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La taxonomía en diseño.

Por definición y según la RAE, la taxonomía es la “ciencia que trata de los


principios, métodos y fines de la clasificación.” En el diseño de la
experiencia de usuario nos permite organizar y jerarquizar de la mejor
manera la información que queremos mostrar en una interfaz, y el cómo
queremos que el usuario llegue a ella mediante el uso de categorías y
subcategorías cuando es necesario.

En la fase de arquitectura de la información es en donde brilla la taxonomía


en un todo, aquí es donde organizaremos toda la información que queremos
mostrar y cómo mencioné antes, cómo el usuario llegará a ella. Es por esto
último, que la taxonomía es fundamental para el diseño de una navegación
consistente y clara, con una estructura que es capaz de relacionar nuestro
contenido de la mejor manera posible, y así, en el mejor de los casos, lograr
que nuestros usuarios naveguen en nuestra interfaz mientras comen papitas
y escuchan la última de Luis Fonsi y J Balvin, o algo por el estilo… okay, esto
último puede o no ser dependiendo de la complejidad del proyecto que
abordamos y cuál es su objetivo para con el usuario.

En el libro Experiencia de Usuario: Principios y Métodos, escrito por el


profesor Yusef Hassan Montero, nos explica de manera concisa cuales son
los tipos de taxonomías con los que nos podemos encontrar, el las define y
divide en cuatro (4) modelos:
Taxonomías Planas
Todas las categorías de la información se encuentran en un mismo nivel y
no representan relación estructural entre ellas mismas.
Recomendable para navegaciones en donde las categorías y el contenido a
clasificar es poco o reducido.

Menú de navegación en una landing page utilizando el modelo de


taxonomía plana.

Taxonomías Jerárquicas
Recomendable para cuando hay una cantidad de información media o alta.
En este modelo se presentan categorías y a su vez subcategorías que
representarán la información que deseamos mostrar de manera jerárquica,
permitiendo al usuario navegar en eje X e Y.

Yusef señala que es importante mantener un equilibrio entre


el ancho (número de categorías por nivel) y la profundidad (número de
niveles o subcategorías).
Menú de navegación en un sitio web de agua potable bajo modelo de
taxonomía jerárquica.

Taxonomías Relacional
Si necesitamos hacer uso de una mayor cantidad de subniveles y
subcategorías y vemos que la taxonomía jerárquica no es suficiente para el
tamaño de nuestra información, podemos hacer uso de la taxonomía
relacional. Aquí es donde nuestras subcategorías pueden a su vez tener
más subniveles, lo que permite darle al usuario una mayor flexibilidad de
navegación y explorar contenidos de manera transversal.

Menú de navegación en el sitio web de Entel utilizando el modelo de


taxonomía relacional.
Clasificación Facetada
Por último, Yusef menciona que habrá situaciones en donde la información
que necesitamos mostrar será tanta que la taxonomía jerárquica o relacional
pierden sentido, es por esto que en estas situaciones recomienda utilizar la
clasificación facetada. Aquí, nuestro contenido se organizará en facetas, y
que cada faceta tendrá su propia taxonomía (plana o jerárquica si es
necesario), y a su vez, cada una podrá tener un esquema de clasificación
diferente a otro.

Navegación por filtrado en una clasificación facetada.

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