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10 ideas poco convencionales que cambiarán tu vida

Después de leer este ebook gratuito nunca más volverás a ver el mundo con los mismos ojos...

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7 consejos para jóvenes en tiempos de crisis

ÁNGEL ALEGRE • 148 COMENTARIOS

A raíz de mi artículo sobre por qué dejé mi trabajo, muchos me preguntasteis qué consejos le daría al joven español
medio que trabaja de mileurista o a alguien que acaba de graduarse y va a entrar por primera vez al mercado
laboral.

He estado pensando mucho sobre el tema, dándole muchas vueltas, y este post es el resultado. Un recopilatorio de
algunas ideas que considero imprescindibles para sobrevivir en esta época en la que nos encontramos y una serie de
consejos para los jóvenes que se sientan perdidos en este mundo cambiante.

Aviso: post MUY largo.

1. Acepta la realidad

Cuando discuto con la realidad, suelo perder —pero sólo el 100% de las veces.

— Byron Katie

Estás viendo los Simpson y de repente interrumpen el capítulo porque el presidente ha decidido dar una rueda de
prensa urgente.

En la pantalla aparece Rajoy y, con cara seria, anuncia que la situación por la que estamos pasando no es una crisis
temporal sino un colapso permanente. Dice que el sistema actual está roto, que las cosas nunca volverán a ser como
eran, que nunca más volverán a salir miles de plazas de funcionario cada año y que no habrá ni más trabajo ni más
crédito. Luego, mirando a la cámara fijamente, explica que lo único que podemos hacer es adaptarnos a este nuevo
mundo de la globalización e Internet y, entre todos, construir una nueva economía.

Acaba la teleconferencia desde Génova y, en el televisor, la cara amarilla de Bart sustituye a la barba de Mariano.

Ahora, imagínate por un segundo que todo lo anterior acabase de ocurrir de verdad. ¿Cómo reaccionarías? ¿Qué
cosas harías de forma diferente si la crisis no fuese temporal?

Me da igual tu opinión sobre la crisis y quiénes piensas que son los culpables. Si quieres salir adelante en estos
tiempos que corren, el primer paso es creer que tú eres el único responsable de tu situación, dejar de culpar al
gobierno, a Merkel y a los ricos, abandonar todas las ideas de futuro que te prometieron y aceptar la realidad TAL Y
COMO ES.
Mira, si piensas que dentro de unos años todo se va a solucionar, vas a quedarte en casita sentado esperando a que
otros arreglen las cosas por ti. El problema de esta actitud es que puede que estés equivocado, y ¿entonces qué?
Habrás perdido varios años de tu vida esperando. En vez de eso, te sugiero que te hagas a la idea de que la situación
es permanente y que el pasado nunca va a volver. Cuando creas esto y por fin entiendas que nadie va a sacarte las
castañas del fuego, no te quedará más remedio que tomar las riendas de tu vida y ponerte en marcha.

Acciones

Si estás esperando a que salgan unas oposiciones que no sabes si van a salir, o a que los bancos tengan crédito para
por fin montar tu empresa, hazte a la idea de que ESAS COSAS NO VAN A OCURRIR y empieza a buscar alternativas.

Deja de quejarte de la situación actual y de echarle la culpa a los políticos, a los ricos y a Merkel. Si de verdad quieres
cambiar las cosas, afíliate a un partido político o crea el tuyo propio; si no, cállate y ponte a trabajar.

2. Sé imprescindible

«Entra a un McDonalds. Pide un Big Mac. Pide un batido de chocolate. Bébete la mitad del batido. Cómete la mitad
del Big Mac. Mete el Big Mac dentro del batido y acércate al mostrador. Di, ‘No puede beberme este batido… tiene
un Big Mac dentro.' La chica del mostrador te devolverá el dinero. ¿Por qué? Porque es más fácil enseñarle una regla
que contratar a gente con buen juicio. La regla es, ‘En caso de duda, devuelve el dinero.'»

— Seth Godin, Linchpin

La Revolución Industrial introdujo la producción en serie, un modelo de producción que se basa en dividir un
problema complejo en operaciones muy simples que pueda hacer cualquiera. Esto le permite al patrón contratar
gente no cualificada por menos dinero, producir más y más rápido, y aumentar los beneficios.

Hacer unos zapatos es un problema complejo. Si quieres fabricar unos zapatos, necesitas saber fabricar las distintas
partes y combinarlas entre sí. Lo que hicieron durante la Revolución Industrial fue dividir ese proceso en operaciones
muy pequeñas: fabricar la suela, fabricar la entresuela, fabricar el forro, unir la suela con el forro, etc. Una máquina o
una persona cualquiera (después de un pequeño aprendizaje) hacía cada una de esas tareas una y otra vez y, de esta
manera, se podían fabricar muchos zapatos iguales muy rápido y a un coste muy bajo.

En el modelo de producción en serie, los empleados no son más que piezas intercambiables dentro de la gran
fábrica. Puedes sustituir uno por otro sin que eso afecte lo más mínimo al funcionamiento del sistema.

Hoy en día, muchas empresas siguen este modelo. En Cáceres, INSA-IBM tiene una factoría de software que funciona
justamente así. Durante el primer mes, los empleados reciben un curso en el que aprenden las reglas para hacer su
trabajo. Después del curso, todos los días son iguales. Cada mañana, el jefe le da a cada empleado una carpeta con
instrucciones y el empleado se limita a traducir esas instrucciones a código siguiendo las reglas que aprendió en el
curso. No hay libertad ni creatividad ninguna, sólo trabajo mecánico.

En INSA-IBM, todos los empleados son iguales, piezas intercambiables dentro del sistema. Cualquier persona capaz
de pasar el curso inicial puede trabajar allí, y no les faltan candidatos precisamente. Esto permite a la empresa
contratar a ingenieros recién graduados en prácticas, pagarles una miseria durante dos años y, cuando legalmente
no pueden tenerlos más tiempo de becarios, no renovarles el contrato y coger a alguien nuevo en su lugar.

Si trabajas en una «fábrica moderna», estás perdiendo el tiempo en un callejón sin salida. Te van a pagar poco, van a
reprimir todo tu talento y creatividad, casi no vas a aprender nada y ten por seguro que te echarán en cuanto
puedan encontrar una pieza más barata que tú.

¿Cuál es la alternativa? Un trabajo en el que seas imprescindible.

Calin era el ingeniero con el título más elevado de mi equipo en Microsoft. Aun así, no tenía ningún problema en
pasarse horas explicándome cualquier duda que tuviese. Cuando algún usuario de nuestra tecnología preguntaba
algo, siempre era el primero en contestar, incluso cuando en teoría no le correspondía, y cuando alguien del equipo
tenía un problema grave, Calin dejaba todo lo que tenía entre manos para ayudarle. A Calin no le pagaban por hacer
todas estas cosas; de hecho, no eran ni siquiera parte de su trabajo. Pero aun así, las hacía, y por eso era
imprescindible.

Llevar un albergue no es complicado, cualquiera puede aprender en unas semanas. Sólo tienes que saber gestionar
reservas, limpiar habitaciones, preparar cafés y vender actividades. Sin embargo, Aoi es imprescindible en el suyo.
Llevar un albergue no incluye invitar a sandía a los huéspedes cuando llegan muertos de calor, ni sentarse con ellos e
interesarse por su viaje, ni hacer sentir a todo el mundo como en casa. Sin embargo, Aoi lo hace porque quiere. Ese
es su secreto, lo que hace que te quedes en el albergue durante semanas, dejes una reviewpositiva aunque no
tengas costumbre de dejar reviews, y se lo recomiendes a tus amigos.

Tu objetivo es hacerte imprescindible, porque si eres imprescindible no eres reemplazable y te van a pagar el sueldo
que mereces.

No hay una receta para ser imprescindible, pero suele implicar una combinación de algunas de las siguientes
cualidades:

Liderar, en vez de seguir las reglas

Crear tu propio camino

Competir siendo más excepcional, más cercano y más humano en vez de más barato

Dar, ser generoso y crear relaciones sinceras en el proceso

Ser valiente, creativo y descarado

Ser imprescindible implica salirse de la descripción de tu puesto de trabajo y dar ese extra de humanidad, de
entusiasmo, de calidad que no es necesario pero que marca la diferencia.

Para saber si eres imprescindible, hazte esta pregunta: ¿cuánta gente lamentaría el que dejases tu trabajo o cerrases
tu negocio?
Acciones

¿Es tu trabajo un callejón sin salida en el que no tienes más opción que agachar la cabeza, seguir las reglas y hacer
trabajo mecánico? Si es así, déjalo o empieza a pensar en dejarlo.

Si ya tienes un trabajo o un negocio, plantéate la siguiente pregunta: ¿cómo podrías ser imprescindible?
Imprescindible para tus clientes, para tu jefe, para tus compañeros.

3. Quema tu currículum

La única manera de probar (en vez de afirmar) que eres imprescindible —alguien que merece la pena contratar— es
mostrar, no decir. Los proyectos son los nuevos currículums.

— Seth Godin, Linchpin

Si Larry Page tuviese currículum, sería una hoja en blanco con su nombre y e-mail en una esquina, y una sola frase en
el centro: FUNDADOR DE GOOGLE. No necesitaría mencionar su educación, ni su expediente, ni su experiencia
laboral previa. Es más, me atrevería a decir que si Larry Page dejase Google no necesitaría un currículum.

Tu trabajo dice mucho más de ti que cualquier título universitario. De hecho, lo único que demuestra un título
universitario es que has ido a clase durante varios años y has sido capaz de aprobar una serie de exámenes. Nada
más.

Imagínate que tuvieses que convencer por e-mail al dueño de una empresa de que eres el candidato perfecto para
un cierto puesto de trabajo, pero no pudieses mandarle tu currículum. ¿Qué tendrías para enseñarle?

¿Algún proyecto que pueda ver, usar o tocar?

¿Cartas de recomendación de gente que conozca o respete?

¿Un blog tan interesante que no le quede más remedio que responder?

Si no tienes nada de esto, ¿por qué debería contratarte? ¿Porque tienes un papel firmado por el rey que dice que
eres licenciado?

En el mundo moderno, la realidad es esta: eres tu trabajo, no tu currículum.

Quiero proponerte una alternativa para encontrar empleo muy distinta al método tradicional: que quemes tu
currículum y te centres en crear y en interaccionar con el mundo.

Competir con las otras miles de personas que mandan currículums cada día es participar en un juego diseñado para
que pierdas. Posiblemente no encuentres nada o, si lo encuentras, sea un empleo de autómata mal pagado que te
haga infeliz. Los buenos puestos de trabajo no se consiguen enviando currículums, sino que llegan solos cuando
estás haciendo algo valioso para los demás.

Mi amigo Carmelo tiene 27 años y está a punto de terminar el grado de empresariales. Sacarse una carrera después
de 10 años no es algo muy brillante, pero eso da igual, porque Carmelo por fin «lo ha pillado.» Hace unos meses,
empezó a hacer cosas que le apasionaban y a compartirlas con los demás en su web. Entre ellas, organizó dos días de
charlas formativas para jóvenes a punto de terminar sus estudios universitarios. Se encargó de todo –buscar los
ponentes, reservar la sala, conseguir que le hiciesen los carteles y promocionar el evento– sin cobrar un duro, sólo
porque quería hacerlo. Y fue todo un éxito. En las semanas sucesivas, a raíz de eso y de su colaboración en otros
proyectos, varias personas le ofrecieron trabajos.

David Bonilla trabaja como embajador de Atlassian, vende empanadas gallegas y ha creado un buscador de
videojuegos. También escribe sobre informática, marketing y emprendimiento, participa en charlas y conferencias
por toda España, y todos los domingos envía unanewsletter a los subscriptores de su blog en la que se moja sobre
algún tema de actualidad. En la última, cuenta que en los últimos meses ha recibido «invitaciones para
participar/organizar/hablar en varios eventos, dar clases en al menos un par de masters, colaborar con startups de
varios amigos y hasta una propuesta para escribir un libro», y la verdad es que no me extraña lo más mínimo. Porque
David no deja de crear e interactuar en ningún momento, y eso llama la atención.

Por eso…

… si eres informático, programa. Crea aplicaciones útiles y súbelas a la tienda correspondiente. Ofrécete para hacerle
la página web a tu tío el dentista. Asegúrate que tu cuenta de GitHub refleja lo que sabes hacer.

… si eres escritor, escribe. Plasma en papel (en la pantalla) todas esas historias que tienes en tu cabeza. Colabora en
revistas y periódicos. Enseña a lo demás todo lo que sabes sobre escribir bien.

… si eres psicóloga, ayuda a la gente más allá de tu trabajo como hace Marina. Hay mucha gente que sufre y te
estarán agradecidos toda su vida.

¿A qué esperas? Sal ahí fuera y da lo mejor que tengas.

Acciones

Deja de perder el tiempo enviando tu currículum y céntrate en crear algo tan bueno que hable por sí solo. Algo tan
bueno que, cuando lo vea la gente, no tenga más remedio que pedirte que trabajes con ellos.

Da la cara e interactúa con el mundo real. Comparte lo que hagas, colabora con proyectos en los que creas y ayuda
de manera gratuita y desinteresada a los demás.

Si no tienes una fuente de ingresos mientras creas tu obra maestra, considera la posibilidad de irte unos meses a un
país de Asia o Sudamérica donde puedas vivir por muy poco dinero, mudarte a casa de tus padres o alimentarte de
arroz y pasta durante una temporada.
4. Shipea frecuentemente

«Real artists ship»

— Steve Jobs

«To ship» (a partir de ahora «shipear») es un verbo inglés que se utiliza mucho en el mundo de la informática y que
significa hacer que un producto esté disponible, sacarlo al mercado.

En el apartado anterior hablé de la importancia de crear algo útil, pero crear no es suficiente. Si creas algo y te lo
guardas para ti, no hay magia. No es hasta que shipeas lo que has creado, hasta que lo lanzas al mundo, cuando tu
trabajo puede tener un impacto en los demás.

Shipear significa saber terminar. Esto es mucho más difícil de lo que parece, porque en cualquier proyecto SIEMPRE
hay algo que se puede mejorar. Sin embargo, no puedes estar toda la vida así. Llegado a un punto, tienes que saber
decir «esto está acabado» y shipear.

Es una buena costumbre marcase un límite de tiempo y/o de recursos. Decir: «Tengo 1.000 euros para gastar y 7 días
para trabajar en esto. Cuando se gaste lo uno o lo otro, shipeo el proyecto en el estado en el que esté.»

Esto es lo que hago yo en este blog. Me he comprometido a publicar un nuevo post todos los miércoles y domingos a
las 8 de la mañana, hora española, y no hay excusa que valga. Aunque no me convenza lo último que haya escrito,
aunque sienta que no esté tan perfecto como me gustaría, le doy a publicar.

Obviamente, cuanto más se acerca la fecha límite, menos cambios radicales pueden hacerse. Puedo cambiar el tema
de un post uno o dos días antes de su publicación, pero no tres horas antes.

Así es también como funciona Microsoft. Una vez que se entra empieza la Beta, no se añade código nuevo al
producto, sólo se corrigen errores. Y según se acerca la fecha de shipeo, se es más restrictivo con el tipo de errores
que se corrijan, únicamente los más críticos.

Shipear también significa exponerse. Exponerse a la posibilidad de que tu proyecto fracase estripitosamente; a que
molestes a alguien y te critiquen; a que se rían de ti. Todas estas cosas son posibilidades reales y dan mucho miedo
pero, aun así, hay que shipear.

Somos malos jueces de nuestro propio trabajo. Lo que creemos que es muy bueno, normalmente a la gente no le
gusta tanto, y muchas veces lo que creemos que es mediocre tiene un gran éxito. Porque eso siempre hay que
intentarlo. Y si se ríen, que se rían. Ya saldrá mejor el siguiente proyecto.

Generalmente, cuanto más miedo te dé shipear algo, más motivos tienes para hacerlo. Son siempre los proyectos
que más asusta compartir con los demás los que mayor impacto tienen en la vida de otros.
Acostúmbrate a shipear frecuentemente. Es uno de los mejores hábitos que puedes desarrollar.

Acciones

Desarrolla el hábito de shipear frecuentemente.

Hagas lo que hagas, compártelo con los demás. ¿Quién sabe lo que puede pasar?

Cuando empieces un proyecto, márcate límites de tiempo y/o recursos para shipear y hazlos públicos.

5. Crea una plataforma

Si hay algo que puede ayudarte a conseguir la ayuda de los demás y a convencerles de que se unan a tu causa, es
una buena plataforma.

Una plataforma es cualquier cosa que permita a otra persona experimentar una muestra de tu trabajo, con el
objetivo de que te conozca, le gustes y confíe en ti.

Imagínate que quieres abrir un gimnasio de CrossFit en tu ciudad y necesitas 50.000€ para alquilar el local y comprar
el equipamiento inicial. Contactas con un inversor y le dices: «Quiero abrir un gimnasio de CrossFit. Es una gran idea.
Por favor, présteme 50.000€.»

¿Cuántas posibilidades hay de que te diga que sí? Muy sencillo: NINGUNA.

Ahora imagínate que contactas con ese mismo inversor pero esta vez le dices: «Llevo entrenando en gimnasios
desde hace cinco años y he trabajado en varios como monitor de musculación. Estos últimos dos años he estado
probando una nueva filosofía de entrenamiento que se ha puesto de moda en Estados Unidos llamada CrossFit y me
he enganchado, hasta el punto de que empecé un blog en el que escribo dos veces por semana sobre el tema y
publico vídeos míos realizando los diferentes movimientos. Tengo 2.000 subscriptores. Estos dos últimos meses he
estado viajando por España visitando gimnasios de Crossfit para aprender cómo funcionan, y estoy convencido de
que si abriese uno en esta ciudad sería todo un éxito. Para demostrarlo, he creado una página web provisional con
información sobre cómo funcionaría el gimnasio y un formulario para introducir la dirección de e-mail, y de
momento hay más de 100 personas interesadas. Ya tengo buscado el local perfecto y he hecho una lista del material
inicial y su precio. Voy a necesitar 50.000€. ¿Le gustaría invertir en este negocio?»

No sé si el inversor acabaría prestándote el dinero, pero seguro que al menos se sentaría a hablar contigo porque
gracias a tu plataforma está claro que vas en serio, que tienes la determinación suficiente para llegar hasta el final
sin abandonar. Y si al final acaba diciéndote que no, por favor ven a hablar conmigo 🙂

Las plataformas tienen una característica muy importante que no debes olvidar: no se construyen en un día. Por eso,
te recomiendo que empieces a construir la tuya hoy mismo, para que esté lista el día en que la necesites.

Hay muchas maneras de construir una plataforma, pero te voy a recomendar el método que sugirió Michael Ellsberg
en el blog de Tim Ferriss. Consiste en leer cada semana un libro relacionado con tu campo y escribir en tu blog un
post explicando qué es lo que has aprendido leyendo ese libro. Elige una mezcla entre títulos clásicos y títulos menos
habituales, pero siempre que sean de gente con experiencia práctica.

Si mantienes esta rutina durante 4 meses, tendrás 16 posts para enseñar y, según Michael, matarás 10 pájaros de un
tiro porque…

Habrás adquirido los conocimientos de 16 libros prácticos relacionados con tu campo.

Demostrarás a clientes y empleadores potenciales que entiendes el contenido relacionado con tu campo.

Demostrarás tu disposición y curiosidad por seguir actualizando tus conocimientos en ese campo

Demostrarás tu capacidad de investigación

Demostrarás tu habilidad como escritor

Demostrarás que eres capaz de pensar críticamente

Demostrarás tu creatividad

A través de tu escritura, desarrollarás y demostrarás tu carácter y personalidad, diferenciándote de los miles de


currículums anónimos

Desarrollarás y demostrarás tus habilidades en redes sociales

Empezarás a desarrollar tu marca personal, no como buscador de trabajo, sino como un experto reconocido en tu
campo

Y yo añadiría una más:

Demostrarás tu determinación y consistencia

Acciones

Empieza a crear tu plataforma desde hoy mismo. Puedes seguir el método que propone Michael Ellsberg, pero
cualquier cosa que permita que otra persona pueda experimentar una muestra de tu trabajo y eso haga que le
gustes, te conozca y confíe en ti, sirve.

Intenta que tu plataforma consiga los siguientes objetivos:

– Haga que resultes interesante y digno de confianza

– Sea un recurso valioso para los demás

– Gire alrededor de algo que te apasione

– Gire alrededor de una gran idea en la que crees

– Refleje la imagen que quieres que los demás se lleven de ti

– Refleje tu propósito, tu misión

6. Establece conexiones

El pasado mes de Enero, antes de venirme a Asia, me eché la mochila al hombro y me recorrí España visitando a
viejos amigos y conociendo en persona a gente a la que llevaba tiempo siguiendo en Internet. Estuve en Cádiz con
Marina, aprendiendo a escribir y dándole vueltas a lo que ahora es Psicosupervivencia; estuve en Madrid con David
Bonilla, hablando de afiliación y emprendimiento de verdad; y estuve en Valencia con Javier Malonda, con Carlos
Rubio Martí y con Helio.

Quería quedar con ellos porque admiraba profundamente lo que hacían. Me sentía conectado sin conocerles cara a
cara, y quería ser su amigo y ayudarles en todo lo que pudiese.

Durante el viaje, no sólo tuve el honor de conocer mejor a todas estas personas y ayudarles en la medida de mis
posibilidades, sino que en el proceso yo también aprendí muchas cosas, conocí a más gente extraordinaria y, por qué
no reconocerlo, me lo pasé como los indios.

Ahora más que nunca, en un mundo en el que los currículums están dejando de tener importancia, las relaciones
humanas son la clave para salir adelante. Serán tus amigos y aquellos que confíen en ti los que te abrirán las puertas
a trabajos, proyectos y nuevas oportunidades que no están en Infojobs. Y no estoy hablando de sesiones de
networking en las que intercambias tarjetas de visita, sino de establecer conexiones sinceras con gente en la que
crees sin esperar nada a cambio.

Puedes establecer una relación con una persona de dos maneras:

Que esa persona te contacte a ti

Que tu contactes a esa persona

Imagínate que te encantan los sombreros rojos y quieres conectar con otros amantes de los sombreros rojos. ¿Cómo
lo conseguirías?

Para que otras personas puedan contactarte, primero necesitan saber que existes, y para eso vas a necesitar una
plataforma que exprese tu pasión por los sombreros rojos. Algunas ideas: empezar un blog sobre sombreros rojos,
hacer fotos de todos los sombreros rojos que te encuentres y subirlas a Flickr, ser el miembro más activo del foro de
sombreros rojos y, lo más importante, llevar siempre puesto un sombrero rojo. De esta manera, estás aumentando
las posibilidades de que otros fans de los sombreros rojos se sientan identificados contigo y con tu trabajo, y decidan
contactarte.

La otra opción es buscar a otros apasionados de los sombreros rojos y ser tú quién se ponga en contacto con ellos.
Simplemente mándales un e-mail sincero contándoles brevemente quién eres y cómo los has encontrado, por qué
admiras su trabajo y el efecto que éste ha tenido en tu vida, y dándoles las gracias por ello. A la hora de explicar
quién eres, una plataforma te va a ser de gran ayuda, especialmente si estás intentando conectar con alguien «top»
que esté muy ocupado; ya sabes que tus actos siempre hablan mucho más fuerte que tus palabras, y una plataforma
demuestra que vas en serio. Si todavía no tienes una, no te preocupes y escribe el e-mail igualmente, porque no
tienes nada que perder. A partir de ahí, tienes que enfocar la relación con una mentalidad de «dar y ayudar», no de
«qué puedo conseguir a cambio». ¿O acaso cuando ayudas a un amigo lo haces con segundas intenciones? Aunque
no lo creas, siempre tienes algo que ofrecer a todo el mundo. Puede ser desde un simple «gracias, admiro lo que
haces» hasta una recomendación de un libro, un restaurante o ponerlo en contacto con otra persona (esto último es
especialmente valioso). Todo vale, así que ¡se creativo!

Acciones
Si todavía no tienes una plataforma, empieza a crearla hoy mismo.

Si ya tienes una plataforma, asegúrate de que represente fielmente quién eres y en qué crees, y haz que sea muy
sencillo contactarte a través de ella.

Sé proactivo a la hora de establecer nuevas conexiones. Acostúmbrate a contactar con una nueva persona a la que
admires al menos una vez por semana.

7. Nunca dejes de aprender

«Malgastaste $150.000 en una educación que podrías haber conseguido en la biblioteca pública por $1.50 en multas
por entregar tus libros tarde.»

— Matt Damon, El indomable Will Hunting

Vas por el bosque caminando y te encuentras a un leñador, golpeando furiosamente un árbol con su hacha. Tiene
todos los músculos en tensión y su cuerpo está bañado en sudor por el esfuerzo, pero aun así los golpes apenas
afectan al tronco del árbol. Te das cuenta de que el problema es que el hacha está desafilada, así que amablemente
se lo indicas:

– Perdone, su hacha está desafilada. Si se tomase 10 minutos para afilarla, seguramente le sería mucho más sencillo
talar ese árbol.

– ¡Imposible! No tengo tiempo para eso, estoy demasiado ocupado talando.

Seguramente te parezca absurda la postura del leñador, pero así es exactamente como se comporta la mayoría de la
gente hoy en día. Creen que su educación acaba cuando dejan la universidad, que ya están preparados para el
mundo laboral durante el resto de sus vidas. Sin embargo, la realidad es que el mundo está en continua evolución y,
si queremos mantener nuestra hacha bien afilada, no podemos dejar de aprender y de actualizarnos en ningún
momento.

Pienso que mucha gente deja de aprender porque creen que educación = universidad. Por eso, cuando ven que
necesitan nuevos conocimientos, se apuntan a un máster. No se dan cuenta de que normalmente pueden aprender
lo mismo pero mejor, más rápido y más barato leyendo libros de autores con experiencia práctica en ese campo,
probando lo aprendido en el mundo real y recibiendo feedback.

Cuando estudiaba Ingeniería Informática en la universidad, había cosas que no entendía. Para empezar, sentía una
profunda desconexión entre lo que me enseñaban y el mundo real. ¿Por qué me está enseñando Ingeniería del
Software un persona que nunca ha shipeado software en su vida? Luego, tenía que invertir horas y esfuerzo en
asignaturas que no me interesaban y que sabía de antemano que no me iban a servir para nada. Por último, había
materias que pensaba que me serían muy útiles en el futuro, como programación web, pero que no podía aprender
porque no había ninguna clase sobre el tema.

Por eso, descubrir que era posible auto-educarse fue para mí como descubrir el Santo Grial. ¡Podía aprender sobre
cualquier tema directamente de los mayores expertos del mundo, a mi ritmo y por sólo unos pocos euros! Desde
entonces, he leído decenas de libros de no-ficción sobre multitud de temas, desde finanzas hasta psicología, y he
aprendido cosas importantísimas que jamás me habrían enseñado en la universidad.

No te voy a decir que no vayas a la universidad, pero sí te voy a recomendar que no estudies ningún master (excepto
que quieras hacer un doctorado y dedicarte a la investigación). Si tu intención es crear tu propia empresa o trabajar
para una, vas a sacarle mucho más partido a tu dinero, tiempo y esfuerzo si lees a los mejores de tu campo y aplicas
sus enseñanzas en tus proyectos personales.

Si ya tienes empleo, tampoco dejes de aprender. Lee continuamente sobre las últimas tendencias en tu campo y, si
no lo has hecho todavía, léete también los clásicos. Lo que aprendas tendrá un gran impacto en tu trabajo diario, lo
cual, a la larga, tendrá como resultado un mejor puesto y un mejor salario. Además, en caso de que te echen, estarás
mucho más preparado para salir adelante porque no te habrás quedado desactualizado.

Por último, hay una serie de habilidades y conocimientos generales que son fundamentales y que deberías aprender
cuanto antes. Estos son algunos de ellos:

Inglés. IMPRESCINDIBLE. Si todavía no sabes inglés, puedes considerarte analfabeto.

Relaciones sociales. Está habilidad vale su peso en oro. Hagas lo que hagas, vas a tener que relacionarte con los
demás.

Finanzas. He visto a mucha gente pasarlo mal y perder el fruto de años de trabajo por no tener unos conocimientos
mínimos sobre inversiones y sobre cómo gestionar el dinero.

Negociación. Una habilidad que se utiliza continuamente y que va mucho más allá del mundo de los negocios.
Negociabas con tu madre la hora de volver a casa cuando tenías 16 años, y negocias con tu pareja el lugar al que os
vais a ir de vacaciones.

Psicología. ¿Cómo funciona la mente? ¿Cómo tomamos decisiones? ¿Por qué hacemos cosas que a la vista de
cualquiera no tienen ningún sentido racional? Tener unas nociones básicas de esto te ayudará mucho.

Acciones

Lee al menos un libro de no-ficción cada dos semanas. Elige entre los siguientes:

– Libros de expertos con experiencia práctica en tu campo

– Libros clásicos en tu campo

– Libros sobre habilidades generales

– Libros sobre cualquier otro tema que te interese

Aplica lo que aprendas en tu trabajo o en tus proyectos personales.

Comparte lo que aprendas a través de tu plataforma.

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Para mí estos son consejos para adolescentes, jóvenes, adultos y cualquier persona que realmente esté perdida.
Realmente, aunque este post esté dirigido para los propios jóvenes, es aplicable por cualquiera que no sepa cómo
adaptarse a este «nuevo mundo».

Y si has llegado hasta aquí, me gustaría conocer tu opinión. ¿Has tenido éxito poniendo en práctica alguno de mis
consejos? ¿Estás de acuerdo con ellos? ¿Hay algo que te gustaría añadir?

La foto es de unos niños en el mercado nocturno de Luang Prabang ayudando a su madre a recoger el puesto de
sandwiches.

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