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Resúmenes:

Estereotipos sobre la edad y el envejecimiento en estudiantes y profesionales de


ciencias de la salud(2018) por Carlos Felipe Rello, Mª Dolores López Bravo, Rosa
María Muñoz Plata.
Butler (1980) acuñó el término “ageism” (edadismo o viejismo en español) para
referirse a la discriminación por edad. Para este autor, ageism es una combinación de tres
elementos interconectados: (a) prejuicios respecto a las personas mayores, (b)
prácticas discriminatorias contra las mismas, y (c) prácticas institucionales y políticas que
perpetúan los citados estereotipos.
Lejos de disminuir estos estereotipos con el paso del tiempo, para algunos/as
autores/as se ha producido un incremento de estereotipos negativos hacia la vejez en los
últimos dos siglos (Ng, Allore, Trentalange, Monin y Levy, 2015), opinión no compartida
por otros/as, quienes apuntan que la concepción negativa hacia las personas mayores se va
modificando (Molino del Peral, 2000). En lo que sí parece que hay uniformidad es en que
las creencias sociales sobre la vejez son esencialmente negativas en todas las culturas
(Sánchez, Trianes y Blanca, 2009). Especial importancia cobra conocer la percepción
que el personal sanitario mantiene hacia el envejecimiento y hacia este grupo
poblacional, dado que de ellos depende una correcta atención de la población en
general, y de las personas mayores en particular. Se han hecho diversos estudios, todavía
insuficientes, con estudiantes y profesionales de la rama sanitaria que manifiestan
predominantemente una imagen negativa de la edad. Claro ejemplo es el estudio
llevado a cabo por Franco, Villarreal, Vargas, Martínez y Galicia (2010), en el Estado de
Querétaro (México), o el estudio conducido por Rippon, Kneale, De oliveira, Demakakos y
Steptoe (2014), que encontró que el 10% de las personas mayores de 52 años que formó
parte del estudio informó haberse sentido discriminado por razones de edad en un hospital o
por un médico. De manera similar, Butler (1994) sostiene que el tiempo invertido por los
médicos en el tratamiento de pacientes de avanzada edad es menor que el invertido en
pacientes jóvenes.
Por lo anterior se realizó un estudio en el Centro Superior de Estudios Universitarios La
Salle (Madrid), tuvo como muestra doscientos participantes (144 mujeres y 56 hombres),
distribuidos en seis grupos, en función del grado universitario (Fisioterapia y Terapia
Ocupacional) y la ocupación (estudiantes de primero de grado, estudiantes de cuarto de
grado y profesionales) y por los/as profesionales de las mismas áreas de la salud, no siendo
estos últimos necesariamente profesores/as o exalumnos/as del citado Centro
Se aplicó el Cuestionario de Estereotipos Negativos hacia la Vejez (CENVE) de
Blanca, Sánchez y Trianes (2005), junto a un cuestionario elaborado ad hoc para
obtener datos sociodemográficos y relacionados con el contacto mantenido con
personas mayores.
los resultados indican que son los/as estudiantes de primer curso quienes manifiestan
estereotipos más negativos hacia la vejez y el envejecimiento, seguido de los/as es-
tudiantes de cuarto y profesionales. Datos que vienen a confirmar estudios como los
llevados a cabo por Özdemir y Bilgili (2016), donde los/as estudiantes de enfermería de
último curso ma-nifestaron actitudes más positivas hacia el envejecimiento que estudiantes
de cursos anteriores. En cambio, León y otros (2015) no encontraron diferencia alguna
entre los diferentes cursos.
Se sostiene que estudiantes y profesionales de Fisioterapia y Terapia ocupacional
mantienen estereotipos hacia la vejez semejantes. Contradictorios son los hallazgos del
estudio de Bernardini y otros (2008), quienes analizaron las actitudes hacia las personas
mayores entre estudiantes de siete grados universitarios diferentes relacionados con la
salud, entre los que se encontraban Fisioterapia y Terapia Ocupacional, señalando
estereotipos más negativos entre los/as estudiantes de Fisioterapia. Llegados a este punto,
cabe reflexionar si la mejora en la imagen que los/as estudiantes tienen de la vejez a su paso
por un grado universitario de salud, en este caso, se debe a la formación específica en este
ámbito (geriatría) o es el mero hecho de estudiar un grado de salud el que provoca tal
mejoría. o es el mero hecho de estudiar un grado de salud el que provoca tal mejoría.
Parece, a tenor de los resultados obtenidos, que formarse en una disciplina de salud
disminuye los estereotipos negativos.
Estereotipos negativos hacia la vejez y su relación con variables sociodemográficas en una
muestra de estudiantes universitarios (2020 ) por Álvaro Rodríguez Mora

Los estereotipos negativos hacia la vejez es una percepción peyorativa sobre las personas mayores a
las que se les asocia pérdida de capacidades, deterioro y enfermedad. Estos estereotipos están
arraigados en la sociedad y se ven influidos por diversas variables sociodemográficas como la edad,
el sexo, o el grado de contacto con estas personas entre otros. Estos estereotipos están presentes en
la sociedad, desde los propios ancianos hasta los jóvenes.
El estudio realizado por la universidad de Cádiz, España consistió en evaluar la influencia de las
variables sociodemográficas en los estereotipos del concepto viejismo en donde se tomó una
muestra de estudiantes universitarios. La muestra estuvo de 183 participantes en los que se
conformaron por estudiantes voluntarios de los grados de psicología, criminología y magisterio, se
les envió de forma online un cuestionario ad hoc con las variables sociodemográficas edad, sexo, y
contacto con personas mayores dependientes y no dependientes, y también se aplicó el cuestionario
de Estereotipos Negativos hacia la Vejez (CENVE) (Blanca Mena, Sánchez Palacios, y Trianes,
2005). Dada la interpretación y análisis de las puntuaciones obtenidas en el cuestionario se
evidencio que la muestra presentaba baja presencia de estereotipos negativos. Sin embargo, en el
análisis de frecuencias, se determinó que el factor carácter-personalidad arrojo una presencia alta de
estereotipos negativos hacia la vejez, seguido del factor motivacional social. Respecto al sexo, no se
encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres en la presencia de estereotipos
respecto del viejismo. Respecto a la variable contacto con personas mayores dependiente como no
dependiente, no existieron diferencias significativas en función del cuestionario CENVE y los tres
factores. Por último, el análisis de los resultados arrojados por ANOVA, mostro que había
participantes que no tenían ningún contacto o relación con personas mayores no dependientes y que
presentaban mayores estereotipos sobre el viejismo a diferencia de que aquellos que tenían algún
tipo de interacción con adultos mayores.
Edadismo: Imagen social de la vejez y discriminación por edad (2021) por observatorio del
envejecimiento, Pontificia Universidad Católica de Chile.
El edadismo es el término que refiere a los estereotipos, prejuicios y discriminación que sufren las
personas por su edad cronológica. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud
(OMS,2021), el edadismo surge cuando la edad se utiliza para categorizar y dividir a las personas
por atributos que ocasionan daño, desventaja o injusticia, y menoscaban la solidaridad
intergeneracional. Si bien el edadismo se puede vivir tanto en edades tempranas como más
avanzadas, en Robert Neil Butler (1969) acuñó el término “ageism” para denominar la
discriminación de las personas mayores por el solo hecho de tener más edad, el que posteriormente
se tradujo como edadismo y también “viejismo”. El edadismo hacia las personas mayores está
enraizado en una imagen negativa de la vejez, que se asocia a una etapa de deterioro, vulnerabilidad
e improductividad. Sin embargo, estas concepciones son infundadas, ya que el envejecimiento, al
no estar determinado sólo por los cambios biológicos, se constituye en un largo camino, donde la
experiencia de diversas situaciones de vida y la influencia de factores sociales y generacionales,
hacen que esta etapa de la vida sea heterogénea y diversa, incluso más que cualquier otra. De
acuerdo con la OMS, el edadismo se expresa en tres planos: estructural, interpersonal y
autoinfligido. El edadismo estructural es el que se observa a nivel de políticas, leyes y normas que
rigen una sociedad. En vista de que las políticas se diseñan sobre la base de una concepción social
de los sujetos a los cuales apuntan, una imagen negativa de la vejez afecta en el desarrollo de
políticas públicas adecuadas. Por lo tanto, permite el levantamiento de normas que resultan
discriminatorias por edad, afectando así el desarrollo de las personas mayores. El edadismo
interpersonal es aquel que se manifiesta en la forma en que los individuos se relacionan. Aquí el
trato se condiciona producto de los estereotipos y prejuicios que se tienen en torno a la vejez. Esto
conlleva a que se restrinjan las expectativas de lo que una persona mayor es capaz de pensar, crear,
hacer y resolver, limitando sus posibilidades de participación y aporte en todos los ámbitos, ya sea
en lo familiar como en lo laboral y social. Por su parte, el edadismo autoinfligido es aquel en que la
persona mayor al haber internalizado esta imagen social negativa de la vejez y recibir un trato
diferenciado por su edad comienza a pensarse en base a estos patrones definidos, afectando así su
autoimagen. En este sentido, el edadismo afecta también a las personas más jóvenes que también
internalizan estas creencias y limitan su propio envejecimiento, o incluso intentan evadirlo.
El edadismo es entonces un fenómeno multidimensional, y muchas veces sus causas y efectos se
encuentran interrelacionados, pudiendo afectar en una gran escala. En esta línea, Chang (2020)
destaca que 6.33 millones de personas mayores en el mundo se encuentran con depresión a causa de
la discriminación por edad.
Estereotipos, prejuicios y discriminación es lo que gran parte de los adultos mayores sufre por parte
del resto de la sociedad, un fenómeno conocido como “edadismo”, en en el que se enraíza una
negativa imagen de la vejez, asociada a deterioro, vulnerabilidad e improductividad. Y Chile no está
exento de esta situación.
De acuerdo con el estudio “Edadismo: Imagen social de la vejez y discriminación por edad”,
elaborado por el Observatorio del Envejecimiento para un Chile con futuro, que surge de la alianza
entre Compañía de Seguros Confuturo y la Universidad Católica, al menos el 18% de los chilenos y
chilenas conciben a las personas mayores como una carga para la sociedad, siendo uno de los países
que más adscriben a este tipo de prejuicios (World Value Survey 2014).
A partir de datos de World Value Survey 2014, para un grupo de siete países observados,  el reporte
da cuenta de que en nuestro país el 45% opina que las personas mayores de 70 años tienen una
posición social baja, siendo sólo superado por Suecia (58%).
Asimismo, en base a la Encuesta de Calidad de Vida en la Vejez (ECV 2019), el reporte destaca
que el 33% de las personas mayores ha sentido siempre o algunas veces un trato injusto por su edad
en el sistema sanitario y un 24% en los servicios públicos o municipios, aumentando 7 puntos
porcentuales desde el 2010.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el edadismo surge cuando la edad se utiliza
para categorizar y dividir a las personas por atributos que ocasionan daño, desventaja o injusticia, y
menoscaban la solidaridad intergeneracional. El término nació en 1969 con el médico gerontólogo y
psiquiatra Robert Neil Butler, quien acuñó el concepto “ageism” para denominar la discriminación
de las personas mayores por el solo hecho de tener más edad.
“El edadismo o viejismo -la discriminación de la gente por su edad-, está muy presente en la
sociedad chilena. Lo podemos ver desde las conductas y verbalizaciones cotidianas que oímos a
diario y en una discriminación a nivel institucional. En este reporte se considera esa infantilización
que hay de las personas mayores, de tratarlos de ‘viejitos o abuelitos’, como si la gente en esta fase
de la vida se volvieran niños o niñas. Ese es uno de los tremendos prejuicios que hay en este
ámbito. Y a eso también le sumamos la discriminación en los servicios públicos y de salud”,
comenta Susana González, académica de Psicología UC e investigadora principal de este reporte.
El impacto de esa percepción social sobre la edad tiene incluso repercusiones directas en la salud.
El reporte destaca un estudio realizado en Estados Unidos (Levy, 2012) que mostró que las personas
mayores con una concepción negativa de la vejez y alguna discapacidad grave se recuperaban un
31% menos que aquellas con estereotipos de edad positivos. En esta línea, plantea que las personas
mayores con actitudes negativas hacia el envejecimiento viven en promedio 7,5 años menos que las
personas con actitudes positivas hacia el envejecimiento (Levy, 2002).
Junto con lo anterior, destaca que muchas veces a los adultos mayores se les niega tratamiento o la
atención adecuada por su edad y quedan fuera de estudios clínicos siendo infrarrepresentados como
grupo etario en dichas investigaciones. Esto demuestra que también existe una dimensión
estructural del edadismo.
Alejandro Reyes, miembro de la Alianza de organizaciones de la Sociedad Civil por la Defensoría
de las Personas Mayores y Programa Personas Mayores y Derechos ONG CEC, señala que “por
esta lógica en que la persona sirve en cuanto produce, el adulto mayor pasa a ser un ser pasivo. Pero
eso no se corresponde con el hecho de que el ser humano es ser humano y pleno siempre, porque
efectivamente mantiene su capacidad de ser, de soñar, de sentir, de comunicarse, de empatizar con
otro a lo largo de la vida”.
Otro ámbito en el que el edadismo impacta de acuerdo con el reporte es en lo laboral.
En base a la encuesta “Trabajo en Personas Mayores” del Centro de Estudios de Vejez y
Envejecimiento de la Pontificia Universidad Católica (CEVE-UC), el 70% de los consultados
considera que las empresas prefieren contratar más a personas jóvenes que mayores y un 50%
piensa que los jóvenes creen que los adultos mayores son personas enfermas, sedentarias y
dependientes. Además, un 38% de los encuestados establece que las personas mayores que trabajan
más allá de su edad de jubilación se encuentran más expuestos a sufrir de malos tratos en el espacio
laboral.
Referencias:
 Rello, C. F., Bravo, M. D. L., & Plata, R. M. M. (2018). Estereotipos sobre la edad
y el envejecimiento en estu-diantes y profesionales de Ciencias de la Salud. Revista
Prisma Social, (21), 108–122. Recuperado
de https://revistaprismasocial.es/article/view/2425

 Rodríguez Mora, Álvaro (2020). ESTEREOTIPOS NEGATIVOS HACIA LA


VEJEZ Y SU RELACIÓN CON VARIABLES SOCIODEMOGRÁFICAS EN
UNA MUESTRA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS. International Journal
of Developmental and Educational Psychology, 1(1),63-70.[fecha de Consulta 17 de
Octubre de 2022]. ISSN: 0214-9877. Disponible en:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=349863388006

Así según lo anterior se puede mencionar Que a medida que los estudiantes universitarios
que se formaban en carreras del área social o de la salud en donde tienen mayor interacción
con personas mayores o conocimiento de estas iban teniendo mucho menos prejuicios o
estereotipos acerca de la vejez, y estos estereotipos negativos disminuían y la percepción de
ellos mejoraba.

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