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El 24 de octubre de 1998 aparecía muerto

Tron, también conocido como Boris Floricic, un


hacker alemán que sabía demasiado. El mundo
del hacking en Europa, en Estados Unidos y en
el resto del mundo quedó conmocionado. Casi
una década antes habían matado a Karl
Koch...dos asesinatos eran demasiados. El caso
de Koch podía explicarse por su relación con la
KGB, pero para Boris su único delito era su
mente, su talento.
A los 26 años, a sólo dos meses de la
reunión anual del Chaos Computer Club del 98,
terminaba la esperanzadora progresión de un
genio. Uno de los mayores expertos en criptografía, un hacker dotado de un
talento poco habitual que había roto los sistemas de las tarjetas GSM
(clonación) y de las principales televisiones de pago por satélite de Europa
(decrypt). Había rumores de que era capaz de interceptar y decodificar
mensajes cifrados de servicios secretos y militares. Sin duda, jugaba con
fuego.
Sin contar los hackers que permanecen en el más absoluto anonimato,
Tron era considerado por muchos como el mejor hacker de Europa.
En un parque en Neuköln, Berlin,
apareció su cuerpo sin vida. Había
desaparecido el día 17 de octubre. Las
autoridades echaron mano a la tesis del
suicidio para acallar los rumores que
circulaban insistentemente. Estrangulado.
Todos los que le conocieron niegan esta
posibilidad, por el carácter abierto y optimista,
por los apasionantes proyectos en los que
estaba inmerso... quizás interceptó
información que no debía conocer. Su ansia de ir un paso más allá le costó la
vida. Para que pueda verse el talento de este hacker, hasta el mismo jefe que
dirige la investigación policial, Thomas Kasbaum, se refiere a él como un genio.
La policía requisó rápidamente todo el material que tenía en su casa:
ordenadores, teléfonos, manuales, artefactos de todo tipo, cdroms, apuntes...
imagino que tardarán años en descifrar sus discos duros.
Tron diseñó las llamadas “tarjetas milagrosas” para telefonía, sus
investigaciones le llevaron fuera de la ley y tuvo ciertos problemas con la
justicia de su país. Tras esta experiencia decidió iniciar un nuevo camino y
contactó con el Chaos Computer Club. Últimamente estaba trabajando en el
uso de criptografía en las telecomunicaciones. Alguien en el otro lado no
dormiría tranquilo más de una noche.
En la imagen inferior puede verse el “Cryptofon”, un teléfono capaz de
codificar y descodificar llamadas telefónicas para que el “Gran Hermano” no
husmease en la privacidad de los ciudadanos.
Y si le faltase algo a este hacker (quizás el más perfecto ejemplo de lo
que entendemos por tal palabra), no perdía ocasión de divulgar la mayor parte
de sus descubrimientos para que la comunidad underground se beneficiara de
su talento.

Si Tron hubiera nacido en Estados Unidos estaríamos saturados de


noticias sobre su muerte. No son ni Kevin Mitnick, ni Vladimir Levin los
ejemplos a seguir, por muy atractivos que sean sus casos al margen de la ley.
Desde aquí reivindico la figura de este genio que no dudó en caminar por el filo
de la navaja durante muchos años. Cuando hoy muchos “hackers” sueñan con
las “visas oro” sirviendo a las grandes multinacionales, mezclando
sacrílegamente los bits con los centavos, nos quedan ejemplos magníficos. Se
van los mejores: Wau Holland, Boris ...
Su muerte nos perjudica a todos por muchos motivos: no cabe duda de
que algunos otros con el talento de Tron que se mantienen en las sombras, se
lo pensarán mucho antes de salir a la luz.

Sirva este pequeño artículo como homenaje a Boris Floricic - TRON


<JmMr> Jesús Manuel Márquez Rivera. <jmarquezr@arrakis.es>

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