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Facultad de Derecho y Criminología.


Ética y cultura de la legalidad.

Actividad de aprendizaje.
Reporte de la resolución de un caso sobre una problemática social en un contexto
ético, jurídico y de convivencia democrática.
Fase 1.

Nombre: Park Bernal Grace Yiu.


Grupo: 028
Matricula: 2029929.
Fecha: 02/23/2023
Lugar: Monterrey Nuevo León.
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Abuso de Poder

Ya sea en el ámbito político, económico o social, cuando se trata de relaciones, resulta


frecuente escuchar hablar sobre abuso de poder. Entiendo por poder la capacidad de una
persona, situación o cosa para influir, modificar o alterar positiva o negativamente
determinada realidad.

Asimismo entiendo por abuso, el uso indebido de la capacidad de influencia, de una


persona sobre otra que suele causar daño. El abuso de poder se da o puede darse en
cualquier ámbito. político, económico, mediático, etc. Aunque estas modalidades de abuso
pueden presentarse de forma independiente, también las encontramos combinadas con
efecto repotenciado, como sucede cuando se integran el poder político y el
económico o el poder económico y el mediático. A mayor poder acumulado, mayor riesgo
de desequilibrio existe en el proceso de las relaciones. Si tener poder nos pone en riesgo de
ser abusadores potenciales, no tenerlo nos coloca en riesgo de ser abusados por
quienes lo ostentan. Al analizar quiénes son más susceptibles de ser víctimas del
abuso, puede concluirse que ello deriva de su debilidad. Así los más propensos, son:
niños, ancianos, enfermos, mujeres, empleados, pobres y, en general los más
ignorantes, inconscientes o desposeídos.

Hay muchos tipos de abuso a los cuales debemos prestar atención para obrar en la
dirección de prevención y solución.

Abuso Emocional: Implica uso de juegos psicológicos para controlar o dañar


emocionalmente: humillación, intimidación, asecho, temor, etc. Suele incluir el abuso
verbal.

Abuso físico: Implica uso de partes del cuerpo o armas para amenazar, castigar, dominar,
contener, controlar o lesionar a otra persona.

Abuso sexual: Implica uso de acciones sexuales forzosas que pueden dominar, manipular,
amenazar, lesionar, corromper o controlar a otra persona.
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Abuso social: Implica involucra formas de dominio y control de las relaciones sociales de
otra persona.

Abuso financiero: Implica uso de dinero y otros métodos financieros para dominar,
amenazar o controlar la economía de otros.

Abuso espiritual: Implica control de los intereses o prácticas religiosas de otra persona.

Si combinamos estas formas de abuso, y hacemos una lista de los posibles daños,
notaremos que muchos de los males y los sufrimientos humanos, se deben al abuso de
poder. Algunas consecuencias: frustración, humillación baja autoestima, depresión,
descrédito, dolor, sufrimientos, encarcelamientos, desapariciones, aislamientos,
secuestros, asesinato, entre otras. Existen características que operan como indicadores
parciales detectables en algunas personalidades que muestran tendencias
conductuales de abuso, son: Estilo de comunicación autoritario, disposición egoísta,
afán de poder, dificultad para aceptar sugerencias o críticas, ambientes de crianza
inmorales y permisivos, antecedentes de hogares disfuncionales, alta necesidad de
llamar la atención, placer por dañar animales, uso frecuente de drogas, placer por
transgredir las leyes, alta competitividad, y posibilidad de actuar en contextos de
impunidad judicial.

Quienes usan sus cuotas de poder para abusar, pueden llegar a hacerlo convencidos
de que actúan de forma adecuada. Son muchos los desmanes que se han realizado
utilizando la ley o a Dios como excusa.

Las consecuencias del abuso, son fundamentales para que el abusador modifique su
conducta. Regularmente el abusado sufre y pierde. Cambiar eso, implica
aleccionar al abusador, pues si éste no recibe castigo por sus actos, se abona el terreno
grisáceo y cómplice de la impunidad que estimula nuevos abusos. El conductismo nos
enseña que conducta premiada tiende a repetirse. Y la omisión, la negligencia, opera aquí
como un premio a la acción antisocial. Personas o grupos que mientan, agredan, roben o
violen las leyes, están abusando del poder que sus derechos les confieren. Si lo hace un
gobierno, resulta mucho peor, y ese gobierno, pierde credibilidad y legitimidad, y se
expone a sanciones legales, muchas de ellas imprescriptibles, o la pérdida del apoyo de sus
seguidores y/o electores.
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Es posible evitar el abuso si no se le tolera y se asume la necesidad de un cambio personal y


social que no es, por cierto, sencillo ni inmediato. Concretamente, veo tres caminos para
regular la convivencia social humana y superar las tendencias de abuso: La ética, la moral y
la ley. La ética es la capacidad individual de evaluar cada situación como buena o mala,
conveniente o inconveniente, adecuada o inadecuada, de acuerdo con los valores propios o
particulares.

La moral se relaciona con las convicciones y tradiciones sociales ejercidas como presión a
los miembros del grupo, para el sostenimiento de las buenas costumbres. Y la ley es el
marco de normas aceptadas que regulan la convivencia de las sociedades, incluidas las
sanciones aplicables a quienes delinquen. Lo ideal sería, como ha dijo Alexander
Solzjenitsin, que cada quien se autorregulara. Si esto no sucede, la gente, el colectivo,
puede presionar a los desadaptados impulsándolos a retomar el camino socialmente
aceptado. Y como tercer camino, si fallan la ética y la moral, se impone la aplicación neutral
de las leyes.

Desde la perspectiva social, es importante evitar el exceso de influencia en manos de unos


pocos, por lo que los monopolios políticos, económicos, mediáticos o de cualquier tipo
deben hallar contrapeso.

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