Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
4 092027 06abr
4 092027 06abr
Bogotá D.C., veintisiete (27) de abril del año dos mil seis (2006)
HECHOS:
PETICIÓN
TRÁMITE:
CONTESTACIÓN
CONSIDERACIONES DE LA SALA:
El mecanismo de la acción de tutela fue instituido para que toda persona por
sí misma o por interpuesta persona, pueda acudir ante el juez constitucional
con el fin de que le sean protegidos los derechos constitucionales
fundamentales que estime le son amenazados o vulnerados por la autoridad
pública. Este medio no es procedente cuando existen otros mecanismos de
defensa judicial, a menos que de no proceder el juez le cause un perjuicio
irremediable al actor.
“En este último punto, es claro que el principio de la cosa juzgada rige para
todas las sentencias judiciales y por mandato expreso de la Constitución (art.
243), las sentencias de exequibilidad de la Corte Constitucional hacen
tránsito a cosa juzgada constitucional sobre las cuales no puede existir
modificación alguna y su texto, implícitamente, entra a formar parte del
cuerpo de la normatividad analizada. Según lo anterior, la sentencia C-543,
con fuerza de cosa juzgada constitucional, excluye rotundamente cualquier
posibilidad de ejercer la acción de tutela contra providencias judiciales y sólo
admite el trámite de esta acción frente a actos de la autoridad judicial que no
tengan el carácter de providencias. Pero, de otra parte, mediante sentencia
C-590 del 8 de junio de 2005, mediante la cual se revisa la constitucionalidad
del artículo 185 de la Ley 906 de 2004, la Corte Constitucional cambia
abiertamente su criterio y acepta la acción de tutela contra todo tipo de
decisiones que den por terminado los diversos procesos judiciales, para el
caso concreto de esa sentencia, las de casación ante la Corte Suprema de
Justicia.
“En la sentencia C-543/92, se analiza si procede o no la acción de tutela
contra providencia judicial en 8 acápites a saber: 1. Carácter subsidiario e
inmediato de la acción de tutela. 2. Subsistencia del orden jurídico
compatible con la Carta. 3. La tutela contra sentencias ante el principio de la
cosa juzgada. 4. La falacia del error judicial. 5. Fundamentos constitucionales
del principio de la cosa juzgada. 6. La tutela contra providencias judiciales
frente al principio de la autonomía de los jueces. 7. antecedentes
constitucionales. 8. Derecho comparado y, 9. Unidad normativa.
Vistas así las cosas, en nuestro sistema pugna con el concepto mismo
de esta acción la idea de aplicarla a procesos en trámite o terminados,
ya que unos y otros llevan implícitos mecanismos pensados
cabalmente para la guarda de los derechos, es decir, constituyen por
definición "otros medios de defensa judicial" que, a la luz del artículo 86
de la Constitución, excluyen por regla general la acción de tutela”.
“(…)”
Frente al tema (3.) “La tutela contra sentencias ante el principio de la cosa
juzgada”, la Corte manifestó:
(…)
“La función estatal de administrar justicia lleva implícito el concepto de
la cosa juzgada aún antes de su consagración en normas positivas,
pues resulta esencial a los fines que persigue. Si es propio de la
potestad atribuida al juez la capacidad de definir el derecho en el
asunto materia de su competencia, sus facultades se actualizan y
concretan en el momento en que resuelve y su resolución es
vinculante.
(…)
Prosigue la misma sentencia, con (6.) “La tutela contra otras providencias
judiciales frente al principio de la autonomía de los jueces”, así:
(…)
Como se puede advertir, habiendo establecido el Constituyente
jurisdicciones autónomas y separadas (Título VIII de la Constitución) y
puesto que el funcionamiento de ellas ha de ser desconcentrado y
autónomo (artículo 228 de la Carta), no encaja dentro de la preceptiva
fundamental un sistema que haga posible al juez, bajo el pretexto de
actuar en ejercicio de la jurisdicción Constitucional, penetrar en el
ámbito que la propia Carta ha reservado a jurisdicciones como la
ordinaria o la contencioso administrativa a fin de resolver puntos de
derecho que están o estuvieron al cuidado de estas. Considerar que
semejante opción se aviene a lo preceptuado por la Carta, tanto vale
como aceptar que ésta consagró jurisdicciones jerarquizadas, lo cual
no encuentra sustento en la normatividad vigente.
(…)
“…”
FALLA :