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Ad astra per aspera

La ansiada luz al final del túnel se vuelve a disipar. Aumenta en mi el

anhelo de ese bienestar. Se aleja sin embargo la posibilidad de esa

utópica felicidad. Esperanza y realidad, inversamente proporcionales al

parecer.

Esas voces en mi cabeza no cesan, el sentimiento de impotencia e

inutilidad invaden mi cuerpo inevitablemente. Un día más que acontece

en una inestable situación de la cual no veo fin.

He tenido que comprobar una vez más si están bien escondidas las

cuchillas y objetos lesivos. He tenido que comprobar una vez más si los

pomos de las ventanas se encuentran a buen recaudo. He tenido que

comprobar una vez más si la medicación sigue bajo llave.

Se tiñe el cielo con esa característica negrura que indica la hora de

descansar. Nada más lejos de la realidad: este momento del día es en

el que mi mente más activa está. La perpetua voz en mi interior sigue

atormentándome. «¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Decepción? ¿Soledad?…

¿Muerte?»

Una noche más, trago las lágrimas y lloro en silencio. Noto el consuelo

de mi perro que está junto a mi, el único que se da cuenta del dolor y

sufrimiento tras una fachada alegre y extrovertida. Una noche más,

pienso en cómo afrontar el día siguiente con una sonrisa en la cara; en


cómo ocultar a un Jaime destrozado por dentro y mostrar a un

Borreguito radiante y carismático. Una noche más, busco el fin de esta

pesadilla; pienso en su imagen ingresado, incapaz de conseguir quitarse

la carga de encima.

Por desgracia, la persona que tienes a tu lado puede estar pasando por

un sufrimiento indescriptible del que tú nunca te percatarás. Existe la

posibilidad de que esté creciendo y creciendo una burbuja en su interior

que puede dejar consecuencias letales.

En el caso de mi hermano, hace un tiempo esta burbuja estalló. El

psiquiatra y los diagnósticos le dieron nombre y apellidos a la burbuja:

trastorno depresivo mayor y ansiedad severa. Henry trató de quitarse la

vida y os trato de relatar lo que se vive desde dentro. La depresión es

como ese estuche lleno de ceras de colores que tenías en infantil. En él

puedes encontrar y utilizar cientos de colores: amarillo, verde, azul,

rojo…

Mi hermano, siendo consciente de la existencia de todos los colores a

su alrededor, solo podía ver y usar el negro.

En otra ocasión, relataré la historia de mi héroe, de mi hermanito mayor

y de cómo seguimos aquí, luchando y aferrándonos a una vida que en

ocasiones se pone cuesta arriba.

Como diría Henry: ad astra per aspera; hacia las estrellas a través de

las dificultades.
Jaime Borrego Serrano 28/10/2022 1ªEv

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