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Las manos de mi madre

[Poema - Texto completo.]

Alfredo Espino

Manos las de mi madre, tan acariciadoras,


tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras.
¡Solo ellas son las santas, solo ellas son las que aman,
las que todo prodigan y nada me reclaman!
¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,
me sacan las espinas y se las clavan en ellas!
Para el ardor ingrato de recónditas penas,
no hay como la frescura de esas dos azucenas.
¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias
son dos milagros blancos apaciguando angustias!
Y cuando del destino me acosan las maldades,
son dos alas de paz sobre mis tempestades.
Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas,
porque hacen que en mi sombra me florezcan
estrellas.
Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;
¡Son las únicas manos que tienen corazón!
(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:
aprended de blancuras en las manos maternas).
Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,
cuando tengo las alas de la ilusión caídas,
¡Las manos maternales aquí en mi pecho son
como dos alas quietas sobre mi corazón!
¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!
¡Las manos de mi madre perfuman con terneza!
Madre estoy aquí, de Lucio Moreno
" Te miraba desde lejos, allá donde no existe maldad,
ni crueldad, ni agonía, ni miseria, ni tampoco dolor.

No sabía por qué llorabas,


te miraba con alegría y no sabía por qué cantabas.

Yo, que era tu rayo fugaz para tu ideal


un pequeño ángel para tu dulce paz,
la más bella voz para ti nada más.

Me revoloteaba entre tus pensamientos,


me alegraba y cantaba en tu corazón,
sollozaba y gritaba con tu tierna voz.

Cada crepúsculo, cada mañana


me llevabas consigo en tus entrañas.
Mis palabras, eran tus palabras;
mi voz era tu voz, era tu voz;
y mi canto, era tu canto.

Gran dulce melodía,


que ni siquiera el gran Bethoven comprendería.
La luz de mis ojos aún no llegaba
y con los tuyos ya me esperaba.
¡Qué bella descripción!
Ni Descartes, ni el más grande inventor
inventaría tu dulzura; solo el gran redentor.

De pronto, el diablo protestó.


Grandes sinfonías tocaron,
para ya no mirarte, para ya no tocarte,
pero sí para amarte.

Ahora tu luz, ya no es mi luz;


tu voz, ya no es mí voz;
tu canto, ya no es mi canto;
pero tu amor, si es mi amor.

La luna y el sol se separaron,


la tierra y el mar se mudaron,
pero tu compasión no se fugó.
Amor inmenso, amor de madre.

Aunque Nezahualcóyotl y Pablo Neruda


unieran sus voces,
nunca comprenderían éste lamento.

Si describiera Picasso tu dulce amor,


ni él, ni Sor Juana, pagarían tu gran compasión.
Si reyes clamaran conocimiento,
ni uno de ellos pagaría tu gran acierto.
Ni la más musas de las doncellas,
ni las estrellas, ni siquiera Cleopatra
ocultarían ya tus encantos.

Escucha; el silencio cayó por un instante,


el tiempo bajó en una tarde,
las palabras se enmudecieron,
pero tu amor no decayó.

Tal vez me fui, pero regresaré,


para quererte, para amarte,
para cuidarte ¡bendita madre!

Amor eterno, que me hizo cantar,


que me hizo amar, que me hizo llorar.

Ahora ni las aguas, ni los ríos


apagarán tu amor inmenso,
para que caminemos juntos tomados de la mano,
¡desde el principio hasta el gran final!"
GRACIAS POR SER MI MADRE.

Agradezco a Dios por tenerte a mi lado Por todos los momentos que me has cuidado
Aceptaste la responsabilidad con valor Lo siento al demostrarme todo tu amor

Eres la luz del día, mi ángel de la guarda Cuidas de mí para que no me falte nada Que haría
sin ti mi bendición Por eso te amo con infinita devoción.

Me has enseñado a ser fuerte en la vida Por eso eres tú la más querida que me brinda cariño
y ternura El amor que por siempre perdura.

Durante mi corto camino de travesuras Eres quien aguanta y tolera mis diabluras Pese a
todo sé que tú me quieres siento en el corazón me prefieres.

Eres la que siempre me Consuela en esos momentos que son mi Calvario cuando sufro con
las tareas de la escuela Que mis maestros me dejan a diario.

Me dices que estas cosas son del crecer Que para ganar hay que mereces Pero no entiendo
porque hay que luchar Si yo contigo siempre quiero estar.

Sé que me amas con todo tu amor De eso no tengo una duda menor En tu corazón no cabe
el rencor Y nunca me negarás tu cariño Aunque ya no parezca un niño.

Por eso hoy quiero agradecerte Los días que me quedan a tu lado Con esta poesía reconocer
El esfuerzo que has demostrado.

Gracias, madre por existir Que sería de mí sin tu presencia Sin ti no quiero vivir Esta
horrible adolescencia.

Brindaste tu cuerpo para poder nacer Nueve meses para poderte conocer extasiarme de ti
con mucho anhelo Conocer el mundo y también el cielo.
Te doy gracias por todo los momentosGRACIAS POR TODO MADRE MÍA

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