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Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
ISBN 978-958-98833-7-2
Fotografía cubierta
Archivo fotográfico Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto, cnai.
Impresión y acabados
Zetta Comunicadores S.A.
Pbx: 359 9000
Calle 63c No. 32-38, Bogotá D.C.
Contenido
Agradecimientos 9
Prólogo 11
Memorias que duelen pero que también sanan
Introducción 15
Capítulo i
Contexto regional 27
Capítulo ii
Situación de las organizaciones sociales y de víctimas 53
Capítulo iii
Reflexiones finales 83
Glosario 87
Referencias 95
7
Agradecimientos
9
Prólogo
Memorias que duelen
pero que también sanan
A hora lo tenemos bien sabido: la inveterada guerra que golpea nuestro país se
alimenta de una estela de memorias vengativas. Fue en la inauguración de las
negociaciones del Caguán cuando se hizo más visible el cúmulo de dolores y re-
clamos que Manuel Marulanda Vélez tenía en su corazón. Los proclamó en una
carta que envió a la ceremonia de instalación de los diálogos. Hablaba de agre-
siones lejanas, cuando a principios de los años sesenta se vio obligado a tomar el
camino de las armas ante el ataque del Ejército a Pato, Riochiquito y Guayabe-
ro; pero también de tiempos más cercanos, cuando se vio impelido a desalojar
la Uribe después de que se rompió la tregua que había pactado con el Gobierno
Nacional. No se limitaba a mencionar las vulneraciones a la vida, se detenía espe-
cialmente en la usurpación de sus ganados y gallinas, de sus viviendas y caballos,
de la ruptura azarosa de la tranquilidad de sus huestes. El legendario Tirofijo ha
muerto, pero en el corazón de las farc quedó grabada con fuego esa memoria que
alentó a sus fundadores y que aún es emblema de todos sus combatientes.
No menos insistente en la vindicación de la muerte de su padre fue Carlos
Castaño, el feroz inspirador de los paramilitares. Alguna vez, en los momentos en
los que estaba en el empeño de unir atodos los grupos paramilitares en un proyec-
to de alcance nacional, dijo que el éxito de este proyecto estaba asegurado porque
él había buscado con apremio muchas personas prestantes ofendidas por las gue-
rrillas que servirían de soporte regional y local a la gran acción que se proponía
iniciar. Creía que la venganza que anidaba en aquellos hombres sería suficiente
para convocarlos a una cruzada de horror.
11
Sería injusto decir que la inapelable determinación del presidente Uribe de
perseguir las farc hasta los confines de las montañas tiene como única o princi-
pal motivación la leyenda infame de la muerte de su padre a manos de esta gue-
rrilla, pero no hay duda de que esa tristeza es un rudo acicate para su espíritu y así
lo ha dejado ver en muchas oportunidades.
Aludo a estos personajes que han tejido con sus manos la historia de este
conflicto, aunque bien podría contar innumerables historias de hombres y muje-
res anónimos que llevan en sus ojos la marca indeleble del dolor y la dura cruz de
la venganza.
Pero existe otra cara de la memoria y esa sí que es especial, insólita y sor-
presiva. Hay quienes buscan en los meandros azarosos de la violencia sus propias
historias de dolor, los rostros perdidos de sus familiares y amigos, las señas de un
pasado tranquilo que fue alterado drásticamente por la intervención artera de al-
guno de los actores armados; buscan el recuerdo, sólo para reclamar un poco de
justicia, para pedir una reparación que la mayoría de las veces es apenas que se
diga la verdad, que se reconozca la ofensa, que se vindique al ofendido. Son las
memorias no vengativas.
Muchas veces sólo van tras la entrega de los restos de su ser amado para po-
der descansar del agobio que significa la desaparición forzada. Otras veces, acuden
a reclamar su pequeña franja de tierra donde nacieron y luego criaron a sus hijos, no
se resignan a perder una tradición atada a un paisaje de la infancia, quieren volver
a habitar un nicho que les fue tan caro a sus afectos, que les dio seguridad y per-
tenencia en los años perdidos de su juventud. Son así las múltiples memorias que
hemos ido encontrando en este acompañamiento doloroso de las víctimas de la vio-
lencia de estos últimos quince años cuando la acción concertada entre paramilitares
y desvergonzados agentes del Estado, a lo largo y ancho del país, ofendió, desalojó
y sacrificó a miles y miles de personas inocentes e inermes.
Hemos recibido una lección de vida enorme: se puede acompañar a las
víctimas desde la perspectiva del perdón y la reconciliación. La nobleza de las
víctimas puede ser infinita si se respeta su memoria dolorosa, si no se les trata de
engañar, si se les habla con la verdad, si se les muestra un horizonte de paz en el
porvenir. Hay una enorme posibilidad de controvertir las memorias vengativas,
de mostrarles a quienes han sufrido que hay dos maneras opuestas de revivir el
pasado, de recordar la tragedia, de traer a la memoria las tristezas de esta larga
guerra: una, para intentar justicia por la propia mano, para lanzarse a producir
una ofensa igual o mayor que la recibida apelando a la violencia; otra, para re-
clamar un resarcimiento de verdad, justicia y reparación que apunte a la paz y la
reconciliación entre los colombianos.
En la Corporación Nuevo Arco Iris nos hemos apegado a esta segunda po-
sibilidad. Ha sido una experiencia humana que nos ha enfrentado a la vez al dolor
12
y la esperanza. Todos(as) los(as) integrantes de Nuevo Arco Iris que trabajan en
las comunidades de más de diez departamentos, compartiendo con personas que
han sido agredidas, han encontrado tantas historias escabrosas como ilusiones y
sueños de un mundo mejor.
La cooperación española ha sido un soporte económico invaluable en esta
tarea de disputarle a las memorias vengativas el campo de preeminencia, para que
salgan a flote las memorias inspiradas en el deseo ferviente del perdón, la paz y el
reencuentro entre todos los colombianos y colombianas.
León Valencia
Bogotá, octubre de 2008
13
Introducción
Walter Benjamin
1
Este acompañamiento a víctimas de la violencia y sus organizaciones se desarrolló en las ciudades de
Santa Marta, Pasto, Popayán, Quibdó y el municipio de Tuluá (Valle del Cauca) durante el año 2007.
2
Este evento contó con la participación de más de dos mil delegados de aproximadamente ochenta or-
ganizaciones de todo el país.
3
Esta Galería de la Memoria tuvo lugar en el marco de la Semana de los Derechos Humanos, cuyo lema
fue “Que se escuche la voz de las víctimas”. A propósito de esta Galería, ver: http://colombia.indymedia.
org/news/2007/09/71798.php
15
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4
La Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, cnrr, dentro del mandato que estipula la Ley 975 de
2005, creó un Grupo o Comisión de Memoria Histórica con la misión de realizar una investigación acerca
de las causas del surgimiento de los grupos armados ilegales; pero este Grupo no tiene las funciones de
una Comisión de la Verdad, que consisten en investigar y establecer los hechos de violación de derechos
humanos producidos en un determinado período de tiempo en un territorio definido con la intención de
identificar a las víctimas –y el universo de las víctimas– y los presuntos responsables de los crímenes, lo-
grando de este modo la posibilidad de asignar responsabilidades por los hechos identificados.
5
La Ley 975 de 2005, conocida como Ley de Justicia y Paz, constituye el marco normativo e institucional
con el que se está llevando a cabo el proceso de paz y de negociación política con los grupos paramili-
tares. En el texto de esta ley se establece la garantía de los derechos de las víctimas a la Verdad, la Justicia
y la Reparación: “La presente ley tiene por objeto facilitar los procesos de paz y la reincorporación indi-
vidual o colectiva a la vida civil de miembros de grupos armados al margen de la ley, garantizando los
derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación” (Artículo 1°, Ley 975 de 2005, ver igual-
mente el Artículo 4°).
6
Los crímenes de lesa humanidad son aquéllos que al ser cometidos contra una persona o comunidad
ofenden a la humanidad entera, entre ellos se encuentran el asesinato, el desplazamiento forzado, la
tortura, la desaparición forzada y otros delitos, siempre que se cometan contra una población civil como
parte de un ataque generalizado o sistemático, de conformidad con los intereses de la política de un Es-
tado o de una organización para lograr sus objetivos. Estos crímenes se encuentran definidos en varios
instrumentos internacionales de derechos humanos, entre los cuales se destaca el Estatuto de la Corte
Penal Internacional o Estatuto de Roma (2002):
Artículo 7. Crímenes de lesa humanidad
“
1. A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por ‘crimen de lesa humanidad’ cual-
quiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado
o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque:
a) Asesinato
b) Exterminio
c) Esclavitud
d) Deportación o traslado forzoso de población
e) Encarcelación o privación grave de libertad física en violación de normas graves del
derecho internacional
f ) Tortura
g) Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización for-
zada o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable
h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos po-
líticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género, etcétera
i) Desaparición forzada de personas
j) El crimen del apartheid
k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes su-
frimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física”.
16
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Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
7
Reyes Mate, Manuel, A contraluz de las ideas políticamente correctas, Editorial Anthropos, Barcelona,
2005, p. 48.
8
Periódico El Correo, entrevista a Manuel Reyes Mate: “No todos los sufrimientos son iguales, pero todos
exigen una respuesta solidaria”, 20 de noviembre de 2006.
17
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Consideraciones
conceptuales y
metodológicas
P ara abordar el estudio de casos regionales donde se reconstruyen hechos de graves
violaciones a los derechos humanos se parte del reconocimiento de que en Colom-
bia existe un conflicto armado interno, en los términos que el Derecho Internacio-
nal Humanitario contempla como conflicto armado sin carácter internacional:
9
Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de las
víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional (Protocolo ii), Artículo 1°, numeral 1. A dife-
rencia de las posturas esgrimidas por el Gobierno Nacional, no se consideran como terroristas los actos
de los grupos armados al margen de la ley. En ese caso no tendría aplicación el Protocolo ii de los Con-
venios de Ginebra toda vez que éste no se aplica a “… las situaciones de tensiones internas y de distur-
bios interiores, tales como motines, los actos esporádicos y aislados de violencia y otros actos análogos,
que no son conflictos armados” (Artículo 1°, numeral 2).
Para reconocer la existencia de un conflicto armado dentro de un país “basta que un conflicto no inter-
nacional ocurra dentro del territorio de un Estado entre grupos identificables, sin la exigencia de que
el bando opositor ejerza un dominio sobre una parte del territorio estatal y tenga capacidad de realizar
operaciones militares sostenidas y concertadas”. Ver Swinarski, Christophe, Principales nociones e insti-
tutos del Derecho Internacional Humanitario como sistema de protección de la persona humana, Instituto
Interamericano de Derechos Humanos, San José de Costa Rica, 1991, p. 37.
19
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10
Derecho Internacional Humanitario, dih: se trata de normas que pretenden humanizar la guerra al esti-
pular medios de protección para los no combatientes (población civil) que los combatientes deben res-
petar y ciertos límites en las formas de atacarse.
11
Defensoría del Pueblo, Duodécimo informe del Defensor del Pueblo al Congreso de la República, enero-di-
ciembre de 2004, Bogotá, 2005.
12
Córdoba Caviedes, Álvaro, “A propósito de la propuesta de acuerdo humanitario”, en revista Foro No. 57,
Ediciones Foro Nacional por Colombia, Bogotá, marzo de 2006, pp. 71-72.
13
Reyes Mate, Manuel, óp. cit., p. 52.
20
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Por otra parte, en el análisis de los hechos de violencia en el marco del con-
flicto armado, se pregunta por la respuesta institucional frente a lo sucedido y a
las acciones de las víctimas. En este sentido, a partir de la reconstrucción de los
sucesos y su contextualización, se indagará de qué manera las instituciones esta-
tales respondieron frente a los hechos perpetrados y cuáles fueron las acciones de
los(as) familiares de las víctimas. Para este propósito se utilizará el concepto de
capital social, que ha sido definido de muchas maneras15 pero que para el presente
trabajo se entenderá como:
14
Koselleck, Reinhart, Futuro pasado. Para una semántica de los tiempos históricos, Editorial Paidós, Barce-
lona, 1993 (1979), p. 338.
15
En el presente trabajo se consideran las distinciones fundamentales que Putnam plantea en torno al ca-
pital social: capital social formal, capital social denso, capital social hacia dentro, capital social que tien-
de puentes. Ver Putnam, Robert, El declive del capital social, Editora Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2003.
21
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16
Franco Suárez, María Carolina, Institucionalidad, capital social y violencia. Una caracterización desde la
zona cafetera, Uniandes-ceso, Bogotá, 2006, p. 10.
17
Ibídem, p. 11.
18
Consultar el Glosario al final del libro.
22
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19
“… la resiliencia constituye un proceso de entramado entre lo que somos en un momento dado y los
recursos afectivos presentes en el medio ecológico social… Se trata de cómo el sujeto sobrelleva la ad-
versidad construyendo una salida vital para superar el trauma…”. Ver en Melillo, Aldo, et ál., Resiliencia
y subjetividad. Los ciclos de la vida, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2004, pp. 70-71.
20
Reyes Mate, Manuel, óp. cit., p. 47.
23
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21
Lutz, Catherine y M. White, Geoffrey, “The Anthropology of Emotions”, en Annual Review of Anthropolo-
gy, 15: 405-36, 1986. Citado en Jimeno, Myriam, Crimen pasional. Contribución a una antropología de las
emociones, unal, Bogotá, 2004, p. 41.
22
Archila Neira, Mauricio, Idas y venidas, vueltas y revueltas. Protestas sociales en Colombia 1958-1990,
icanh-cinep, Bogotá, 2005.
24
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23
La entrevista semiestructurada es un tipo de entrevista en la cual no se sigue una secuencia de pregun-
tas fijas, aunque sí se adecua a un esquema o pauta general.
25
Capítulo i
Contexto regional
1
Municipios (41) del Cauca: Almaguer, Argelia, Balboa, Bolívar, Buenos Aires, Cajibío, Caldono, Caloto, Corinto,
El Tambo, Florencia, Guapi, Inza, Jambaló, La Sierra, La Vega, López de Micay, Mercaderes, Miranda, Morales,
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• Población:
• Mestizos y blancos: 56,31%
• Afrodescendientes: 22,19%
• Indígenas: 21,5%
Tolima
lera
il
Cord
Nevado del
Huila 5750m
Macizo
Huila
Cauca
Sierra Nevada
de los Coconucos
Caquetá
ral
Nariño
Cent
lera
il
Cord
Putumayo
Padilla, Páez, Patía, Piamonte, Piendamó, Popayán, Puerto Tejada, Puracé, Rosas, San Sebastián, Santa Rosa,
Santander de Quilichao, Silvia, Sotará, Suárez, Sucre, Timbío, Timbiquí, Toribío, Totoró, Villa Rica.
2
Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y dih, “Panorama Actual del Cauca”, Co-
lombia, 2004, p. 2.
28
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3
Gamarra Vergara, José R., “La economía del departamento del Cauca: concentración de tierras y pobreza”,
documentos de trabajo sobre economía regional No. 95, Centro de Estudios Regionales ceer-Banco de la
República de Colombia, Cartagena de Indias, octubre de 2007, p. 5.
4
Ibídem. p. 55.
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ejercido por los ingenios azucareros, la baja remuneración recibida por sus trabajos
y tierras y el incumplimiento de la patronal respecto de los acuerdos firmados5.
Respecto de los cultivos de uso ilícito, se calcula que el 63,4% de los mu-
nicipios del Cauca contaba con cultivos de este tipo antes de iniciar las fumiga-
ciones en 2000.
5
Ver artículos de prensa relacionados: “Inició el paro de los corteros de caña de azúcar del Valle y Cauca, Co-
lombia”, en: http://www.censat.org/noticias/2008/9/25/Inicio-el-paro-de-los-corteros-de-cana-de-azucar-
del-Valle-y-Cauca---Colombia/; “Tensión en Valle y Cauca por paro de corteros de caña de azúcar”, en: http://
beta.canalcaracol.com/nota_interna.aspx?hid_id=44042; “Corteros de caña anuncian paro indefinido desde
el 12 de octubre. Cauca, Colombia”, en: http://www.desdeabajo.info/index.php/actualidad/colombia/1149-
corteros-de-cana-anuncian-paro-indefinido-desde-el-12-de-octubre-cauca--colombia.html
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de los Coconucos
Caquetá
ral
Nariño
Cent
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Putumayo
6
“En Colombia en 1980 fueron declaradas tres reservas de la biosfera, que cubren un área de 1.799.000
hectáreas equivalentes al 1,57% del área del país. Como área proyectada para constituirse está el archi-
piélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Ley 99. Artículo 37)”. Instituto de Hidrología, Me-
teorología y Estudios Ambientales, ideam, en http://www.ideam.gov.co/publica/Macizo/Cap.5.pdf
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3. Indicadores de desarrollo:
salud, educación, calidad de vida
Departamento Municipios proyecto aeci nbi municipios proyecto aeci Total departamento
7
“La metodología de nbi busca determinar, con ayuda de algunos indicadores simples, si las necesida-
des básicas de la población se encuentran cubiertas. Los grupos que no alcancen un umbral mínimo fi-
jado son clasificados como pobres. Los indicadores simples seleccionados son: viviendas inadecuadas,
viviendas con hacinamiento crítico, viviendas con servicios inadecuados, hogares con alta dependencia
económica y hogares con niños en edad escolar que no asisten a la escuela”, en: Departamento Admi-
nistrativo Nacional de Estadística, dane. Tomado de: http://www.dane.gov.co/files/investigaciones/con-
diciones_vida/NBI.xls
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8
Departamento Administrativo Nacional de Estadística, en: http://www.dane.gov.co/index.php?option=
com_content&task=category§ionid=35&id=391&Itemid=887
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Atlántica
Pacífica
Central
Total
Total
56,04 49,18 6,86 23,85 7,98 15,67 0,2
nacional
Total
64,3 55,35 8,95 28,74 8,37 20,1 0,27
cabecera
Total resto 33 31,97 1,03 8,86 6,79 2,07 0
9
Fuente: Encuesta Nacional de Vida del Departamento administrativo Nacional de Estadística, en: http://
www.dane.gov.co/files/investigaciones/condiciones_vida/calidad_vida/cv_asist_escuela_edad_16-25.xls
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Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
Las cifras de educación que se muestran para 1997 relacionan el nivel edu-
cativo con dos grupos de edades, de dieciséis a dieciocho años y de diecinueve a
veinticinco años. Estas cifras se encuentran establecidas por regiones, es decir, no
se hallan discriminadas por departamentos, tomando en cuenta la cabecera muni-
cipal y el resto de la región. El dane establece entonces ocho regiones: Atlántica,
Oriental, Pacífica, Central, Antioquia, Bogotá-Soacha, Orinoquía-Amazonas y
San Andrés y Providencia, pero sólo en tres de ellas fue desarrollado el proyecto
10
Fuente: Índice de Educación Formal 2006, en: http://www.dane.gov.co/files/investigaciones/educacion/
educacion_formal/EFormal_alumnos_zona_2006.xls
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Los Cuadros No. 4 y 5 no permiten comparar los datos, toda vez que el primero estipula el número
de asistentes por cada sector, mientras que el segundo observa únicamente el número de matricula-
dos, lo que imposibilita diferenciar en qué porcentaje los niños que fueron matriculados, efectivamente
asistieron al colegio y terminaron el año escolar.
36
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12
En: http://www.accionsocial.gov.co/Estadisticas/publicacion%20nov%2030%20de%202007.htm
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13
Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, comunicacio-
nes, “Entre la expulsión y el retorno, la dinámica del Desplazamiento Forzado en el Valle del Cauca”, en:
http://www.derechoshumanos.gov.co/modules.php?name=informacion&file=article&sid=481
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Tasa de homicidios
Período
1990 - 1999 Nivel Diferencia
Cambio porcentual
(por cien mil habitantes) del cambio porcentual
Desv. Desv. Desv.
Departamento Media Min. Max. Media Min. Max. Media Min. Max.
Stdr. Stdr. Stdr.
Cauca 41.8 6.8 34.7 56.9 -2% 15% -32% 20% 1% 26% -45% 32%
Chocó 6.2 2.5 3.5 11.9 3% 48% -38% 117% -11% 68% -98% 143%
Magdalena 48.6 8.0 38.0 60.5 2% 20% -27% 26% 0% 28% -52% 45%
Nariño 24.7 2.4 20.7 26.3 1% 17% -17% 24% 7% 28% -31% 37%
Valle 89.7 17.1 61.5 124.0 4% 17% -19% 24% 0% 24% -43% 37%
14
Borrero, Pablo Querubín, “Crecimiento departamental y violencia criminal en Colombia”, Documento
cede 2003-12 Edición Electrónica, Universidad de los Andes, Abril de 2003, p. 47.
15
Observatorio el Programa de Derechos Humanos y dih, Estadísticas por departamento, en: http://www.
derechoshumanos.gov.co/modules.php?name=informacion&file=article&sid=160
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López de Micay, Cajibío, Bolívar, Santa Rosa, Piamonte y Sucre. Los municipios
que reciben en mayor medida a la población que ha sido víctima del desplaza-
miento forzado son Guapi, Mercaderes y Timbiquí. Por su parte, aquéllos que se
han consolidado por ser tanto receptores como expulsores de población despla-
zada son El Tambo, Patía, Popayán, Buenos Aires, Toribío, Corinto y Santander
de Quilichao.
De igual manera, se puede observar en el mapa la ubicación de las princi-
pales entidades no gubernamentales que trabajan a lo largo y ancho del depar-
tamento, como son la oim, unicef, Pax Christi, Rescate, pma, Diakonie, entre
otras.
43
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16
“El 7 de diciembre de 2003, en la vereda del Edén en el corregimiento de Ortega, se realizó la entrega
de armas y la desmovilización de ciento sesenta y ocho integrantes de las Autodefensas Campesinas de
Ortega con la presencia del Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, el delegado de la oea,
Sergio Caramgna, el asesor del alto comisionado para la Paz, Darío Mejía, el coronel Juan Ramón Ponce,
el Obispo de Popayán y el Gobernador del Valle, entre otros”. Ver Alto Comisionado para la Paz, “Infor-
me ejecutivo. Diciembre 7 de 2003-junio 7 de 2004. Proceso de desmovilización y reincorporación de
las Autodefensas Campesinas de Ortega”, en: http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/web/orte-
ga/junio_07.htm
17
Según el politólogo e investigador Mauricio Romero Vidal, se entiende por autodefensas aquellas fuer-
zas armadas irregulares que defienden un territorio –de agresiones– sin vocación expansionista ni de
incidencia en otras regiones, constituyendo fenómenos preferentemente locales. Por el contrario, los
paramilitares son fuerzas armadas irregulares que obedecen a proyectos nacionales de expansión, con
una estructura relativamente centralizada, federativa y con un claro propósito contrainsurgente. Mauri-
cio Romero enfatizó la dimensión política del surgimiento de los grupos paramilitares como resultado
de la confluencia de una serie de mecanismos que se desatan con la implementación de las políticas de
paz, descentralización y apertura política en los años ochenta: la potencial participación política elec-
toral de sectores de la guerrilla en los ámbitos locales ocasionó la oposición de las élites regionales, el
rechazo de las Fuerzas Armadas frente a las políticas de paz y la creación de grupos de justicia privada
por parte de narcotraficantes, para dar origen a los grupos paramilitares. Éstos se consolidaron por la
confluencia de oposición a los intentos de reformas democratizadoras del poder y la riqueza en el ám-
bito rural”. Ver Cruz Rodríguez, Edwin, “Los estudios sobre el paramilitarismo en Colombia”, en revista
Análisis Político No. 60, Bogotá, mayo-agosto 2007.
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muchos de estos grupos aún siguen operando en la zona bajo nombres como el
de Águilas Negras.
La Fuerza Pública tiene una importante presencia en el departamento que
ha ido incrementando en los últimos años, especialmente con la implementación de
la política de Seguridad Democrática18, por lo que se puede advertir la presencia de
las brigadas 2 y 29 y de las infanterías de Marina No. 10 y 70 (ver Mapa No. 4).
El departamento del Cauca se ha consolidado como un territorio geoestra-
tégico en el marco del conflicto armado colombiano dado que permite tener ac-
ceso tanto a la zona de la Amazonía como a la costa pacífica, el Valle del Cauca y
Ecuador, fundamental para el tráfico de estupefacientes, armas y la movilización
de efectivos. Por esta razón, la zona conocida como la “Bota Caucana”19 que co-
munica directamente a este departamento con el del Putumayo y el Caquetá, es la
que cuenta con mayor presencia de grupos armados ilegales en el departamento.
Una de las zonas que se ha consolidado en la producción y siembra de coca
se concentra en la Cordillera Central, especialmente en los departamentos de
Piedemonte, Argelia, Balboa, El Tambo, Mercaderes, Bolívar y Patía.
Otros fenómenos que se advierten en el departamento son los elevados nive-
les de corrupción administrativa y en el marco del conflicto, el desplazamiento for-
zado de civiles y de comunidades indígenas dadas las condiciones de confrontación
en esta zona entre los grupos armados ilegales y entre éstos y la Fuerza Pública.
Los mapas que se presentan a continuación permitirán dar cuenta –de ma-
nera detallada– de la presencia de grupos armados ilegales en la región y el con-
trol de zonas estratégicas que caracteriza la dinámica del conflicto armado en el
departamento. En este sentido, se identifican seis zonas estratégicas en el depar-
tamento en el marco del conflicto armado interno, a saber: zona pacífica, norte,
centro, oriente, región sur y el macizo y piedemonte amazónico.
En el Mapa No. 4 se señala que las farc tienen presencia en la zona pací-
fica por medio de tres frentes: el Frente 30, cuya zona de acción está básicamen-
te en el municipio de López de Micay, y los frentes 29 y 60, cuya operación está
dada en los municipios de Timbiquí y Guapi.
18
La política de Seguridad Democrática, desarrollada en la administración Uribe Vélez desde 2002, se sus-
tentó en siete premisas: 1. Fortalecer la Fuerza Pública para recuperar el control del territorio y proteger
la infraestructura y soberanía nacionales; 2. Desarticular la cadena de producción y tráfico de drogas ilí-
citas; 3. Fortalecer la justicia; 4. Atender las zonas deprimidas y de conflicto; 5. Fortalecer las relaciones
internacionales; 6. Fortalecer la convivencia y los valores ciudadanos; y 7. Proteger y promover los Dere-
chos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Ver Escobar, Andrea, Pabón Natalie y Mendivil
Laura, “La actual reforma militar en Colombia: la renovación de las fuerzas armadas” en Vargas Velás-
quez, Alejo y Patiño, Carlos Alberto, editores, Reforma militar en Colombia. Contexto internacional y re-
sultados esperados, Colección Pensamiento Político Contemporáneo, Universidad Pontificia Bolivariana,
Consejo de Medellín, No. 19, Medellín 2006, p. 207.
19
Los municipios de Piamonte y Santa Rosa conforman la denominada “Bota Caucana” en la zona del ma-
cizo y piedemonte amazónico.
45
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
Fuente: Equipo local Cauca, Programa Poblaciones Afectadas por el Conflicto, cnai.
La zona norte del Cauca, conformada por trece municipios, tiene presen-
cia de las farc por medio de dos columnas móviles y un frente: la columna móvil
Jacobo Arenas en los municipios de Caloto, Corinto y Toribío; la columna móvil
Arturo Ruiz en los municipios de Suárez, Buenos Aires y Santander de Quili-
chao y el Frente 6 en los municipios de Villa Rica, Caloto, Padilla, Corinto y Mi-
randa (ver Mapa No. 5).
Los grupos autodenominados Águilas Negras y que han sido relacionados
fuertemente con viejas estructuras del paramilitarismo, cuentan con una presen-
cia muy focalizada en el municipio de Buenos Aires y Suárez, en donde han es-
tablecido importantes relaciones con mineros asociados con los megaproyectos
(oro) establecidos allí en este sector económico.
El área señalada como auc representa el corredor al Pacífico establecido
por las autodefensas entre los municipios de Santander de Quilichao, Buenos Ai-
res y Suárez. Dicha zona estratégica resulta fundamental para el tráfico de armas,
drogas ilícitas y efectivos de los grupos armados ilegales.
La Fuerza Pública hace presencia en esta zona por medio del Batallón Pi-
chincha, cuya operación se localiza principalmente en Morales, Suárez y Caldono,
46
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
Fuente: Equipo local Cauca, Programa Poblaciones Afectadas por el Conflicto, cnai.
47
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
Fuente: Equipo local Cauca, Programa Poblaciones Afectadas por el Conflicto, cnai.
20
En entrevistas realizadas en Popayán a fines de 2007, las personas informadas sobre este tema afirma-
ron que los cultivos de coca, si bien fueron erradicados en las proporciones que considera la dne, la
48
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
erradicación y las fumigaciones no fueron tan exitosas, toda vez que dichos cultivos se trasladaron y fue-
ron alejados de la carretera Panamericana, incluso llegando a zonas cercanas a los páramos.
21
Dirección Nacional de Estupefacientes, “Situación Actual de los cultivos ilícitos de coca y amapola en el
departamento de Cauca”, agosto de 2004, en: http://www.dne.gov.co/?idcategoria=785
49
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
Fuente: Equipo local Cauca, Programa Poblaciones Afectadas por el Conflicto, cnai.
22
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito – unodc Colombia, “Análisis multitemporal de
cultivos de coca Período 2006-2007”, Proyecto simci ii, Diciembre 2008, p. 62, en: http://www.biesimci.
org/Documentos/archivos/mutitemporal_coca0607.pdf
50
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
Fuente: Equipo local Cauca, Programa Poblaciones Afectadas por el conflicto, cnai.
23
Al sur del Cauca, el municipio de Santa Rosa se ha denominado como la “Bota Caucana”. Tiene una ex-
tensión de 4.479 kilómetros, el más grande del departamento. Está dividido en tres zonas, alta, media y
baja, de las cuales la primera es considerada parte del macizo colombiano, en: http://www.sinic.gov.co/
SINIC/ColombiaCultural/ColCulturalBusca.aspx?AREID=3&SECID=8&IdDep=19&COLTEM=216
51
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
Fuente: Equipo local Cauca, Programa Poblaciones Afectadas por el Conflicto, cnai.
24
Vicepresidencia de la República, “Situación por map y muse 1990, 1 de febrero de 2008”, Programa Presi-
dencial para la Acción Integral contra Minas Antipersonales, en: http://www.derechoshumanos.gov.co/
minas/descargas/frecuenciamunicipal08.pdf
52
Capítulo ii
Situación de las organizaciones
sociales y de víctimas
1
Archila Neira, Mauricio, Idas y venidas, vueltas y revueltas. Protestas sociales en Colombia 1958-1990, icanh-
cinep, Bogotá, 2005. Archila entiende a los movimientos sociales como “una forma de acción social colecti-
va que enfrenta injusticias, desigualdades y exclusiones, es decir, que está inmersa en conflictos que abar-
can todas las dimensiones de la sociedad y no sólo la económica… compartimos con Touraine la idea de
que los movimientos sociales se inscriben en la dinámica de construcción de consenso y no de imposición
por la fuerza… Esto nos lleva al terreno de definiciones operativas, en donde habrá movimiento social
mientras se mantenga esa dinámica civilista y se busque la autonomía ante los actores violentos, aunque
algunos de ellos participen en la gestación y conducción de la lucha social”, pp. 74-75.
2
Ibídem, p. 115.
55
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
3
Diario El Espectador, “Del Estatuto de Seguridad a la Seguridad Democrática”, 6 de septiembre de 2008, en:
http://www.elespectador.com/impreso/judicial/articuloimpreso-del-estatuto-de-seguridad-seguridad-
democratica?page=0,1
4
Ibídem.
5
El Cauca tiene ochenta y tres resguardos indígenas. Los cabildos indígenas son las autoridades tradicio-
nales indígenas. El Decreto 1088 de 1993 (junio 10) regula la creación de dichos cabildos.
6
“Han sido cerca de tres mil asesinatos, perpetrados sistemáticamente desde el mismo momento en que
la up hizo su aparición en el escenario político en 1986. Entre las víctimas, dos candidatos a la Presiden-
cia, cientos de líderes regionales y locales, y muchos, muchísimos partidarios de esa agrupación… La
up surgió de los acuerdos de paz entre las farc y el gobierno de Belisario Betancur. Los dirigentes gue-
rrilleros tenían la intención de contar con un brazo político propio, una estrategia nefasta, encaminada
a multiplicar los frentes de acción de la insurgencia. En pocas palabras, la lucha no debía desarrollarse
exclusivamente desde la ilegalidad –la guerra–; había también que aprovechar los espacios que ofrecía
la vilipendiada democracia. Desde un comienzo, la gran prensa, la Iglesia, los gremios, los partidos tradi-
cionales, el Ejército, se apresuraron a condenar a la up por sus inocultables vínculos con las farc. Razón
no les faltaba, pues el brazo armado de la guerrilla pervertía el juego democrático allí donde la insur-
gencia tenía poder.
Pero esos mismos sectores se mostraron mucho menos escandalizados frente a la política de aniquila-
miento desatada por la extrema derecha contra la up. Su indiferencia tampoco cambió cuando el partido,
bajo la conducción de nuevos líderes que buscaban una mayor independencia con respecto a las farc,
empezó a criticar no sólo la ‘combinación de todas las formas de lucha’, sino la violencia como mecanismo
para impulsar los cambios que el país necesitaba. Es decir, la guerra contra la up no obedecía a sus vínculos
con las farc, como sostenían sus enemigos. Para amplios sectores de la clase dirigente, la creación y, peor
aún, la consolidación de un partido de izquierda constituía una amenaza para sus intereses. En una alian-
za siniestra, miembros del Ejército, terratenientes, políticos locales, paramilitares, etcétera, recurrieron al
terror para arrasar con todo lo que oliera a izquierda”. Arias Trujillo, Ricardo, “El exterminio de la up”, en el
diario El Espectador, 14 de agosto de 2008, en http://www.elespectador.com/node/32269
56
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
7
Archila Neira, Mauricio, óp.cit., p. 127.
8
En: http://www.laboratoriodepaz.org/publicaciones.php?id=28904
57
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
A las cuatro de la mañana del día de hoy, efectivos del Ejército Nacional
dispararon sin piedad sobre la camioneta del cric, vehículo en el que se des-
plazaba una misión médica procedente del municipio de Inzá Tierradentro, con-
ducida por Edwin Legarda Vázquez, esposo de la consejera mayor del cric, Aida
Quilcué. El comunero Legarda recibió dos impactos de bala, uno de los cuales
en la parte derecha del pecho (sic) y murió a las 8 a.m. en el Hospital San José
de Popayán.
El vehículo del cric, que es ampliamente conocido por sus viajes en esa vía,
fue atacado por tres costados y presenta diecisiete impactos de fusil, en una cla-
ra acción de guerra del Ejército colombiano contra la población civil y concre-
tamente contra los pueblos indígenas. Los hechos ocurrieron en la vereda San
Pedro, El Bosque, sitio San Miguel, del municipio de Totoro, Cauca.
La consejera del cric, al analizar las circunstancias del asesinato de su es-
poso, ha denunciado este hecho como un acto premeditado que en realidad
la tenía a ella como objetivo. Aida Quilcué ha recibido múltiples amenazas y
su riesgo aumentó a raíz de sus denuncias nacionales e internacionales sobre
la violencia contra los pueblos indígenas y los asesinatos en el desarrollo de la
Minga Nacional.
Luis Evelis Andrade Casama, Consejero Mayor de la onic, ante estos hechos
señaló que el atentado contra el cric es un atentado contra la onic, el Movi-
miento Indígena colombiano y contra todos(as) aquéllos(as) que nos atrevemos
a proponer cambios desde el sentir de los pueblos.
Con este asesinato aleve se ratifica una vez más por el Estado colombiano
que matar indios y líderes sociales es un componente de la seguridad democrá-
tica, tal y como se demostró durante la minga de resistencia en donde también
fuimos colocados (sic) como carne de cañón por la Fuerza Pública. A estos deli-
tos de Estado luego se les coloca nombres como falsos positivos o “acciones ais-
ladas de personas que no comprometen a la institución”, pero que en realidad
forman parte de una masacre contra el pueblo colombiano.
9
En: http://www.cric-colombia.org/noticias/?content=detail&id=208
58
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
Programa político
59
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
veinte, quien retomó las luchas iniciadas por la Cacica Gaitana y Juan Tama en siglos
anteriores. Posteriormente, en la década del setenta en el marco de la reforma agra-
ria, se inicia un proceso de lucha por la tierra protagonizada por campesinos e indí-
genas, del cual surge nuestra organización, el Consejo Regional Indígena del Cauca,
cric, que desde su fundación el 24 de febrero de 1971 establece como punto central
en el programa de lucha; 1. Recuperar la tierra de los resguardos; y 2. Ampliar los res-
guardos. Programa que por supuesto continúa vigente.
Desde que nació, el cric ha sido fundamental en marcar nuestras reivindi-
caciones en el Estado de Derecho vigente. Por supuesto que la violación de los
derechos indígenas ha sido permanente desde la invasión española hasta la ac-
tualidad, razón que ha hecho indispensable recoger toda la normatividad que
se relaciona con nosotros para así conocerla, defenderla y hacer respetar nues-
tros derechos. En este sentido, la organización hizo la primera compilación nor-
mativa denominada Cartilla de legislación indígena, cuya primera edición se hizo
en 1983. Se realizaron dos ediciones más, siendo la última en 1988.
Lo anterior, como consecuencia de que las comunidades indígenas hemos sido
incansables en exigir una normatividad que se adecúe a nuestra realidad y, especial-
mente, que respete nuestras características culturales en todo el sentido de la palabra.
De esta manera, aunque a un costo muy alto en vidas de compañeros, detenciones
y persecuciones, se ha logrado que poco a poco se vaya legislando de acuerdo con
nuestras necesidades, para lo cual se fueron concertando y emitiendo normas es-
peciales respecto a salud, educación, aspectos agrarios, gobierno interno, etcétera.
Normatividad que llega a su más alto avance con la promulgación de la nueva Consti-
tución Política de Colombia en 1991, en la que, gracias al esfuerzo y consolidación del
movimiento indígena, contribuimos por intermedio de tres constituyentes indígenas.
A partir de 1991 con la emisión de la Constitución Nacional, los indígenas de Co-
lombia tenemos una normatividad especial que el Estado colombiano debía haber
desarrollado conservando los principios allí establecidos. Aunque ello no ha sido
posible, nuestros pueblos han asumido mayores responsabilidades en asuntos de
autonomía territorial, gobierno propio y jurisdicción interna, es decir que con el pro-
grama político se apoyan jornadas de capacitación para fortalecer estos aspectos,
pero principalmente para investigar, juzgar y sancionar a quienes cometan delitos
dentro de nuestros territorios, conforme con nuestros usos y costumbres10.
10
En: http://www.cric-colombia.org/proyecto-politico.htm
60
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
Programa cultural
Tejiendo vida
61
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
Programa económico
11
En: http://www.cric-colombia.org/proyecto-cultural.htm
12
En: http://www.cric-colombia.org/proyecto-economico.htm
62
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
Los costos de los últimos cinco años de esta experiencia en el norte del
Cauca son: ciento ochenta y dos personas asesinadas y veinticuatro desapa-
recidas, exiliados, cantidad de desplazamientos a cabeceras municipales
y desplazamientos internos debido a combates y amenazas de los acto-
res armados. Así mismo, artefactos explosivos abandonados en el territo-
rio como minas antipersona (sic) y munición sin explotar, reclutamiento
13
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, pnud, “Buenas prácticas para superar el conflicto”,
“Asociación de Cabildos del Norte del Cauca”, en: http://www.saliendodelcallejon.pnud.org.co/buenas_
practicas.shtml?x=7118
63
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
14
Ibídem.
15
Ibídem.
16
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, pnud, “Buenas prácticas para superar el conflicto”,
“Comité de Integración del Macizo Colombiano, cima”, en: http://www.saliendodelcallejon.pnud.org.co/
buenas_practicas.shtml?x=7551
64
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
17
Ibídem.
18
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, pnud, “Buenas prácticas para superar el conflicto”,
“Guardia Indígena”, en: http://www.saliendodelcallejon.pnud.org.co/buenas_practicas.shtml?x=7615
19
Ibídem.
65
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
20
Soto Orrego, Nolvira, “Minga por la vida, la justicia, la alegría, la libertad y la autonomía”, en Caja de
Herramientas, Año 13, No. 102, Viva la Ciudadanía, Bogotá, noviembre de 2008, en: http://www.viva.
org.co/caja_herramientas_contenido.htm?cmd%5B825%5D=x-825-46736&cmd%5B822%5D=x-822-
46727&cmd%5B874%5D=x-874-46727&cmd%5B824%5D=c-1-
21
Diario El Espectador, “Tensa reunión entre minga indígena y Gobierno”, 22 de noviembre de 2008, en:
http://www.elespectador.com/noticias/bogota/articulo92668-tensa-reunion-entre-minga-indigena-y-
gobierno
22
Ver Declaración Foro Regional del Agua, 6 y 7 de abril de 2008 (Valle y norte del Cauca), en: http://www.
ecofondo.org/valle/index.php?option=com_content&task=blogsection&id=1&Itemid=41&lang=
23
Para conectar el centro del país con el Pacífico caucano (Guapi) actualmente se encuentra en cons-
trucción una vía que pretende unir los siguientes puntos: Popayán-Patía-Balboa-Planadas-Guapi. Esta
vía pretende reducir el impacto de la que existe actualmente por el parque Munchique, que es parque
66
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
ecológico protegido en el municipio de El Tambo. Si bien es un proyecto de hace muchos años, aún no
se ha culminado, según información recogida en entrevistas con ambientalistas de la región, la demo-
ra parece deberse a que en torno a este territorio hay intereses de los narcotraficantes alrededor de los
cultivos de uso ilícito y, por otra parte, a que estos territorios son propiedad de personas influyentes del
Cauca. Fuente: Entrevistas con ambientalistas de la región, noviembre de 2007.
24
En: http://www.dhcolombia.info/IMG/pdf_S.O.S._NARINO.pdf
25
Ver boletín Guapi, en: www.bancadafrocolombiana.net/bancada/downloads/Boletin%20Guapi.doc
26
La población estimada de este consejo comunitario asciende a treinta y cinco mil habitantes, que se lo-
calizan en una extensión de ciento treinta y seis mil hectáreas, según título colectivo expedido por el
Instituto Colombiano de Reforma Agraria, incoder. Tomado de “s.o.s. Comunidades de Nariño y sur del
Cauca. Territorio de la cordillera ha sido desalojado por lo menos en un 70%”, en: http://www.dhcolom-
bia.info/IMG/pdf_S.O.S._NARINO.pdf
67
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
Entre los años 2001 y 2004, el Bloque Calima tuvo control de las rutas del
narcotráfico provenientes de las cordilleras Central y Occidental 28. Actualmen-
te, existe presencia de las denominadas Águilas Negras, quienes mantienen una
disputa constante por el control del territorio con la guerrilla de las farc debi-
do al paso estratégico a la costa y por la existencia de minas de oro. Los pueblos
afrodescendientes en este territorio se dedican a la explotación artesanal del oro,
la cual se ve amenazada por la presencia de multinacionales que tienen interés en
el territorio para industrializar la explotación de dicho mineral. Esta situación ha
producido el desplazamiento de estas comunidades.
En esta zona se presenta una constante disputa con las comunidades in-
dígenas por el territorio, pues al igual que los indígenas, los afrodescendientes
consideran que son los propietarios ancestrales de esas tierras ya que son quienes
27
Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario,
“Panorama del Valle del Cauca”, óp. cit., p. 12.
28
González Perafán, Leonardo, “Informe sobre el conflicto armado en el suroccidente colombiano”, inde-
paz, julio 16 de 2007, en: http://www.indepaz.org.co/index.php?option=com_content&task=view&id=
483&Itemid=58
68
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
las han habitado desde hace muchos años y quienes hasta la fecha las han
explotado.
Las condiciones de vida de la población afrodescendiente se ven afectadas
por otras situaciones: por ejemplo, en el municipio de Villarrica, la extensión de
los cultivos de caña se lleva a cabo sometiendo a los trabajadores a condiciones
laborales muy desfavorables. Esto explica el motivo del paro de los corteros de
caña a fines de 2008.
En el norte del Cauca se presentó una disputa por el territorio entre las po-
blaciones indígena y afro ante las medidas del Gobierno Nacional sobre la ubica-
ción de indígenas en territorios donde habitaron tradicionalmente los afros.
En el Cauca las organizaciones afrodescendientes han adelantado un tra-
bajo para dignificar su cultura, sus tradiciones y la forma de vida. Al respecto han
elaborado la “Agenda de Desarrollo Afrocaucana 2008-2018. Visión de etno-
desarrollo de las comunidades afros de las zonas norte, centro y sur del departa-
mento del Cauca”. Las comunidades afro del departamento del Cauca consideran
la agenda como un instrumento rector para avanzar en el desarrollo humano sos-
tenible desde la perspectiva afro. En la agenda están plasmados los planes, pro-
gramas y proyectos que, construidos con la comunidad, constituyen pilares para
el mejoramiento de sus condiciones de vida 29. Para ello, las estrategias generales
definidas en la Agenda de Desarrollo son:
29
Unidad de Organizaciones Afrocaucanas–UOAFROC, Broederlijk Denle, “Agenda de Desarrollo para las comu-
nidades afrocaucanas de las zonas norte, centro y sur 2008-2018”, Puerto Tejada, Cauca, julio de 2007, p. 25.
69
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
“La tierra no es lo mismo que el territorio. La tierra esta en el corazón del territo-
rio como fuerza focal que reúne las fuerzas en el cuerpo a cuerpo, en una inten-
sidad teluricaque bordea el abismo”
Población afrocaucana
30
Unidad de Organizaciones Afrocaucanas–UOAFROC, Broederlijk Denle, “Agenda de Desarrollo para las co-
munidades afrocaucanas de las zonas norte, centro y sur 2008-2018”, Puerto Tejada, Cauca, julio de 2007.
70
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
Zona Municipio
Norte Villa, Rica, Puerto Tejada, Guachené, Padilla, Miranda, Caloto, Corinto,
Santander de Quilichao, Buenos aires y Suárez
Centro El Tambo, Morales, Cajibío, y Popayán
Sur Balboa, La Sierra, Mercaderes, Bolívar, Patia
Pacífico Timbiquí, Guapi y L´pez de Micay
31
Tomado de la primera Nota de Seguimiento del 19 de septiembre de 2008. Ver Defensoría del Pueblo,
Sistema de Alertas Tempranas, Nota al Informe de Riesgo No. 035-07 a.i. del 30 de noviembre de 2007.
71
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
Cabe señalar que los municipios de la costa pacífica del Cauca son pobres y
además presentan altos grados de corrupción par parte de las autoridades:
72
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
32
En: http://www.nuestratele.tv/content/ex-alcades-guapi-y-timbiqui-a-responder-corrupcion. Noticia
del 11 de abril de 2008. Ver: especial del periódico El País: “Guapi agoniza entre el olvido y la corrupción”,
en: http://www.elpais.com.co/paisonline/especiales/guapi/index.html
33
La información sobre corpoafro fue tomada del documento: “Plan de vida de las comunidades afrodes-
cendientes de la cuenca del Alto Patía, departamento del Cauca”. Municipios: Patía, Balboa, Mercaderes,
La Sierra, La Vega, El Tambo y Bolívar. Corporación Consejo Comunitario de Organizaciones de Base de
la Cuenca Alta del Río Patía, corpoafro. De junio de 2006 a mayo de 2007.
73
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
Plan de vida
de las comunidades afrodescendientes de la
cuenca del Alto Patía, departamento del Cauca
34
Síntesis de lo que es la sostenibilidad regional tomada de las memorias de los talleres de planeación
prospectiva y estratégicas que realizaron setenta líderes de la corporación.
74
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
Para conseguirlo se formuló una ruta estratégica que nos permitiera organi-
zar nuestras acciones en planes, programas y proyectos ordenados cronológica-
mente en acciones urgentes, iniciales, de transición y de consolidación.
Durante el año 2005 los consejos comunitarios y las organizaciones de base
articuladas en corpoafro son beneficiados por el programa Paz y Desarrollo
que corresponde a la contrapartida que hace el Gobierno colombiano a los re-
cursos brindados por la Unión Europea mediante el ii Laboratorio de Paz región
Macizo Colombiano, Alto Patía. En este marco, corpoafro formula su proyecto
“Fortalecimiento del proceso organizativo de las comunidades afrodescendien-
tes de la cuenca del Alto Patía” que incorpora dentro de sus elementos la elabo-
ración de su Plan de Vida. Así, durante los años 2006 y 2007 se pone en marcha
el proyecto y se llevan a cabo los distintos momentos de la construcción del
Plan, entre ellos, la apropiación de la metodología por parte de setenta líderes
y liderezas de la Corporación, la realización de asambleas en cada una de los
consejos comunitarios, de encuentros de socialización y síntesis y, finalmente, la
sistematización y ensamble del documento”35.
35
Ibídem.
75
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
36
Ibídem.
37
Ibídem. Los puntos enumerados fueron tomados del documento de corpoafro citado anteriormente.
76
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
3. La organización social
y de víctimas en Popayán
En el marco de la grave situación humanitaria que caracteriza el suroc-
cidente colombiano en los últimos años y que se ha referido anteriormente, las
víctimas del conflicto armado a pesar de los miedos, la desidia institucional y las
77
Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
38
Entrevistas desarrolladas durante el año 2007 en las ciudades de Quibdó, Pasto, Popayán, Santa Marta y
Tuluá en el marco del seguimiento a la aplicación de la Ley 975 de 2005 y la realización del derecho a la
justicia. Programa de Poblaciones Afectadas por el Conflicto, Corporación Nuevo Arco Iris.
39
Obviamente este reconocimiento no agota la riqueza de expresiones organizativas que desde la so-
ciedad civil permiten a las víctimas del conflicto acceder a sus derechos a verdad, justicia y reparación.
Destacamos aquellas organizaciones que interactuaron con la cnai en el marco del proyecto de “Acom-
pañamiento a la Exigibilidad de las Víctimas de la Violencia” durante el 2007 y el 2008.
78
La memoria desde las víctimas v
Cauca: los caminos de la organización social y comunitaria
Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca: red de la que hacen
parte el Consejo Regional Indígena del Cauca, cric, Movimiento Campesino de
Cajibío, mcc, anuc u.r., Asociación Nacional de Usuarios Campesinos-Unidad
y Reconstrucción Cauca, cima, Corporación de Destechados del Cauca, codes-
co, y Comité de Integración del Macizo Colombiano. Constituye un esfuerzo
de coordinación entre las organizaciones referidas que visibiliza la gravedad de la
situación humanitaria del Cauca a través de informes sobre la situación de dere-
chos humanos en el departamento. La base de datos de la red es alimentada por la
retroalimentación constante con las comunidades y organizaciones sociales40.
Mesa Humanitaria y de Protección de Líderes de Organizaciones Socia-
les del Cauca: es un espacio tripartito del cual hacen parte organizaciones sociales,
ong’s nacionales como Minga, agencias internacionales como el Programa Suizo
para la Promoción de la Paz en Colombia, suipcol, Diakonie Internacional, ocha
y los delegados de la Gobernación del Cauca y de la Defensoría del Pueblo.
Constituye un espacio de denuncia de las violaciones a los derechos huma-
nos y promoción de acciones para la gestión de medidas de protección de líderes
amenazados y la interposición de acciones urgentes en sitios afectados por con-
frontaciones entre grupos armados legales e ilegales. Este espacio se reúne habi-
tualmente cada dos meses.
Comité de víctimas pertenecientes a organizaciones sociales del Cauca:
a finales del año 2006 un grupo de organizaciones sociales del Cauca se dispu-
sieron a trazar una serie de estrategias que condujeran a la defensa de las bases
de sus organizaciones sociales y sus líderes, ante las sistemáticas violaciones a los
derechos humanos por acción y omisión así como ante las infracciones al Dere-
cho Internacional Humanitario cometidas contra las personas y las comunidades
que acompañan.
El Comité constituye un espacio en el cual se discutió y se trabajó activa-
mente el proyecto de ley que debatió en el Congreso –durante el 2008– un esta-
tuto para las víctimas. Así mismo, en este espacio se promueve el conocimiento y
discusión de legislación y propuestas desde las víctimas a través de una estrategia
de visibilización y empoderamiento de las mismas.
En la actualidad el Comité de víctimas perteneciente a organizaciones so-
ciales está conformado por delegados de las organizaciones de víctimas de la
masacre del Naya, asocaidena; familiares víctimas de la masacre del Nilo41,
acit; víctimas de la masacre de los Uvos, asfauvos; víctimas de la Pedrego-
40
Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca, Informe de derechos humanos, año 2007-primer se-
mestre de 2008, Popayán, agosto de 2008.
41
Esta masacre ocurrió en 1991 y ocasionó la muerte de veinte indígenas paeces.
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Afectadas por el Conflicto
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Programa Poblaciones
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42
En: http://www.saliendodelcallejon.pnud.org.co/buenas_practicas.shtml?x=7030
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43
En: http://www.funcop.org.co/
83
y la Comisión Europea, ce, cuya finalidad consiste en propiciar la construcción
colectiva de las condiciones para una paz duradera y la convivencia pacífica basa-
da en una vida con dignidad y oportunidades para todos los habitantes. Para ello,
el programa busca establecer espacios y procesos territoriales, institucionales, so-
ciales, económicos y culturales, priorizados y sostenibles, resultando en un menor
nivel de conflicto y violencia, así como de vulnerabilidad de la población.
Los tres ejes estratégicos de acción del ii Laboratorio de Paz consisten en:
44
En: http://www.laboratoriodepaz.org/publicaciones.php?id=27785
Capítulo iii
Reflexiones finales
1
Mensaje del Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales de
los indígenas, doctor Rodolfo Stavenhagen, con motivo de la adopción de la declaración sobre Derechos de
los Pueblos Indígenas por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 13 de septiembre de 2007.
2
Ibídem.
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Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
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87
Glosario1
1
Algunas definiciones han sido tomadas de los Conceptos básicos acerca de la Ley 975 de 2005, Justicia y
Paz, y de los derechos de las víctimas publicada por la Procuraduría General de la Nación, mayo de 2007;
la Guía Práctica sobre el procedimiento para acceder al reconocimiento de los derechos a la verdad, la justi-
cia y la reparación en el marco de la Ley 975 de 2005 que la cnrr publicó en su página web: http://www.
cnrr.org.co (abril/mayo de 2007); así como de la Guía de orientación jurídica y psicosocial para la atención
a las víctimas de la violencia generada por grupos armados organizados al margen de la ley, publicada por
la Defensoría del Pueblo (2007).
2
En: informe final de M. Joinet: Naciones Unidas, Comisión de Derechos Humanos, La cuestión de la im-
punidad de los autores de violaciones de los derechos humanos (civiles y políticos), informe final elaborado
y revisado por M. Joinet en aplicación de la decisión 1996/119 de la Subcomisión. Distr. General e/cn. 4/
Sub. 2/1997/20/Rev.1, 2 de octubre de 1997.
89
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Afectadas por el Conflicto
3
En: informe final de M. Joinet, Naciones Unidas, e/cn. 4/Sub. 2/1997/20/Rev.1, 2 de octubre de 1997.
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Desmovilizado
Miembro de un grupo armado organizado al margen de la ley, gaoml, que
abandona voluntariamente sus actividades como miembro del grupo y se
entrega a las autoridades de la República.
Desmovilización colectiva
Se refiere a la entrega voluntaria de un grupo armado organizado al margen
de la ley gaoml, después de un proceso de diálogo y concertación y en cum-
plimiento de acuerdos entre dicho grupo y el Gobierno Nacional.
Desmovilización individual
Se refiere a la entrega voluntaria de un miembro de un gaoml a las autori-
dades de la República y el consecuente abandono de las actividades delictivas
propias del grupo.
Reparación integral
• El concepto de reparación según una definición amplia que existe en el
contexto del derecho internacional, en el cual el término se usa para de-
signar toda aquella medida que puede ser utilizada para resarcir a las
víctimas por los diferentes tipos de daños que hubieren sufrido como con-
secuencia de ciertos crímenes cometidos con ocasión del conflicto armado
contemporáneo.
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Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
Las víctimas tienen derecho a la reparación integral de los daños que se les
han causado (Ley 975 de 2005, Artículo 37, numeral 3). Esto significa que
tienen derecho a pedir como reparación:
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Programa Poblaciones
Afectadas por el Conflicto
Tanto por la vía penal como por la civil, administrativa o disciplinaria, toda
víctima debe tener la posibilidad de ejercer un recurso accesible, rápido y
eficaz, que incluirá las restricciones que a la prescripción impone el Princi-
pio 24; en el ejercicio de dicho recurso debe beneficiarse de una protección
contra actos de intimidación y represalias… El ejercicio del derecho a ob-
tener reparación comprende el acceso a los procedimientos internacionales
aplicables (Principio 34).
El Estado deberá adoptar medidas adecuadas para que las víctimas no pue-
dan volver a ser objeto de violaciones que vulneren su dignidad. Habrá que
considerar prioritariamente:
4
Derechohabiente: que deriva su derecho de otra.
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La memoria desde las víctimas v
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Víctima
• Según el Artículo 5° de la Ley 975 de 2005 de Justicia y Paz, se entiende
por víctima a la persona que individual o colectivamente haya sufrido
daños directos, tales como lesiones transitorias o permanentes que oca-
sionen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual
y/o auditiva), sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo
de sus derechos fundamentales. Los daños deberán ser consecuencia de
acciones que hayan transgredido la legislación penal, realizadas por grupos
armados organizados al margen de la ley.
• También se tendrá por víctima al cónyuge, compañero o compañera
permanente, y familiar en primer grado de consanguinidad, primero civil
de la víctima directa, cuando a ésta se le hubiere dado muerte o estuviere
desaparecida.
• Ver inciso 2° de Sentencia C-370 de Corte Constitucional: La Corte
Constitucional y la Corte Interamericana de Derechos Humanos han
entendido que son víctimas o perjudicados, entre otros, las víctimas direc-
tas y sus familiares, sin distinguir, al menos para reconocer su condición
de víctimas del delito, el grado de relación o parentesco.
• La condición de víctima se adquiere con independencia de que se identi-
fique, aprehenda, procese o condene al autor de la conducta punible y sin
consideración a la relación familiar existente entre el autor y la víctima.
• Igualmente, se considerarán como víctimas a los miembros de la Fuerza
Pública que hayan sufrido lesiones transitorias o permanentes que oca-
sionen algún tipo de discapacidad física, psíquica y/o sensorial (visual o
auditiva), o menoscabo de sus derechos fundamentales, como consecuen-
cia de las acciones de algún integrante o miembros de los grupos armados
organizados al margen de la ley.
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Afectadas por el Conflicto
Vulnerabilidad
Se refiere al grado en que una persona puede ser influenciada por factores
externos negativos y encontrarse en condiciones de debilidad manifiesta.
5
Ley 418 de 26 de diciembre de 1997, prorrogada y modificada por la Ley 548 de 1999 y la Ley 782 de
2002.
96
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