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Capítulo 4

Cómo volverte rico La opinión de Robert Resuelve problemas

Todos tenemos problemas económicos. Si quieres ser rico, resuelve problemas. Identificar un
problema da la oportunidad de idear una solución. Cada generación debe enfrentar sus
propios problemas financieros. Para la generación de mis padres, los retos fueron la Depresión
y una guerra mundial. Su solución a esos problemas fue asistir a la escuela, obtener un empleo
seguro con prestaciones, retirarse a las 65 años y jugar golf el resto de su vida. Muchos
miembros de la generación de la Segunda Guerra Mundial contaban con planes de retiro de
prestaciones definidas, ahorros, seguridad social y Medicare. Para muchas personas de la
generación de mis padres una buena educación y un buen empleo eran necesarios para
sobrevivir financieramente. La generación baby-boom, la mía, enfrenta problemas financieros
distintos. En nuestros días, una buena educación universitaria y un buen empleo no bastan.
Para empeorar las cosas, los empleos se importan del extranjero. Cada vez menos compañías
ofrecen planes de retiro de prestaciones definidas, pues son tan caros que los modifican o
descontinúan para ahorrar. Las compañías no quieren pagar a sus empleados de por vida. En
1974, debido a los cambios en los mercados mundiales, muchas compañías dejaron de brindar
planes de prestaciones definidas (PD) para ofrecer planes de contribuciones definidas (CD),
más tarde conocidos como 401(k), IRA y planes Keogh. El problema de mi generación es que
mientras los PD son auténticos sistemas de pensiones, los CD no lo son; éstos son planes de
ahorros. De hecho, el 401(k) jamás se pensó como un plan de pensiones. En otros países existe
el mismo problema, sólo que los planes tienen nombres diferentes. Expresado de manera
sencilla, un plan de prestaciones definidas te protege de por vida, mientras que uno de
contribuciones definidas te cubre sólo mientras tengas dinero en la cuenta. En otras palabras,
un plan PD, en teoría, no puede quedarse sin dinero, mientras que un plan CD sí. Ésta puede
ser la razón por la que USA Today averiguó que el mayor temor en Estados Unidos es quedarse
sin dinero durante el retiro, y ya sabemos que 80 por ciento de la generación baby-boom no
tiene suficiente riqueza de la que pueda disponer. Las generaciones posteriores a la baby-
boom, llamadas generación X y generación Y, deberán enfrentar problemas financieros
distintos. Si la generación baby-boom no hace un buen trabajo arreglando el entuerto creado
por sus padres, las generaciones X y Y enfrentarán un problema aún mayor. No sólo deberán
superar sus propios problemas financieros y la deuda pública (la mayor en la historia del
mundo); también heredarán los problemas de sus padres e incluso quizá los de sus abuelos,
pues la expectativa de vida es mayor. Al vivir más esperamos trabajar más años y retirarnos
más tarde, pero, ¿qué ocurrirá si vivimos más y no podemos seguir trabajando? La magnitud
de este problema, de alrededor de un billón de dólares, resulta desalentadora. Relegarlo a la
siguiente generación sólo lo amplifica y complica. Mientras mayores y más complejos se
vuelven los problemas, mayor IQ financiero se requiere para solucionarlos. Necesitaremos
toda la inteligencia que podamos reunir para resolverlo. Para repetir el titular de la revista
TIME del 31 de octubre de 2005: LA GRAN ESTAFA DE LA JUBILACIÓN A millones de
estadounidenses que esperan jubilación subsidiada les espera una desagradable sorpresa.
Cómo las corporaciones saquean el bolsillo de los contribuyentes… con la ayuda del Congreso.
La falta de educación financiera en nuestras escuelas permite que personas sin escrúpulos,
incluso funcionarios electos de ambos partidos, roben legalmente a los incautos. Así, el
problema se agrava. Háblame de ello Ojalá nos equivoquemos, pero Donald y yo creemos
sinceramente que Estados Unidos tiene problemas financieros, y si este país está en
dificultades, el resto del mundo también lo estará. Uno de los mayores problemas actuales es
el alza del precio del petróleo. El petróleo es la sangre de la economía mundial; si su precio
aumenta demasiado y no encontramos una mejor alternativa energética, la economía mundial
empezará a sucumbir. Como me dijo Donald: “Si un galón de gasolina cuesta cinco dólares, a ti
y a mí no nos afecta; pero para quienes ganan diez dólares por hora, gastar esos cinco dólares
significa no comprar alimento para sus familias”. Y agregó: “El petróleo influye en todos los
aspectos de nuestra economía, y el problema es que se nos está acabando. Los precios
seguirán subiendo y tú y yo estaremos bien, pero millones de personas se verán afectadas”. Si
el precio del petróleo alcanza los 100 dólares por barril (como creo que ocurrirá en el futuro
cercano), la economía padecerá, pero tú no tienes que padecer también. Puedes enfrentar el
problema ahora y ser parte de la solución. Cuando hablo sobre los desafíos financieros que nos
esperan, obtengo todo tipo de respuestas; una de las más frecuentes es: “No quiero saber de
eso”; otra: “Debemos pensar positivamente. Toda esa negatividad es mala”; o: “Dios
proveerá”. Éstas son réplicas de personas con bajo IQ financiero. En vez de abordar los
problemas de frente y preguntar: “¿Cómo puedo beneficiarme de esta situación?”, prefieren
ocultar la cabeza en la arena. Es por esto que millones, tal vez miles de millones de personas,
padecerán en los próximos años. En vez de considerar al problema una oportunidad, se ponen
una venda sobre los ojos. RIQUEZA= ENERGÍA Poco después de la crisis petrolera de 1973 y
1974, mi padre rico me enseñó que el petróleo y la riqueza están relacionados directamente. A
menudo decía: “Riqueza es igual a energía”. Yo me interesé en el petróleo desde que trabajé
como aprendiz en los buques petroleros de Standard Oil en 1966. La explicación de mi padre
rico era sencilla: “Cuando el precio de la energía baja, nuestra riqueza sube”. La ecuación se ve
así: Para la mayoría de las personas, cuando el precio de la energía sube, la riqueza baja. En
1974, año en que inicié mi carrera en los negocios como vendedor de Xerox, comprobé que la
teoría de mi padre rico era correcta. La gente no rentaba copiadoras Xerox; incluso cancelaba
sus contratos de arrendamiento. Mi primer venta me sorprendió de rodillas frente al cliente:
no vendía, suplicaba. Suplicaba a los clientes no cancelar su contrato de arrendamiento.
Recuerdo que uno me dijo: “¿Para qué quiero la copiadora? Mi negocio está arruinado”. Éste
es sólo un pequeño ejemplo de lo que ocurre cuando el precio de la energía aumenta. En vez
de ganar dinero, durante mis primeros dos años en Xerox me endeudé con la empresa. Esto
ocurrió porque cada vez que un cliente cancelaba una máquina, la comisión que se le daba al
vendedor que la había vendido se le cobraba al que la había perdido. Durante esos años no
vendí, sufrí hambre y más de una vez estuve a punto de ser despedido. Los tiempos difíciles
pueden enriquecerte Lo positivo fue que el reto de una economía en recesión hizo de mí un
mejor vendedor. Aunque no gané mucho dinero, mi formación en ventas sigue redituando aún
ahora. Mis negocios son exitosos porque sé vender y porque entiendo la importancia de las
ventas y la mercadotecnia. En tiempos de dificultad económica esto es una ventaja. Como
repetimos frecuentemente Donald y yo: “Si te dedicas a los negocios necesitas aprender a
vender”. Aumentando mi IQ financiero Como había escasez de petróleo, mi padre rico me
sugirió aprender más sobre la industria petrolera. Estuve en Standard Oil de 1966 a 1969,
como aprendiz y como tercer oficial en sus buques. Debido a que el tema me interesaba, no
me costó trabajo aprender. Cuando empecé a ganar dinero en Xerox como vendedor, y para
aprender más sobre el petróleo, tomé un trabajo de medio tiempo en una compañía petrolera
localizada en las afueras de Oklahoma, la cual vendía refugios fiscales en el ámbito del
petróleo y la gasolina. En aquellos días, una persona podía invertir 100 mil dólares y
cuadruplicar esa cantidad en incentivos fiscales. En este ejemplo, una inversión de 100 mil
dólares valía 400 mil en deducciones. Así, el inversionista ganaba más dinero de la producción
de petróleo y pagaba mucho menos de impuestos. Por eso los ricos eran cada vez más ricos.
Aprendí algunas lecciones importantes al vender refugios fiscales durante esa época de precios
elevados del petróleo. La lección número uno era que no todos los negocios padecían por la
crisis petrolera. Descubrí que muchas personas se enriquecían cada vez más, mientras otras
eran cada vez más pobres. Con este hallazgo, mi IQ financiero aumentó y contemplé un mundo
nuevo. Luego de mi experiencia vendiendo copiadoras Xerox a las empresas y refugios fiscales
a los ricos en mi tiempo libre, decidí que quería ser rico. La lección Observa la siguiente
ecuación: La triste realidad es que cuando los precios de la energía aumentan, la riqueza del
país baja, excepto para quienes tienen un IQ financiero tal, que pueden invertir de manera
inteligente. No obstante, si eres rico, tu ecuación puede verse así: La decisión es tuya. Puedes
elegir cuál de las dos ecuaciones quieres. Yo me asocié con compañías petroleras porque quise
estar del lado de los ricos, y hoy sigo invirtiendo en ellas como lo hice en los años setenta y
ochenta. Los incentivos fiscales, aunque no tan buenos como en el pasado, siguen siendo
tentadores. Actualmente, si realizo una inversión de 100 mil dólares, no recibo el cuádruple en
deducciones, pero sí un 70 por ciento, más otro 15 por ciento por factor de agotamiento. Es
decir, 70 mil dólares en deducciones más 15 por ciento por cada dólar de ingreso. Gano más y
pago menos en impuestos. Intenta obtener esto con ahorros, acciones, bonos o fondos de
inversión. Inteligencia financiera es saber ganar dinero y pagar menos en impuestos. Lo
decisivo para mí fue hallar una compañía petrolera honesta. Como dijo mi padre rico hace
años: “Un petrolero es un mentiroso sentado junto a un agujero en el piso”. También puede
sustituirse petrolero con minero. Aunque actualmente gano mucho dinero de mis libros y
juegos de mesa, la mayor parte de mi riqueza proviene de una mina de oro en China, una de
plata en Sudamérica, y de mis compañías de bienes raíces y asociaciones petroleras en Estados
Unidos. Cada vez que un reportero me pregunta: “¿No es cierto que la mejor manera de
hacerse rico es escribir un libro sobre cómo hacerse rico?”, yo me río y simplemente respondo:
“Si cree que escribir un bestseller internacional y desarrollar un juego de mesa educativo es
sencillo, ¿por qué no lo hace usted?” En mi opinión, es mucho más fácil encontrar petróleo y
oro que escribir un bestseller. Donald Trump y yo escribimos porque nos preocupan los
tiempos de turbulencia financiera que enfrentarán los estadounidenses y otros pueblos del
mundo. Ojalá estemos equivocados, pero pensamos que millones de personas padecerán
económicamente por las tormentas financieras que se avecinan. Nuestro mensaje es: con la
educación y la preparación adecuadas, tú puedes aumentar tu IQ financiero y remontar las
fuertes olas para que tu riqueza crezca y no disminuya. La opinión de Donald La educación
sustituye al miedo El mensaje de Robert y mío es: con la educación y la planificación financiera
adecuadas podrás sortear las turbulencias del mundo financiero actual y adquirir riqueza si
encuentras maneras de resolver los problemas. Recuerdo un ejemplo muy sencillo de solución
de problemas. Cuando Robert vino hace poco para hablar del libro, coloqué una silla roja en el
centro de mi oficina. Le pregunté si le gustaba y cuánto creía que me había costado. Se quedó
mirando aquella silla tapizada y elegante de comedor, y finalmente dijo: “No tengo idea”. Yo
estaba encantado. Mike, el gerente de mi campo de golf en California, llamó y me dijo que
necesitaba 150 sillas para el restaurante y que le habían cotizado en 1500 dólares cada una.
Eso me pareció muy caro, por lo que, en vez de simplemente autorizar, realicé algunas
llamadas. “Me costó 90 dólares —dije muy orgulloso—. Es una silla fabulosa. Es la mejor. Mira,
siéntate. Es una mejor silla que la de 1500. ¿Sabes cuánto ahorré sólo por hacer unas cuantas
llamadas?” Es cuestión de liderazgo y de capacidad para resolver problemas. Si mis empleados
piensan que derrocho el dinero, ellos lo derrocharán. No es sólo por proteger el capital; es
para poner el ejemplo. A mí no me da miedo gastar; me gusta comprar lo mejor, pero no me
gusta desperdiciar el dinero. Muchas personas tienen dificultades financieras porque piensan
barato y compran barato. Puedes enriquecerte siendo barato, pero, ¿quién quiere ser un rico
barato? Nunca he sido barato, ni siquiera cuando tuve dificultades financieras. Cuando mi
compañía tenía problemas, seguí pagando bien a mis empleados. Por eso puedo comprar la
mejor silla al mejor precio. No me gusta que me timen, mucho menos cuando puedo obtener
lo mejor por menos. Y espero lo mismo de mi personal. Algo que debemos tener presente es
que un pequeño esfuerzo es el mejor sustituto de las excusas. Si todos nos esforzáramos por
entender lo que ocurre a nuestro alrededor, si realizáramos ese salto cuántico y utilizáramos
esa parte más elevada y no autocomplaciente de nuestra inteligencia, podríamos obtener
algunas ideas brillantes. La resolución de problemas es el aspecto más elevado de la
educación. Así como el entendimiento puede sustituir al odio, la educación puede sustituir al
miedo. Tal vez la ignorancia sea más fácil, pero a menudo es resultado del miedo. Como dijo
Robert Frost: “Nada me da más temor que las personas temerosas”. Reduce tu miedo e
impulsa tu valentía. Me gustan los diagramas de Robert, y cuando observo sus flechas de
riqueza y energía pienso en cómo nuestra energía individual puede generar riqueza. La
persistencia es una gran fuente de energía en sí misma; si eres persistente y tienes la
orientación adecuada, es probable que alcances el éxito. Siempre me ha gustado la declaración
de Alexander Graham Bell: “Concentra todos tus pensamientos en el trabajo que estás
realizando. Los rayos del Sol no queman hasta que se les concentra”. Si puedes controlar tu
energía, tienes buenas posibilidades de generar y controlar tu propia riqueza. Tus dos flechas
estarán apuntando en la dirección correcta. He aprendido que, en ocasiones, lo esencial puede
pasar inadvertido. Aquí es donde entra el discernimiento. Los líderes son personas que han
sustituido el miedo con discernimiento, con lo cual pueden predecir lo inevitable. Su educación
les da elementos para remplazar eficazmente el miedo e incrementar sus posibilidades de
éxito. La solución de problemas resulta mucho más sencilla si los consideras desafíos. Tal vez
los veas de esa manera, pues los problemas son parte de la vida. Una actitud positiva frente a
los problemas te dará inevitablemente más energía. Digo “inevitablemente” porque lo he
comprobado por experiencia propia. La confianza constituye un gran paso hacia la valentía, y el
miedo se evapora ante ella. Robert dijo que los problemas pueden crear oportunidades. Bien
dicho; estoy de acuerdo. Si ves tus problemas desde esa perspectiva, puedes estar seguro de
que te encuentras en camino de resolverlos. Yo he tenido problemas graves, incluyendo
deudas de miles de millones de dólares, pero nunca estuve en bancarrota y ahora tengo más
éxito que nunca, así es que hablo por experiencia propia. La Torre Trump ha estado en el mapa
como destino turístico durante tanto tiempo que con frecuencia se olvida que no apareció de
un día para otro en el cielo de Manhattan. Hubo muchos obstáculos para superar cuando
decidí que quería el “emplazamiento Tiffany” para mi nuevo edificio. Tuve que resolver
muchos problemas. En primer lugar, quise comprar la tienda y el edificio de Bonwit Teller, pero
ellos creyeron que estaba loco. No me di por vencido, y pasaron tres años antes de lograr algo
con ellos. Luego, quise comprar los derechos aéreos de Tiffany, lo que me permitiría construir
un edificio mucho más alto. Cuando los obtuve, necesité un pequeño terreno que resultaba
crítico porque la legislación zonal exigía un mínimo de nueve metros detrás de cualquier
edificio. Eso requirió más investigación y negociación. Además, yo y mi arquitecto, Der Scutt,
consideramos más de 40 diseños, identificamos los mejores elementos de cada uno y los
incorporamos al diseño final. Luego tuvimos que esperar la aprobación de la ciudad y algunas
licencias especiales. Ésta es sólo parte de la historia de la Torre Trump. Ninguno de esos pasos
fue sencillo, pero consideré a cada uno un reto y disfruté afinar los detalles. Si no los hubiera
abordado así, fácilmente me habría desanimado, pero ahora tengo un edificio hermoso y
célebre en todo el mundo. ¿Valió la pena? ¡Sí!, y es un gran ejemplo sobre cómo resolver
problemas. Otra historia interesante acerca de la Torre Trump es la de su nombre. Yo iba a
llamarla Torre Tiffany debido a su emplazamiento, pero un amigo me preguntó por qué usar
otro nombre famoso para nombrar a un edificio que yo había imaginado y construido, y su
pregunta me impactó; así pues, se convirtió en la Torre Trump. Robert y yo sabemos que los
problemas pueden ser complejos y que en ocasiones parecen interminables, pero queremos
exhortarte a considerarlos desafíos que te darán la oportunidad de alcanzar un gran logro.
Recuerda: nada es fácil, pero, ¿quién quiere “nada”? ¡Tu inteligencia financiera está mucho
más allá de eso! He aprendido que, en ocasiones, lo esencial puede pasar inadvertido. Aquí es
donde entra el discernimiento. DONALD J. TRUMP

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