Leyenda de Las Huacas del Sol y La Luna

Hace muchos años en un pueblo perteneciente a la cultura Mochica vivían dos

hermanos, una mañana salieron a caminar por el campo: “Mira hermano que hermoso
paisaje tenemos en nuestro pueblo” “Si!, es hermoso”. A lo lejos divisaron algo que se
movía: “¿Qué es eso que se está moviendo por allá?, vamos a ver hermano”. Cuando
se acercaron, se quedaron sorprendidos: “Parece que es una serpiente, mira, tiene dos
cabezas” “Que extraña criatura, debe ser un bebé y está perdido hay que llevarlo al
pueblo, ahora será nuestra mascota y lo cuidaremos”.

Los muchachos estaban contentos con su nueva mascota, jugaban y le daban de comer
mucho, la serpiente crecía más y más, debido a esto los pobladores le reclamaron:
”Oigan muchachos, deben llevar esa serpiente muy lejos del pueblo cada día está
creciendo más y tenemos miedo que nos vea como comida y nos devore”. Los
hermanos muy tristes llevaron a la serpiente lejos del pueblo, caminaron 5 kilómetros
hasta llegar al mar y dejaron a la serpiente, al rato la serpiente escapó y enfurecida se
quiso vengar de los hermanos dirigiéndose al pueblo, en el trayecto, se comía todo lo
que se interponía en su camino, uno de los pobladores se percató a lo lejos de la
serpiente, y gritó asustado: “¡Un monstruo, un monstruo!¡corran, se acerca, se está
devorando a las personas!”. La enorme serpiente llegó al pueblo, destruyó casas y
devoraba a los pobladores: “¡Corre hermano, corre!” “¡Nos va a comer!”. La
muchedumbre se dirigió al cerro y cuando la serpiente estuvo a punto de comérselos,
el cerro se abrió y dejó ingresar a los pobladores para ponerlos a salvo y luego de ello
la montaña se cerró.

Actualmente se puede notar en el cerro Blanco una gran franja negra, que sería la
cicatriz que le quedó al cerro, luego de abrirse y cerrarse, es por eso que los antiguos
pobladores en honor al dios de la montaña que habían salvado le construyeron lo que
ahora es el templo de la huaca, que hoy en día es una atracción turística.