Apreciados invitados, así como ustedes yo también me siento contenta de
haber presenciado esta solemne unión.
Nos encontramos muy complacidos, por ser partícipes de este matrimonio de esta linda pareja, que tanto aprecio. Deseo expresar mi cordial saludo a los nuevos esposos y decir que sean muy felices en su nuevo hogar, sé el amor que se tienen y de ello no hay duda al respecto. Las grandes pruebas que han pasado y como Dios los ha bendecido en abundancia, que el centro del amor que se tienen esté en manos de Dios. Dad gracias a Dios en todo, y hoy en este día me siento honrada en estar en este momento tan feliz con ustedes; y hoy celebramos esta hermosa unión. Llegar hasta acá no fue fácil para ustedes ya que tuvieron que superar algunos inconvenientes que se presentaban en su camino, lo cual es una prueba más que se aman y desean verdaderamente estar juntos. Sé que van a ser muy felices como hasta ahora, porque no solo se aman, si no que se respetan, se entienden y se apoyan el uno al otro. Un esposo debe amar a su esposa y buscar amarse su corazón, debe protegerlo; debe enseñar a caminar con integridad, debe instar a sus hijos a que sean hombres y mujeres responsables para que vivan sus vidas según los valores eternos. Y recuerden; EL AMOR ES SUFRIDO, ES BENIGNO; EL AMOR NO TIENE ENVIDIA, EL AMOR NO ES JACTANCIOSO, NO SE ENVANECE; NO HACE NADA INDEBIDO, NO BUSCA LO SUYO, NO SE IRRITA, NO GUARDA RENCOR; NO SE GOZA DE LA INJUSTICIA MAS SE GOZA DE LA VERDAD. TODO LO SUFRE, TODO LO CREE, TODO LO ESPERA, TODO LO SOPORTA. EL AMOR NUNCA DEJA DE SER. Con estas bellas palabras quiero invitarles a ponernos de pie para que brindemos por la felicidad de esta unión y el camino que emprenderán como esposos. Alzamos nuestras copas y decimos SALUD.