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CAMBIO CLIMATICO

“El mundo es un lugar peligroso. No por causa de los que hacen el mal, sino
por aquellos que no hacen nada para evitarlo.”

Con estas sabias palabras de Albert Einstein, físico y científico alemán, les
invito a reflexionar esta mañana en el conocido proverbio: ¿Cuánto más
grande es el caos, más cerca está la solución?

Buen día honorable Jurado calificador, distinguidos maestros, apreciados


compañeros. Mi nombre es _________________________, represento a la
escuela secundaria “General Salvador Alvarado” y tengo el honor de disertar
para todos ustedes el tema que lleva por título: “El Cambio Climático:
Catástrofe Humana”.

Quién de ustedes no ha sentido un cambio en el ambiente o ha visto en el


periódico o la televisión los lugares que han sido devastados por diferentes
catástrofes naturales. Algunos culpan de esta situación a un designio religioso
y otros al depredador de la naturaleza: el hombre. De lo que sí estamos
seguros es que gran parte de las cosas que están sucediendo se deben al
cambio climático, es decir, el aumento o disminución de la temperatura de la
Tierra. Así es, nuestro planeta se está calentando: esto es una realidad. Los
últimos diez años han sido los más calurosos desde que se llevan registros, y
los científicos han anunciado que en el futuro serán aún más cálidos. Y, como
siempre, los seres humanos somos los principales culpables: ejercemos un
impacto directo sobre el proceso de calentamiento, popularmente conocido
como el “efecto invernadero”.

Éste es uno de los fenómenos naturales más conocidos debido a sus graves
secuelas. Es causado por el aumento en la concentración de los gases de
invernadero como: el dióxido de carbono, el metano, el óxido de nitrógeno y
el ozono de la troposfera, entre otros.

Sin embargo, hay que tener muy claro, que las emisiones de gases no son
solamente provocadas por las fábricas y los automóviles, sino también por
aquellas “pequeñas” emisiones, que van desde el humo del cigarro, los
insecticidas, pesticidas, fertilizantes y el gasto excesivo de energía eléctrica,
que hacen lo propio y en algunas ocasiones, en conjunto, provocan más daño
que los mismos autos y fábricas.
Pero ¿es la emisión de gases el único factor de este gran problema? No, hay
muchas otras causas, entre ellas la principal es: la explosión demográfica ya
que ésta provoca una reacción en cadena. Al haber más gente se necesita
aumento de recursos y más espacio. Con el crecimiento de las ciudades, se
provoca una sobreexplotación de los recursos naturales, erosión del suelo, con
persistente tala de árboles y creación de nuevos campos de cultivo. Esto
ocasiona un desequilibrio ecológico grave que influye en los constantes
cambios de clima. No es extraño entonces que en lugares regularmente fríos se
presenten temperaturas elevadísimas y en lugares donde el calor era una
constante, se han suscitado heladas.

Esta es la gran preocupación de los científicos, puesto que se podrían producir


aún más hambrunas y pandemias, las que serían frecuentes en todos los países.
También podrían derretirse témpanos, desaparecer flora y fauna, volverse
desérticas las tierras de cultivo, estropearse arrecifes e inundarse las islas, esto
es, la devastación de territorios de naciones enteras.

Para el científico James Lovelock: “El calentamiento global puede convertirse


en el mayor peligro al que se ha enfrentado hasta ahora la civilización”.

Estamos en la era en la que debemos tener verdaderamente en cuenta el medio


ambiente y aprender a sobrevivir a lo que nos vamos a enfrentar, pero… ¿A
qué nos enfrentamos? A una batalla muy dura por la supervivencia. Sí, no nos
engañemos, poco se va a hacer por esta situación y cuando realmente
busquemos una solución, va a ser demasiado tarde. Esto provocará enormes
crisis mundiales por las consecuencias económicas, guerras por la escasez de
recursos naturales, y sobre todo pérdidas humanas.

Si no frenamos la contaminación, y si no se hace algo pronto, va a ser


demasiado tarde para tomar medidas para desacelerar el calentamiento global,
porque llegará a tal grado que ya no va a haber punto de retorno.

El tiempo ha llegado para moverse más allá de debates académicos, sobre si


la tierra está calentándose o no. En su lugar debemos tomar acciones y dividir
nuestros esfuerzos en dos partes. En el corto plazo debemos enfocarnos en un
diálogo real y constructivo sobre cómo adaptarnos al cambio climático en los
próximos 30 años. A largo plazo debemos desarrollar controles de las
emisiones que limiten el calentamiento lo suficiente para permitir que
adecuados recursos ecológicos y agrícolas satisfagan las necesidades de las
generaciones futuras. Se debe movilizar una gran cantidad de capital,
tecnología y capacidad humana que de forma estratégica provea el desarrollo
de tecnología verde que disminuya el consumo de energía contaminante.

De igual manera nosotros podríamos contribuir con la reducción de


actividades negativas que dañan nuestro planeta: Si mejoramos nuestros
hábitos de consumo de recursos, y si educamos y preparamos a las próximas
generaciones en el aprovechamiento racional de los recursos naturales.

Sé que es muy difícil porque hay que cambiar la mentalidad de las personas,
cambiar nuestra manera de vivir, nuestra forma de actuar, pero… también sé
que para el hombre: “No hay imposibles”.

Esta mañana, exhorto a todos los presentes a tomar conciencia de nuestros


actos, reflexionar del daño que hemos causado y cambiar nuestra actitud. Pues
no podemos prever lo que nos depara el futuro, pero sí debemos enfrentarlo
con optimismo y esperanza para que cada día que pase valoremos más nuestra
naturaleza, nuestra raza, nuestra propia vida, pero sobre todo nuestro planeta,
maravilloso e inigualable: Planeta Tierra.

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