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EL HADA DEL ARCO IRIS

Colorines, el hada del arco iris, es tan pequeñita como Mientras tanto, Colorines se lanzaba por el tobogán a
un gorrión. Cuando llueve dibuja con su varita mágica en el toda velocidad. ¡Cómo se reía y qué bien se lo pasaba!
cielo ese precioso arco de siete colores: rojo, anaranjado, Pero justo donde terminaba el arco iris había un enorme
amarillo, verde, azul, añil y violeta. charco, y Colorines se cayó de culo en él, con varita y todo.
Sentada en las franjas de color, se desliza desde lo más - ¡Qué caída más tonta! – exclamó el hada-. Ahora
alto hasta el suelo, como si estuviera en un tobogán. tendré que secarme con mi varita mágica.
- ¡Qué divertido bajar por el color verde! ¡Luego lo haré Pero la varita había desaparecido en el charco, y
por el azul, y después por el rojo! Colorines tuvo que secar al sol su pelo, su vestido de
Invita a deslizarse a otras hadas amigas y juntos pasan estrellas y su sombrero de cucurucho.
ratos estupendos. Echan carreras por los colores y dan La Gallarda comía trébol y alfalfa muy cerca de allí. ¡Qué
premios a la que aterriza primero. buenísima estaba aquella hierba húmeda y fresquita! De
Una tarde de verano hubo tormenta. El campo olía a repente, aquel charco le llamó la atención y se acercó a él.
hierba fresca. Tras el chaparrón, como siempre, Colorines Estaba lleno de agua, pero… ¡qué agua tan bonita!
pintó las franjas de colores en el cielo. ¡Azul, roja, amarilla, verde…! Como la Gallarda tenía
Juanito se asomó a la ventana y le dijo a su madre: mucha sed, se la bebió toda entera y, con ella, sin darse
- Ha dejado de llover. Voy a llevar al prado a la Gallarda. cuenta, se zampó el arco iris.
La Gallarda era una vaca hermosísima, que daba una Al anochecer, Juanito fue a buscar a la Gallarda y la
leche estupenda, con mucha nata. llevó al establo. Al ordeñarla… ¡qué sorpresa! ¡La leche era
de colores! ¡Roja, anaranjada, amarilla, verde, azul, añil y
- ¡Verás qué rica está la hierba ahora! –le decía el niño violeta!
mientras la sacaba del establo- Pero no seas glotona, que
si comes mucho luego te dolerá la barriga. Con aquella leche la madre de Juanito hizo batidos,
helados y yogures. Los de color amarillo sabían, como es
lógico, a plátano. Los rojos, a fresa. Los verdes, a menta. Y llegó el otoño. Y volvieron las lluvias, Y cuando
Los anaranjados, a naranja… Colorines comenzó a pintar otra vez con su varita, por arte
La noticia de la vaca que daba leche de colores corrió de de magia, el arco iris salió de la Gallarda y se plantó en el
boca en boca. Todo el mundo quería verla. cielo, como siempre.
- ¡Yo quiero un batido azul! Desde ese momento, la leche de la Gallarda volvió a ser
de nuevo blanca, tan rica y con tanta nata como siempre.
- ¡Y yo un helado amarillo! Nadie pudo explicar lo que había pasado.
- ¡Yo prefiero un yogur violeta! El hada Colorines se ha atado la varita mágica a la
Aquel verano, la madre de Juanito pudo comprar más muñeca. Así no volverá a perderla. Y, si te fijas bien,
vacas lecheras y agrandar el establo. cualquier día podrás verla deslizándose por los toboganes
Mientras tanto, Colorines buscaba su varita mágica por del arco iris.
todas partes. Hasta que un día pasó junto al charco ya
seco, y la encontró.

Autora: Ana María Romero Yebra

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