acabado de este régimen de visibilidad.
Sanción normalizadora: la aplicación de los procedimientos disciplinarios conlleva una
finalidad normalizadora: los individuos son sometidos a la calificación y jerarquización
de acuerdo a enunciados que no operan a la manera de la ley, defendiendo el ámbito
de lo prohibido y de lo permitido, sino distribuyendo todas las conductas entre el polo
positivo y el negativo.
Las normas refieren lo real a valores, expresan discriminaciones de cualidades
conforme a la oposición polar de una positividad y una negatividad. Supone siempre
una finalidad terapéutica (correctiva) y pretensión de poder. En el interior de todos los
sistemas disciplinarios funciona un pequeño mecanismo penal”, “cuya función es
calificar, jerarquizar y reprimir un conjunto de conductas cuya relatividad indiferencia
hace sustraerse a los grandes sistemas de castigo”
La penalidad disciplinaria castiga lo que no es conforme a la regla: las desviaciones.
Esta operación se lleva a cabo de la siguiente manera:
1. En primer lugar, una conducta o un hecho adquiere determinado valor (positivo o
negativo) comparando con un enunciado que es en sí mismo un principio de
conformidad, pudiendo funcionar como umbral mínimo, término medio o grado óptimo.
2. Los individuos son entonces diferenciados uno con respecto a otros y en función de
esta regla de conjunto, por lo cual son ubicados más cerca o más lejos de lo que ella
postula.
3. Las dos instancias anteriores-comparación y diferenciación- tienen sentido solo en
función del objetivo normalizador: ejerce una coacción para que esa conformidad que
enuncia se realice. La norma, entonces, obliga a la homogeneidad.
4. El castigo disciplinario no será la afirmación de la asimetría de fuerzas que se
manifiesta en la venganza del monarca, su objetivo será corregir, su sanción es la del
ejercicio, su repetición incesante hasta la realización del orden que se pretende
imponer.
5. Las disciplinas no solo sancionan, recompensa. El rango equivale por sí mismo a
una recompensa o a un castigo. Degradar es señalar la desviación, ascender implica
jerarquizar una cualidad.
Las disciplinas castigan las desviaciones cuya referencia es de carácter jurídico-
natural “es dispuesta de manera artificial por la ley, un programa o reglamente. Pero
es también un ordenamiento definido por unos procesos naturales y observables: la
duración de un aprendizaje, nivel de aptitud se refieren a una regularidad, que es
también una regla.”
Examen: es el instrumento que permite calificar, clasificar y castigar, por eso en los
dispositivos disciplinarios se haya altamente ritualizado. Como técnica utiliza unas
relaciones de poder que permiten obtener y constituir cierto saber. El examen además
invierte la economía de la visibilidad en el ejercicio de poder, garantizando hasta los
grados más bajos su ejercicio. Hace entrar al individuo en un campo documental,
situando a los individuos en una red de escritura. El registro sirve para recurrir
oportunamente. Gracias a los procedimientos de escritura que lo acompañan, el
examen permite constituir al individuo como un objeto descriptible, analizable,
rescatando su singularidad, su evolución particular. El examen hace que de cada
individuo un caso y dicha descripción se convierte en un medio de dominación y
control.
Si el régimen de visibilidad propio del poder soberano supone una individualización
ascendente, el poder disciplinario invierte la economía de la mirada, garantizando
hasta los umbrales más bajos la visibilidad del poder.
* Las disciplinas como contra derecho: los mecanismo disciplinarios son
imprescriptibles al discurso del derecho, fundamento del poder político en nuestra
sociedades modernas. Las disciplinas, siguiendo al autor, no están bajo la
dependencia inmediata de las estructuras jurídico-políticas. No definen una forma de
gobierno ni son en principio implementadas por los aparatos de estado.

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