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Fresas
Fresas
Las fresas, que alegran la vista y el paladar, son el fruto del fresal, una
planta de la familia de las rosáceas. Su nombre botánico, Fragaria
vesca, deriva del latín fragans, que significa "olorosa" y apunta así a una
de sus características: la fragancia que puede percibirse incluso a
distancia.
Aunque la fresa silvestre se conoce desde la época prehistórica y era
consumida por griegos y romanos, no se empezó a cultivar esta fruta
hasta el siglo XIII en Europa.
Las fresas y los fresones de España gozan de merecida fama. Las
principales zonas de cultivo se encuentran en Huelva y en el
Maresme barcelonés, aunque también Extremadura y Valencia son
grandes productores.
Actualmente pueden encontrarse todo el año gracias a los cultivos en
invernadero, pero siempre son preferibles las fresas de
temporada, criadas de la forma más natural posible.
Al comerse sin pelar, es recomendable, además, elegir fresas de cultivo
ecológico para evitar la presencia de plaguicidas.
Calorías: 40 kcal
Proteínas: 0,7 g
Grasas: 0,5 g
Hidratos de carbono: 7 g
Fibra: 2,2 g
LA FRESA EN LA COCINA
La fresa es la primera de las bayas que llega a los mercados al
despuntar la primavera. Roja, firme y crujiente es deliciosa y se integra
en una gran variedad de recetas. Además, aporta buenas dosis de
vitaminas y minerales, como veíamos en su composición nutricional y
resulta depurativa.
VARIEDADES DE FRESA
Con todo, las pequeñas y aromáticas fresas silvestres son sin duda las
mejores.
CÓMO CONSUMIRLA
La mejor forma de consumirla es tomarla al natural como postre de mesa
o en ensaladas. Al ser una fruta de temporada y muy perecedera, se
presta muy bien a la elaboración de conservas como las confituras o
mermeladas.
Para conservarlas bien se deben guardar en el frigorífico, y a ser
posible en un recipiente cerrado, pues así se evita que impregnen con su
aroma a otros alimentos.
Las fresas, por lo general, no admiten bien la congelación, pues al
descongelarse pierden gran parte de su estructura y aroma y se
deterioran rápidamente.
Como es una fruta que no se pela conviene lavarla bien para eliminar
sustancias químicas nocivas. Las que no proceden del cultivo
ecológico suelen ser de las frutas más tratadas.