Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TORO
guitarra (Colombia)
SÍGANOS EN
Sala de Conciertos
@ConciertosBR Banco de la República
Luis Ángel Arango
Banrepcultural Banrepcultural
LA SERIE DE LOS JÓVENES INTÉRPRETES
Y EL CONCIERTO DE HOY
Desde 1985 la Serie de los Jóvenes Intérpretes es parte importante de la programación
musical del Banco de la República. En algunos casos estos recitales son la primera
experiencia profesional de los mejores estudiantes de música del país y, con el paso
de los años, ha demostrado ser un aporte al crecimiento artístico de músicos cuyas
carreras continúan desarrollándose tanto en Colombia como en el exterior.
Sesenta y tres jóvenes participaron en la convocatoria de la Serie de los Jóvenes
Intérpretes 2016 en la categoría solistas-cuerdas pulsadas. Samuel Toro es uno de los
tres guitarristas seleccionados para presentarse dentro de la temporada de conciertos
2016.
1
SAMUEL TORO
guitarra
2
PROGRAMA
INTERMEDIO
CONCIERTO No. 48
3
NOTAS AL PROGRAMA
Por Daniela Peña*
El programa que Samuel Toro ha concebido para esta ocasión presenta varios
de los retos a los que un guitarrista debe enfrentarse a lo largo de su carrera
profesional. Además del alto nivel técnico necesario para la ejecución de este
repertorio, el intérprete debe ser capaz de evocar escenarios que escapan al
concepto de música absoluta, aquella que se explica por sí sola, sin necesidad de
utilizar elementos foráneos que validen su discurso1.
Con excepción de la Introducción y capricho, Op. 23 de Giulio Regondi, que
da cuenta de un lenguaje idiomático y virtuoso pero no pretende valerse de
elementos foráneos para su desarrollo, las demás piezas que se presentarán hoy
se construyen a partir de la adopción de procedimientos que no necesariamente
tienen su origen en una narración meramente musical. Ya sea con la incorporación
de aires de danza —como en el Bambuco en mi menor de Adolfo Mejía, la Rondeña
de Regino Sáinz de la Maza, la Invocación y danza de Joaquín Rodrigo e incluso
la Sonata, K. 209 de Domenico Scarlatti—, ya sea a partir de la alusión a música
cronológicamente alejada —como en el caso de la Sonata para guitarra de Leo
Brouwer— o de la evocación de un complejo arquitectónico-musical —como en
La catedral de Agustín Barrios ‘Mangoré’—, el repertorio escogido lleva al límite
la capacidad del intérprete, no solo en lo que se refiere a la complejidad técnica,
sino a los requerimientos interpretativos, que precisan de una comprensión que
abarca varios siglos de música.
Para comenzar está la Introducción y capricho, Op. 23 de Giulio Regondi
(1822-1872), figura que representa de manera diáfana al virtuoso decimonónico
que, además de intérprete de guitarra, fue compositor e improvisador. Lejos
de reflejar su sinuosa vida, la música para guitarra de Regondi, al exacerbar el
timbre brillante del instrumento, se encuentra llena de optimismo: la pieza
oscila entre las tonalidades de mi mayor y mi menor estimulando la resonancia
natural del instrumento. Claro está que la pieza, a pesar de dar cuenta de los
más avanzados recursos técnicos que se le piden al intérprete2, nunca se aleja de
aquel lirismo tan característico de la música de finales del siglo xviii e inicios del
4
xix, condensado en la obra de Mauro Giuliani, Johann Kaspar Mertz, Fernando
Sor y Ferdinando Carulli, compositores que formaban parte del repertorio de
concierto de Regondi.
Reconocido por su gran talento, el joven Regondi llegó a conocer al maestro
Fernando Sor, quien le dedicó su fantasía Souvenir d’amitié, Op. 46 (1831). Se
sabe también que compartió escenario con la cantante Maria Malibran, el
violonchelista Joseph Lidel e incluso con Clara Wieck Schumann. Además, no
dejó huella solamente en el repertorio guitarrístico: gran parte de su obra está
dedicada a la concertina, un instrumento de viento, de lengüeta libre y fuelles,
que había sido recientemente inventado por sir Charles Wheastone, quien a su
vez ofreció un patronazgo al compositor.
Continúa en el programa el Bambuco en mi menor, del compositor
colombiano Adolfo Mejía (1905-1973). Esta pieza constituye la única obra para
guitarra del cartagenero y es también una de las más interpretadas actualmente.
Como se mencionó antes, está construida a partir de la adaptación de una
danza, el bambuco, a un contexto instrumental solista, cuyo propósito no es el
de acompañar una coreografía, sino el de rescatar los elementos populares de
la danza andina a partir de su adaptación a un lenguaje mucho más clásico y
técnicamente más complejo. Mejía hace parte de aquel grupo de compositores
colombianos que se formaron en el exterior, especialmente en París, y en su caso
particular, en la compañía de maestros como Nadia Boulanger, Paul Dukas y
Charles Koechlin.
A propósito del bambuco, su origen es aún algo incierto, pero ya en 1891
Pedro María Ibáñez, en el capítulo xvi de sus Crónicas de Bogotá hace referencia
al origen africano de la danza:
La música del bambuco, de origen africano, traído por los esclavos de Bambuk.
A nuestras costas, llegó a Santafé en los tiempos de la colonización. Su música
en el tiple tiene aire y compás semejantes al del torbellino, siempre por tono
menor; los más comunes son mí, re y la. El canto del bambuco es más melodioso,
más melancólico que el del torbellino3.
Además, a través de una referencia de Jesús María Rosales y a propósito del
bambuco, se citan las palabras del poeta Rafael Pombo:
Una melodía incierta
íntima, desgarradora,
compañera del que llora
y que al dolor nos despierta.
3 http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/crbogota/16a.htm#(16)
5
O una risa de placer,
instadora, turbulenta,
que arrebata, que impacienta,
con eléctrico poder,
un retozo tan simpático,
que en contagiosa locura,
no consiente ceja dura,
ni melindre aristocrático!
...............................
Porque ha fundado aquel aire
la indiana melancolía
con la africana ardentía
y el guapo andaluz donaire4.
Termina la primera parte del concierto la Sonata para guitarra, del compositor
cubano Leo Brouwer (n. 1939). En la pieza, compuesta para el guitarrista Julian
Bream en 1990 y estrenada por él mismo en enero de 1991 en el Wigmore Hall
de Londres, se distingue una manera de homenajear a diferentes compositores
de estilos variopintos, entre ellos Alexander Scriabin (1782-1815), Bernardo
Pasquini (1637-1710), Ludwig van Beethoven (1770-1827) y el Padre Soler
(1729-1783). Está construida a partir de la variación, transformación y expansión
rítmica, melódica, de carácter y tímbrica de pequeños motivos.
En la Sonata, el autor refleja la tendencia que tuvieron algunos de los
compositores del siglo xx a recuperar el pasado musical, ya fuera a partir de citas
directas o de alusiones a diferentes estilos5. Por ejemplo, en la coda del primer
movimiento, Brouwer cita la Sinfonía No. 6, Pastoral, de Beethoven, luego de una
inscripción del autor, que dice: «Beethoven visita al Padre Soler». En el segundo
movimiento, la Sarabanda de Scriabin, a pesar de evocar el ambiente místico y
romántico de la obra del compositor ruso, también hace referencia clara a la
danza de la sarabanda y a su característico énfasis en el segundo tiempo de un
compás de ¾.
La segunda parte del recital inicia con La catedral, del paraguayo Agustín
Barrios ‘Mangoré’ (1885-1944), una de las obras más apreciadas dentro del
repertorio guitarrístico actual. Programática en su concepción, parece haber sido
4 http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/crbogota/16a.htm#(16)
5 Para mayor información acerca del tema, véase el artículo de Alfred Schnitke de 1971,
Polystilistic tendencies in modern music, que habla concretamente del principio de alusión y
del principio de cita o citación.
6
producto de la experiencia del compositor alrededor de la catedral de San José en
Montevideo. Por ser Barrios un estudioso de la obra de Johann Sebastian Bach
(1685-1750), los musicólogos y biógrafos, entre ellos Richard Stover, se refieren
a La catedral como un esbozo de la música que escuchaba Barrios al pasar por
dicho complejo. No obstante, otros no se refieren directamente a la obra de
Bach, sino al sonido de las campanas de la catedral, representado por el andante
religioso, y al bullicio de la gente a las afueras de la misma, con el allegro solemne.
La pieza fue compuesta originalmente en estos dos movimientos, y el preludio
saudade no se incluyó sino casi veinte años después, en La Habana, Cuba.
Según catalogación del musicólogo estadounidense Ralph Kirkpatrick,
la Sonata K. 209 de Domenico Scarlatti (1685-1757) hace parte de uno de
los grupos de trece volúmenes de manuscritos de sonatas que actualmente
se encuentran en la biblioteca Marciana de Venecia. No obstante, dichos
manuscritos pertenecieron alguna vez a la reina consorte de España, doña María
Bárbara (1711-1758), alumna de Scarlatti, quien legó al cantante Carlo Broschi
(1705-1782) —conocido como Farinelli— estos volúmenes de sonatas, además
de sus clavicémbalos y de otros quince manuscritos de sonatas que se encuentran
actualmente en Parma.
Musicalmente, la Sonata K. 209, compuesta alrededor de 1753, hace alarde
de la estadía de Scarlatti en España, a partir de 1733 y hasta el año de su muerte,
1757. Su concepción rítmica alude al fandango español, y sus numerosos adornos
casi que delinean el sonido de las castañuelas. Vale aclarar que, para el momento
de la escritura de la pieza, el lenguaje tonal ya había sido adoptado y, por tanto, se
hace evidente el contraste entre las dos tonalidades -la mayor y mi mayor- en las
cuales se desarrolla la pieza. Lo anterior, sentaría las bases de lo que más adelante
se denominaría forma sonata y sería cultivada por compositores como Haydn,
Mozart, Salieri y Beethoven.
7
esperar, e Invocación y danza no es la excepción. Varios guitarristas, entre ellos
Pepe Romero, han hecho adaptaciones de la obra para atenuar la complejidad
en la ejecución, claro está, sin alterar en absoluto el texto musical, es decir, su
esencia. Esta contempla la alusión al polo, un palo del cante flamenco, que acaso
recuerda la última de las Siete canciones populares españolas de De Falla. Además,
al final de la pieza también se hace un paso sutil por el El amor brujo, ballet del
mismo compositor.
Para terminar está Rondeña, del también español Regino Sáinz de la Maza
(1896-1981), relacionado asimismo con Manuel de Falla y con artistas españoles
de la talla de Salvador Dalí y Federico García Lorca. Con este último se sabe
que entabló una gran amistad, a juzgar por las palabras que dedica el poeta al
compositor:
On Thursday the 20th, one of the most interesting artists of Spanish youth
presented himself before the Granada public... Like Llobet and Segovia, he is
a knight errant who, with his guitar over his shoulder, travels through country
after country, absorbing everything and leaving the places through which he
passes full of ancient melancholy music6.
No obstante su estrecha relación con artistas de vanguardia, De la Maza
se unió a la unidad de propaganda de Francisco Franco en Burgos, y, gracias a
una biografía escrita por su hija, se sabe que estuvo en el Palacio de Oriente del
Generalísimo, donde tocó un recital para los soldados heridos en guerra (Graham
Wade, 2014). Pero resulta obvio que sus preferencias políticas poco debieron
influir en la manera como concibió su obra, que, al igual que la de Manuel de
Falla, Enrique Granados, Joaquín Turina y otros, rinde constante homenaje a
la música tradicional española; esta vez lo hace traduciendo la Rondeña a un
lenguaje más académico7.
Bibliografía
Cano, Pablo. “Ciclo Domenico Scarlatti”. Fundación Juan March. http://bit.
ly/2aLDFCy (Fecha de consulta: 31 de julio de 2015)
Agustín Barrios - Guitar Music. Enno Voorhorst. Vol. 2. CD, HNH International
Ltd., 2003. Notas al programa: Rico Stover.
6 «El jueves 20, uno de los artistas más interesantes de la juventud española se presentó
ante el público de Granada. Al igual que Llobet y Segovia, es un caballero errante, quien,
con su guitarra al hombro, viaja de país en país absorbiéndolo todo y dejando los lugares
por los que pasa llenos de una ancestral música melancólica» (Traducción del autor).
7 La rondeña, al igual que el polo utilizado por Rodrigo, es un palo del cante flamenco que
proviene a su vez del fandango.
8
Rodrigo - Guitar Music. Jérémy Jouve, guitar. Vol. 2. CD, Naxos US Inc., 2013.
Notas al programa: Graham Wade.
Regino Sáinz de la Maza - Guitar Music, Franz Hálasz. CD, Naxos US Inc., 2014.
Notas al programa: Graham Wade.
9
CONCIERTOS EN BOGOTÁ
Los conciertos de Gli Incogniti cuentan con el apoyo de: El concierto de Gli Incogniti del 18 de septiembre hace parte
de la programación del Festival Internacional de Música Sacra
de Bogotá y se realiza en colaboración con: