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Brenner - Robert. Prefacio e Introducción. El Debate Brenner
Brenner - Robert. Prefacio e Introducción. El Debate Brenner
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PREFACIO
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bate sobre la transición del feudalismo al capitalismo, suscitado por
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t alismo, que se materialice en trabajos más concretos y, a su vez, que .:.1': la crítica del economista norteamericano Paul Sweezy n la obra de
constituya tina lectura esencial para los historiadores en particular )' Maurice Dobb Estudias sobre el desarrollo del capitalismo. Pero
los universitarios en general, cualesquiera que sean los temas y pe- <;-r':¡'~:
-:~i~~t.: este debate, iniciado en la revista norteamericana Science ailrl Society
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riodos en que trabajen.
• explicación monetarista del movimiento secular de los precios, incli";Ü.:~'.;Wlf ,~,,;:t' hechos biológicos, más que en la lucha de clases»." Y además, '"
~ nrindose claramente a favor de la primacía del factor demográfico:' Sint{.:~;~{ «desde el siglo XIV al XVII, la economía funciona más como un siervo
• embargo, resulta interesante que confesara que su definición de ·lar;:~·:r':·. .' cue como un amo , se comporta más como conducida que C01110con-
1
• «base ec~nómica,» ~1~la sociedad 7 «conllevara una .cierta implicació~(~t~:~~2! ~f+.; .ductora ... en última término, fácilmente se rinde ante fuerzas ma-
del marxrsrno primitivo»." A pesar de ello su tratamiento de los «asen';'j.:.~·:~\e.~~t:~ yores como la vida y la muerte. Y por lo que se refiere a la política
• tarn~ent.os ~e población» sin r~ferencia alguna «al.funcionamiento de. ..1¡{~1~
·~~.;~:.~f.·.i~ o a la lucha de clases su momento de fuerza está todavía por llegar» ,12
• las l11S u tuciones legales y sociales» o a «las relaciones entre las cla-t ,~i::::<f-~~:; De lo dicho no se debe inferir que Postan fuera totalmente hostil
• ses», se repi te en sus trabajos posteriores, tanto como telón de fondo: .:j:ht!~~j a las interpretaciones históricas marxistas. Así por ejemplo, y a pe-
en los escritos sobre comercio, 0, más concretamente, en relación con: :":'!1~;%~~~' sar de mantener puntos de vista radicalmente opuestos, el histo-
• problemas Jel1l~gr~6~os, tal como s~ ~videncia el: su .conocido artíc~lo, ··<;\;¡~18:W.J. riador soviético E. A. Kosminsky le agradeció su ayuda para trabajar
• «Sorne Eco;10m1C Evidence of Declining Population 111 the Later MIC~~,,~~~::.,.·~.,¡.!>~t.L{ en los Archivos Nacionales (Public Record Oííice ), así como por pre-
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~ rlle Ages».
Por su parte, Emmanucl Le Roy Ladurie ya desde sus. comienzós,;:~C~:
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sentarle a historiadores ingleses. Postan acogió a Kosminsky cuando
éste visitó Inglaterra en los años 1950, un período nada propiciopara
• siguió Iirmemente el modelo malthusiano, según el cual la expansión' ·t;~2t~ este tipo de contactos. Pastan solía referirse a Marx como «ese genio
de la población iba más allá de los medios de subsistencia disponibles .C\:·;i.t~~t universal»," y en 1977 hizo, de forma muy cordial, la recensión del
• en el momento, por lo que ocurría una regresión inevitable fruto del".Ó~~¡f~r' trabajo del historiador marxista polaco Witold Kula para la New
hambre, la peste y la guerra que obligaban ~ la población a retom~t.·:;~~¡~~, Left Reuieio."
una «adecuada» relación con los recursos existentes. Le Roy Ladurie . .::~~;~ Con todo lo dicho, no pretendemos insinuar que Brenner, como
• presenta este modelo en su magnífica y más importante obra, Les pay", .\!: ft~ marxista, haya querido exagerar, por razones polémicas, la distancia
sans de Lcuzguedoc,1O cuya segunda parte se titula «Renaissance malthu- "T- .i;~; entre los neornalthusianos (o neorricardianos) y su propia postura.
sien n~», y cuy.o final consis.te en. una refe,r~ncia a 1v1.althus,En e.ste .~.~.;
.. tr;~~~.i Pero creemos necesario que el lector de este debate comprenda que
t rabajo no se Ignoran las dimensiones políticas y SOCIales de la vida .~' .;;;~ existen modos diferentes de entender la posición marxista. Como
de los campesinos, ya que de hecho la tercera parte se titula «Prises ", ~':~: queda patente en los artículos que siguen, lo que diferencia de forma
de conscience et lurtes sociales», Pero donde el malthusianisrno de . J) más clara a Pastan y los de su escuela, de Brenner, es el rechazo de
Le Roy Ladurie aparece de manera más destacada es en la conle- .::~!-t~!· las .«relaciones de clase» como tema básico de la historia económica.
rencia que pronunció con motivo de la inauguración del curso en el., ';:, Para Brenner, igual que para muchos historiadores marxistas, el tema
Colleze de France -«L'histoil'e
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imrnobile», 1973-; en ella se afirma, " v :,
.~ de la explotación y de la lucha de clases es fundamental para entender
entre otras COS,lS,que «la fuerza motriz de la historia hay que bus- ... aspectos clave de la economía. medieval.
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carla en la economía, en las relaciones sociales y, sobre todo, en los En la sociedad medieval, igual que en todas las economías pre-
capitalistas, la producción agrícola predominaba sobre la industrial.
trabajo Essays 01/ Medieval Agriculturc (Inri General Problems o/ tbe MerliC/lal Los campesinos, los principales productores de manera abrumadora,
Iiconomy, Carnbridge, 1973_ sin lugar a dudas, vendían parte de 10 que producían para así con-
7, Citado por Brenner, inlra, p. 27.
8. Postan, «Moyen Age», p. 225.
9, M, M, Postan. «Sornc Economic Evidence of Declining Population in
11. E. Le Roy Lndurie, «L'histoire imrnobile», Anuales E. S. c.. XXIX
(1974), p, 675.
the La ter MiddJe Ages», Econ. Hist. Rco., 2." ser., ii (1949-1950). Reimpreso
en Essays 011 Medieval Agrlcult ure and General Probleius 01 tbe Medieval
"
12, isu., p, 689.
13. Se trata de un comentario personal 'de Pastan al autor.
Econonry. .
14. M, M, Postan, «The Feudal Economy», Netv Lelt Revieui, 103 (1977),
10. E. Le Roy Laduric, Les pavsans de L(//I~uedoc. SEVPEN! Parls, 1966¡
reseña del trabajo de \'<1, Kula, A/l Economic Tbeory o/ tbe Feudal Systcm,
2 vols,
Londres, 1976.
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EL DEDATE DRENNER INTRODUCCIÓN 15
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seguir dinero y con él adquirir productos manufacturados y sal, y terialisrno histórico. No ha/ una regla fija para esta comprensión, ya
pagar la renta y los impuestos; aunque la mayor parte de lo que que se da una fuerte polémica en el seno del marxismo igual que
producían lo destinaban a la autosubsistencia y a la reproducción de . entre los marxistas y no marxistas. Pero a pesar de ello, el concepto
. su economía. Los bienes suntuarios (procedentes del comercio in ter- de «modo de producción» se acepta por parte de todos los historiado-
. nacional), las catedrales, los castillos u otro tipo de construcciones res rnarxis tas como un ins tru mento esencial para iniciar cualqu ier
monumentales, las armas y armaduras pata la guerra y el pillaje y todo tipo de investigación histórica. A partir del momento en que el mar-
tipo de bienes culturales dependían sobre todo de la demanda de la xismo se define como una doctrina materialista, hay que entender el
clase dominante. Las variaciones de la demanda de productos no modo de producción C01110 integrador, en primer lugar, de lo que
agrícolas por parte de los campesinos como mayoría de la población Marx denomina las «fuerzas productivas», esto es, los recursos natu-
apenas tenían significado. Lo que en realidad era crucial eran las va- rales, la tecnología y la fuerza de trabajo: las relaciones entre los seres
riaciones en los ingresos de los terratenientes como clase dirigente. humanos y la naturaleza en la lucha para existir y reproducirse .. En
Pero ¿ qué era lo que determinaba estas fluctuaciones? Puesto que segundo lugar o el segundo elemento de la definición 10 const itu ven
el componente principal de estos ingresos era la renta, uno debe las «relaciones de producción». Este concepto tan escueto desCl~ibe
preguntarse qué era lo que determinaba su monto, su' cantidad. Y es básicamente las relaciones existentes entre los propietarios de los
aquí donde la contribución marxista es fundamental. Los campesinos medios de producción y aquellos que, por medio de su trabajo, pro-
medievales no podían actuar libremente tomando o dejando la tierra porcionan no tan sólo su propia subsistencia, sino incluso el ingreso
según sus conveniencias. La mayoría de ellos vivía en comunidades de los propietarios. Las relaciones de producción naturalmente va-
tradicionales que con toda probabilidad existían antes que el señorío rían de manera considerable de acuerdo con el nivel de desarrollo de
feudal. Una proporción elevada de estas comunidades estaba sujeta \ las fuerzas productivas. Lo que para los marxistas cons t ituye el
a lazos serviles legalmente establecidos; otras, aunque legalmente modo de producción feudal consiste esencialmente en la relación entre
libres, estaban sometidas al poder del sefior. Para los historiadores campesinos y señores, o tal vez habría que decir que se inicia con
marxistas, el poder del señor era el elemento esencial para determinar esta relación, ya que el proceso histórico genera otras clases y otras
el nivel de b renta, fuera cual fuera la influencia de la proporción relaciones, en particular a G1USa clel desarrollo de los mercados y de
tierra/ trabajo o del nivel tecnológico de tI producción agrícola. La la urbanización.
relación entre el señor y el campesino era más «política» que «eco- Los «modos de producción» constituyen tan sólo el esqueleto
nómica», de donde procede el concepto de «coacción extraeconómica» de un análisis marxista del proceso histórico. Un modo de producción
-que Marx comparó o contrastó con la libre negociación entre el consiste en la infraestructura de una sociedad; cuyas leyes, relig ión,
capitalis la y el trabajador asalariado en una economía capita1ista-. formas de estado y cultura son o bien rasgos superestructura les estre-
Sin embargo, la coacción extraeconórnica no tuvo un resultado unifor- chamente relacionados con la estructura económica o bien se han
me. La exacción de la renta, tanto en forma de trabajo personal, corno desarrollado a partir de ésta. Pero el tema no es tan simple como
en especie' o en dinero, significaba para el campesino una clara apropia- parece: una formación SOCÜI l determinada, aunque en pri nci pio esté
ción de su producto. Y opuso resistencia, con más 0' menos fuerza, conhguruds por un modo de producción dominante, puede contener
mediante diferentes formas: de la insuficiente prestación de trabajo elemen tos de otros modos de producción, como también cle sus for-
personal a la rebelión abierta. En esto consistía el conflicto de clases, mas superestructurales: Para dar un ejemplo basta con considerar
núcleo central de la teoría marxista. las supervivencias feudales de las sociedades capital islas desde el si-
Central pero no exclusivo. La contribución de Guy Bois al debate glo XVIII hasta nuestros días. Es preciso señalar que entre los marxis-
nos recuerda que existen imporrantes divergencias entre los historia- tas no existe un completo acuerdo sobre lo que pertenece a la super-
dores que trabajan en la tradición marxista. Y para comprender estas estructura; la ley, ¿forma siempre parte de la superestructura? En
divergencias es preciso conocer los principios fundamentales del ma- este sentido hay quienes afirman que en la sociedad feudal la ley de
16 EL DEBATE DRENNER INTRODUCCIÓN 17
la servidumbre constituye un componente fundamental del proceso campesinos; o si se da, como sucedía en Europa occidental en torno
de «extracción del excedente», por cuanto hay que considerada como H 1300, en un contexto caracterizado por una elevadísima ocupación '
parl.e de las relaciones de producción más que como parte de la que implicaba una escasez de pastos y el cultivo de tierras marginales,
superestructura legal, política o ideológica. Y también se puede defen- lo que reducía de manera drástica la productividad de la agricultura.
der, quizá con más firmeza aún, que la ley de la esclavitud, al con- Estas contradicciones no se pueden comprender de forma adecuada,
vertir a hombres y mujeres en simples instrumentos de producción, a menos que se tengan en cuenta los elementos esenciales que definen I
constituye un elemento básico de la infraestructura económica. el comportamiento demográfico de una sociedad -natalidad, fecun-
Este resumen, ciertamente incompleto, de algunos de los proble- didad, mortalidad-e- que afectan el comportamiento de la fuerza de
mas elementales de la historiografía marxista pretende servir de telón trabajo, sobre todo en una sociedad donde las unidades básicas de pro-
de fondo para un componente esencial del debate Brenner: compren- ducción -tenencias campesinas y talleres artesanales- provenían de
der l a causa de la evolución histórica. Brenner se inclina claramente una fuerza de trabajo basada en la familia.
por la primacía de la lucha de clases. Pero quienes le critican desd~ Brenner, como 10 comprobarán quienes lean las páginas que si-
una óptica marxista creen que el mismo Marx, igual que buena parte guen, considera que la lucha de clases, en mayor medida que la
de sus seguidores, considera más adecuado dar primacía al conflicto evolución de las fuerzas productivas, es la causa determinante de los
que se plantea entre el desarrollo de las fuerzas productivas -nuevas cambios en las diferentes formas de desarrollo histórico que se dieron
tecnologías, nuevas formas de organización laboral, consolidación eco- en varios países europeos durante la Baja Edad Media y la Edad Mo-
nómica de nuevos grupos sociales- y las relaciones de producción derna. Lo que genera, entre otras cosas, la conclusión de que un
existentes, así como con la superestructura legal, política e ideológica. éxito en la lucha de los campesinos para proteger la integridad de la
Frente a esta doble interpretación, ¿qué partido hay que tomar>, posesión de sus tenencias produjera una cierta regresión histórica, ya
¿a cuál de los elementos que constituyen el modo de producción hay que una producción a pequeña escala, por su propia naturaleza, es
que darle primacía como causa del cambio de una formación social a incapaz de cualquier tipo de innovación en la técnica; la innovación
otra? Acentuar el desarrollo de la técnica tal vez sería lo más ade- únicamente se podrá llevar a cabo por parte de pequeños propieta-
cuado, ya que como señala Marx «el molino de sangre genera la rios acomodados (yeomen) o de propietarios protocapi talis tas, quie-
sociedad del señor feudal; la máquina de vapor la sociedad del capita- nes sentarán las bases de una auténtica agricultura capitalista. De
lista industrial»." Lo que sí queda claro es que para quienes conside- todas maneras, si la agricultura a pequeña 'escala permite o no permite
ran la primacía de la lucha de clases conflictiva deben reconocer que, innovaciones es una discusión que merece un debate, no tan sólo
por muy crucial que en la sociedad feudal fuera la determinación del entre historiadores, sino también entre quienes están interesados en
ingreso señorial por la lucha por la renta, esta lucha de ningún modo la supervivencia actual de las sociedades campesinas (especialmente
se daba en un contexto histórico inmutable. En particular, tal como en el Tercer Mundo). El hecho de que Inglaterra, pionera del capi-
indicaba Maurice Dobb hace ya bastantes años, la proporción tierra/ talismo industrial, consiguiera desarrollar un capitalismo agrario basa-
trabajo tiene una importancia crucial en una sociedad donde la pro- do en la destrucción del campesinado para dar paso a la industrializa-
ducción campesina es predominante. Cierto es que el conflicto en ción, no significa que el tema de las transformaciones de las socieda-
/
torno a la renta puede generar resultados diferentes si se da en un des agrarias quede bloqueado con el ejemplo inglés ..
cofüexto caracterizado por una abundancia de tierras y una falta de Como ya se ha indicado, hay historiadores marxistas que, sin
~~ . negar la importancia de la lucha de clases en la sociedad feudal, dan
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'. más importancia a los factores económicos, lo cual (en térmi nos ma r-
15. G. A. Cohen recurre con frecuencia a esta cita en Karl Marx's Tbeory
xistas) subrayaría más la importancia de las «fuerzas productivas»
o/ l l istory , Oxford, 1978, por ejemplo, pp. 41, 144; cita que procede de la
obra de Marx, Tbe Pouerty o/ Pbilosopby (1847), Moscú, s. L, p. 122. Cohen que las «relaciones de producción». Algunos de estos historiadores
argumenta que Marx daba primacía a las fuerzas productivas.
.,' ven una lógica interna en el modo de producción feudal similar a una
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• ,1,
2. - BRENNER
18 EL DEBATE BRENNER
INTRODUCCIÓN 19
afirmación sobre el desarrollo del capitalismo moderno no relacionada
acusan de «econornicismo» a sus críticos marxistas, y éstos a su vez
con la lucha de clases. Marx argumenta que el progreso tecnológico
acusan H sus oponentes de «politicismo». No es necesario señnl.u. que
capitalista en una producción fabril a gran escala provocó un cambio
cada uno de ellos niega rotundnmcn le las acusaciones de las que SOI1
en la composición orgánica del capi tal -un incremento de capital
objeto. En el mismo sentido, los neomalthusianos niegan no dar im-
'invertido en maquinaria y materias primas en perjuicio de la fuerza de
portancia a la estructura social, a las divisiones de clase y a la realidad
trabajo-, un descenso de la tasa de beneficio y unas crisis periódicas
del sistema de explotación. Los lectores del presente volumen tendrán
de sobreproducción. Tanto Bois como Kula, aunque desde perspecti-
muchas oportunidades para juzgar estas opiniones y para volver a
vas diferentes," enfatizan la fundamental contradicción estructural
recorrer los senderos que Brenner y sus críticos han ido clesbroznndo.
, en el seno del feudalismo entre propiedad feudal a gran escala y la
pequeña tenencia campesina que funcionaba como unidad de produc-
ción. En el feudalismo medieval tuvo lugar una caída a largo plazo
de la tasa de exacción feudal, la cual (de acuerdo con lo que afirma
Bois) se inició durante la fase de expansión cuando un número cre-
ciente de familias campesinas se vieron abocadas a la si tuación de
pequeños arrendatarios sin los medios adecuados para su subsistencia.
-r.
Es evidente que esta lógica económica no era idéntica a la que Marx :' ..
contempló 'en la producción capitalista, pero tampoco estaba deter-
minada, al menos en su totalidad, por el conflicto entre señores y
campesinos a nivel político, en el sentido que Brenner da a este
concepto.
Es conveniente señalar que la divergencia entre los marxistas
que destacan la función de la lucha de clases y los que prefieren con-
siderar el modo de producción en su conjunto sin dar prioridad a la
lucha de clases, no es una característica particular de este debate;
por ejemplo, también ha sido objeto de discusión entre los historia- ':.,'
16. La obra de Kula, AII Economic Tbeory o/ tbe Feudal System, trata de
Polonia en la Edad Moderna. que aparece en com ptes-rendns de Séances de la Société de l'ét udc d u /¿'Ot/II-
17. Véase P. Dockes, La libération médiéuale, París, 1979, y ],1 discusión lisnre, diciembre de 1979.