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La lectio implica una lectura más lenta y reflexiva de las Escrituras que nos
ayuda a estar abiertos a la iniciativa de Dios en lugar de estar sujetos a las
agendas humanas, las nuestras o las de otros. A través de un delicado equilibrio
de silencio y palabra, entramos en el ritmo de hablar y escuchar, que está en el
corazón de la comunicación íntima. Un tiempo de silencio antes de la lectura
nos ayuda a aquietar nuestro caos interior para que estemos preparados para
escuchar. Los momentos de silencio a lo largo del proceso nos ayudan a estar
atentos a Dios cuando habla y crea un espacio para notar nuestras propias
dinámicas internas y explorarlas en la presencia de Dios.
Elija un pasaje corto (de 3 a 8 versículos como máximo) que forme parte de tu plan
de lectura normal, un pasaje que hayas elegido para hoy o un pasaje de la lectura
del leccionario de esta semana, y entre en oración al proceso de la lectio. Las
siguientes son instrucciones muy detalladas para ayudarte a aprender los
movimientos. Este enfoque de las Escrituras es tan antiguo que originalmente se
presentó en latín; he incluido las palabras en latín entre paréntesis para que no se
pierdan la belleza y los matices del idioma original.
Luego lea el pasaje elegido 2 a 4 veces consecutivas, cada vez haciendo una
pregunta ligeramente diferente que te invite a entrar en la dinámica de ese
movimiento. Cada lectura es seguida por un breve período de silencio:
Reflexiona (Meditatio): ¿Cómo es tocada mi vida por esta palabra? Una vez que
hayas escuchado la “palabra” que es para ti, lea el pasaje nuevamente y escucha la
forma en que este pasaje se conecta con tu vida. Pregunta: “¿Qué hay en mi vida en
este momento que necesita escuchar esta palabra?” Permita varios momentos de
silencio después de esta lectura y explora pensamientos, percepciones e
impresiones sensoriales. Si el pasaje es una historia, tal vez pregúntete: “¿Dónde
estoy en esta escena? ¿Qué escucho cuando me imagino a mí mismo en la historia
o escucho estas palabras dirigidas específicamente a mí? ¿Cómo se conecta la
dinámica de esta historia con mi propia experiencia de vida?”
Para obtener más información sobre la práctica de la lectio divina, lea Lectura
sagrada: el antiguo arte de la lectio divina de Michael Casey.