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Muñeca de Porcelana
Muñeca de Porcelana
Eran una madre y su hija pasando por una tienda de antigüedades hasta que la niña vió una
muñeca de porcelana.
-“¡Mamá, quiero esa muñeca!- Dijo la niña llamada Wendy emocionada por tener esa muñeca.
-“Mañana volveremos para comprartelo pero debes recordármelo ¿Ok Wendy?”-Le respondió
su madre.
Wendy tenía solo ocho años, pero ella podía tener todo lo que quisiese gracias a su mirada de
pena que le ponía a sus padres. En esa misma noche, la pequeña tenía dificultades para
dormirse ya que sólo pensaba en su futura muñeca nueva. Incluso si tenía un brazo menos, era
la muñeca de porcelana más hermosa que había visto nunca. Ella tenía muchas, pero esa iba a
ser la más hermosa de su colección.
A la mañana siguiente, Wendy desayunó viendo sus dibujos animados favoritos, como cada
mañana. Había soñado tanto en su muñeca que tenía mucho sueño, estaba cansada y ya no
quería esa muñeca. Ya no le gustaba. Así que pasó el día enjugazada con otras cosas y no le
recordó a su madre que tenían que ir a por la muñeca, por que ya no la deseaba tanto como
antes.
Llegó la noche y Wendy fue a acostarse al piso de arriba. Ella tenía miedo de estar arriba en su
habitación sola, así que su madre subía con ella y se ponía en la habitacíon de al lado a coser
lindos suéteres. Una media hora después de haberse acostado en la cama, una voz aguda
despertó a la niña susurrándole al oído.
-“Subo 1, 2, 3 escalones…”-
-“Subo 4, 5, 6 escalones…”
De nuevo Wendy llamó a su madre. Su madre le volvió a contestar que se tranquilizara, que
sería el ruido del frigorífico.