Está en la página 1de 3

Viajando por mundos

Desde chico a uno le enseñan a leer, pero no es lo mismo ese momento en que sos chico
y aprendes a leer, y el momento en el que descubrís que a partir de la lectura se puede
conocer otro mundo. Me refiero a lo siguiente, cuando comenzó a gustarme la lectura
entendí que era porque me hacia sentir que me transportaba a otro mundo.
Nunca voy a olvidar cuando tenía 12 años y una amiga de mi hermana me recomendó
para leer a Agatha Christie. Siendo ese mi primer contacto con la lectura, porque que al
comenzar a leer sus novelas me gustaron tanto que sentía que durante el momento que
estaba leyendo sólo pensaba en que sucedería en la novela, en los personajes, en que iba
a pasar, en cómo resolvería el caso, en fin me transportaba a otro mundo y muchas
veces me hacia olvidar alguna tristeza. Las primeras novelas que recuerdo que leía de
Agatha Christie fueron: El tren de las 4.50 (con el adorable personaje de Miss Marple),
Un puñado de centeno, Ocho casos de Poirot, Telón (el cual relata uno de los últimos
casos de Poirot). Leer se había convertido en una pasión, cuando leía la novela no podía
esperar hasta llegar al final y saber como iba a terminar.
A los 13 años recuerdo que me fascino mucho leer la trilogía del libro “El señor de los
anillos” me gustaba como la precisión de Tolkien te hacia imaginar todo tipo de lugares
fantásticos y personajes míticos.
A los 15 años al ser más grande había comenzado otra etapa me empezó a interesar todo
lo que tuviera que ver con la mitología, me fascinaba la cultura griega. Durante la etapa
de mi adolescencia recuerdo cuando leí la Teogonía de Hesíodo, su lectura me llevaba a
viajar por otro mundo en el cual había Dioses tan parecidos a los humanos respecto a las
emociones y las pasiones. Recuerdo también cuando leí los poemas de Homero eran
lecturas muy interesantes aunque descubría que ya no era una lectura llevadera, era
placentero leerlo pero la lectura ya no era amable desde un principio, requería su
tiempo, repasar algún que otro párrafo.
A partir de los últimos cuatro años hasta el presente reconozco que la lectura nos hace
viajar por otros mundos, porque nos llega conocimiento de ella que a veces no es
cotidiano, como el leer mitología por ejemplo. Esto sucedió sobretodo cuando comenzó
a interesarme la filosofía era un gran placer y es un gran placer leer filosofía, pero
también la lectura que desde un principio empezó a interesarme por hacerme sentir que
viajaba a otro mundo, esa misma lectura que hacia o mejor dicho también hago
actualmente como estudiante de filosofía, esa lectura se convirtió también en un reto,
muchas veces parecida a una batalla, no se trata sólo de memorizar los textos, se trata de
entenderlos. Es como una batalla que se libra con el lector y el texto por que la lectura
no se entrega fácilmente, se trata de releer, desmenuzar las ideas, de abrir la mente
dejando prejuicios de lado, preconceptos que uno ya tiene formados del mundo, de la
sociedad, del individuo, de la vida. Una vez que uno se hunde en esa batalla con la
lectura del texto se da cuenta que allí se encuentra el placer y el sentido, y se siente una
gran victoria cuando finalmente se puede entender la lectura del texto. Algunas lecturas
que nos hacen librar esas batallas, que en realidad son batallas hermosas entre lector y
autor, finalmente cuando se logra entender el significado de lo que escribió el autor,
también están los efectos que las ideas de ese autor causan al lector.
En mi caso entender algunas ideas de filósofos no sólo me ayudan como estudiante del
profesorado que soy, es mucho más que eso afectan mi sensibilidad, recuerdo cuando
tuve que leer las confesiones de San Agustín, para filosofía medieval. No pude evitar
durante la lectura emocionarme y hasta llorar cuando relata el momento en que su
madre fallece.
Por mi experiencia digo que la lectura nos hace viajar a otros mundos y da placer, pero
también hay otra lectura, la lectura que no se entrega fácilmente para que lleguemos a
esa realidad que relata y nos hace librar la batalla entre autor y lector, la cual también es
un placer, por que para ella se necesita no solo razón sino también pasión. Hay otro
momento de la lectura que es cuando no solo irrumpe en la racionalidad, sino en la
sensibilidad. A mi entender esto es lo que hace que una lectura se convierta en un viaje
hacia otro mundo, a veces fácil o difícil de explorar, o el caso de que estemos de
acuerdo o no con ese mundo que relata. Siempre resulta un viaje.
INSTITUTO DE ENSEÑANZA SUPERIOR “Dra. ALICIA M. DE JUSTO”.

Profesorado de Filosofía

Asignatura: Taller de lectura, escritura y oralidad.

Profesora: Sayago, Sandra.

Alumna: Chrabatyn, Maria Laura.

Duración: cuatrimestral.

Turno y Horario: Vespertino. Martes de 21.00 a 23.00 hs.

Año lectivo 2010

Consigna: Escribir un texto sobre cualquier tipo de lectura excepto académica.

También podría gustarte