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Investigación “OPTICA”

Alumno: Hernandez Gerónimo Eliezer

Grado: 3er Semestre

Profesor: David Macías Ferrer

Grupo: 2505-A

Hora: 11 – 12

No. Control: 21070390

FISICA GENERAL

México, Tamaulipas, Ciudad Madero

18 de octubre del 2022


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INDICE.

TELESCOPIO ................................................................................................................ 3 – 6

HISTORIA DEL TELESCOPIO ................................................................ 3 – 5

TELESCOPIO HUBBE .................................................................................. 6

MICROOSCOPIO ........................................................................................................ 7 – 12

MICROOSCOPIO DE BARRIDO ......................................................... 10 – 11

MICROOSCOPIO DE TRANSMICION ........................................................ 12

CONCLUSIONES .............................................................................................................. 13

BIBLIOGRAFIAS ............................................................................................................... 13

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TELESCOPIO

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La historia del telescopio como instrumento científico que ha contribuido
decisivamente a modelar la imagen que hoy se tiene del Universo, se inició
hacia 1609, cuando Galileo Galilei dirigió por primera vez su anteojo hacia el
cielo. Desde entonces, se ha producido una serie ininterrumpida de mejoras en
el instrumento, que ha pasado de ser un modesto dispositivo óptico formado
por dos lentes colocadas en los extremos de un tubo, a convertirse en
sofisticadas redes informatizadas de observatorios distribuidos tanto por todo
el globo terráqueo como en naves en órbita.

La invención del telescopio marcó un antes y un después en la evolución de la


astronomía y la ciencia en general. Se cree que el primer telescopio fue creado
por el fabricante de lentes Hans Lippershey en Holanda, durante los primeros
años del siglo XVII. Según una de las historias asociadas al descubrimiento, los
hijos de Lippershey jugaban con un par de lentes en su taller cuando notaron que, con cierta combinación de
ellas, el tamaño de los objetos lejanos se ampliaba. Lippershey observó ese fenómeno y ofreció el invento en
secreto a la corona de su país, dado su indiscutible valor estratégico.

En las demostraciones que siguieron se hallaba un amigo de Galileo Galilei, que a su regreso a Italia le comunicó
con gran entusiasmo lo que había visto en ellas. Esto sucedió en noviembre de 1609, y Galileo, sin perder un
momento y habiendo imaginado cómo se podría lograr el mismo efecto, comenzó a experimentar con las lentes
de un amigo suyo, fabricante de anteojos. Así logró, en pocos días, reproducir el fenómeno de la amplificación
de objetos lejanos, pensando de inmediato en su aplicación al estudio del firmamento. Para montar las lentes
de su primer instrumento, Galileo empleó un viejo tubo de órgano, y en la noche del 6 de enero de 1610 estrenó
su telescopio al apuntarlo a la Luna, las estrellas y el planeta Júpiter, que podía verse al anochecer. Además de
ser el primer hombre en ver los cráteres de la Luna, y cientos de estrellas de escasa magnitud jamás vistas antes,
su descubrimiento más importante fue el de los satélites de Júpiter, cuya observación durante varios días ratificó
la teoría heliocéntrica de Copérnico y le hizo escribir su famoso tratado «Sidereus Nuncius» que de inmediato
circuló por toda Europa. Nacía así la astronomía moderna.

Galileo construyó varias docenas de telescopios similares, fabricados con una lente objetivo-convexa, de unos
tres centímetros de diámetro, y otra lente cóncava y más pequeña,
llamada ocular por ser la más cercana al ojo del observador. Este tipo
de telescopio, compuesto por lentes, es denominado un refractor.
Posteriormente, el alemán Johannes Kepler mejoró el instrumento de
Galileo utilizando como ocular una lente convexa, lo que aumentaba
considerablemente el campo del telescopio, aunque invertía la imagen
aumentada. Debe aclararse que la mejora introducida por Kepler era
relativa, ya que, aunque proporcionaba un campo mayor, provocaba en
la imagen resultante una mayor aberración esférica respecto al diseño
de Galileo, que en cierta forma compensaba ese efecto.

El holandés Christiaan Huygens, a mediados del siglo XVII, trató de


combatir la aberración esférica alargando la distancia focal de sus
objetivos, con lo que lograba además un aumento de la imagen
proporcionalmente mayor; gracias a ello pudo constatar que Saturno,
el «planeta triple», descrito anteriormente por Galileo, no era tal, sino
que en realidad estaba circundado por un brillante anillo.

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En 1655, Huygens también descubrió a Titán, el primer
satélite conocido de Saturno. Años después el inglés
Isaac Newton, que creía que la aberración esférica no
podría corregirse nunca, ideó otro tipo de telescopio, el
reflector, a base de espejos. El razonamiento de Newton
era simple y brillante: si la luz no atravesaba ninguna
lente, la aberración esférica dejaría de ser un problema.
Su telescopio le valió el ingreso a la Academia de Ciencias
de Inglaterra. Simultáneamente con Newton, el francés
Guillaume Cassegrain inventaba el telescopio reflector que lleva su nombre, y el escocés James Gregory ideaba
otro sistema similar; por desgracia, este tipo de telescopios, conocidos actualmente como catadióptricos,
requerían de espejos con superficies curvas que ningún óptico podía fabricar en esa época, y en ambos casos,
recién pudieron ser construidos hacia fines del siglo XIX. La variante más popular en la actualidad es la Schmidt-
Cassegrain, denominada así ya que en 1930 el astrónomo estonio Bernard Schmidt agregó al diseño del francés
una lente con la que logró corregir la aberración propia de ese tipo de telescopios.

En 1840 se genera un nuevo parteaguas al lograr tomar la primera fotografía de la Luna, ya que posteriormente
se descubre la placa fotográfica como un elemento capaz de registrar imágenes de objetos muy tenuemente, no
tanto por la sensibilidad de las primeras emulsiones fotográficas —unas 10 000 veces menos sensibles que el ojo
humano—, sino por su capacidad de hacer exposiciones por largos periodos de tiempo. Lo cual generó
inmediatamente la necesidad de que los telescopios contaran con un mecanismo que permitiera seguir el
movimiento aparente de los objetos en el cielo debido a la rotación de la Tierra en su eje. Esto se resolvió gracias
a la utilización de mecanismos de relojería que logran con gran precisión apuntar y seguir los cuerpos celestes.
Foucault fabricó en 1864 los primeros espejos de vidrio recubiertos de plata, con lo que hizo posible aumentar
el diámetro o apertura del elemento colector de luz, generalmente denominado espejo primario en un telescopio
reflector, —una de sus características más relevantes pues cuanto más grande es este mayor es su capacidad de
captar la luz de los objetos observados. De hecho, la fabricación de lentes encontró su límite en 1897 al fabricar
unas de 1.02 metros de diámetro, para el telescopio del observatorio de Yerkes —hasta la fecha, el refractor más
grande que existe.

En los últimos veinte años se han construido telescopios de hasta 8,4 metros de diámetro con espejos
monolíticos, y de hasta 10 metros de diámetro con espejos segmentados, como los dos telescopios Keck
instalados en Mauna Kea, Hawaii. En estos telescopios, los espejos primarios están soportados por actuadores
controlados por computadoras, con lo cual puede ajustarse la curvatura de
estos para un máximo poder de resolución (sistemas activos) y también para
contrarrestar las aberraciones producidas por la turbulencia de las capas
atmosféricas (sistemas adaptativos). Gracias a ello y mediante el uso de
detectores electrónicos CCD (Charge Coupled Devices, dispositivos de carga
acoplada) se logran, con la ayuda de computadoras para procesar las
imágenes, resultados inimaginables hasta hace apenas unas décadas. Cinco
misiones de servicio fueron enviadas al Hubble por la NASA. En cada una de
ellas, luego de interceptar al telescopio y capturarlo mediante el brazo
robótico del transbordador espacial, los astronautas pasaron varios días

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efectuando reparaciones, reemplazando componentes o
instalando nuevos instrumentos antes de volver a desplegar al
Hubble en su órbita.

La NASA planea lanzar en el año 2018 el Telescopio Espacial


James Webb (JWST), que promete superar ampliamente las
capacidades del Hubble, ya que su espejo primario tendrá un
diámetro de 6,5 metros, y sus instrumentos estarán optimizados
para realizar observaciones en longitudes de onda infrarrojas con
una resolución y sensibilidad sin precedentes. Una vez ubicado en
su órbita de halo alrededor del punto L2, donde se equilibran la gravedad del Sol y de la Tierra, a 1,5 millones de
nuestro planeta, se espera que el Webb sea capaz de observar la luz de las primeras estrellas nacidas en nuestro
universo, la evolución de las primeras galaxias y los procesos de formación estelar y planetaria. Es evidente que,
gracias a la evolución tecnológica de los telescopios modernos, la astronomía ha progresado a mayor velocidad
en los últimos 40 años que en los 400 años transcurridos desde la aplicación por Galileo Galilei del telescopio a
la observación del cielo nocturno. Sin embargo, la curiosidad inherente a la naturaleza humana hará que el
desarrollo de telescopios cada vez más potentes y capaces no se detenga, y en un futuro probablemente no muy
lejano resultará posible observar a los planetas orbitando en torno a estrellas lejanas con la misma resolución
con la que Galileo observó a Júpiter a través de su telescopio en 1610.

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MICROOSCOPIO

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Un microscopio es un instrumento óptico que sirve para magnificar las
imágenes de los objetos de muy pequeño tamaño. Así, nos permite observar
aquello que, por sus minúsculas dimensiones, escapa ordinariamente a nuestra
mirada. Para ello emplea dos o más lentes, acompañados de diferentes tipos de
tecnología, para obtener resultados tan importantes, que revolucionaron para
siempre el mundo científico desde su aparición en siglo XVII. Los antecedentes de
la óptica y de la microscopía pueden rastrearse hasta la antigüedad, a pesar de
que los filósofos y naturalistas antiguos no tuvieron jamás idea de que la variedad
del mundo microscópico, ni siquiera por el simple hecho de que les causara
enfermedades. Por ejemplo, para muchos pensadores y fabuladores como
Esopo, el animal más pequeño concebible era la pulga. Sin embargo, los
primeros intentos por usar lentes para ver aquello inaccesible a los ojos fueron de parte de Euclides y Ptolomeo,
aunque se enfocaron más bien en observar lo lejano: los astros, o en todo caso corregir los defectos de la vista,
como la miopía.

Mucho después, Leonardo Davinci insistió en el siglo XVI


en las virtudes de observar con lentes especiales los
objetos diminutos, por ejemplo, para estudiar los insectos
más pequeños. Aunque existe mucho debate respecto a
quién llevó a cabo la construcción del primer
microscopio, se sabe que tuvo lugar entre los siglos XVI y
XVII. Algunas versiones apuntan al fabricante de lentes
holandés Zacharias Jansen (1583-1638), a quien también se le atribuye la invención del primer telescopio.

El microscopio de luz fue inventado por el fabricante de lentes holandés Zacarias Janssen en 1595, aunque se
discute su paternidad con el italiano Galileo Galilei. En 1665, Robert Hooke publicó el libro Micrographia, donde
presentó sus “dibujos pequeños” vistos a través de un microscopio de luz. En 1742, el inglés John Cuff diseñó un
microscopio compuesto, popularizado en el libro de Henry Baker The microscope made easy. Tomando en cuenta
la resolución del microscopio de luz donde se usa luz con longitudes de onda de alrededor de 500 nm, en 1897,
Ernst Abbe, uno de los pilares en el desarrollo de la microscopía de luz, indicó que se había alcanzado la máxima
resolución posible del microscopio de luz (unas décimas de
micra). Obtener imágenes por debajo de 200 nm de resolución
solo sería posible en un microscopio que usara una
iluminación con longitudes de onda más pequeñas que las de
la luz. Ernst Abbe, padre de la microscopía de luz moderna. En
1897 Abbe comentó que “la microscopía de luz ha alcanzado el
límite de resolución”.

Basado en las ideas de Louis de Broglie, en 1929, Hans Busch


indica que es posible enfocar un haz de electrones con campos
electromagnéticos (bobinas) de la misma manera en que las
ondas de luz se enfocan mediante las lentes de vidrio. Este
aporte fue crucial para la construcción del microscopio
electrónico. La invención del microscopio electrónico de
transmisión (TEM) correspondió a Ernst Ruska y Max Knoll

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De ser ello cierto, el primer microscopio apareció en 1590. Se hizo
tan popular en las siguientes décadas entre los pensadores y
filósofos, que no tardaron en aparecer las primeras y
revolucionarias experiencias de observación de lo antiguamente
invisible: En 1665 el médico inglés William Harvey (1578-1657)
publicó sus estudios sobre la circulación sanguínea a partir de la
observación de capilares sanguíneos bajo microscopio.

Robert Hooke publicó Micrographia, libro en que por primera vez


se reprodujeron imágenes tomadas bajo microscopio, como
observaciones del corcho y de lo que a partir de entonces se llamó célula. Años más tarde, el anatomista italiano
Marcello Malpighi (1628-1694) observó células vivas por primera vez, observando tejidos vivos bajo el
microscopio. El neerlandés Antón van Leeuwenhoek (1632-1723) perfeccionó la construcción de los
microscopios disponibles y pudo observar por primera vez bacterias, protozoos, espermatozoides y glóbulos
rojos, dando inicio a la microbiología y revolucionando la biología y la medicina. Sin embargo, sus
descubrimientos no fueron publicados en vida, y hubo que esperar hasta 1723 para que sus secretos y su material
microscópico salieran a la luz. Gracias a la invención del microscopio, el siglo XVIII fue pródigo en
descubrimientos y en mejorías al sistema óptico que permitió ver el mundo de lo diminuto. Se avanzó mucho en
su estabilidad y sus facilidades de uso. Sin embargo, las mejoras en su poder de aumento llegaron en el siglo
XIX gracias a los esfuerzos de H. M. Hall y John Dollond. Por otro lado, los estudios de Isaac Newton (1643-1727)
y Leonhard Euler (1707-1783), le abrieron las puertas al descubrimiento de la refracción y la reflexión.

En 1877, cuando el alemán Ernst Abbe (1840-1905) publicó su teoría del microscopio, la técnica de la microscopía
dio un inmenso salto adelante. Sim plemento con cambiar el agua por aceite de cedro, por ejemplo, se lograba
un aumento muy superior. En el primer tercio del siglo XX se estimaba que el máximo aumento posible de los
microscopios ópticos había sido alcanzado: 500X o 1000X. Sin embargo, eso seguía siendo insuficiente para
observar estructuras intracelulares como el núcleo o las mitocondrias, cuya comprensión era vital para la
medicina y la biología.

Fue así como los estudios de la física de partículas vinieron permitieron entre
1925 y 1932 la invención del primer microscopio electrónico, que, en lugar de
proyectar luz, emplea un flujo de electrones para conseguir aumentos de hasta
100.000X. Una nueva era para la observación científica estaba apenas
comenzando, cuyos impactos en el saber humano fueron tan revolucionarios
como lo fueron las observaciones de van Leeuwenhoek.

Los griegos y romanos, con todos sus ejemplos morales o filosóficos, no


tuvieron la menor idea de la existencia del mundo microscópico. Esopo y Fredo
no pudieron imaginar que existieran animales más pequeños que la pulga. Los
emperadores romanos y el mismo rey Salomón, pese a su gran poder,
ignoraban la existencia de un mundo completamente inaccesible a su vista, y
enemigos que Alejandro Magno ni Aquiles hubieran podido vencer.

Las primeras aplicaciones de lentes fueron hechas por Euclides y Ptolomeo. Euclides fue un célebre matemático
alejandrino que publicó Elementos, uno de los textos matemáticos más importantes. Claudio Ptolomeo, a su

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vez, astrónomo y geógrafo griego, fue el inventor del astrolabio, instrumento usado en las observaciones
astronómicas. Séneca, quien fuera el tutor de Nerón y su consejero cuando este fue emperador, relata, al igual
que Plinio, cómo el emperador contemplaba las batallas de gladiadores a través de esmeraldas talladas,
posiblemente para corregir así su miopía.

El microscopio electrónico de barrido (SE, utiliza electrones en


lugar de luz para formar una imagen.
Para lograrlo, el equipo cuenta con un dispositivo (filamento)
que genera un haz de electrones para iluminar la muestra y con
diferentes detectores se recogen después los electrones
generados de la interacción con la superficie de la misma para
crear una imagen que refleja las características superficiales de
la misma, pudiendo proporcionar información de las formas,
texturas y composición química de sus constituyentes.

Al incidir el haz de electrones sobre la muestra, interactúa con


ella y se producen diversos efectos que serán captados y visualizados en función del equipo que utilicemos.
Electrones secundarios: se producen cuando un electrón del haz pasa muy cerca del núcleo de un átomo de la
muestra, proporcionando la suficiente energía a uno o varios de los electrones interiores para saltar fuera de la
muestra. Estos electrones son de muy baja energía (por debajo de 5eV), por lo que deben encontrarse muy cerca
de la superficie para poder escapar. Precisamente por eso proporcionan una valiosa información topográfica de
la muestra, y son los utilizados principalmente en microscopía de barrido.

Electrones retro dispersados: se producen cuando un electrón del haz


choca frontalmente con el núcleo de un átomo de la muestra, siendo
repelido en sentido contrario fuera de la muestra. La intensidad de dicho
efecto varía proporcionalmente con el número atómico de la muestra. Por
esta razón se utilizan para obtener un mapa con información sobre la
composición superficial de la muestra, también utilizado en microscopía
de barrido. Electrones Auger: cuando un electrón secundario es expulsa do
del átomo, otro electrón más externo puede s altar hacia el interior para
llenar este hueco. El exceso de energía provocado por este desplazamiento
puede ser corregido emitiendo un nuevo electrón de la capa más externa. Estos son los llamados electrones
Auger, y son utilizados para obtener información sobre la composición de pequeñísimas partes de la superficie
de la muestra.

Principales aplicaciones: Las aplicaciones del Microscopio electrónico de barrido son muy variadas, y van desde
la industria petroquímica o la metalurgia hasta la medicina forense. Sus análisis proporcionan datos como
textura, tamaño y forma de la muestra.

Entre las áreas de aplicación de esta técnica, se pueden mencionar:

Geología: Investigaciones geo mineras, cristalográficas, mineralógicas y petrológicas. Estudio morfológico y


estructural de las muestras.

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Estudio de materiales: Caracterización microestructural de materiales. Identificación, análisis de fases
cristalinas y transiciones de fases en diversos materiales tales como metales, cerámicos, materiales compuestos,
semiconductores, polímeros y minerales. Composición de superficies y tamaño de grano. Valoración del
deterioro de materiales, determinación del grado de cristalinidad y presencia de defectos. Identificación del tipo
de degradación: fatiga, corrosión, fragilización, etc.

Metalurgia: Control de calidad y estudio de fatiga de materiales, características texturales. Análisis de fractura
(fractomecánica) en materiales.

Odontología: En este campo son muchas las aplicaciones de las caracterizaciones morfológicas que se pueden
realizar con el microscopio electrónico de barrido.

Una aplicación específica de este microscopio se obtiene al estudiar la direccionalidad de las varillas del esmalte
dental. Además, se pueden analizar a través del SEM las alteraciones que producen los ácidos producidos por la
entrada de microorganismos y restos alimenticios en las superficies vestibulares de los dientes anteriores, ya
que sobre ellos se produce la retención de los materiales odontológicos en fracturas, fisuras, ferulizaciones,
entre otras.

Paleontología y Arqueología: Caracterización de aspectos morfológicos.

Un microscopio electrónico de transmisión (TEM por su sigla en inglés, o MET en español) es un microscopio que
utiliza un haz de electrones para visualizar un objeto, debido a que la potencia amplificadora de un microscopio
óptico está limitada por la longitud de onda de la luz visible. Lo característico de este microscopio es el uso de
una muestra ultrafina y que la imagen se obtenga de los electrones que atraviesan la muestra.

Los microscopios electrónicos de transmisión pueden disminuir un objeto hasta un millón de veces.

El primer microscopio electrónico de transmisión fue desarrollado entre 1931 y 1933 por Ernst Ruska y sus
colaboradores. La óptica básica de ese primer microscopio electrónico se mantiene hasta nuestros días; los
cambios en los microscopios modernos consisten en adicionar más lentes para incrementar el ámbito de
aumentos y darle mayor versatilidad. El primer microscopio electrónico de transmisión comercial lo
construyó Siemens en 1939.

Debido a que los electrones tienen una longitud de onda mucho menor que la de la luz visible, pueden mostrar
estructuras mucho más pequeñas.

Las partes principales de un microscopio electrónico de transmisión son:

• Cañón de electrones, que emite los electrones que chocan o atraviesan el espécimen (dependiendo que
tipo de microscopio electrónico es), creando una imagen aumentada.
• Lentes magnéticas para crear campos que dirigen y enfocan el haz de electrones, ya que las lentes
convencionales utilizadas en los microscopios ópticos no funcionan con los electrones.

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• Sistema de vacío es una parte muy importante del microscopio electrónico. Debido a que los electrones
pueden ser desviados por las moléculas del aire, se debe hacer un vacío casi total en el interior de un
microscopio de estas características.
• Placa fotográfica o pantalla fluorescente que se coloca detrás del objeto a visualizar para registrar la
imagen aumentada.
• Sistema de registro que muestra la imagen que producen los electrones, que suele ser un ordenador.

En el microscopio electrónico de transmisión se irradia una


muestra delgada con un haz de electrones de 200 keV. Parte de
esos electrones son transmitidos, otra parte son dispersados y
otra parte da lugar a interacciones que producen distintos
fenómenos como emisión de luz, electrones secundarios y
Auger, rayos X, etc. El microscopio electrónico de transmisión
emplea la transmisión/dispersión de los electrones para formar
imágenes, la difracción de los electrones para obtener
información acerca de la estructura cristalina y la emisión de
rayos X característicos para conocer la composición elemental
de la muestra.

Para que se produzca la transmisión de electrones a través de


la muestra es necesario que ésta sea delgada, es decir,
transparente a los electrones. Es recomendable no utilizar muestras de más de 100 nm de grosor ya que cuanto
menor sea el espesor de la muestra mejor calidad de imágenes se puede obtener. Microscopio electrónico de
transmisión marca JEOL modelo JEM-2010. La cámara de adquisición de imágenes es de la marca GATAN modelo
ORIUS SC600. Está montada en eje con el microscopio en la parte inferior y está integrada dentro del programa de
adquisición y tratamiento de imágenes GATAN DigitalMicrograph 1.80.70 para GMS 1.8.0.

El microscopio electrónico de transmisión (TEM) es un instrumento que


aprovecha los fenómenos físico-atómicos que se producen cuando un
haz de electrones suficientemente acelerado colisiona con una muestra
delgada convenientemente preparada. Cuando los electrones colisionan
con la muestra, en función de su grosor y del tipo de átomos que la
forman, parte de ellos son dispersados selectivamente, es decir, hay una
gradación entre los electrones que la atraviesan directamente y los que
son totalmente desviados. Todos ellos son conducidos y modulados por
unas lentes para formar una imagen final sobre una CCD que puede tener
miles de aumentos con una definición inalcanzable para cualquier otro
instrumento. La información que se obtiene es una imagen con distintas
intensidades de gris que se corresponden al grado de dispersión de los
electrones incidentes.
Además, si la muestra es cristalina, es decir, hay una estructura de planos periódica, puede ocurrir que varias
familias de esos planos cumplan la condición de Bragg y difracten de forma coherente la onda electrónica
incidente. Esto da lugar a un diagrama de difracción, que es una imagen de distintos puntos ordenados respecto
a un punto central (electrones transmitidos no desviados) que nos aportan información sobre la orientación y
estructura del/los cristales presentes.
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CONCLUSIONES
Como se observó a lo largo de ambos temas, Galileo Galilei estuvo presente en el nacimiento del telescopio como
del microscopio, y que a su vez fue participe de dichos. Otorgó las bases para que futuras generaciones siguieran
promoviendo la innovación de distinguidos artilugios, sin mencionar que Galileo cuenta como un segundo o
tercero en lo que fue la creación de estos. Estas invenciones fueron pensadas para continuar innovando y que
las sociedades pudieran hacerse con diferentes pensamientos a medida que el hombre evolucionaba en el
campo científico. Nuevas ideas surgían, nuevos pensamientos e ideologías, así como contradicciones hacia los
que aun mantenían un desacuerdo con las nuevas tecnologías. Sin embargo, esto nunca detuvo a todos aquellos
que revolucionaron nuestro mundo en lo que hoy en día podemos llamar era moderna llena de incontables
maquinarias que una vez pasaron por el proceso ensayo-error. Aquellos pensadores nunca imaginaron poner un
alto a sus ideas, a pesar de la negativa de los altos mandos ellos supieron manejarse y consideraron lo mejor
para seguir avanzando como sociedad. No solo apoyando en las distintas ramas de las ciencias sino en la vida
cotidiana de cada ser humano pensante.

BIBLIOGRAFIAS

(Universidad Politecnica de Valencia, s.f.)


http://www.upv.es/entidades/SME/info/753329normalc.html

(Universidad de Alicate, s.f.)


https://sstti.ua.es/es/instrumentacion-cientifica/unidad-de-microscopia/microscopia-electronica-
de-transmision.html

(REVISTA DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA DE LA UNIVERSIDAD VERACRUZANA, s.f.)


https://www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol25num1/articulos/historia/

(Concepto, Ciencias Naturales, s.f.)


https://concepto.de/historia-del-microscopio/

(Revista interdisciplinaria en nanociencias y nanotecnología, s.f.)


https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2448-56912020000200079#B2

(www.astronomiaonline.com, s.f.)
https://www.astronomiaonline.com/2013/09/la-historia-del-telescopio/

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