Está en la página 1de 8

Tema 2. La demanda. Texto de Carlo Cipolla.

La población.

Para la demanda, hay que tener en cuenta la población, ya que, si no hubiera hombres,
no habría necesidades humanas.

Hay que tener en cuenta que antes del s. XVIII la población europea fue relativamente
escasa. Durante largos períodos no creció y, cuando lo hizo, el índice fue muy bajo.
Pocas ciudades consiguieron superar nunca los 100.000 habitantes, y cuando superaba
los 50.000 era ya considerada una gran metrópoli. Si una población no aumenta (o
aumenta poco) el hecho puede depender de una baja fecundidad y/o de una elevada
mortalidad. Pero hay que tomar con precaución cualquier generalización.

Habría que hacer una distinción entre mortalidad ordinaria y mortalidad catastrófica:

 Mortalidad ordinaria como la mortalidad que predomina en años normales, es


decir, sin acontecimientos calamitosos como guerras, epidemias o carestías.
 Mortalidad catastrófica como la mortalidad de los años calamitosos.

A consecuencia de la intermitencia de catástrofes demográficas ligadas con guerras,


carestías y epidemias, los totales de población de Europa estuvieron siempre sujetos a
drásticas fluctuaciones que incidieron tanto sobre la demanda como sobre la oferta, pues
el sistema económico era inestable.

Necesidades y deseos.

Todos los miembros de una sociedad tienen necesidades. La cantidad y calidad de las
necesidades cambia según las circunstancias, incluso algunas que parecen inelásticas
tales como la necesidad de alimentarse: varían según la persona, la edad, el clima, el
sexo, factores socioculturales (por ejemplo, en la Inglaterra preindustrial dominaba la
convicción de que las verduras engendraban “humores insalubres y a menudo fiebres
pútridas”, por lo que la demanda de frutas y verduras era muy escasa; otro ejemplo
estaría en la religión musulmana que veta a sus creyentes el consumo de cerdo o de
alcohol), etc.

1
El término necesidad parece implicar algo indispensable. Por ejemplo, hoy día
consideramos indispensable tener agua caliente, conexión a internet, calefacción, comer
tres veces al día, etc., cosas que hace 500 años o ni siquiera existían o simplemente eran
lujos que solo unos pocos se podían permitir. Sin embargo, una cosa es lo que el
hombre necesita y otra lo que realmente desea, y el mercado no tiene en cuenta
objetivamente la necesidad, sino el deseo. Es por ello por lo que tenemos prioridad:
satisfacemos unos deseos (que a su vez pueden ser necesidades) y sacrificamos otros. Y
aquí es donde entra en juego varios factores como los socioculturales, religiosos, éticos,
económicos, políticos…

“Las “necesidades” son una cosa y la demanda efectiva otra. Un indio que se muere de
hambre en una calle de Calcuta tiene evidentemente una enorme “necesidad” de
alimentos. Pero si carece de poder de compra para expresar su “necesidad”, si no tiene
nada que la gente acepte a cambio de un trozo de pan, su “necesidad”, por imperiosa e
improrrogable que sea, no existe para el sistema económico tal como es y tal como fue”.
Una necesidad ha de ir acompañada por poder de compra que se traduce en poder
adquisitivo para poder ser registrada por el mercado. Por tanto no todas las necesidades
se cubren, y debemos tenerlo en cuenta al examinar las estadísticas y datos.

Demanda:

1) Potencial (lo podrá ser). Qué es lo que determina esta demanda en una sociedad
cualquiera de la Edad Moderna:
 Tamaño de la población.
 Estructura poblacional. La sociedad del antiguo régimen es una sociedad
con muy pocos ancianos, con muchos niños que, sin embargo, demandan
muy poco (tienen una capacidad de consumo mínima, al contrario que
actualmente).
 Aspectos geográficos.
 Aspectos socioculturales.

2) Efectiva (la que es). La que determina de verdad la demanda. Está determinada
por:
 Nivel de renta.

2
 Distribución social de la renta: constituiría la suma de todas las rentas
individuales. El cómo se distribuye la riqueza. Lo llama
REDISTRIBUCIÓN: Es un dogma de nuestra sociedad, una obligación,
y que determina muchos de nuestros comportamientos políticos o
sociales. La riqueza se distribuye y mucho, pero se justifica de otra
manera: principios religiosos. Era una sociedad caracterizada por la
desproporción de la riqueza, y por tanto por una escasa renta de la
mayoría de la sociedad. Una sociedad sin riqueza y con dificultades para
obtener renta periódicamente está condenada a la pobreza, puesto que
esta tiene una línea muy débil, una pobreza coyuntural, fluctuante, que va
al ritmo de los acontecimientos.
 Las transferencias: en el Antiguo Régimen existen, pero no alcanzan,
pero no por ello dejan de existir. La renta, además de ganarse, puede
transferirse. Cipolla habla de dos tipos de transferencia: voluntarias y
forzosas. Una transferencia, sea voluntaria o forzosa, significa
redistribución.
Voluntarias: caridad, regalos, donaciones (el patrimonio de la iglesia solo se
puede entender con las donaciones que recibió de particulares: buena parte de
herencias que muchos nobles no son capaces de gestionar son donados a la
iglesia), juego… Por ejemplo, en tiempos de peste o carestía, para “ablandar” a
Dios, la gente donaba dinero, y esto es algo muy a tener en cuenta.
Forzosas: fiscalía (transfiere renta de los bolsillos de los miembros de la
sociedad al tesoro del rey/particular), expolios (incautación forzosa de bienes).
Las transferencias de riqueza de unas manos a otras en aquella época se
producen menos por los intercambios (comercio) que por la vía de la guerra o el
expolio.

Tipos de demanda:

La demanda puede ser interior y exterior:

Dentro de la demanda interior nos encontramos con: demanda interior privada, demanda
interior pública (Estado) e Iglesia.

3
Demanda interior Privada.

La Demanda Privada está caracterizada por la mala distribución de la renta, lo que hace
que esta demanda en el grueso de la sociedad sea una demanda que se consume
prácticamente en pocos y malos alimentos, vestimenta y una vivienda miserable. El
consumo en esa época no se puede diversificar. Por lo tanto, los que poseen riqueza
tienen un consumo ostentoso para así exhibir la capacidad de poderío y posición de
estos individuos. Desempeña una función de ostentación social en el caso de los
banquetes, fiestas o vestimentas.

Cuanto menor sea la renta disponible, más alto será el porcentaje de esta que es
absorbido por los consumos de primera necesidad. Ley de Engels: el porcentaje de los
gastos en alimentación sobre el total de los gastos aumenta cuando la renta disminuye y
disminuye cuando la renta aumenta.

Los campesinos estaban relegados a los grupos más bajo de renta. Prácticamente el 100
% de la renta del campesinado se destinaba a la alimentación; mejor dicho, a parte de la
alimentación, puesto que no conseguían satisfacer el total de sus necesidades, y es por
ello por lo que los campesinos ponían a trabajar también a sus mujeres e hijos. El
campesinado, en definitiva, comía poco y mal, al contrario que el rico, que se podía
permitir el comer hasta hartarse. La dieta del campesinado dependía, además, de la
situación atmosférica. Cuando se producía una mala cosecha, los precios de los
alimentos se ponían por las nubes, lo que desembocaba en que las clases más bajas
moría por hambre, puesto que las más acomodadas disponían de riqueza suficiente para
asumir una mala época y los precios desorbitados de los bienes de primera necesidad
que ello conlleva. Es interesante comentar que la masa de mendigos (un nutrido grupo
de personas que, por falta de oportunidades de empleo, por incapacidad, por mala salud,
por incapacidad o, simplemente, por holgazanería, no participaba en el proceso
productivo y, por tanto, no disfrutaba de ninguna renta) en Antiguo Régimen era
fluctuante. Al vivir la mayoría de la gente con niveles de renta muy bajos (y, por
consiguiente, sin ahorro alguno), un año de mala cosecha o una epidemia provocaba una
multiplicación masiva del número de mendigos. “Cada obrero o campesino era un
mendigo en potencia”.

Otro bien de primera necesidad es la ropa. Quien vestía bien era rico, y entre la “gran
masa” quien tenía un vestido decente para los días festivos era tremendamente

4
afortunado. La revolución industrial se realiza sobre bienes para el vestido, y es donde
se produce el cambio. La vestimenta constituía una parte muy baja del consumo
(sociedad descalza en su mayoría).

Respecto al sector vivienda, la gran masa de población debía vivir hacinada en sitios
insalubres, malsanos (ya sea en zonas rurales, donde vivía la mayoría de la población, o
en las ciudades) lo que se traduce en consecuencias nefastas para la salud. Es por ello
por lo que los pobres fueron los más perjudicados por la peste debido, entre otros
factores, a la escasez de víveres (cuanto menos comes, más débil eres frente a las
enfermedades), al hacinamiento, al contagio inmediato…

Las clases acomodadas, además de, evidentemente, las denominadas necesidades


básicas, tenía otro tipo de preferencias para su demanda personal: el exhibicionismo
(ostentación de joyas, de grandes vestidos, banquetes…), tutores/profesores para los
hijos, médicos, abogados y notarios, artistas que embellecían las casas, servicio
doméstico, “diversiones” tales como músicos o bufones… Pero no toda la renta
percibida se gasta necesariamente en bienes de consumo y servicios, puesto que la renta
no empleada se ahorra, y esta es la máxima de las clases acomodadas y lo que los
diferencia de sobremanera con respecto a las clases bajas.

La capacidad de Ahorro que existía es muy pequeña, y estaba concentrada en un sector


de la sociedad muy pequeño y sin oportunidad (o con muy poca capacidad) de
convertirse en inversión. Sociedad condenada a que el ahorro se “escape”. No va a ser
parte de la producción. Se convertiría en demanda potencial. La iglesia convierte el
ahorro en tesoro y queda en disposición de entrar en la demanda.

El ahorro depende de: factores psicológicos (hay individuos avaros, derrochadores y


entre medias una gran gama de posibilidades) y socioculturales, el nivel de la renta que
se percibe (un pobre no va a ahorrar demasiado, evidentemente) y la distribución de la
renta. Hay una hipótesis que mantiene que en las sociedades preindustriales europeas se
conseguia ahorrar en años “normales” entre el 2 y el 15 % de la renta, mientras que en
una sociedad industrial se ahorraría, también en un año considerado “normal”, entre el 5
y el 20 % de la renta.

5
Demanda interior Pública.

Antes del s. XVIII no resulta fácil diferenciar entre sector privado y sector público. La
característica básica del mundo feudal entre los siglos VIII al XI fue la confusión entre
ambos sectores. El concepto de sector público y privado surgió con la aparición de los
municipios, de las señorías… pero se asentó muy lentamente. Asimismo, el papel
capital de la Iglesia como entidad económica y patrimonial dificulta la distinción entre
sector privado y sector público, pues no se sabe dónde encuadrarla y se ha preferido por
dejarla “aparte”.

El nivel y la estructura de la demanda pública depende de:

 La renta de los poderes públicos.


 Las necesidades (deseos) del propio poder y de la comunidad que este
controla o representa.
 La estructura de los precios.

La deuda pública fue invención de las ciudades-estado italianas de la Edad Media, y


donde mayor estaba desarrollada era en Venecia, Florencia y Génova. Se denominaba
“prestanze”, y en muchas ocasiones eran empréstitos “forzosos”; es decir, se obligaba a
los ciudadanos. El problema viene cuando en la Europa preindustrial el patrimonio
“público” era confundido (por el monarca o señor que gobernase el reino o estado) con
patrimonio “privado” acrecentando, de este modo, el patrimonio privado del
gobernador, como sucedió con los Médicis en Florencia o con los Gonzaga en Mantua.

Las necesidades de la demanda pública estaban relacionadas con: guerra y defensa;


administración civil; festividades; vida en la corte.

Iglesia.

La renta de la Iglesia se derivaba en parte de la administración de su patrimonio y de


continuas transferencias de riquezas a su favor. Los que vienen de la explotación de sus
propios bienes, donaciones (hay gente que prefiere donar a la iglesia que a sus hijos).

Demanda exterior.

Europa demanda bienes de consumo de las economías orientales (ss. XVI-XVII) y no


puede intercambiarlos por otros productos europeos que sean demandados en Orientes.

6
Sociedad desigual, si se distribuye equitativamente se consume todo el ahorro, pero si
unos no llegan y otros pueden gastar todo lo que quieran y aun así se genera ahorro.

Malgasto, falta de recursos y/o productividad

Demanda significa personas, 1750 población escasa, reduce las posibilidades de


demanda, falta de productividad. Distinguir necesidades de deseos. La demanda, lo que
tiene en cuenta es el deseo. Factor sociocultural, religiones, conductas sociales,
favorecen demanda de x productos, pescado viernes, musulmanes vedado vino,
consumirán algo que lo sustituya. Necesidades-deseos, demanda efectiva, solo si hay
poder de compra. Determinada por nivel de renta. En torno a los factores de producción
como podemos conseguir esta renta. La renta se consigue participando en la producción,
en forma de salarios, beneficios. Rentas bajas, precios altos, capacidad de compra,
condiciones muy cercanas a la pobreza. Mendicidad.

Los campesinos estaban a merced de las condiciones climatológicas y naturales, y


aproximadamente un 43% de lo poco que cosechaban (productividad muy baja) les era
retenido en concepto de diezmo e impuestos al señor, a los nobles y a los propietarios de
la tierra. La mitad una vez deducido esta carga impositiva era destinada para volver a
sembrar, quedando solo una exigua parte para alimentarse no solo él sino toda su
familia, lo que no era suficiente. Por ello la capacidad de ahorro era nula, y este no se
podía invertir en mejorar la productividad ni tampoco en conseguir bienes básicos como
ropa de abrigo o zapatos que aliviaran un poco las condiciones de vida. Los desastres
naturales que arruinan la cosecha, el agotamiento del suelo, el duro trabajo, las largas
jornadas, la escasa higiene, la mala alimentación y las enfermedades causaban una
mortalidad muy alta. Solamente las personas con una renta tan elevada que a pesar de
consumir todo lo que pudieran siguieran generando ahorro, podrían destinar una parte
de ese mismo, y no siempre, en empresas productivas. Estas personas no solían
participar en la actividad productiva (nobles y clero). Al haber pocos excedentes
agrarios, pues gran parte se consume, la parte de productos agrícolas que llega al
mercado a través de intermediarios o del mismo campesino es muy reducida, lo que
repercute en la oferta de bienes y servicios.

Ahorro e inversión, no todo el ahorro acaba en inversión, el ahorro es bueno si acaba en


inversión. Crear mecanismos, ese ahorro que generamos todos se destine a aumentar o
mejorar la productividad. Cuanto más alto sea el tipo de interés, menos será la

7
inversión, porque es mas seguro comprar bonos. Igualmente, las empresas que
produzcan beneficios canalizando un ahorro pueden reinvertirlos.

El estado tiene una serie de gastos de mantenimiento, defensa, infraestructuras,


burocracia, oficios religiosos, hoy en día educación, sanidad…

El estado o la iglesia recibe dinero por transferencias, voluntarias o forzosas, pero tienen
también rentas derivadas de tierras y otros asuntos. El nivel de precios interno depende
mucho del nivel de exportación e importación. También la situación geopolítica.

Y (Renta de un país) = producción del país, el consumo, la inversión de las empresas, el


gasto público de las entidades de estado e iglesia, y el saldo comercial exterior, la
diferencia entre importaciones y exportaciones.

Y=C+I+G+(X-M)

Carta de hombre de negocios, situación geopolítica, guerras de religión en Francia,


rebelión holandesa, relaciones hostiles España Inglaterra, Granero Sicilia cercado por
los otomanos. En Lisboa especulan, piden trigo francés. Yo he vendido un pedazo por
120 reales. Los recursos no se aprovechaban bien, no venden todo el trigo, paro la
venta, y mañana lo vendo más caro, 125. Y dentro de dos días, 130. Ya no demanda
solo comer, anteojos, vestidos de Venecia, perlas. Trigo de la rochela el de mejor
calidad de toda Europa, otras zonas más barato, pero más difícil de vender. La demanda
aparece en la historia, en las cartas, los negocios, cuestiones políticas y economía
influyen.

También podría gustarte