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Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogaran los ríos

si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor.


A todos los presentes muy buenas tardes, quiero permitirme compartir
unas palabras en este momento, donde todos hemos sido testigos de
este enlace matrimonial y decir primeramente que el matrimonio es un
asunto de compromiso.
Isaidel y Yuridia, hoy inician una nueva etapa en sus vidas para formar
una nueva familia que se fundamente en el temor de Dios.
Para ti Yuridia, te aconsejo que en todo tiempo sean blancos tus
vestidos, que te conduzcas con dignidad, que ames a tu esposo, que
te sujetes a sus decisiones, que seas una mujer sabia y perdonadora,
cariñosa, amable, que edifique su hogar, que sepa educar a sus hijos
con amor y disciplina, que seas una buena administradora de lo que tu
esposo ponga en tus manos, se prudente, sencilla que honres a tu
esposo, que seas agradecida con Dios con lo que cada día nos da.
Yuridia, ante la sociedad se amable, digna, pero no orgullosa, ríe pero
no a carcajadas, se tierna pero no flexible, se alegre y dulce pero no
empalagues.
Isaidel, debes tratar con fragilidad, delicadeza y amor a Yuridia, que
construyan un hogar basado en la confianza del uno hacia el otro,
donde haya comunicación, respeto mutuo y sobre todo amor, debes
buscar vivir sabiamente dando honor a tu mujer como a vaso mas
frágil, goza de la vida con la mujer que amas todos los días de tu vida,
procura llevar a casa el sustento de manera justa y honesta, que seas
ejemplo en distintas áreas de tu vida.
El plan y deseo de Dios para tu familia es que sean felices, para ello
deben tomarlo en cuenta en todos los caminos que recorran como
pareja, y todo lo que hagan juntos prospere.
Invitamos a todos los presentes para que levanten sus copas y
brindemos por la felicidad de esta hermosa pareja.
Salud

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