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¿Qué fue el Círculo de Viena?

Historia de
este colectivo filosófico
Un grupo de filósofos que dieron paso a los inicios de la
filosofía de la ciencia.

La investigación científica ha permitido a lo largo de la historia el desarrollo de


una gran cantidad de tecnologías y la comprensión de una gran diversidad de
fenómenos que hacen de nuestro día a día algo más fácil. Física, Química,
Matemáticas, Biología, Medicina, Psicología… todas ellas han ido
desarrollándose con el paso de los tiempos. Pero todas ellas tienen un origen
común, un origen que se remonta a la antigüedad y que parte de la búsqueda del
ser humano de una explicación para los misterios de la vida: la Filosofía.

Y al igual que las anteriores, la filosofía también ha ido evolucionando con los
tiempos, afectando a su vez al desarrollo científico. Dichos avances y cambios
han generado una gran diversidad de paradigmas, algunos de los cuales han
ido siendo forjados y discutidos en diferentes círculos de pensadores. Tal vez
uno de los más conocidos de los tiempos modernos fue el Círculo de Viena,
del cual vamos a hablar a lo largo de este artículo.
El Círculo de Viena: ¿qué fue y quiénes lo formaron?
Recibe el nombre de Círculo de Viena un importante movimiento científico y
filosófico que fue fundado en 1921 por Moritz Schlick en la ciudad austríaca
que le da nombre a este colectivo. Dicho movimiento surgió con el propósito
de formar un grupo de discusión de temas científicos de manera informal, si
bien terminaría por ser el principal núcleo ideológico del neopositivismo lógico
y de la filosofía de la ciencia.

Este movimiento contó con grandes figuras de la ciencia procedentes de muy


diversas disciplinas, estando entre ellos (además del propio Schlik) Herbert
Feigl, Freidrich Waisman, Rudolf Carnap, Víctor Kraft, Otto Neurath, Philipp
Frank, Klaus Mahn, Carl Gustav Hempel, Felix Kaufmann o Alfred Ayer.
Muchos de ellos eran físicos, matemáticos o profesionales que estudiaron
diferentes ramas de la ciencia pero que terminarían profundizando en aspectos
filosóficos.

Si bien nacería en el 21 no sería hasta 1929 en que realizaría su primer


manifiesto oficial, titulado “La visión científica del mundo”, en el que
propondrían la filosofía como principal instrumento para generar un lenguaje
común a las diferentes disciplinas científicas, relegándola únicamente a esta
función.

El movimiento se centraba en un empirismo total que pretendía basarse en los


avances de la lógica y la física y que centraban su metodología en el método
inductivo. Otro de los principales aspectos por los que se caracteriza es por su
profundo rechazo a la metafísica, derivada de su inductivismo y empirismo, al
considerarla ajena a la realidad de los fenómenos. Sus reuniones, celebradas las
noches de los jueves, terminarían por germinar en el llamado neopositivismo
lógico.

Principales aportaciones filosóficas


La visión de la realidad y de la ciencia propia de los integrantes del Círculo de
Viena es lo que acabaría por denominarse neopositivismo lógico. Esta postura
filosófico-científica proponía el empirismo y la inducción como principales
elementos para el estudio científico y suponía la búsqueda de una unidad del
lenguaje científico bajo la premisa de que las diferentes disciplinas forman
todas ellas parte de un mismo sistema con posibilidad de unificarse.

El movimiento proponía una readaptación de las ciencias para buscar leyes


fundamentales comunes de las que posteriormente deducir las propias de cada
una de sus ramas. Para ello era fundamental la utilización de un único método,
el análisis lógico del lenguaje, con el que a partir del uso de la lógica simbólica
y el método científico buscar evitar enunciados falsos y poder generar un
conocimiento unificado del mundo.

Para ellos, los problemas no resueltos eran únicamente porque lo que se intenta
solucionar son pseudo-problemas que antes deben ser transformados en
problemas empíricos. Tal y como hemos comentado anteriormente dicho
análisis correspondería a la madre de todas las ciencias, la filosofía, que no debe
buscar sino clarificar los problemas y enunciados científicos.

Con respecto a los enunciados, consideraban que no hay ningún conocimiento


válido incondicionalmente derivado de la razón ni a priori, siendo únicamente
verdaderos los enunciados basados en la evidencia empírica y en la lógica y las
matemáticas. En este sentido enunciaron el principio de demarcación, en el cual
un enunciado será científico si puede ser contrastado y verificado por la
experiencia objetiva.

Curiosamente, no era considerado inválido ningún método (incluso la intuición


era válida), siempre y cuando lo que resultara de él pudiera ser contrastado
empíricamente.

El Círculo de Viena tocó una gran cantidad de disciplinas, pasando por la física
(siendo esta posiblemente la más realzada y considerada), las matemáticas, la
geometría, la biología, la psicología o las ciencias sociales. Además de ello, se
caracterizó por su oposición a la metafísica (así como a la teología), por
considerar que se basaba en datos no empíricos ni comprobables.

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