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El DOMINADO.

El dominado: la crisis de las estructuras.


La constitución Antoniniana, dada por el Emperador Caracalla, otorgaba el derecho de
ciudadanía y con él el Derecho Civil romano a los pueblos del Imperio suprimiendo
diferencias entre los italianos y los otros habitantes del mismo, desmantelando los
cimientos del viejo Estado-Ciudad, haciendo desaparecer la preponderancia de los
romano-itálicos y denunciando las diferencias entre el derecho imperial y los derechos
locales.
Son muchas las causas que conllevan a las graves alternativas que vive Roma en ese
tiempo. En el frente interno, la situación es caótica. Desde el 235 al 285 d.C.,
hubo 26 emperadores y sólo uno de ellos murió de muerte natural. Las tropas eran quienes
proclamaban o deponían a los emperadores, llegando a su eliminación física.
En el plano externo debe señalarse el renacimiento del poderío de los persas, que
provoca el ataque permanente contra las provincias romanas de Oriente, así como
también la constante presión de los pueblos bárbaros sobe las fronteras del Rhin y del
Danubio.
Otra de las causas a que se atribuye la decadencia imperial, puede encontrarse en las
importantes modificaciones que había sufrido, durante el Principado, la conformación
del ejército.
Además, en esta época, el pueblo soporta una fuerte presión tributaria. Se hace
evidente la paralización del comercio y la industria, fruto de las constantes guerras e
invasiones.
Los emperadores fueron quitando importancia a las atribuciones del Senado
Reformas de Diocleciano y Constantino.
De este modo va a comenzar el Dominado o Bajo Imperio, que tiene como iniciador a
Diocleciano, que será quien, durante algún tiempo, devuelva el orden al Estado.
El estancamiento en el crecimiento demográfico obliga a Roma a buscar soldados
entre los bárbaros, transfiriéndoles técnicas bélicas y armamentos.
Se convierte al ejército en un cuerpo profesional, mercenario.
Va creándose una nueva clase, la de los militares, ahora totalmente desvinculada de
la aristocracia senatorial.
Ante tal situación, y para asumir cierta independencia, Diocleciano decide encarar una
total reestructuración del Estado, que se conoce en el nombre de Tetrarquía.
El poder se dividió entre cuatro Magistrados: dos Augustos y dos Césares.
Con la tetrarquía, Diocleciano pone en marcha un sistema que divide al Imperio, sin
afectar la integridad del Estado
Durante el gobierno de Diocleciano existió una marcada tendencia hacia las
persecuciones religiosas.
La creación de la nueva estructura política, junto a la militar, genera un mayor gasto
fiscal, que es enfrentado mediante un autoritarismo casi absoluto. Esto genera una
nueva forma de gobierno, inspirada en una marcada influencia de formas despóticas
orientales, lo cual producirá graves tensiones que van a culminar en el naufragio del
sistema, y dará como resultado la guerra entre Augustos y Césares.
Cuando Diocleciano organizó la tetrarquía dispuso, a fin de no perpetuar a los
Augustos, que luego de un tiempo abdicasen a favor de los Césares, y designasen a
sus sucesores.
Pero los relevos no son aceptados por quienes alegan mayores derechos para ocupar
tales cargos.
El resultado es una serie de luchas y una gran confusión.
Constantino había dictado el Edicto de Milán, por el que se disponía la tolerancia de
cultos y el cese de las persecuciones a los cristianos.
Constantino hace pública profesión de fe cristiana como una hábil estratagema
política.
Con Constantino el Cristianismo fue religión oficial.
Puede pensarse que Constantino, deseando unidad y pacificación, vio la conveniencia
de utilizar al Cristianismo aprovechando su férreo dogma, sus valores trascendentes y
la disciplina de sus seguidores.
Constantino modifica las bases que había elaborado Diocleciano y abandona la
tetrarquía.
En este período se nota, cabalmente, la influencia y progresiva preponderancia de la
cultura greco-oriental sobre la latina. Constantino traslada la capital del Imperio a la
ciudad que llevaría su nombre: Constantinopla
.
Características del Dominado:
A diferencia de la época de Augusto, el poder del Emperador es absoluto. El
Emperador es Dominis Et Deus (soberano y dios). Todos los funcionarios civiles y militares
están subordinados a él. En la divinidad está el origen y la causa de sus poderes.
Como consecuencia del origen de esta particular estructura, toda norma tendrá que
provenir del Emperador, por la vía de la Constitución Imperial.
Constantino unifica el poder y lo hace hereditario, nombrando Césares a sus hijos.
Las principales magistraturas se transformaron en simples recuerdos del pasado.
Solamente el Consulado aún conservaba algo de su viejo prestigio.
La administración pública. Fueron muy extensas las reformas introducidas en
la administración pública. El principio jerárquico que se había venido afirmando desde los
albores del principado
entre funcionarios imperiales llego a su apogeo con Diocleciano, quien reorganiza los
cargos administrativos en una escala gradual, en la cual el más modesto de los
empleados se hallaba vinculado a través de los numerosos grados intermedios, al a sagrada
persona del emperador.
A la cabeza de la administración central se encontraban los oficiales palatina, que de
cargos de Corte se transformaron en cargos de estado.

La aparición del cristianismo y su influencia en el aspecto jurídico.


A la muerte de Alejandro Severo se produce una gran crisis que dura 50 años (hasta
Dioclesiano). Conflictos que tienen como centro el problema de la sucesión en la
jefatura del Estado, la equiparación a Roma de Italia y las provincias, la quiebra de la
autoridad en el interior, el conflicto entre el Imperio y el Cristianismo, la
crisis económica, la irrupción creciente de los bárbaros y la desmedida extensión de los
territorios.
Con Dioclesiano se impone el absolutismo al estilo oriental. El emperador se convierte
en jefe y señor único de la vida pública.
Dioclesiano reforma los tributos, el ejército, crea una burocracia oficial y numerosa
que reemplaza a las magistraturas, y encomienda el gobierno a 2 gobernadores
ayudados por 2 Caesares, colaboradores y sucesores de aquéllos.
El poder se desplaza de la sociedad- Estado a un Estado en manos de la burocracia y
de la milicia, donde no existe adhesión a los principios del antiguo dinamismo político-
social.
El emperador es dominus et deus. Su poder arranca de una investidura divina; aún
así se distingue entre el dominus imperial (ejercido sobre las personas libres y sobre

los bienes privados) y el dominium imperial (que es una especie de propiedad privada
del emperador.
El Senado se convierte en simple corporación municipal. Las viejas magistraturas
quedan reducidas a muy poco. En realidad, el funcionario sustituye al magistrado.
Surge una burocracia civil y jerarquizada independiente de las clases que ejercen el
oficio militar. Los funcionarios civiles constituyen un gran cuerpo, con escalafón, con
título y sueldo y tienen un estatuto propio regulador de su actividad.
Las fuentes jurídicas del dominado.
Fue este un período en el que surgieron importantes escuelas de derecho.
Como consecuencia de una fuerte tendencia hacia la concentración del poder en el
Emperador, la jurisprudencia sólo se dedica a elaborar una doctrina oficial, que se
limita a interpretar las opiniones de los juristas del pasado.
Se trata de una etapa decadente.
Esta pobreza jurisprudencial constituye el punto de partida del derecho romano
vulgar. El vulgarismo, en contraposición al clasicismo del principado, se ha entendido como
interpretaciones jurisprudencias burdas, basadas en lo práctico y en lo popular, apartadas de
los cánones clásicos.
Durante el Dominado, la fuente del derecho por excelencia fueron las Constituciones
Imperiales. Luego del siglo III aparecen las primeras universidades, siendo las más
destacadas las de Beirut, Roma y Constantinopla; por lo que el derecho se empieza a
enseñar en las universidades. Aparecen los maestros de derecho, que sustituyen a los
juristas. Surgen así las colecciones de derecho, que pueden diferenciarse en 3 tipos:
a- escritos de disposiciones imperiales (de leyes);
b- escritos de jurisprudencia (de derecho);
c- escritos mixtos (de leyes y de derecho).
Aparte de las colecciones de derecho, los juristas comienzan a hacer libros,
destacando las Institutas de Gayo, obra que se ha transmitido íntegramente hasta la actualidad.
Posteriormente, en el período posclásico, se hicieron obras de iura (Pauli
Sententiae, Reglas de Ulpiano, Epíteto de Gai) y de leges (Código Gregoriano, Código
Hermogeniano, Código Teodosiano, Breviario de Alarico). Algunas otras obras
contenían iura y leges (Collatio Legum Mosaicarum et Romanorum, Consulta a un cierto
jurista antiguo y Fragmentos del Vaticano).

El Dominado
Universidad de Morón
Año académico: 2020/2021/ DERECHO ROMANO

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