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Roj: SAP TO 965/2005 - ECLI:ES:APTO:2005:965

Id Cendoj: 45168370012005100472
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Toledo
Sección: 1
Nº de Recurso: 45/2005
Nº de Resolución: 64/2005
Procedimiento: PENAL - APELACION PROCEDIMIENTO ABREVIADO
Ponente: EMILIO BUCETA MILLER
Tipo de Resolución: Sentencia

AUD.PROVINCIAL SECCION N. 1
TOLEDO00064/2005
Rollo Núm. ....................45/2.005.-
Juzg. Instruc. Núm. 3 de Talavera.-
P.A. Núm. ......................69/2.003.-
SENTENCIA NÚM.64
AUDIEN CIA PROVINCIAL DE TOLEDO
SECCION PRIMERA
Ilmo. Sr. Presidente:
D. MANUEL GUTIERREZ SANCHEZ CARO
Ilmos. Sres. Magistrados:
D. EMILIO BUCETA MILLER
D. GEMA ADORACION OCARIZ AZAUSTRE
En la Ciudad de Toledo, a siete de noviembre de dos mil cinco.
Esta Sección Primera de la Ilma. Audiencia Provincial de TOLEDO, integrada por los Ilmos. Sres.
Magistrados que se expresan en el margen, ha pronunciado, en NOMBRE DEL REY, la siguiente,
SENTENCIA
Visto en juicio oral y público el presente recurso de apelación penal, Rollo de la Sección núm. 45
de 2.005, contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal Núm. 1 de Toledo, por intrusismo, en el
Procedimiento Abreviado núm. 69/03 del Juzgado de Instrucción Núm.3 de Talavera de la Reina, en el que
han actuado, como apelantes Dª. Natalia y Dª Edurne , representados por el Procurador de los Tribunales
Sr. Basarán Conde y defendidos por el Letrado Sr. Saji Vidal, y como apelado, el Ministerio Fiscal.
Es Ponente de la causa el Ilmo. Sr. Magistrado D. EMILIO BUCETA MILLER , que expresa el parecer
de la Sección, y son,
ANTECEDENTES:
PRIMERO: Por el Juzgado de lo Penal Núm. 1 de Toledo, con fecha dieciocho de enero de dos mil
cinco, se dictó sentencia en el procedimiento de que dimana este rollo, cuya PARTE DISPOSITIVA dice: "Que
debo condenar y condeno a Dª Natalia , y Dª Edurne , como autoras criminalmente responsables de un
delito de intrusismo, previsto y penado en el artículo 403 del Código Penal , no concurriendo circunstancias
modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de multa de nueve meses a razón de doce euros diarios
con una responsabilidad personal subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas de multa
no satisfecha, así como al pago de las costas procesales".-

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SEGUNDO: Contra la anterior resolución y por Dª Natalia y Dª Edurne , dentro del término establecido,
se interpuso recurso de apelación, invocando como motivos de impugnación los que figuran en el escrito
correspondiente, y solicitando que se dictara nueva sentencia en el sentido de absolverlas, y recurso del
que se dio traslado al Ministerio Fiscal; y formalizado el recurso se remitieron los autos a esta Audiencia,
donde personadas las partes, se formó el oportuno rollo y nombrado Magistrado-Ponente, quedaron vistos
para deliberación y resolu ción.-
SE CONFIRMAN Y RATIFICAN los hechos probados, fundamentos de derecho y fallo de la resolución
recurrida, en cuanto se entienden ajustados a derecho, por lo que, en definitiva, son
HECHOS PROBADOS
Se declara probado que "la acusada, Dª Natalia , mayor de edad, con N.I.E. número NUM000 y
sin antecedentes penales, fue contratada para trabajar en la Residencia Geriátrica San Diego, sita en la
CALLE000 nº NUM001 de Talavera de la Reina el día 29 de mayo de 2.002 por su directora, la también
acusada Dª Edurne , mayor de edad, con D.N.I. número NUM002 y sin antecedentes penales, siendo
contratada como ayudante de oficios varios. Durante los meses de julio, agosto y septiembre la acusada,
Natalia , ha venido realizando funciones de enfermera, tales como administrando fármacos, curando úlceras
y heridas, poniendo sondas nasogástricas, inyectando insulinas, realizando pruebas de glucemia y cogiendo
vías. La acusada Natalia tiene titulación acreditativa de su condición de enfermera de su país de origen,
aunque no está homologada en España".-
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
PRIMERO: El primer motivo del recurso de apelación se refiere a la falta de determinación tanto en
los escritos de acusación como en el relato de hechos probados contenido en la sentencia, de qué conducta
concreta y en qué circunstancias especificas es la que se imputa a las acusadas, exigiendo una mayor
precisión de los hechos que pudieron constituir el delito de intrusismo que se imputa.
Examinados por la Sala los escritos de acusación y el apartado de hechos probados de la sentencia,
se observa cómo el Fiscal afirma (conclusión primera) que la acusada Natalia , realizó "actos propios de
ATS, tales como poner sondas nasogástricas, insulina, administrar fármacos y dar órdenes a las auxiliares" y
respecto de Edurne , dice que como directora gerente de la residencia geriátrica, tenía conocimiento de dicha
situación. En parecidos términos se expresa el escrito de calificación de la acusación particular (realización
de curas, administración de medicamentos, sondajes, etc), atribuyéndose Dª Natalia públicamente ante
residentes y personal del centro la condición de diplomada en enfermería y respecto de la acusada Dª Edurne
se dice que era totalmente consciente de dicha situación.
Los hechos probados de la sentencia afirman que Edurne contrató a Natalia y ésta, durante los meses
de julio, agosto y septiembre de 2.002, realizó funciones de enfermera como administrar fármacos, poner
sondas nasogástricas, curar úlceras y heridas, administrar insulina, coger vías y hacer pruebas de glucemia.
Para la Sala existe una determinación más que suficiente de qué hechos son los que se imputan en
los escritos y qué hechos son los que se declara probados en la sentencia y dan lugar al delito de intrusismo,
teniendo en cuenta que la concreción y detalle de las conductas imputadas tiene por finalidad primordial el
dar al acusado la oportunidad de defenderse de tales hechos, presentando cualquier prueba de descargo a
su favor, es decir, evitando su indefensión.
Lo que parecen pretender los recurrentes es que se especifiquen de modo pormenorizado a quién y
cuando se administró medicamentos, a quién como y cuándo se le puso una sonda nasogástrica, una inyección
de insulina o se le curó una herida o cogió una vía. Ello sin embargo no es exigible, ni necesario para articular
convenientemente la defensa, pues lo que se dice es que la atribución de la cualidad de ATS lo fué ante todo el
mundo y las curas y demás actos clínicos lo fueron a la generalidad de los ancianos que se encontraban en la
residencia. No ha existido indefensión alguna, pues la parte sabe y conoce perfectamente de qué se le acusa
y ha tenido la posibilidad de interrogar en el plenario a quienes afirmaron que realizó los actos anteriormente
mencionados sometiendo al principio de contradicción sus declaraciones. Pudo además la defensa proponer
la testifical de algunos residentes, que necesitados de los actos clínicos que se imputan, afirmaran que a ellos
jamás se los había realizado la acusada y que conocieran que a otros residentes tampoco se los hubiera
realizado. Pudo traer la defensa a cualesquiera testigos que afirmaran que en la residencia, Dª Natalia no
realizó a su vista ninguna otra tarea que la de mera limpiadora, que era para lo que estaba contratada. En
definitiva, la falta de detalle de personas a las que se dispensaron actos clínicos concretos, no infringe el
derecho a ser informado de la acusación.-

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SEGUNDO: Se alega a continuación respecto de Dª Edurne , vulneración del principio de presunción
de inocencia pues dice que presume en contra del reo que la misma al contratar a la otra imputada y durante
los meses posteriores, conociera que la misma fuera a realizar actos más allá de los propios de limpieza, que
eran los que comprendía el contrato de trabajo.
Nada más lejos de la realidad: la sentencia en absoluto presume el conocimiento de la empleadora
acerca de los actos de intrusismo profesional realizados por su empleada, sino que los deduce, mediante el
empleo del razonamiento lógico, de una serie de indicios que obran en la causa, de los que se desprende que
contrató a una persona como limpiadora con pleno conocimiento y voluntad de que desarrollara funciones de
enfermera, para las cuales carecía del título correspondiente. Edurne contrató a Natalia como limpiadora,
pero conocía que actuaba como enfermera pues era la primera quien elaboraba los cuadros de enfermeras
y en ellos aparecía Natalia como una de ellas, la cual por otra parte rellenaba en cada turno el libro de
incidencias que recibía de la enfermera del turno saliente y lo entregaba posteriormente a la enfermera del
turno siguiente al suyo.
Conocía por tanto Edurne que Natalia trabajaba como enfermera y conocía también que no lo era,
pues la contrató como limpiadora y recibió un burofax del colegio Oficial de enfermería para que acreditara
que Natalia estaba en posesión de la titulación exigida.
TERCERO: Se alega a continuación error del Juzgador en la valoración de la prueba testifical viniendo a
poner en tela de juicio las declaraciones de todas las testigos por razón de haber tenido todas ellas problemas
de índole laboral con la empresa, razón por la que declararían en su contra.
La sentencia valora con extensión la declaración de cuatro testigos, dos de ellas enfermeras y dos
auxiliares. Las dos primeras afirman que no coincidieron en el turno con Natalia , pero dicen algo incluso
mucho más significativo, que era que había tres turnos de trabajo, cada uno con una enfermera y que
coincidían con Natalia en el cambio de turno cuando la enfermera saliente rellenaba y entregaba el libro
de incidencias a la enfermera entrante. Es decir, en los cambios de turno, ambas testigos se entendían con
Natalia en calidad de enfermera del turno anterior o posterior al suyo, y con nadie más.
Las otras dos testigos eran auxiliares de clínica y estas sí coincidieron con Natalia en su turno,
recibiendo de ella las instrucciones propias de la enfermera, es decir, que "su" enfermera era Natalia , a la
que además observaron ante los residentes realizar diversos actos de enfermería.
La prueba es tan categórica, que para desvirtuarla pretende la defensa imputar a las cuatro testigos
un verdadero delito de falso testimonio en causa criminal contra el reo, afirmando que como las cuatro han
formulado reclamaciones laborales ante la residencia geriátrica, ello les podría conducir a faltar a la verdad
en la narración de los hechos. La Juzgadora por el contrario ha valorado la existencia de unas reclamaciones
laborales y pese a ello ha otorgado plena credibilidad a sus declaraciones, confrontando las del juicio oral con
las de la fase de instrucción sin apreciar contradicción alguna. No cabe pues invocar error alguno, cuando
la Juez lo que ha hecho es valorar las pruebas en conciencia, conforme a su facultad soberana, sin llegar a
resultados ni absurdos ni irracionales. La Juez ha creído a las testigos y no a las acusadas, y ha expresado
las razones de su convicción.
CUARTO: Se alega por último error en la aplicación del derecho por no concurrir los requisitos exigidos
para la aplicación del tipo del art. 403 del Código Penal en ninguna de las dos condenadas.
Se alega sin fundamento alguno, que según el criterio interpretativo de esta misma Audiencia (sin cita
de ninguna resolución) encontrándonos ante un supuesto no de falta absoluta de título sino de habilitación, los
hechos serían constitutivos de falta pero no de delito. Nada más lejos de la realidad: el art. 637 lo que castiga
como falta es la mera atribución pública de una cualidad profesional amparada en un título académico que no
se posee, pero sin realizar actos propios de dicha profesión.
En el caso presente, no se trata solo de una atribución pública, sino de la realización de actos propios
de la profesión de enfermera, de cuyo título se carece en España. Y en ese sentido, poco importa que los
ancianos o sus familiares no hayan denunciado los hechos, ni que de la conducta de las acusadas haya
sobrevenido ningún resultado perjudicial o negativo para alguna de ellos. No se trata de enjuiciar si la acusada
ha realizado los actos que llevó a cabo conforme a la lex artis, sino si tiene o no título para realizarlas.
En cuanto al conocimiento de la ilicitud de los actos, queda patente en el caso presente precisamente por
lo subrepticio de la conducta de ambas implicadas al suscribir un contrato de trabajo haciendo constar como
ocupación de la trabajadora la de ayudante de oficios varios, que en la práctica viene a significar limpiadora
en general. Si ambas partes hubieran creído que el título de Dª Natalia le permitía ejercer como enfermera

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en España, en esa calidad de enfermera habrían realizado el contrato, pues lo que Edurne verdaderamente
precisaba para la residencia era una enfermera y lo que verdaderamente realizaba Natalia era labores de
enfermería. Si celebraron el contrato de trabajo en otra condición profesional es porque sabían que no se
tenía título suficiente.
QUINTO: Se imponen las costas a las apelantes.-
F A L L O:
Que DESESTIMANDO el recurso de apelación que ha sido interpuesto por la representación procesal
de Dª Natalia y Dª Edurne , debemos CONFIRMAR Y CONFIRMAMOS la sentencia dictada por el Juzgado
de lo Penal Núm. 1 de Toledo con fecha dieciocho de enero de dos mil cinco, en el Procedimiento Abreviado
núm.69/03 , del Juzgado de Instrucción Núm.3 de Talavera de la Reina, del que dimana este rollo, imponiendo
las costas procesales causadas en esta segunda instancia a las recurrentes.
Publíquese esta resolución en audiencia pública y notifíquese a las partes con la advertencia de que es
firme y que no cabe recurso contra ella; y con testimonio de la resolución, remítase al Juzgado de procedencia
para su conocimiento y ejecución.
Así por esta nuestra sentencia, de la que se llevará certificación al Rollo de la Sección, definitivamente
juzgando, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACIÓN.- Leída y publicada la anterior resolución mediante su lectura íntegra por el Ilmo. Sr.
Magistrado Ponente D. EMILIO BUCETA MILLER , en audiencia pública. Doy fe.-
PUBLICACIÓN: En la misma fecha fue leída y publicada la anterior resolución por el Ilmo. Sr/a.
Magistrado que la dictó, celebrando Audiencia Pública. Doy fe.
DILIGENCIA: Seguidamente se procede a cumplimentar la notificación de la anterior resolución. Doy fe.

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