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Tema 1: Dimensiones del ser humano

1.1. Dimensión estética, intelectual y ética.


Cuando se forma al ser humano debe hacerse de forma integral, donde cada dimensión
tiene relación con la otra, el ser humano no es desarticulado, cuando se afecta una
dimensión, se afecta la otra, es decir existe interdependencia entre ellas, una dimensión
no está por encima o por debajo de la otra, son un todo integrado, existe interacción entre
las dimensiones y el desarrollo humano y a la vez son independientes
El desarrollo humano de una persona, se ve en conjunto, no solo desde una dimensión,
con todas sus potencialidades, individualidades y diferencias, es un ser humano capaz de
relacionarse con otros seres humanos en condiciones responsables y respetuosas,
formando la gran red humana.
1. Dimensión Ética
2. Dimensión Espiritual
3. Dimensión Cognitiva
4. Dimensión Afectiva
5. Dimensión Comunicativa
6. Dimensión Estética
7. Dimensión Corporal
8. Dimensión Socio-Política
Dimensión Ética: Es generar en el ser humano la capacidad de ser él mismo en su propia
esencia, desde el valor que él o ella tengan por las cosas o por los otros seres humanos,
de una forma crítica, beneficiosa para la humanidad y para él o ella misma, con respeto
por la diferencia, que dignifique al ser humano como individuo o como parte del colectivo,
que sea un ser capaz de transformar su propia realidad.
Dimensión Cognitiva: Pretende que el ser humano desarrolle sus procesos de
pensamiento y sus dispositivos básicos de aprendizaje (atención, memoria, habituación,
motivación y sensopercepción), sus propias estrategias de aprendizaje, de adquirir su
propio conocimiento y pueda tomar las áreas de conocimiento para potenciar sus otras
dimensiones, que pueda ser un ser crítico de su propio proceso de vida.
Dimensión Estética: Es la capacidad que tiene el ser humano de vivir su sensibilidad, su
imaginación su creatividad, su subjetividad de lo bello, de valorar el incremento de la
libertad interior, la autonomía, su propia creación, que se hace tangible en la medida que
pueda proyectarlo, recrearlo y vivirlo en la interrelación con otros seres humanos, sin
temor de ser coartado o recriminado por las expresiones estéticas.

1.2 El perfil del emprendedor.


El concepto de emprendedor
El emprendedor es aquella persona que, aplicando sus capacidades convierte una idea
en un proyecto económico concreto, ya sea en una empresa o en una organización social,
generando algún tipo de innovación y beneficios económicos y sociales.
El emprendedor administrativo. Hace uso de la investigación y del desarrollo para generar
nuevas y mejores formas de hacer las cosas.
• El emprendedor oportunista. Busca constantemente las oportunidades y se mantiene
alerta ante las posibilidades que le rodean.
• El emprendedor adquisitivo. Se mantiene en continua innovación, la cual le permite
crecer y mejorar lo que hace.
• El emprendedor incubador. En su afán por crecer y buscar oportunidades y por preferir
la autonomía, crea unidades independientes que al final se convierten en negocios
nuevos, incluso a partir de alguno ya existente.
• El emprendedor imitador. Genera sus procesos de innovación a partir de elementos
básicos ya existentes, mediante la mejora de ellos.
McClelland (1971) —citado por Kuriloff y Hemphill (1983), así como por Desarrollo
Empresarial de Monterrey, A.C. (DEMAC, 1991)— señala que el emprendedor es una
persona que posee necesidades psicológicas básicas, las cuales, como en todo ser
humano, son tres: necesidad de logro, necesidad de afiliación y necesidad de poder, pero
en él la primera es la más importante, la que determina sus actitudes y actuaciones.
Además, estos autores mencionan algunas más que podrían estar consideradas en las
anteriores: necesidad de independencia y autonomía, necesidad de dominio de su medio
y necesidad de crear. Existen otras formas de clasificar a los emprendedores:
Según la razón por la que emprenden:
■ Por aprovechar una oportunidad, es decir, porque encontraron una necesidad
insatisfecha o un nicho de mercado desatendido, o porque tienen una buena idea y
desean desarrollarla por el gusto de verla hecha realidad.
■ Por necesidad o porque el emprendedor se encuentra en una situación desfavorable, es
el caso si está desempleado, ya sea porque acaba de ser despedido o porque ha decidido
independizarse y requiere procurarse algún ingreso económico.
• Según el tipo de empresa que desarrollan:
■ El emprendedor social busca, a través de su creatividad, entusiasmo y trabajo, producir
un cambio social en beneficio de un sector de la población, en general lo hace sin tener
fines de lucro.
■ El emprendedor que busca destacar en cierta área y ser modelo para otros; por ejemplo
en las artes, el deporte o la política.
■ Si el individuo emprende dentro de una empresa que no es la suya se le llama
emprendedor interno (intrapreneur) y si lo hace en su propio negocio con fines de lucro es
un emprendedor externo (entrepreneur), puede comenzar desde cero, adquirir una
empresa ya existente o comprar una franquicia, fabricar productos, ofrecer servicios o
sólo comercializar de forma diferente a la tradicional un producto que ya existe.
1.2.1 CARACTERÍSTICAS DEL EMPRENDEDOR
Para ser un emprendedor se requiere tener cierto perfil, ciertas aptitudes y ciertas
características de personalidad. No es una tarea fácil identificar con claridad cuál debe ser
el perfil de un emprendedor, pero muchos autores coinciden que los factores más
importantes a tener en cuenta, son los siguientes: Personalidad idealista y astuta,
preocupada por hacer dinero pero no obsesionados, No les interesa demasiado el poder
sino la autonomía, les gusta ponerse a prueba, enfrentar riesgos pero no a lo loco, sino
planificados; Les gusta demostrar y demostrarse lo que saben, pueden y valen; tienen
capacidad de concentración para la resolución y búsqueda de salidas exitosa los
problemas, tienen cierto carisma o mística y esperanza respecto a su emprendimiento, No
tienen todo absolutamente claro, tienen miedos como todo ser humano, pero a pesar de
ello se animan; Son capaces de sacrificarse por su obra pero sin perder la cordura, son
ansiosos y buscan ofrecer un producto o servicio de calidad superior, distinto, destacado;
Les gusta dejar su marca en la vida a través de su emprendimiento, están convencidos de
que el éxito es 99% transpiración y 1% inspiración, Saben que se pueden equivocar pero
también saben que el fracaso es no intentarlo de nuevo.
Otros aspectos a tener en cuenta
Autoconfianza. La autoconfianza es la capacidad del individuo en creer en sí mimo, y en
la posibilidad de conseguir sus metas personales. La persona emprendedora tiene que
tener confianza absoluta en su proyecto y en que está preparada para sacarlo adelante.
Va tomar decisiones y lo tiene que hacer de manera decidida, sin miedo y confiando en sí
misma, aunque puedan ser erróneas o el resultado no sea el esperado. La confianza debe
extenderse también a las personas que van a formar parte de la empresa. Y es que esta
capacidad (estrechamente relacionada con la autoestima personal) se relaciona
directamente con algunas habilidades de liderazgo como la motivación.
Asunción de riesgos. Supone una predisposición a no evitar situaciones que impliquen
incertidumbre o riesgo potencial. La persona emprendedora va a asumir riesgos, pero
éstos deben ser calculados. El proceso de creación de una empresa no se acomete (o, al
menos, nunca debería hacerlo) de manera aleatoria. El emprendedor ha analizado el
entorno, ha diseñado su producto o servicio, ha analizado la viabilidad de su negocio y ha
establecido unos resultados previsibles para su actividad. Resultará contraproducente
asumir demasiados riesgos si la realidad lo desaconseja, o trabajar en un ambiente de
total inseguridad. Por tanto, es necesario calcular los riesgos de cada decisión que se
tome y, por supuesto, evitar los que sean innecesarios. Expectativa de control. Se
relaciona con la capacidad de la persona para asumir la responsabilidad de sus propias
acciones. En ocasiones, la persona emprendedora puede culpar de sus propias
decisiones a otras personas o circunstancias. Esto sucede porque su expectativa de
control es externa, esto es, considera que el resultado de sus acciones se debe a la
suerte o a causas no relacionadas con su conducta. Pero realmente es necesario que su
expectativa de control sea interna y asuma la independencia de sus acciones con
respecto al entorno y la relación entre su conducta y el resultado. Tolerancia a la
frustración. Puede definirse como la capacidad de persistir en la conducta encaminada a
obtener un resultado, a pesar de las dificultades o retrasos que hayan de enfrentarse.
Esta es una cualidad fundamental en la persona emprendedora, porque va a tener que
enfrentarse a retrasos, dificultades o imprevistos que le pueden llevar al desengaño yal
fracaso. Es normal que no todo salga bien a la primera y tropezar varias veces, pero es
necesario saber afrontar los obstáculos que se pueden interponer en el camino y
perseverar.
Orientación comercial. Tiene que ver con la preferencia por las relaciones interpersonales
laborales, lo que incluye la capacidad de comunicación y de obtención de la información
adecuada para lograr los objetivos que se persiguen, o para la generación de relaciones
de colaboración.
Las habilidades o competencias más directamente relacionadas con este rasgo son las
que tienen que ver con las habilidades de comunicación interpersonal, negociación y
venta. El emprendedor no actúa aislado: el desarrollo de su proyecto, su puesta en
marcha y su crecimiento y éxito van a depender de las relaciones que establezca en
diferentes ámbitos, por lo que conviene que tenga facilidad para las relaciones
personales, para la comunicación y para la negociación. Por supuesto, debe tener
habilidades para la venta y una fuerte orientación al servicio a su cliente.

1.2.2 APLICACIONES DE PRUEBAS DIAGNÓSTICAS


El soporte de cualquier proyecto empresarial recae sobre la persona emprendedora. Será
ella la encargada de orientar y dirigir el proyecto hacia el éxito con todos sus esfuerzos.
Resulta conveniente implementar un autodiagnóstico de cara a aproximar el perfil
emprendedor y conocer aquellos aspectos más competitivos y desarrollados y
aprovecharlos. La evaluación de las actitudes y aptitudes emprendedoras que se realizan
mediante estos cuestionarios son únicamente orientativos. Esta muy dirigida a inducir la
reflexión en quienes tienen una idea de negocio y un interés inicial en poner en marcha un
nuevo proyecto empresarial. Existen en la red multitud de instrumentos interactivos que
permiten dar un diagnostico a los emprendedores. Algunos de ellos ofrecen una serie de
recomendaciones a considerar para iniciar el proyecto.
1.2.2.1 TEST DE AUTODIAGNÓSTICO DEL EMPRENDEDOR.

 
1.2.2.2 TEST DEL EMPRENDEDOR
Este es un test para medir el perfil individual de un emprendedor. Su finalidad es
determinar las características emprendedoras de la persona. Ser emprendedor o
emprendedora, está fundamentalmente relacionado con las características personales, si
un proyecto nuevo, una empresa, una iniciativa requieren de una serie de ingredientes
para concluir con éxito, el factor persona es determinante. La calidad técnica del proyecto
a desarrollar, el valor de la iniciativa, la oportunidad comercial, el momento en que se
lanza el proyecto o incluso el apoyo económico, todo ello, podrá despilfarrarse si la
conducción es desarrollada por un perfil psicológico inadecuado. Emprender
vigorosamente una iniciativa y concluirla con éxito, requiere de un perfil emprendedor
psicológicamente adecuado.

1.3. El modelo de administración por valores.


La Administración por Valores se basa en los valores como fuente del liderazgo, que
permiten a una organización dar forma al propósito estratégico básico de la empresa, que
es, por supuesto, sobrevivir obteniendo los máximos beneficios económicos.
En este sentido, el futuro de una empresa se configura articulando valores, metáforas,
símbolos y conceptos que orientan las actividades cotidianas de creación de valor por
parte de los empleados.
La Administración por Valores surge como un marco global para diseñar continuamente la
cultura de la empresa, de forma que se generen compromisos colectivos que faciliten así
el gobierno de los cambios estratégicos para superar sus tensiones internas y adaptarse a
su entorno.
La Administración por Valores tiene una triple utilidad:

 Simplificar implica absorber la complejidad organizativa derivada de las crecientes


necesidades de adaptación a cambio de todos los niveles de la empresa.
 Organizar supone encauzar la visión estratégica hacia dónde va de ir la empresa
en el futuro.
 Comprometer a través de la integración de la dirección estratégica con la política
de personas, con el fin de desarrollar el compromiso por el rendimiento profesional
de calidad en el día a día

1.3.1. Actos de la vida.


Los tres actos de la vida:
I. Realizar
II. Conectar
III. Integrar

I. El primer acto es realizar, este es un acto natural del ser humano, tal vez seamos
nosotros la única especie que puede fijarse metas más allá de la supervivencia diaria, de
modo que es muy natural que queramos realizar, que queramos ser algo, el primer acto
es hacer para hacer.

"Muchos creen que realizar es el único acto de la vida"

II. El segundo acto consiste en experimentar lo que ofrece a diario el menú de la vida
invertir en su propia vida y en la vida de los demás y compartir su tiempo y sus
capacidades en compañía de los amigos, miembros de la familia y otras personas.

III. Finalmente viene el tercer acto integrar, este significa combinar los dos primeros actos.
Significa definir o redefinir uno sus propósitos y valores y luego utilizarlos en la acción
diaria en forma que sean verdaderamente significativas para uno y para las personas.

1.3.2. Proceso
Las organizaciones no hacen funcionar la administración por valores, ¡ La hacen funcionar
las personas. Son los valores que alinean a la gente, los que comprometen a todos a
trabajar para alcanzar metas comunes. Los valores son el único fenómeno que se puede
mover a través de un grupo de personas. ¿Pero como se procede a Administrar por
valores?, ¿Hay algunos pasos específicos?
FASE 1: Aclarar nuestros valores, propósito y misión.

FASE 2: Comunicar nuestra misión y nuestros valores

FASE 3: Alinear nuestras prácticas diarias con nuestra misión

En el momento que uno se compromete, la providencia actúa también. -Goëthe


EMPIEZA LA INVESTIGACIÓN
La APV identifica lagunas entre lo que uno cree y la manera como se comporta en la
práctica. Por ejemplo, muchas compañías dicen que su ideal es prestar un buen servicio,
pero no lo prestan. Algunos gerentes aseguran que tienen una política de puertas
abiertas, pero ¡trate usted de entrar a verlos!
Llegamos a tres grandes valores que han enfocado nuestro proceso de alineación con la
APV:

1. Ser éticos

2. Ser sensitivos

3. Ser rentables

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