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La familia como estructura social y su impacto en la ética y

moralidad de los individuos en una sociedad organizada


Marian Celeste Delgado Herrera.
La familia como estructura social fundamental.
La familia en la sociedad desempeña un papel crucial en la formación de
individuos éticos y morales. Una familia es un grupo de personas que viven juntas,
comparten un proyecto de vida y establecen relaciones de parentesco, ya sea por
consanguinidad, afinidad o adopción. Es importante señalar que las familias
pueden ser muy diversas y no deben estar conformadas por un padre, una madre
e hijos biológicos. Las nuevas formas de familia, como las monoparentales,
homoparentales y ensambladas, son cada vez más comunes y han modificado la
concepción tradicional de la familia. En este ensayo, exploraremos el concepto de
familia y su contribución al mantenimiento del orden en una sociedad civil
organizada. También abordaremos la diversidad de tipos de familia y las
implicaciones que tienen para aquellos individuos que pertenecen a familias no
hegemónicas. Asimismo, examinaremos los conflictos de comportamiento entre
individuos nacidos en diferentes configuraciones culturales, así como las
diferencias en la crianza entre generaciones como los "baby boomers" y los
"millennials" que es otro de los aspectos que influyen en las dinámicas familiares
es la edad de los miembros de la familia. Las diferencias generacionales pueden
generar conflictos en cuanto a las expectativas y valores. Por ejemplo, los "baby
boomers" y los "millennials" tienen diferentes visiones del trabajo, el dinero y la
vida en general, lo que puede generar tensiones dentro de las familias. Es
importante que los miembros de la familia puedan comunicarse y entender las
diferencias de perspectiva para evitar conflictos y mantener una relación
saludable.

La importancia de la familia radica en que es el lugar donde se aprenden y se


transmiten valores, principios éticos y morales que ayudan a formar la
personalidad de los individuos ya construir su identidad. A través de las relaciones
familiares, se adquiere la capacidad de relacionarse con los demás, se aprenden
habilidades sociales y se desarrolla la empatía. Además, la familia es un apoyo
emocional y económico fundamental en momentos de dificultad y crisis.

La familia proporciona a sus miembros una base sólida para el desarrollo personal
y social. Es en este contexto donde se fortalecen las primeras interacciones
sociales, se aprende el respeto mutuo, la cooperación y la empatía. Además, la
familia actúa como agente de socialización al transmitir normas, creencias y
valores culturales de generación en generación. A través de la educación moral y
ética proporcionada por la familia, los individuos adquieren las herramientas
necesarias para tomar decisiones éticas y participar activamente en su
comunidad.

Sin embargo, no todas las familias cumplen con esta función social de manera
efectiva. Las familias disfuncionales o desestructuradas pueden ser un factor de
desestabilización social, ya que los conflictos y problemas familiares pueden tener
efectos negativos en los miembros de la familia y en la sociedad en general. Por lo
tanto, es importante fomentar la cohesión familiar y el fortalecimiento de los lazos
emocionales y afectivos entre los miembros de la familia.

Es importante mencionar que las dinámicas familiares han cambiado en las


últimas décadas, y con ellas, la forma en que se transmiten los valores y principios
éticos y morales. Las generaciones más jóvenes, como los "millennials", han
crecido en una sociedad más liberal y plural, donde se valoran la diversidad y el
respeto a las diferencias. Estos cambios pueden generar conflictos en la dinámica
familiar, especialmente cuando los valores y principios provienen de los padres
son contrarios a los nuevos valores sociales. En la actualidad, las familias
monoparentales encabezadas por madres solteras o padres solteros, las familias
compuestas con padrastros o madrastras, las familias homoparentales
encabezadas por parejas del mismo sexo, y otras formas familiares diversas son
cada vez más comunes y aceptadas en muchas sociedades. Estos nuevos
arreglos familiares desafían la noción hegemónica de la familia tradicional y
plantean preguntas sobre qué significa ser una familia en la sociedad actual.
Las familias no hegemónicas, es decir, aquellas que no se ajustan al modelo
tradicional, a menudo enfrentan estigmatización y discriminación. Sin embargo, es
fundamental reconocer que el amor y el apoyo emocional pueden ser brindados
por cualquier tipo de familia, independientemente de su estructura. La importancia
radica en la calidad de las relaciones y en el entorno que proporciona un espacio
seguro para el crecimiento y desarrollo personal de sus miembros.

Las implicaciones de crecer en familias no hegemónicas pueden ser significativas


para los individuos. Por un lado, la diversidad familiar puede enriquecer la vida de
una persona, brindándole una perspectiva más amplia del mundo y fomentando la
tolerancia y la comprensión de las diferencias. Sin embargo, también puede
generar conflictos internos y externos. Internamente, los individuos pueden
experimentar tensiones emocionales al enfrentarse a la presión social y a la falta
de modelos familiares tradicionales en su entorno. Externamente, pueden
enfrentar el estigma y la discriminación de una sociedad que aún valora en gran
medida la familia nuclear como la norma ideal.

Asimismo, en la actualidad hay una creciente tendencia a cuestionar las normas y


valores tradicionales establecidos por la sociedad. Las nuevas generaciones
buscan formas alternativas de relacionarse y de vivir su vida, lo que puede generar
resistencia y rechazo por parte de individuos criados en el siglo XX. Esta dinámica
puede generar conflictos y tensiones en la sociedad, ya que algunos individuos
pueden sentir que se les están imponiendo nuevas formas de pensar y actuar.

Las expectativas tradicionales de género, roles familiares y estructuras familiares


predefinidas pueden ser cuestionadas y desafiadas. Este rechazo a menudo
enfrenta resistencia de aquellos que se aferran a las normas y valores
tradicionales. Sin embargo, esta ruptura con las normas establecidas también
permite la creación de espacios más inclusivos y equitativos, donde cada individuo
tiene la libertad de definir su propia identidad y establecer relaciones familiares
basadas en el amor y el respeto.

En conclusión, la diversidad de tipos de familia existentes hoy en día influye en las


dinámicas sociales y en el desarrollo individual de sus miembros. Las familias no
hegemónicas pueden enfrentar desafíos únicos debido a la estigmatización y los
prejuicios que a menudo enfrentan. Por otro lado, las diferencias generacionales y
la resistencia a las normas establecidas pueden generar conflictos dentro de la
sociedad. Es importante fomentar la comprensión y el respeto hacia la diversidad
de formas de vida para promover una sociedad más inclusiva y justa para todos.

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