Como la lectura llena mi vida

Buenas tardes queridos compañeros y profesora. Me es un honor estar aquí entre ustedes y poder
hablarles sobre como la literatura a estado presente en mi vida.
Aprendí a escribir y a leer cuanto tenía años cinco años. El primer texto o escrito que escuche a esa edad
fue “El Caballero Carmelo” que trata sobre la promoción de los valores de la amistad y el amor, en el
cual se deja como principal enseñanza que todas las personas que conocemos a lo largo de nuestras
vidas son distintas, pero siempre estarán con nosotros de una forma u otra si realmente son nuestros
amigos; y el que me lo narraba era mi padre. Recuerdo que en mi infancia mi profesora de la escuela nos
daba varios cuentos para leer, uno de ellos era “Gallinazos son Plumas” - Julio Ramón Ribeyro, me gusta
este cuento porque nos relatan la realidad de la explotación contra los pobres debe terminar para que
haya paz en la humanidad. Sin duda, este cuento nos hace reflexionar profundamente sobre el abuso, el
maltrato infantil y la conducta humana.
La lectura, es una de las mejores habilidades que podemos adquirir. Ella nos acompañará a lo largo de
nuestras vidas y permitirá que adquiramos conocimiento, y que entendamos el mundo y todo lo que
nos rodea. También que podamos viajar a cualquier sitio sin desplazarnos a ningún lugar o que podamos
ser la persona que queramos ser por un momento. Y es que leer nos abre las puertas del conocimiento y
da alas a nuestra inspiración e imaginación.
Leer es esencial para estar conectado al mundo y a las personas. Sin la lectura no conoceríamos, no
tendríamos información y nos costaría más imaginar. La lectura es esencial y es algo que debemos
alimentar a lo largo de nuestras vidas.
Como alguna vez dijo el gran filosofo “Leer un libro enseña más que hablar con su autor, porque el
autor, en el libro, sólo ha puesto sus mejores pensamientos”, esta frase es lo que interpretó el poeta
Dante Alighieri en su libro “La Divina Comedia” nos enseña a buscar una vida equilibrada. Buscar en el
mal, la oportunidad de renovación, para ganar conciencia, y librar los círculos infernales. Esta fue la
obra que leí a los catorce años la cual me había recomendado mi profesor de literatura en mi academia
preuniversitaria de ese entonces.
Por lo tanto, durante los años que han transcurrido en mi vida la lectura estuvo siempre presente ya sea
cuentos leídos por mi familia antes que separa leer y escribir, los maestros en todo nivel educativo han
marcado recuerdos inolvidables de enseñanzas, que hasta la fecha los tengo presente; así que
agradezco a quienes siguen inculcando en nosotros este hábito que poco a poco incrementa nuestro
patrimonio cultural.