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1. Santidad.

Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros, por tanto, os santificaréis, y seréis
santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con
ningún animal que se arrastre sobre la tierra. Porque yo soy Jehová, que os hago
subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo
soy santo

Levítico 11.44–45 RVR60


44
Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis
santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con
ningún animal que se arrastre sobre la tierra. 45 Porque yo soy Jehová, que os
hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos,
porque yo soy santo.

Dios es un Dios santo, y requiere santidad de su pueblo. Webster define santidad


de la siguiente manera: “Dedicado a uso religioso; perteneciente a o venido de
Dios; consagrado, sagrado; espiritualmente perfecto o puro; inmaculado de
maldad o pecado; sin pecado, santo.”

La palabra hebrea para “santo” es quadosh; está definida en Old Testament Word
Studies (Estudio de Palabras del Antiguo Testamento) de la siguiente manera:
“Atribuido a todas esas cosas que de cualquier manera conciernen a Dios, o
su adoración; sagrado; libre de mancha de vicio, idolatría, y otras impurezas
y cosas profanas.”

La palabra griega es hagios, que se define de la siguiente manera en el léxico


griego: “Dedicado a Dios, santo, sagrado; reservado para Dios y su servicio;
puro, perfecto, digno de Dios, consagrado.”

La idea básica de santidad, como está aplicada a Dios, es la de separación y


exaltación; absoluta perfección de carácter. La visión de Dios de Isaías acentúa
estas cualidades:

… vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el


templo. Por encima de él había serafines … y el uno al otro daba voces, diciendo:
Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria …
Entonces dije: ¡Ay de mí! … siendo hombre inmundo de labios … han visto mis
ojos al Rey, Jehová de los ejércitos (

Isaías 6.13 RVR60


13
Y si quedare aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida; pero
como el roble y la encina, que al ser cortados aún queda el tronco, así será el
tronco, la simiente santa.

p 83 El Dios santo estaba sobre todo, gobernando como rey y dueño de todas las
cosas, Jehová Sabaoth en majestuosa gloria, recibiendo la adoración del serafín
que engrandecía su santidad; ante cuyas perfecciones el profeta clamó atónito y
arrepentido por sus pecados. Antes de que contemplemos los otros atributos
morales de Dios, el siguiente es el concepto que debiéramos tener de Dios: Las
Escrituras mencionan con mayor frecuencia lo que se refiere a la santidad de Dios
que lo que se refiere a su poder total, sabiduría y omnipresencia en combinación.
Las Escrituras establecen la santidad de Dios mucho antes de presentar su amor.
Exodo, Levítico y Números repetidamente describen al Dios de santidad. No es
hasta que llegamos a

Deuteronomio 7:79

DIOS DECLARA SU AMOR ASU PUEBLO...

Deuteronomio 7.7–9 RVR60


7
No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha
escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; 8 sino por
cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres,
os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de
la mano de Faraón rey de Egipto. 9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios,
Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus
mandamientos, hasta mil generaciones;

que encontramos una clara declaración de su amor, y esto se encuentra en un


contexto de santidad que inspira un profundo asombro.

Aplicado a hombres y cosas, el principal significado de santidad es dedicación y


consagración, la cualidad de ser separados para Dios. Las cosas dedicadas
exclusivamente a Dios o su adoración y servicio son santas. Cualquier cosa es
santa cuando le pertenece por completo a Dios, tal como su templo con utensilios
y amoblamientos. Santo era el pueblo de Dios.

A Israel se le llama nación santa. En el Nuevo Testamento, los miembros del


pueblo del Señor son llamados “santos” (

Romanos 1.7 RVR60


7
a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia
y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Más tarde, santidad también significó separación de toda contaminación y forma


de idolatría. En la época de Isaías, la injusticia había llegado a ser una violación
de santidad tan grande como la delincuencia en la adoración y los sacrificios

Dios fue provocado a ira...

Isaías 1.1–20 RVR60


1
Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de
Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. 2 Oíd, cielos, y escucha tú, tierra;
porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. 3
El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende,
mi pueblo no tiene conocimiento. 4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de
maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron
a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. 5 ¿Por qué querréis ser castigados aún?
¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. 6
Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida,
hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con
aceite. 7 Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra
tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de
extraños. 8 Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y como cabaña en
melonar, como ciudad asolada. 9 Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado
un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra. 10 Príncipes
de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de
Gomorra.11 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios?
Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no
quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 12 ¿Quién demanda
esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis
atrios? 13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna
nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad
vuestras fiestas solemnes. 14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes
las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. 15
Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo
cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras
manos. 16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de
mis ojos; dejad de hacer lo malo; 17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio,
restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. 18 Venid
luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la
grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí,
vendrán a ser como blanca lana. 19 Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la
tierra; 20 si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la
boca de Jehová lo ha dicho.

). El Dios santo fue provocado mayormente para con Israel por el adulterio a
deidades paganas.

En los días del Nuevo Testamento, el énfasis se trasladó más hacia la pureza de
la vida interior y la separación del mundo. (Ver

Romanos 6.19–22 RVR60


19
Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para
iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la
iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a
la justicia. 20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la
justicia. 21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os
avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 22 Mas ahora que habéis sido
libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la
santificación, y como fin, la vida eterna. P. 1:15, 16; II P. 3:11). A través de su vida
cristiana el creyente está siendo santificado por la palabra y el Espíritu Santo,
porque es el propósito de Cristo presentarnos a sí mismo y al Padre sin culpa, en
santidad. Un Dios Santo tendrá un pueblo santo: “sino, como aquel que os llamó
es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque
escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (I P. 1:15, 16).

Romanos 11.1–2 RVR60


1
Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque
también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2
No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis
qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo:

P. 1:15, 16; II P. 3:11). A través de su vida cristiana el creyente está siendo


santificado por la palabra y el Espíritu Santo, porque es el propósito de Cristo
presentarnos a sí mismo y al Padre sin culpa, en santidad. Un Dios Santo tendrá
un pueblo santo: “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros
santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque
yo soy santo” (I P. 1:15, 16).

2 Corintios 7.1 RVR60


1
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de
Dios.

P. 1:15, 16; II P. 3:11). A través de su vida cristiana el creyente está siendo


santificado por la palabra y el Espíritu Santo, porque es el propósito de Cristo
presentarnos a sí mismo y al Padre sin culpa, en santidad. Un Dios Santo tendrá
un pueblo santo: “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros
santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque
yo soy santo” (I P. 1:15, 16).

Efesios 4.24 RVR60


24
y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad.

P. 1:15, 16; II P. 3:11). A través de su vida cristiana el creyente está siendo


santificado por la palabra y el Espíritu Santo, porque es el propósito de Cristo
presentarnos a sí mismo y al Padre sin culpa, en santidad. Un Dios Santo tendrá
un pueblo santo: “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros
santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque
yo soy santo” (I P. 1:15, 16).

1 Tesalonicenses 3.13 RVR60


13
para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante
de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus
santos.

P. 1:15, 16; II P. 3:11). A través de su vida cristiana el creyente está siendo


santificado por la palabra y el Espíritu Santo, porque es el propósito de Cristo
presentarnos a sí mismo y al Padre sin culpa, en santidad. Un Dios Santo tendrá
un pueblo santo: “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros
santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque
yo soy santo” (I P. 1:15, 16).

1 Tesalonicenses 4.7 RVR60


7
Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.

P. 1:15, 16; II P. 3:11). A través de su vida cristiana el creyente está siendo


santificado por la palabra y el Espíritu Santo, porque es el propósito de Cristo
presentarnos a sí mismo y al Padre sin culpa, en santidad. Un Dios Santo tendrá
un pueblo santo: “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros
santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque
yo soy santo” (I P. 1:15, 16).

Tito 2.3 RVR60


3
Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no
esclavas del vino, maestras del bien;

P. 1:15, 16; II P. 3:11). A través de su vida cristiana el creyente está siendo


santificado por la palabra y el Espíritu Santo, porque es el propósito de Cristo
presentarnos a sí mismo y al Padre sin culpa, en santidad. Un Dios Santo tendrá
un pueblo santo: “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros
santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque
yo soy santo” (I P. 1:15, 16).

Hebreos 12.10 RVR60


10
Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les
parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su
santidad.

P. 1:15, 16; II P. 3:11). A través de su vida cristiana el creyente está siendo


santificado por la palabra y el Espíritu Santo, porque es el propósito de Cristo
presentarnos a sí mismo y al Padre sin culpa, en santidad. Un Dios Santo tendrá
un pueblo santo: “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros
santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque
yo soy santo” (I P. 1:15, 16).

Hebreos 12.14 RVR60


14
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

Hebreos 12:14

1 Pedro 1.15 RVR60


15
sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda
vuestra manera de vivir;

1 Pedro 1.16 RVR60


16
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

2 Pedro 3.11 RVR60


11
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros
andar en santa y piadosa manera de vivir,
Pedro 3:11). A través de su vida cristiana el creyente está siendo santificado por la
palabra y el Espíritu Santo, porque es el propósito de Cristo presentarnos a sí
mismo y al Padre sin culpa, en santidad. Un Dios Santo tendrá un pueblo santo:
“sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda
vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo ” (I
P. 1:15, 16).

A través de su vida cristiana el creyente está siendo santificado por la palabra y el


Espíritu Santo, porque es el propósito de Cristo presentarnos a sí mismo y al
Padre sin culpa, en santidad. Un Dios Santo tendrá un pueblo santo: “sino, como
aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera
de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (

1 Pedro 1.15–16 RVR60


15
sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda
vuestra manera de vivir;16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

I Pedro 1:15-16).

2. Rectitud (Justicia).
Génesis 18.25 RVR60
25
Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo
tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer
lo que es justo?

Deuteronomio 32.4 RVR60


4
El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud;
Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.

Romanos 3.25–26 RVR60


25
a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los
pecados pasados,26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de
que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

“Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío … El juez de toda la
tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?” (

Génesis 18.25 RVR60


25
Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo
tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer
lo que es justo?

). Relacionado con la santidad de Dios está su rectitud y justicia. Para simplificar,


podría decirse que la rectitud de Dios es su Santidad en acción, y su justicia es su
rectitud en reino y gobierno.

). Relacionado con la santidad de Dios está su rectitud y justicia. Para simplificar,


podría decirse que la rectitud de Dios es su Santidad en acción, y su justicia es su
rectitud en reino y gobierno.

p 84 La palabra hebrea para “rectitud” es tsedek, la cual se define de la siguiente


manera: “Rectitud, lo que es derecho; justicia de un juez, de un rey, de Dios
demostrada en castigar al maligno, o en venganza, liberación, y en recompensa al
justo.”

Otra palabra hebrea es mishpat que significa justo juicio como juez.

La palabra griega para “recto” es dikaios, cuya definición es: “1. de Dios—‘justo,
recto, con referencia a su juicio de hombres y naciones, un juez recto’; 2. de
hombres—‘derecho, justo, recto conforme a las leyes de Dios y de los hombres,
viviendo de acuerdo a ellas’ ”

Dios es un Dios recto, porque actúa en todo tiempo con su santa naturaleza y
voluntad. Uno de los más grandes capítulos de la Biblia respecto a Dios es el
capítulo 32 de Deuteronomio. En el verso cuatro tenemos una definición de las
obras rectas de Dios: “Él es la roca [Ha Tsur], cuya obra es perfecta, porque
todos sus caminos son rectitud [mishpat—juicio justo]; Dios de verdad [amunah—
fidelidad en cumplir promesas], y sin ninguna iniquidad [avel—injusticia en el trato
con hombres] en él; Es justo [tsadik—recto] y recto [Uashar—derecho]” (

Deuteronomio 32.4 RVR60


4
El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud;
Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.

La rectitud de Dios es inmutable, Él es una roca. Se le refiere a Dios como roca


cinco (5) veces en el capítulo treinta y dos de Deuteronomio. Su rectitud nunca
cambia, su justicia es infalible; Él es fiel en tratar con su pueblo de acuerdo a su
naturaleza y su ley revelada y pactos. Castigará terriblemente en juicio al igual que
recompensará generosamente, pero siempre de acuerdo a sus promesas y
pactos. Él está completamente por encima de todo trato injusto o engañoso, todos
sus caminos son “derechos.”

Como Dios recto, El fija leyes justas para gobernar la conducta en el trato de los
hombres unos con otros en sociedad. Los primeros cuatro mandamientos tienen
que ver con la adoración y el servicio de Dios, pero los últimos seis conciernen a la
forma en que las personas deben tratarse unas con otras. Nuestro Dios trata con
nosotros en justicia; luego debemos tratarnos el uno al otro en rectitud. Dios, a
través de la boca de Isaías, amonestó a Israel: “… quitad la iniquidad de vuestras
obras de delante de mis ojos … aprended a hacer el bien; buscad el juicio
[mishpat—justicia], restituid al agraviado, haced justicia [rectamente] al huérfano,
amparad a la viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta …” (

Isaías 1.16–18 RVR60


16
Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos;
dejad de hacer lo malo; 17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al
agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. 18 Venid luego, dice
Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la
nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como
blanca lana.

En el Nuevo Testamento, las palabras españolas “rectitud” y “justicia” son


traducciones de la misma palabra griega. Esto se puede ver en la definición de la
palabra “Justificación”, que significa el acto de declarar a alguien “recto.” En el
libro de Romanos aprendemos acerca de una forma de p 85 rectitud del hombre
aparte de la ley. Dios requiere rectitud perfecta del hombre, pero el hombre en su
estado caído, no alcanza la perfección. En la ley, se hizo provisión para la
purificación a través del sistema de sacrificios. San Pablo declaró en cuanto a una
nueva base para rectitud:

Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios testificada por la


ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para
todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y
están destituidos de la gloria de Dios [la gloria de Dios es su santidad], siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo
Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los
pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de
que él sea el justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús (

Romanos 3.21–26 RVR60


21
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por
la ley y por los profetas;22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para
todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y
están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su
gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como
propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa
de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de
manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica
al que es de la fe de Jesús.

Nuestro recto y santo Dios es también un Dios de misericordia y clemencia, pero


no actuará en forma contradictoria con su santidad. En su rectitud proveyó una
manera de justificar al pecador, mandando a su infinito Hijo a ser, de una vez y
para todos, el perfecto sacrificio para el pecado. Como el segundo Adán, Él vivió
en perfecta obediencia a la santa voluntad del Padre. Por esta razón, Dios podía
conferir sobre el creyente la justicia de Cristo sin dejar de ser un Dios de justicia.
El creyente pecador es justificado en Cristo. Al mismo tiempo, la justicia de Dios
no ha sido comprometida. Debemos recordar, sin embargo, que somos justos en
Cristo: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo …” ().

Romanos 5.1 RVR60


1
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo;

3. Amor (misericordia, bondad).


El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el
amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo,
para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos
amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en
propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos
también nosotros amarnos unos a otros … Y nosotros hemos conocido y creído el
amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en
amor, permanece en Dios, y Dios en él (

1 Juan 4.8–11 RVR60


8
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 9 En esto se mostró
el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al
mundo, para que vivamos por él. 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en
propiciación por nuestros pecados.11 Amados, si Dios nos ha amado así, debemos
también nosotros amarnos unos a otros.

1 Juan 4.16 RVR60


16
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros.
Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.

1 Juan 4:16).

Quizá todos los atributos morales de Dios están encerrados en estos dos: su
santidad y su amor. En su santidad Él es inalcanzable; en su amor Él nos alcanza
a nosotros. En su santidad es trascendente, en su amor es p 86 inmanente. Pero,
no hay dos señores, sino uno que es a la vez santo y Amoroso. Para el hombre
caído estos dos atributos, aparentemente irreconciliables, son unificados en la
perfecta obra expiatoria de Cristo, en la cual las demandas de santidad son
satisfechas y la emanación de amor es realizada.

La palabra hebrea para “amor” es ahab, que tiene casi el mismo registro de
significados que nuestra palabra española, puede expresar el amor divino y el
amor carnal del hombre. El Antiguo Testamento no revela el amor de Dios en
palabras hasta el libro de Deuteronomio. Quizá era necesario establecer la
santidad de Dios en adelanto a la revelación de su amor.

Éxodo 19.12 RVR60

Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al


12

monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá.

, leemos: “cualquiera que tocare el monte, seguro morirá …” Pero en Dios expresa
su amor como la base de su pacto con la nación de Israel:

, leemos: “cualquiera que tocare el monte, seguro morirá …” Pero en

Deuteronomio 7.6–8 RVR60


6
Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido
para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la
tierra.7 No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os
ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; 8 sino
por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros
padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de
servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.
Dios expresa su amor como la base de su pacto con la nación de Israel:

Dios expresa su amor como la base de su pacto con la nación de Israel:

Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido
para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la
tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os
ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino
por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros
padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de
servidumbre ….

El amor de Dios se ve constantemente en la historia de Israel, en su paciencia y


sufrimiento al tratar con su pueblo, aún en los tiempos de sus caídas y
calamidades: “Porque el Señor al que ama, disciplina” (

Hebreos 11.6 RVR60


6
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

En el Nuevo Testamento, hay varias palabras griegas para definir amor, pero
cuando se hace referencia al amor de Dios, la palabra utilizada es siempre agape.
El léxico define agape y el verbo agapao de la siguiente manera: “Amar, valorar,
estimar, sentir o manifestar generoso interés por, ser fiel hacia, deleitarse en,
atesorar sobre; por consiguiente—amor, generosidad, cariñoso interés, devoción.”
El sustantivo agape se encuentra rara vez en griego clásico. Es una de las
palabras a las que se le es dada un nuevo significado cristiano en el Nuevo
Testamento.

El apóstol Juan nos da las dos más grandes declaraciones sobre el amor de Dios:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (

Juan 3.16 RVR60


16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

“Dios es amor” ().

1 Juan 4.8 RVR60


8
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

Las siguientes son pruebas del amor de Dios para con el creyente:
• p 87 La seguridad de nuestra salvación y vida eterna (

Juan 3.16 RVR60


16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

• El deseo de y la acción de proveernos todas las cosas necesarias

Romanos 8.32 RVR60


32
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

Santiago 1.17 RVR60


17
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las
luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

Filipenses 4.19 RVR60


19
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en
Cristo Jesús.

• El envío del Consolador, el Espíritu Santo

Juan 14.15–16 RVR60


15
Si me amáis, guardad mis mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

Juan 16.7 RVR60


7
Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera,
el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.

• Nuestra colocación en su cuerpo

Efesios 5.25–27 RVR60


25
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a sí mismo por ella,26 para santificarla, habiéndola purificado en el
lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia
gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa
y sin mancha.

• Nos hizo hijos de Dios


1 Juan 3.1–2 RVR60
1
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;
por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 2 Amados, ahora
somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero
sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le
veremos tal como él es.

• La provisión de medios para una sanidad corporal

Santiago 5.15–16 RVR60


15
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere
cometido pecados, le serán perdonados. 16 Confesaos vuestras ofensas unos a
otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo
puede mucho.

Mateo 8.16–17 RVR60


16
Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra
echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; 17 para que se cumpliese
lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades,
y llevó nuestras dolencias.

• La provisión de medios para una vida cristiana victoriosa

Romanos 8.35–39 RVR60


35
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por
causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de
matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio
de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni
ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni
lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Bajo la categoría de amor pueden ser incluidas otras virtudes como: misericordia,
sufrimiento paciente, bondad, perdón, compasión, etc.

4. Verdad
Deuteronomio 32.4 RVR60
4
El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud;
Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.
“En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios que no miente, prometió desde
antes del principio de los siglos …” (

Tito 1.2 RVR60


2
en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde
antes del principio de los siglos,

). “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros,… lleno de gracia y de
verdad” (). “… Yo soy el camino, y la verdad y la vida …” (). “… sea Dios veraz, y
todo hombre mentiroso …” (). La verdad de Dios es una parte de su naturaleza
santa y podría ser considerada bajo el título de santidad y justicia; pero por
razones prácticas la trataremos aparte como un atributo separado.

“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros,… lleno de gracia y de
verdad” (

Juan 1.14 RVR60


14
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria
como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. “… Yo soy el camino, y
la verdad y la vida …” (). “… sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso …” (). La
verdad de Dios es una parte de su naturaleza santa y podría ser considerada bajo
el título de santidad y justicia; pero por razones prácticas la trataremos aparte
como un atributo separado. “… Yo soy el camino, y la verdad y la vida …” (

Juan 14.6 RVR60


6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí.

“… sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso …” (). La verdad de Dios es una
parte de su naturaleza santa y podría ser considerada bajo el título de santidad y
justicia; pero por razones prácticas la trataremos aparte como un atributo
separado.

“… sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso

Romanos 3.4 RVR60


4
De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como
está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres
juzgado.
La verdad de Dios es una parte de su naturaleza santa y podría ser considerada
bajo el título de santidad y justicia; pero por razones prácticas la trataremos aparte
como un atributo separado.

Tres aplicaciones pueden hacerse con relación a que Dios es verdad:

4.1. Porque Dios es verdad, su palabra es verdad.


Es la verdadera revelación de su naturaleza, su voluntad y propósito para el
hombre, su plan de salvación. Sus promesas y pactos fueron hechos en verdad y
son infaliblemente dignos de confianza. (

Salmo 119.89 RVR60


89
Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos.

Juan 17.17 RVR60


17
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

4.2. Dios es verdad porque Él es el único verdadero


objeto de la adoración del hombre.
Toda idolatría, por lo tanto es una mentira y decepción. Dios es el único ser o meta
digna de suprema prioridad en la vida del hombre (

Juan 4.23–24 RVR60


23
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al
Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca
que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es
necesario que adoren.

4.3. Porque Dios es verdad, Él es fiel en guardar


todas sus promesas y pactos.
Dios no puede (no lo hará) mentir. Sabemos que todas sus promesas serán
cumplidas, porque:

• Por naturaleza, Dios no puede prometer lo que no tiene intención de cumplir.

• Además siendo omnipotente, es capaz de hacer lo que promete.


p 88 Debemos entender, sin embargo, que muchas promesas son condicionales a
cierta obediencia de nuestra parte; si desobedecemos, Dios no es infiel al detener
la bendición prometida. Puede a veces aparentar que Dios es infiel a una
promesa, por la demora. Cuando Dios se demora, es siempre para nuestro mejor
provecho. En su tiempo, dictado por su sabiduría, Él fielmente cumplirá su
promesa. (

Hebreos 10.23 RVR60


23
Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel
es el que prometió.

2 Corintios 1.20 RVR60


20
porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de
nosotros, para la gloria de Dios.

2 Pedro 3.4 RVR60


4
y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en
que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el
principio de la creación.

Pedro 3:4; ; P. 1:4).

1º Reyes 8.58 RVR60


58
Incline nuestro corazón hacia él, para que andemos en todos sus caminos, y
guardemos sus mandamientos y sus estatutos y sus decretos, los cuales mandó a
nuestros padres.

Pedro 1:4).

2 Pedro 1.4 RVR60


4
por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para
que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido
de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;

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