Los días que desayunábamos juntos pronto se volvieron mis días favoritos.

También
rápidamente me empezaba a sobrar el resto del mundo.
Corresponderte el primer beso fue la mejor decisión que pude tomar, y fue perfecto. En
ese momento entendí que teníamos que encontrarnos, que teníamos que estar juntos,
que los besos siempre habían estado incompletos, que a mí siempre me había faltado
algo, alguien, tú.
No entiendo cómo la gente puede dudar de un amor tan evidente como el nuestro.