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[Trastornos Motores]

Los trastornos motores son padecimientos neurológicos complejos


que provocan movimientos involuntarios o anormales, o afectan la
capacidad de controlar el movimiento.
Universidad Autónoma De Santo Domingo
(UASD).

Asignatura:

Des Psic del niño de 7 a 14 años.

Maestra:

Yvelisse María Rodríguez Filpo.

Participantes:

Lucia Rafaela Salas De Los Ángeles. 100543274.


Mildred Johanna Romero Díaz. 100554278.
Gleni Margarita Pio. 100499645.
Yosira Soribel Romero Díaz. 100238879.
Nirvia Morillo Méndez 100144939.

Tema:

Trastornos Motores.

Sección:

11.
Índice.

1. Introducción
2. ¿Qué es un trastorno motor?
3. Trastornos motrices en la etapa del crecimiento.
4. Déficit en el desarrollo general.
5. Hipotonía.
6. Trastorno neuromotor leve.
7. Parálisis cerebral avanzada.
8. Tratamiento del trastorno motor.
9. Clasificación de los trastornos motores.
10.Trastorno del desarrollo de la coordinación.
11.Trastorno de Tic.
12.Trastorno de movimientos estereotipados.
13. Opinión personal.
14.Conclusión.
15.Fuentes bibliográficas.
16.Anexos.
Introducción

La infancia es una etapa de la vida muy importante para nuestro desarrollo. Y


como puedes suponer, durante esta primera fase de crecimiento pueden
surgir diferentes patologías o deficiencias, siendo los trastornos
motores algunos de los más comunes. Estos afectan al correcto desarrollo de
los pequeños, teniendo consecuencias a lo largo de la adultez.

Por tal razón en el presente trabajo les estaremos hablando de los trastornos
motores en la infancia, sabiendo cuáles son, cómo detectarlos y cómo
afectan en edades tempranas.

El trastorno motor es una condición estrechamente relacionada con la


dificultad del manejo y control de las habilidades motrices. O lo que es lo
mismo, va deteriorando esa capacidad innata que tienen las personas para
controlar sus movimientos de forma natural.
 ¿Qué es un trastorno motor?
Se refiere aquellos trastornos o problemas que afectan de forma atípica todo
lo referente a la movilidad y la maniobrabilidad del cuerpo de un individuo.
Estas anomalías se manifiestan de forma leve o severa afectando
negativamente el tono muscular, la postura y el movimiento en general.

Son un grupo de afecciones que afectan la capacidad de producir y controlar


los movimientos corporales. Los trastornos de la motricidad varían según su
gravedad y afectan al tono muscular, la postura, el movimiento y adquisición
de habilidades motrices, la inestabilidad y a veces la dificultad para tener
dominio sobre el propio cuerpo.

 Trastornos motrices en la etapa del crecimiento


Los trastornos motrices son un conjunto de afecciones que pueden
desarrollarse en cualquier etapa del crecimiento de la persona de forma muy
específica y particular.

En este sentido, queda más que evidenciado que, al ser un conjunto, existen
muchas maneras en las que se puede apreciar esta condición. Siguiendo
este orden de ideas, puede surgir a raíz de una Hipotonía. Así como también,
la puede causar un trastorno neuromotor ligero.

 Déficit en el desarrollo general


El déficit en el desarrollo general, usualmente tiende afectar un par o más de
las áreas del desarrollo de un niño en su proceso de crecimiento. Un ejemplo
de estas, son las que te mencionaremos a continuación:

La parte motriz (fina y gruesa)


El área del idioma y la comunicación.
La parte encargada de controlar las funciones cognitivas.
Del desarrollo personal y psicosocial.

En otras palabras, estos son los puntos de enfoque en el cual los padres
tienen que prestar mucha más atención. De manera que puedan asegurarse
de que sus hijos no padezcan este tipo de trastornos.

Sobre todo en el primer año de vida, ya que esta es precisamente la etapa


donde los problemas motrices son más fáciles de detectar. De igual modo,
todos los trastornos que se relacionan con la motricidad pueden llegar a
proporcionar pistas sumamente relevantes sobre un futuro daño cognitivo.

Mantén presente que es de suma importancia estar muy atentos a aquellas


señales que dan los niños sobre algo que no está funcionando muy bien. Ya
que de eso depende que se tomen las medidas correctivas a tiempo y así
tratar de evitar la mayor cantidad de riesgos posibles a futuro.
 Hipotonía
Definida como una alteración que se manifiesta por medio de la disminución
de la tensión o tono muscular, se trata de un problema que evita que la
persona que lo padece pueda controlar de forma voluntaria su tensión
muscular residual.

Es por este trastorno que se pueden apreciar niños que se les imposibilita
mantener una postura correcta en contra de la gravedad. Aunado a ello, se
reduce considerablemente la potencia de la musculatura y limita el desarrollo
de habilidades motrices.

Para tener una idea más clara sobre los efectos que trae consigo esta
condición, algunas de las personas que padecen de hipotonía presentan los
siguientes problemas:

1. Dificultades persistentes para mantener la coordinación.


2. Dificultades con respecto a las áreas del aprendizaje.
3. Trastorno neuromotor leve

El trastorno neuromotor leve, también conocido por muchos otros nombres


tales como:
 Trastorno del desarrollo de la coordinación.
 Síndrome del niño torpe.
 Trastorno del desarrollo específico de la función motriz.

 Parálisis cerebral mínima.


Es una complicación que consiste en el deterioro de la coordinación motriz. El
mismo no se presenta como resultado de problemas como los del tipo
cognitivos o neurológico, como es el caso de la parálisis cerebral avanzada.
Quienes lo padecen, se caracterizan por demostrar capacidades motrices
bien sean finas o gruesas relativamente muy por debajo del estándar según
las funciones cognitivas.

 Parálisis cerebral avanzada


En definitiva, uno de los casos más complejos de los trastornos motrices.
Esto se debe, a que su origen parte a raíz de que el cerebro no logra
desarrollarse completamente o recibe una fuerte lesión.
Hay que tener presente que una parálisis cerebral no es cualquier cosa, ya
que representa una condición neurológica severa que ocasiona daños y
deterioros progresivos en el control de las habilidades motrices.
 Tratamiento del trastorno motor
El trastorno motor es una condición que no tiene cura, sin embargo existen
algunos tratamientos que pueden ayudar a controlarla como se lo
mostraremos a continuación:
 Terapia conductual.
 Tratamientos Farmacológicos (Permiten solo controlar los síntomas).

 Clasificación de los trastornos motores

Los trastornos motores comprenden un conjunto de condiciones que se


caracterizan por la presencia de algún déficit en el desarrollo de las
habilidades motrices o la aparición de movimientos estereotipados o
repetitivos no adaptativos. Incluyen una gran variedad de condiciones que
reflejan alguna alteración en el desarrollo del sistema nervioso y que se
manifiestan durante los primeros años de vida.

Dentro de los trastornos motores, se incluyen el trastorno del desarrollo de


la coordinación, el trastorno de tics y el trastorno de movimientos
estereotipados.

 Trastorno del desarrollo de la coordinación


El trastorno del desarrollo de la coordinación se caracteriza por deficiencias
en la adquisición y ejecución de habilidades motoras coordinadas y se
manifiesta por torpeza y lentitud o inexactitud en el rendimiento de las
habilidades motoras que causan interferencia en la vida diaria.

Durante varios años, muchos niños sin comorbilidad neurológica grave que
presentaban un desarrollo motor subóptimo o con dificultades motrices en
áreas específicas como la coordinación visomotora o el equilibrio eran
etiquetados como “torpes”, con “dispraxia” o “trastornos motores menores”.
En 1994, este tipo de trastornos se unificaron bajo el término único de
“trastorno del desarrollo de la coordinación”; sin embargo, actualmente sigue
constituyendo una patología poco conocida y a menudo infradiagnosticada.

El trastorno del desarrollo de la coordinación se caracteriza por deficiencias


en la adquisición y ejecución de habilidades motoras coordinadas y se
manifiesta por torpeza y lentitud o inexactitud en el rendimiento de las
habilidades motoras que causan interferencia en la vida diaria.

La prevalencia del trastorno del desarrollo de la coordinación en los niños de


5 a 11 años de edad es del 5-6 % (en los niños de 7 años, el 1,8 % está
diagnosticado de un trastorno del desarrollo de la coordinación grave, y el
3 % de trastorno del desarrollo de la coordinación probable). Este riesgo es
significativamente superior en los niños prematuros, incluso en aquellos sin
secuelas neurológicas aparentes.
El sexo masculino está más afectado que el femenino, con una
proporción .masculino: 7:1. femenino 2:1.

El trastorno del desarrollo de la coordinación conlleva un deterioro funcional


en las actividades de la vida cotidiana, aumentando dicho deterioro con las
afecciones concurrentes. Entre las consecuencias del trastorno del desarrollo
de la coordinación cabe citar una menor participación en los juegos y
deportes de equipo, niveles bajos de autoestima y autovaloración, problemas
emocionales o conductuales, deterioro de los logros académicos, mala salud
física, poca actividad física y obesidad.

La manifestación del deterioro de las aptitudes que requieren coordinación


motora varia con la edad. Los niños pequeños pueden tener retrasos para
alcanzar los hitos motores (sentarse, gatear, caminar), aunque muchos logran
los hitos motores normales. También pueden tener retrasos para desarrollar
habilidades tales como utilizar escaleras, pedalear, abrocharse la camisa,
acabar rompecabezas y usar cremalleras. Incluso cuando se logra la
habilidad, la ejecución del movimiento puede parecer torpe, lenta, o menos
precisa que en otros niños de la misma edad. Los niños mayores y los
adultos pueden presentar lentitud o imprecisión en los aspectos motores de
actividades como hacer rompecabezas, construir maquetas, participar en
juegos deportivos (particularmente en equipo), escribir a mano o a máquina,
conducir u ocuparse del autocuidado.

En el trastorno del desarrollo de la coordinación el deterioro de las


habilidades motoras interfiere significativamente con el rendimiento o la
participación en las actividades cotidianas de la vida familiar, social, escolar o
comunitaria. Ejemplos de estas actividades son vestirse, comer con los
cubiertos apropiados para la edad y sin ensuciar excesivamente, participar en
juegos físicos con otros, utilizar herramientas específicas en clase, como
reglas y tijeras, y participar en actividades físicas de equipo en el colegio. No
solamente está deteriorada la capacidad de realizar estas actividades, sino
que también es frecuente una lentitud pronunciada en la ejecución. La
competencia para escribir a mano está frecuentemente afectada y, por
consiguiente, se alteran la legibilidad y la velocidad de escritura, y se afectan
los logros académicos. En los adultos, los problemas de coordinación afectan
a las actividades cotidianas de naturaleza académica o laboral,
especialmente a aquellas que requieren velocidad y precisión.

El comienzo de los síntomas se produce en las primeras fases del período de


desarrollo. Sin embargo, el trastorno del desarrollo de la coordinación no se
diagnostica normalmente antes de los 5 años de edad porque existe una
variación considerable en la edad a la que se adquieren muchas habilidades
motoras, por la inestabilidad de las mediciones en la primera infancia (p. ej.,
algunos niños alcanzan después un nivel normal) o debido a que otras
causas de retraso motor podrían no haberse manifestado aún.
Desarrollo y curso

El curso del trastorno del desarrollo de la coordinación es variable pero


estable hasta, al menos, el primer año de seguimiento. Aunque puede haber
mejorías a largo plazo, se calcula que los problemas de los movimientos
coordinados continúan durante la adolescencia en el 50-70 % de los niños. El
comienzo se produce en la primera infancia. Los hitos motores retrasados
pueden ser los primeros signos o se identifica el trastorno por primera vez
cuando el niño intenta sujetar un cuchillo y un tenedor, abrocharse la ropa o
jugar con pelotas. En la infancia media existen dificultades motoras para
hacer rompecabezas, construir maquetas, jugar a la pelota, escribir a mano y
organizar las propias pertenencias siempre que se requiera secuenciación y
coordinación motora. En los primeros años de la vida adulta sigue habiendo
dificultades para aprender nuevas tareas que requieran habilidades motoras
complejas/automáticas, como conducir y utilizar herramientas. La incapacidad
de tomar apuntes o de escribir a mano con rapidez puede afectar al
rendimiento en el trabajo. La concurrencia con otros trastornos repercute
también en la presentación, el curso y el resultado.

Factores de riesgo

Ambiental. El trastorno del desarrollo de la coordinación es más frecuente


después de la exposición prenatal al alcohol, en los niños prematuros y en los
que tienen bajo peso al nacer.

Genético y fisiológico. Se han hallado deterioros en los procesos


subyacentes del neurodesarrollo -particularmente en las habilidades
visomotoras, tanto en la percepción visomotora como en la mentalización
espacial-, que afectan a la capacidad de realizar adaptaciones motoras
rápidas cuando aumenta la complejidad de los movimientos requeridos. Se
ha propuesto la existencia de una disfunción cerebelosa, pero todavía no está
clara la base neural del trastorno del desarrollo de la coordinación.

Modificadores del curso. Los individuos con TDAH y trastorno del desarrollo
de la coordinación presentan un mayor deterioro que los individuos con
trastorno del desarrollo de la coordinación sin TDAH.

Comorbilidad

Los trastornos que frecuentemente concurren con el trastorno del desarrollo


de la coordinación son el trastorno fonológico y del lenguaje, el trastorno
específico del aprendizaje (especialmente, lectura y expresión escrita), los
problemas de inatención, incluido el TDAH (la afección concurrente más
frecuente, con una concurrencia de aproximadamente el 50 %), el trastorno
del espectro autista, los problemas conductuales disruptivos y emocionales, y
el síndrome de hiperiaxitud articular. La presencia de otros trastornos no
excluye el trastorno del desarrollo de la coordinación, pero puede dificultar las
evaluaciones e interferir de forma independiente en la realización de
actividades de la vida cotidiana, por lo que se requerirá la valoración del
examinador para atribuir el deterioro a las habilidades motoras.
Causas

Una pequeña cantidad de niños en edad escolar tiene algún tipo de trastorno
del desarrollo de la coordinación. Los niños que tienen este trastorno pueden:

 Tener problemas para sujetar objetos


 Tener una forma de caminar inestable
 Chocar contra otros niños
 Tropezar con sus propios pies

El trastorno del desarrollo de la coordinación puede aparecer solo o junto con


el trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA). También puede
ocurrir con otros trastornos del aprendizaje, como los trastornos de la
comunicación o el trastorno de la expresión escrita.

Síntomas

Los niños con trastorno del desarrollo de la coordinación tienen problemas


con la coordinación motora comparados con otros niños de la misma edad.
Algunos de los síntomas comunes incluyen:

• Torpeza

• Retrasos en el desarrollo para sentarse, gatear y caminar

• Problemas para succionar y deglutir durante el primer año de vida

• Problemas con la coordinación motora gruesa (por ejemplo, saltar, brincar,


pararse en un pie)

• Problemas con la coordinación motora fina o visual (por ejemplo, escribir,


usar tijeras, amarrarse los cordones de los zapatos, golpear los dedos uno
contra otro).

Diagnostico de los trastornos de la coordinación

• Evaluación médica

• Por lo general, resonancia magnética nuclear

• Prueba genética

El diagnóstico de los trastornos de coordinación se basa en los síntomas.


También se pregunta acerca de familiares con síntomas similares o
afecciones que podrían causar los síntomas. (antecedentes familiares) Los
médicos también practican una exploración clínica, incluyendo
una exploración neurológica, para comprobar la presencia de trastornos que
puedan causar los síntomas en la persona afectada.
Se suele realizar una resonancia magnética nuclear (RMN) del encéfalo.
Cada vez se realizan más pruebas genéticas en personas que pueden tener
antecedentes familiares de trastornos de coordinación.

Tratamiento de los trastornos de la coordinación

• Si es posible, tratamiento de la causa

• Fisioterapia y terapia ocupacional

Si es posible, se elimina o se trata la causa. Por ejemplo, si el trastorno de la


coordinación se debe al uso del alcohol, se suspende su consumo. Si el
trastorno está causado por una dosis alta de un medicamento (por ejemplo,
fenitoína), se reduce la dosis. Algunos trastornos subyacentes, como el
hipotiroidismo y la carencia de vitamina E, reciben el tratamiento adecuado.
La cirugía es beneficiosa en las personas con tumores cerebrales.

No existe cura para los trastornos de coordinación hereditarios. En tales


casos, el tratamiento se centra en el alivio de los síntomas. El riluzol puede
ayudar a mejorar la coordinación a corto plazo.

Los fisioterapeutas pueden enseñar los ejercicios específicos que pueden


ayudar a mejorar el equilibrio, la postura y la coordinación. Estos ejercicios
pueden ayudar a que el sujeto camine con más normalidad y que viva de
manera más independiente. Los terapeutas ocupacionales también pueden
recomendar dispositivos para ayudar a caminar, comer y llevar a cabo otras
actividades de la vida diaria. La logopedia también puede ayudar.

Tipos de coordinación muscular

• Coordinación dinámica.

• Coordinación espacial.

• Coordinación intramuscular.

• Coordinación intermuscular.

• Coordinación segmentaria.

• Coordinación estática.

• Coordinación fina.

• Coordinación gruesa.
 Trastorno de Tic:

Los tics son espasmos, movimientos o sonidos repentinos que se hacen de


manera repetitiva. Las personas que tienen tics no pueden controlarlos
voluntariamente. Por ejemplo, puede ser que una persona con un tic motor
parpadee una y otra vez, sin parar, o que una persona con un tic vocal emita
gruñidos involuntariamente.

Los tics se definen como movimientos (tics motores) o sonidos (tics vocales),
breves, rápidos, repetitivos, estereotipados, no rítmicos y carentes de objetivo.
Afectan sobretodo a la cara, cuello y hombros. Hasta el 21% de los niños en
edad escolar tienen tics, siendo más frecuentes en los varones. Sin embargo,
en la mayoría de los casos son transitorios.
En ocasiones, los tics forman parte del llamado Síndrome de Gilles de la
Tourette. Este trastorno neurológico se caracteriza por la presencia de tics
motores y vocales, asociados a trastornos de conducta.

Los tics motores pueden ser simples o complejos. Los simples se limitan a
movimientos en los que participa un grupo muscular concreto (ej parpadeo,
elevación de cejas u hombros, giro cefálico.. ). Pueden aparecer en varias
partes del cuerpo, aunque predominan en la cara, cuello y hombros. Los tics
motores complejos están provocados por la contracción sucesiva y
continuada de varios grupos musculares diferentes dando lugar a
movimientos más complejos como contracciones del abdomen o sacudidas y
torsiones del cuello y de los hombros.

Los tics vocales consisten en emisión de sonidos, silabas o palabras de


forma repetitiva, sin un objetivo comunicador y en general, se presentan
asociados a tics motores. Los más característicos son carraspeo, gritos u
otros sonidos guturales y succión de aire por la nariz.

Con frecuencia los tics motores y vocales son precedidos por tics sensitivos
consistentes en sensaciones desagradables como picor, cosquilleo o presión.
Los tics, a diferencia de otros trastornos del movimiento, pueden inhibirse
durante un breve periodo de tiempo.

En general, aumentan en intensidad en situaciones de ansiedad y fatiga y


disminuyen al realizar otros actos que requieren concentración (leer, tocar un
instrumento musical). Suelen aparecer durante la infancia y con frecuencia
son transitorios. En los casos en que persisten, se suelen exacerbar en la
adolescencia y tienden a mejorar o estabilizarse en la edad adulta.
En el síndrome de Gilles de la Tourette, se combinan tics motores tanto
simples como complejos con tics vocales que incluyen ecolalia (repetir lo que
oyen), coprolalia (decir “tacos” u obscenidades) o realizar gestos obscenos.
Pueden aparecer también trastornos conductuales, como el déficit de
atención-hiperactividad y trastorno obsesivo-compulsivo.
Los trastornos de tics se diferencian por el tipo de tic que está presente
(motor o vocal, o una combinación de ambos) y por la duración de los
síntomas. Las personas con trastornos de tics presentan ambos tipos de tics,
motores y vocales, y han tenido los síntomas durante al menos 1 año.

Las personas con trastorno de tic persistente motor o vocal tienen tics
motores o vocales, y han padecido los síntomas durante al menos 1 año.

Las personas con trastorno de tic transitorio pueden tener tics motores o
vocales, o ambos, pero han presentado los síntomas durante menos de 1 año.

Los trastornos de tics normalmente empiezan en el período prepuberal, con


una media de edad de inicio entre los 4 y los 6 años, y con una incidencia de
nuevos trastornos de tics que es más baja en la adolescencia. Es muy raro
que aparezcan los síntomas de tics en la edad adulta y frecuentemente se
asocian a la exposición a drogas o son el resultado de daños en el sistema
nervioso central.

El sexo masculino se afecta más frecuentemente que el femenino, pero no


hay diferencias de género en cuanto tipos de tics, edad de comienzo o curso.
Las mujeres con trastornos de tics persisten suelen tener más probabilidad
de presentar ansiedad y depresión.

Muchas personas con tics de gravedad leve a moderada no


presentan afectación, malestar ni deterioro en funcionamiento e incluso
pueden no darse cuenta de sus tics. Las personas con síntomas más graves
generalmente tienen mayor deterioro en la vida cotidiana/ pero aun las
personas con trastorno de tics moderados o graves pueden funcionar bien.
La presencia de una afección concurrente, con el TDAH o el TOC, puede
afectar más al funcionamiento. Menos frecuentemente, los tics pueden alterar
el funcionamiento en las actividades de la vida cotidiana y llevar al
aislamiento social, un conflicto interpersonal, la victimización por los
compañeros, una incapacidad para trabajar o ir a la escuela y una peor
calidad de vida.

¿Cuáles son las causas de los tics?

En la mayor parte de los casos la causa de los tics es desconocida.

En el Síndrome de Gilles de la Tourette es habitual encontrar una agregación


familiar, indicando una clara tendencia genética.

¿Cuál es su pronóstico?
Los tics simples de inicio en la infancia generalmente se autolimitan y no
precisan tratamiento. Cuando persisten, es frecuente que tengan un curso
fluctuante, mejorando en periodos de menor tensión emocional y en general,
con la edad.

Si por su intensidad, frecuencia o duración interfieren con la actividad de la


persona, se aconseja el inicio de tratamiento farmacológico.
Los trastornos de tics constan de cuatro categorías diagnósticas:

- Trastorno de tics de Guilles o Tourette.

Para que una persona reciba el diagnóstico del ST, debe cumplir los
siguientes criterios:

 Tener dos o más tics motores (por ejemplo, parpadear y encogerse de


hombros) y al menos un tic vocal (por ejemplo, tararear, aclararse la
garganta o gritar una palabra o una frase), aunque es posible que no
todos ocurran al mismo tiempo.

 Haber tenido tics durante al menos un año. Los tics pueden ocurrir
muchas veces al día (por lo general en ataques), casi todos los días, o de
vez en cuando.

 Tener tics que hayan comenzado antes de los 18 años.

 Tener síntomas que no se deban al consumo de medicamentos u otras


drogas ni a otra afección (por ejemplo, convulsiones, enfermedad de
Huntington o encefalitis posviral).

- Trastorno de tics motores o vocales persistente (crónico).

Para que una persona reciba el diagnóstico de trastorno de tic persistente,


debe cumplir los siguientes criterios:

 Tener uno o más tics motores (por ejemplo, parpadear y encogerse de


hombros) o tics vocales (por ejemplo, tararear, aclararse la garganta o
gritar una palabra o una frase), pero no de ambas clases.

 Tener tics que ocurran muchas veces al día casi todos los días o de vez
en cuando por un periodo mayor a un año.

 Tener tics que hayan comenzado antes de los 18 años.

 Tener síntomas que no se deban al consumo de medicamentos u otras


drogas ni debido a una afección que pueda causar tics (por ejemplo,
convulsiones, enfermedad de Huntington o encefalitis posviral).

 No haber recibido un diagnóstico del ST.


- Trastorno de tics transitorio.

Para que una persona reciba el diagnóstico de trastorno de tic transitorio,


debe cumplir los siguientes criterios:

 Tener uno o más tics motores (por ejemplo, parpadear y encogerse de


hombros) o tics vocales (por ejemplo, tararear, aclararse la garganta o
gritar una palabra o una frase).

 Haber tenido los tics por no más de 12 meses seguidos.

 Tener tics que hayan comenzado antes de los 18 años.

 Tener síntomas que no se deban al consumo de medicamentos u otras


drogas ni a una afección que pueda causar tics (por ejemplo, enfermedad
de Huntington o encefalitis posviral).

 No haber recibido el diagnóstico del ST o del trastorno de tic persistente


motor o vocal.

- Trastorno de tics especificados y no especificados.

Desarrollo y curso

El comienzo de los tics se produce típicamente entre los 4 y 6 años de edad.


La mayor gravedad se encuentra entre los 10 y 12 años, con una disminución
de la gravedad durante la adolescencia. Muchos adultos con trastornos de
tics presentan síntomas disminuidos. Un pequeño porcentaje de individuos
tendrán síntomas persistentemente graves o empeorarán durante la vida
adulta.

Síntomas:

Los síntomas de tics se manifiestan de forma similar en todos los grupos de


edad y durante toda la vida. La gravedad de los tics fluctúa y los grupos
musculares afectados y las vocalizaciones cambian con el tiempo. Cuando
los niños se hacen mayores empiezan a explicar que sus tics van asociados
a un impulso premonitorio -una sensación somática que precede al tic- y a
una sensación de reducción de la tensión después de la expresión del tic. Los
tics asociados a un impulso premonitorio pueden experimentarse como algo
que no es completamente “involuntario” en el sentido de que el impulso y el
tic se pueden resistir. La persona puede también sentir la necesidad de
realizar un tic de determinada forma o de repetirlo hasta lograr la sensación
de que el tic se ha realizado “correctamente”.
Factores de riesgo:

Temperamental. Los tics empeoran con la ansiedad, la emoción y el


cansancio, y mejoran durante las actividades tranquilas y con propósito. Las
personas pueden tener menos tics cuando están ocupados con deberes
escolares o en tareas laborales que cuando se relajan en casa después del
colegio o por la tarde. Los acontecimientos estresantes/emocionantes a
menudo empeoran los tics.

Ambiental. Cuando una persona con trastorno de tics percibe un gesto o un


sonido de otra persona, puede hacer un gesto o sonido similar que los demás
pueden creer incorrectamente que es a propósito.

Genético y fisiológico. Los factores genéticos y ambientales influyen en la


expresión y la gravedad de los síntomas de tics. Se han identificado
importantes alelos de riesgo para el trastorno de la Tourette
y variantes genéticas raras en las familias con trastornos de tics. Las
complicaciones obstétricas, la mayor edad paternal, el bajo peso al nacer y
una madre fumadora durante el embarazo se asocian a una mayor gravedad
de los tics.

Comorbilidad

Se han descrito muchas afecciones médicas y psiquiátricas que serían


concurrentes con los trastornos de tics, siendo el TDAH y el trastorno
obsesivo-compulsivo particularmente frecuentes. Los síntomas obsesivo-
compulsivos observados en un trastorno de tics tienden a caracterizarse por
un orden y una simetría más agresivos y por una peor respuesta a la
farmacoterapia con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
Los niños con TDAH pueden mostrar comportamiento destructivo, inmadurez
social y dificultades de aprendizaje que pueden interferir en el progreso
académico y en las relaciones interpersonales, y llevar a un mayor deterioro
que el causado por el trastorno de tics. Las personas con trastornos de tics
también pueden tener otros trastornos del movimiento y otros trastornos
mentales, como los trastornos depresivos, bipolar y por consumo de
sustancias.
 Trastorno de movimientos estereotipados

El trastorno de movimientos estereotipados es un comportamiento motor


repetitivo y normalmente rítmico, que suele darse de forma impulsiva y no
tiene una función clara. Entre los movimientos estereotipados pueden darse
algunos que son autolesivos y otros que no lo son, lo que ayuda a especificar
el tipo de trastorno.

La característica principal del trastorno de movimientos estereotipados es el


comportamiento motor repetitivo, aparentemente guiado y sin objetivo. Estos
movimientos muchas veces son movimientos rítmicos de la cabeza, de las
manos o del cuerpo sin función adaptativa obvia. Estos movimientos pueden
o no responder a los esfuerzos para pararlos. En los niños con desarrollo
normal, los movimientos se pueden parar cuando se les dirige la atención o
cuando se distrae al niño para que no los haga. Entre los niños con trastornos
del neurodesarrollo, los comportamientos normalmente responden menos a
tales intentos. En otros casos, el individuo muestra comportamientos de
autocontrol (sentarse encima de las manos/envolver los brazos en ropa,
encontrar un dispositivo protector).

El repertorio de comportamientos es variable; cada individuo presenta su


comportamiento particular. Entre los ejemplos de movimientos estereotipados
no autolesivos se incluyen, entre otros, mecer el cuerpo, el aleteo bilateral o
movimientos rotativos de las manos, los movimientos rápidos de los dedos
delante de la cara, agitar o aletear los brazos y asentir con la cabeza. Los
comportamientos estereotipados autolesivos son, entre otros, los golpes
repetitivos en la cabeza, abofetearse la cara, meterse los dedos en el ojo y
morderse las manos, los labios u otras partes del cuerpo. Meterse los dedos
en los ojos es particularmente preocupante; ocurre más frecuentemente entre
los niños con deterioro visual. Se pueden combinar múltiples movimientos.

Los movimientos estereotipados se pueden producir muchas veces durante el


día, durando de pocos segundos a varios minutos o más tiempo.La
frecuencia puede variar desde muchas veces durante un solo día hasta que
pasen varias semanas entre episodios. Los comportamientos varían según el
contexto, produciéndose cuando el individuo está absorto en otras
actividades o cuando está emocionado, estresado, fatigado o aburrido.

Los movimientos estereotipados interfieren en las actividades


sociales, académicas o de otro tipo y, en algunos niños pequeños, pueden
dar lugar a una autolesión (en caso de no adoptar medidas protectoras).
Los movimientos estereotipados simples (mecerse) son frecuentes en los
niños pequeños con desarrollo normal. Los movimientos estereotipados
complejos son mucho menos comunes (produciéndose en aproximadamente
un 3 -4 %). Entre el 4 % y el 16 % de los afectados con discapacidad
intelectual (trastorno del desarrollo intelectual) presenta estereotipias y
autolesiones. El riesgo es mayor en los afectados con discapacidad
intelectual grave.
Los movimientos estereotipados comienzan normalmente en los primeros 3
años de vida. Los movimientos estereotipados simples son frecuentes en la
infancia y pueden estar implicados en la adquisición del dominio motor. Entre
los niños que desarrollan estereotipias motoras complejas, aproximadamente
el 80 % muestra síntomas antes de los 24 meses de edad, el 12 % entre los
24 y los 35 meses, y el 8 % a los 36 meses o más tarde. En la mayoría de los
niños con desarrollo normal, estos movimientos se resuelven con el tiempo o
se pueden suprimir. El comienzo de las estereotipias motoras complejas
puede producirse en la infancia o más tarde durante el período de desarrollo.

Entre los individuos con discapacidad intelectual, los comportamientos


estereotipados y autolesivos pueden persistir durante años, aunque la
tipografía o el patrón de las autolesiones puede cambiar.

Factores de riesgo

Ambiental. El aislamiento social es un factor de riesgo para la


autoestimulación que puede progresar hasta los movimientos estereotipados
con autolesiones repetitivas. El estrés ambiental también puede
desencadenar comportamientos estereotipados. El miedo puede cambiar el
estado fisiológico y dar lugar a un aumento en la frecuencia de los
comportamientos estereotipados.

Genético y fisiológico. El funcionamiento cognitivo bajo está vinculado a un


mayor riesgo de comportamientos estereotipados y a una peor respuesta a
las intervenciones. Los movimientos estereotipados son más frecuentes entre
los individuos con discapacidad intelectual de moderada a grave/profunda,
que debido a un determinado síndrome particular (síndrome de Rett) o a un
factor ambiental (un entorno con estimulación relativamente insuficiente)
parecen tener mayor riesgo de estereotipias.

Los comportamientos estereotipados pueden producirse por una afección


médica dolorosa (infección del oído medio, problemas dentales, reflujo
gastroesofágico).

Comorbilidad

El trastorno de movimientos estereotipados puede producirse como un


diagnóstico primario o secundario a otro trastorno. Por ejemplo, las
estereotipias son una manifestación común de varios trastornos
neurogenéticos, como el síndrome de Lesch-Nyhan, el síndrome de Rett, el
síndrome del X frágil, el síndrome de Cornelia de Lange y el síndrome de
Smith-Magenis.
Autolesiones en niños: una consecuencia de la estereotipia

Como pudimos observar, una conducta estereotipada es común en niños de


edades tempranas. Estas pueden ser (balancear el cuerpo o la cabeza) o no
ser (palmadas, succión de los dedos, morder cosas) rítmicas.

Otra característica de estas conductas es que no tienen una función


aparente o una consecuencia con el entorno. Es decir, son movimientos que
se hacen con el simple objetivo de recibir una estimulación sensorial.
Estereotipia y autolesiones.

Hasta este punto, parecen conductas inofensivas. Sin embargo, el problema


inicia cuando estos movimientos afectan la integración del niño en el contexto
social e interfieran con sus actividades cotidianas.

En este punto, es probable que la conducta estereotipada se convierta en


una conducta autolesiva, pues muchos pacientes muestran propensión a
romperse, rascarse con fuerza, morderse o ejercer movimientos violentos que
afecten su integridad.

Por lo tanto, es importante diferenciar entre los diagnósticos de TME y


conductas autolesivas.

Trastorno de Movimientos Estereotipados

Para establecer este diagnóstico es importante que en paciente no presente


manifestaciones clínicas de alguna otra patología, excepto retraso mental. De
esta forma, es importante descartar una lista de diagnósticos antes de dar
con este.

Esto lo convierte en un trastorno extremadamente específico, con diagnóstico


inflexible y muy distintivo de otros similares, pudiendo aparecer
concomitante únicamente si el otro diagnóstico es oligofrenia o retraso mental.

Trastorno de movimientos estereotipados DSM 5

El Trastorno de movimientos estereotipados (DSM 5) se caracteriza por:

A. Comportamiento motor repetitivo, aparentemente guiado y sin objetivo


(sacudir o agitar las manos, mecer el cuerpo, golpearse la cabeza, morderse,
golpearse el propio cuerpo).

B. El comportamiento motor repetitivo interfiere en las actividades sociales,


académicas u otras y puede dar lugar a la autolesión.

C. Comienza en las primeras fases del período de desarrollo.


D. El comportamiento motor repetitivo no se puede atribuir a los efectos
fisiológicos de una sustancia o una afección neurológica y no se explica
mejor por otro trastorno del desarrollo neurológico o mental (tricotilomanía
[trastorno de arrancarse el cabello], trastorno obsesivo-compulsivo).

Trastorno de movimientos estereotipados: tratamiento

El principal tratamiento indicado para casos de estereotipia infantil consiste


en un programa de terapia conductual inspirado en el entrenamiento en
comunicación funcional, que está integrado por ocho fases distintas:

Identificación del problema

Se establecen las características de las conductas que originan la conducta


repetitiva.

Determinación de la necesidad de intervenir

En esta fase, se evalúa el grado de daño que tienen estas conductas en la


vida del niño, así como el nivel de afección que genera sobre su entorno.

Evaluación funcional

Esta se realiza a través de tres procedimientos distintos:

 Entrevistas funcionales
 Observación directa en el ambiente cotidiano del niño.
 Análisis funcionales para detectar la función de la conducta. Es decir, con
qué fin establece dichos patrones.
Opinión personal

Es de suma importancia para nosotras como futuras docente conocer acerca


de esos temas y trastornos motores que pueden afectar a los niños/as a
temprana edad y no pasar como ignorante al estar presente en el aula con
mis futuros alumnos; como ya pudimos ver los trastornos motores no son
más que ellas dificultades que pueden presentar los niños en el proceso de
su desarrollo y crecimiento, las cueles muchas de ellas pueden ser
observadas a simple vista como son:

Tener dificultad para caminar correctamente.


La presentación de algún tic nervioso.
La presencia de movimientos involuntarios.
Daños en su postura entre otras.

El trastorno de tic es un tema serio y sensible, por lo que es importante


obtener información precisa y efectiva sobre el trastorno. Si cree que usted o
alguien que conoce podría tener trastorno de tic, es importante hablar con un
profesional de la salud mental o un médico para buscar un diagnóstico y
tratamiento adecuados.

Lucia salas.
Myldred johanna.
Gleni margarita.
Conclusión
Los trastornos motores son afecciones que afectan la capacidad de una
persona para controlar sus movimientos y llevar a cabo actividades cotidianas.
Los trastornos motores incluyen enfermedades degenerativas como la
enfermedad de párkinson, trastornos de tics, trastornos de coordinación y una
variedad de lecciones o afecciones físicas que pueden limitar la capacidad de
una persona para moverse y realizar tareas motoras. Si se experimentan
síntomas motores persistente, siempre es una buena idea buscar atención
médica para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
Los trastornos motores son un grupo de condiciones de salud que afectan el
movimiento y la coordinación del cuerpo. Estos tratados pueden incluir
retrasos en el desarrollo y deficiencias relacionadas con las funciones
motoras finas y gruesas, así como problemas con el control de los
movimientos voluntarios y la postura. Algunos ejemplos de trastornos motor
incluyen el trastorno del movimiento estereotipado, El trastorno de TIC
persistente, El trastorno del espectro autista y el trastorno de la coordinación
del desarrollo. El tratamiento de los trastornos motores puede incluir terapia
física y ocupacional, medicamentos y otros enfoques de tratamiento
personalizados.
Recomendaciones
1. Que las familias apoyen y promuevan el desarrollo motor de sus niños.

2. Tomar en cuenta los gestos y señales inusuales que presenten los niños
a temprana edad.

3. Orientar a los padres acerca de estos trastornos motores que pueden


afectar a sus hijos.

4. Que tanto los padres como los maestros aprendan a identificar cuales
son esas torpeza y lentitud o inexactitud que pueda presentar el niño o la
niña en la ejecución de las habilidades motoras que interfieren con las
actividades de su vida cotidiana.

5. Dentro del ámbito educativo, los alumnos con discapacidad motora


suelen presentar mayores dificultades en tres áreas: área personal y
social, área del lenguaje y la comunicación y área de la movilidad; por lo
cual recomendamos por lo cual recomendamos un proceso de
capacitación para el docente y el manejo de estas dificultades que
puedan presentar los alumnos dentro del aula.

Referencias bibliográficas

https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/tics
https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/tourette/diagnosis.html
https://edudiferencial.cl/trastorno-motor/
https://fundaneed.es/lineas-actuacion/trastornos-motores/
https://www.atendiver.es/trastornos-motores/
https://orientacionpsicologica.es/trastorno-de-movimientos-
estereotipados-sintomas-y-tratamiento/
Anexos

Trastornos motores

Trastornos de tic

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