Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TEMPLANZA
La templanza como parte del fruto del Espíritu es la auto negación ante los malos deseos o
placeres carnales, es el contraste con las obras de la carne que el mismo apóstol Pablo
describe unas líneas antes de hablar del fruto del Espíritu, la idea básica de la templanza
es fuerza, poder o dominio de uno mismo, habla de gobierno propio, el cual solo se logra
por nuestra permanencia en Cristo.
La templanza nos dice que estamos llamados a diferenciarnos de la demás personas que
se dejan llevar por los deseos de la carne, esa diferencia está en que nosotros bajo la
dirección y control del Espíritu Santo ejercemos gobierno y regulación a nuestras
acciones. 2ª Timoteo 1:7.
En contraste, aquellos que no han nacido de nuevo no pueden y no quieren ejercer control
sobre sus actos pecaminosos, les da igual si están pecando o no, solo piensan en
satisfacer los deseos de la carne, los que por la gracia de DIOS hemos sido regenerados,
hemos abierto los ojos a la justicia de DIOS, y por primera vez en nuestras vidas nos
damos cuenta de que lo que hacemos cuando cometemos pecados NO ES AGRADABLE
A LOS OJOS DE DIOS.
La templanza es algo que se practica regularmente hasta perfeccionarla, pues no es algo
que se da de la noche a la mañana, en 1ª Corintios 9:25-27, por medio de dos
comparaciones vemos este principio.
Las analogías del atleta y el soldado evidentemente hablan de disciplina la cual es esencial
en actividades deportivas y militares si es que se quiere sobresalir de entre los demás, la
frase golpeo mi cuerpo, se refiere a mantenerlo en sujeción, habla de mantener bajo
control los deseos y acciones pecaminosas que van en contra del carácter Justo y Santo
de DIOS.
La gran diferencia entre el atleta y el militar y un hijo de DIOS, es que los primeros casos lo
hacen por autodeterminación, por su propio deseo y voluntad, mientras que los hijos de
DIOS reconocemos que si ejercemos disciplina en nuestras pasiones es porque es DIOS
quien pone el querer como el hacer. Filipenses 2:13.
Ellos corren por un galardón terrenal, nosotros lo hacemos por amor a Cristo y
reconocemos que es Cristo en nosotros.
Un atleta que solo entrena a fondo cuando está presente su entrenador es falto de
templanza, un obrero que solo trabaja al cien cuando está presente su jefe es falto de
disciplina, un soldado que solo se esfuerza por hacer las cosas bien cuando está presente
un superior es falto de dominio propio, de la misma manera si solo nos comportamos como
cristianos cuando estamos frente a otros cristianos (en la iglesia) es porque no hemos
desarrollado la templanza como debe de ser, tal como le pasó al mismísimo apóstol
Pedro. Gálatas 2:11-14.
Si solo nos comportamos como cristianos cuando estamos en la iglesia, es porque nos
gusta guardar las apariencias, porque deseamos llenar las expectativas de los que nos
rodean, pero posiblemente no ha ocurrido un cambio interno significativo, pues aquellos
que han nacido de nuevo ya no practican el pecado. 1ª Juan 3:8.
La templanza es el dominio de los deseos y las pasiones propias de la carne, incluidos los
instintos más básicos como el comer o el deseo sexual. 1ª Corintios 7:9.
La templanza se refiere no a refrenarlos por completo, que es abstención total, más bien es
tener el equilibrio correcto, no es malo comer, por el contrario, es una necesidad primordial,
pero cuando abusamos y caemos no solo en el sobrepeso, sino en la obesidad entonces
somos faltos de templanza.
De igual manera no es malo el desear casarse y estar con una persona toda la vida, pero
cuando alteramos el orden y deliberadamente tenemos intimidad fuera del contexto del
matrimonio, solo por darle gusto a la carne es por falta de dominio propio.
Es el Espíritu Santo la fuerza dentro de nosotros, la motivación, el poder, que opera en
nuestro interior llevándonos a perfeccionar la santidad en el temor de DIOS, y hace que
Cristo sea una realidad en nuestras vidas al reflejarlo en todo lugar y con todas las
personas, no somos nosotros por nuestra cuenta, al decir disciplina o dominio propio, no se
refiere a que es algo que nosotros hacemos aparte de DIOS, eso es simplemente
imposible, si los hijos de DIOS podemos ejercer el dominio propio, es por la acción de la
gracia de DIOS, de lo contrario no solo no podríamos hacerlo, no tendríamos ni el deseo
de hacerlo.
Es el Espíritu Santo quien nos muestra que la luz y las tinieblas no se mezclan, que no
podemos en nuestra nueva naturaleza vivir como en la antigua, que la santidad y la
inmundicia no van juntas, el deseo de ser Santos como nuestro DIOS, lo produce el
Espíritu Santo en nuestro interior.