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Mesopotamia

Mesopotamia (del griego, que significa "entre dos ríos") era una antigua región
situada en el Mediterráneo oriental, limitada al noreste por los montes Zagros y
al sureste por la meseta árabe, que corresponde al actual Irak y partes de Irán,
Siria y Turquía, conocida como el Creciente Fértil y la cuna de la civilización.

Los "dos ríos" del nombre se refieren al Tigris y al Éufrates, la tierra era conocida
como "Al-Jazirah" (la isla) por los árabes como tierra fértil rodeada de agua. El
término "Creciente Fértil" fue acuñado por el egiptólogo J.H. Breasted (1865-
1935) en 1916 para describir la región situada en el extremo norte del golfo
Pérsico, asociada al bíblico Jardín del Edén.

Mesopotamia fue el hogar de muchas civilizaciones diferentes a lo largo de miles


de años que contribuyeron de manera significativa a la cultura y el progreso
mundial. Muchos de los aspectos de la vida cotidiana que se dan por sentados
en la actualidad, como la escritura, la rueda, el código de leyes, la vela, el
concepto de día de 24 horas, la fabricación de cerveza, los derechos civiles y el
riego de los cultivos, se desarrollaron por primera vez en la tierra entre dos ríos
que albergaba las grandes civilizaciones mesopotámicas.

La cuna de la civilización

A diferencia de las civilizaciones más unificadas de Egipto o Grecia,


Mesopotamia era un conjunto de culturas variadas cuyos únicos vínculos reales
eran su escritura, sus dioses y su actitud hacia las mujeres. Las costumbres
sociales, las leyes e incluso la lengua del pueblo sumerio difieren de las del
periodo acadio, por ejemplo, y no se puede suponer que se correspondan con
las de las civilizaciones babilónicas; sin embargo, parece que los derechos de la
mujer (durante algunos periodos), la importancia de la alfabetización y
el panteón de los dioses sí eran compartidos en toda la región, aunque los
dioses tuvieran nombres diferentes en varias regiones y periodos.

Por ello, Mesopotamia debería entenderse más bien como una región que
produjo múltiples imperios y civilizaciones, más que una sola civilización. Aun
así, Mesopotamia es conocida como la "cuna de la civilización" principalmente
por dos desarrollos que se produjeron allí, en la región de Sumer, en el cuarto
milenio a. C.:

• el surgimiento de la ciudad tal y como se reconoce hoy en día;


• la invención de la escritura (aunque también se sabe que la escritura se
desarrolló en Egipto, en el Valle del Indo, en China, y que tomó forma de
modo independiente en Mesoamérica).
La invención de la rueda también se atribuye a los mesopotámicos y, en 1922,
el arqueólogo Sir Leonard Woolley descubrió "los restos de dos carros de cuatro
ruedas, [en el emplazamiento de la antigua ciudad de Ur] los vehículos con
ruedas más antiguos de la historia jamás encontrados, junto con sus neumáticos
de cuero" (Bertman, 35). Otros desarrollos o inventos importantes atribuidos a
los mesopotámicos son, entre otros, la domesticación de animales, la agricultura
y el riego, las herramientas comunes, el armamento sofisticado y la guerra, el
carro, el vino, la cerveza, la demarcación del tiempo en horas, minutos y
segundos, los ritos religiosos, la vela (veleros) y los códigos legales. El
orientalista Samuel Noah Kramer ha enumerado 39 "primicias" de la civilización
humana que se originaron en Sumer. Entre ellos se encuentran:

Aprendizaje y religión

Mesopotamia era conocida en la antigüedad como sede de la enseñanza, y se


cree que Tales de Mileto (c. 585 a. C., conocido como el "primer filósofo")
estudió allí. Como los babilonios creían que el agua era el "primer principio" del
que fluía todo lo demás, y como Tales es famoso por esa misma afirmación,
parece probable que estudiara en la región.

Las actividades intelectuales eran muy valoradas en toda Mesopotamia, y se


dice que las escuelas (dedicadas principalmente a la clase sacerdotal) eran tan
numerosas como los templos y enseñaban lectura, escritura, religión, derecho,
medicina y astrología. Había más de 1000 deidades en el panteón de los dioses
de las culturas mesopotámicas y muchas historias relativas a los dioses (entre
ellas, el mito de la creación, el Enuma Elish). En general, se acepta que los
relatos bíblicos como la Caída del Hombre y el Diluvio Universal (entre muchos
otros) se originaron en la tradición mesopotámica, ya que aparecen por primera
vez en obras mesopotámicas como El Mito de Adapa y la Epopeya
de Gilgamesh, el relato escrito más antiguo del mundo. Los mesopotámicos
creían que eran colaboradores de los dioses y que la tierra estaba impregnada
de espíritus y demonios (aunque los "demonios" no deben entenderse en el
sentido moderno, cristiano).

El comienzo del mundo, creían, fue una victoria de los dioses sobre las fuerzas
del caos pero, aunque los dioses habían ganado, esto no significaba que el caos
no pudiera volver a aparecer. A través de los rituales diarios, la atención a las
deidades, las prácticas funerarias adecuadas y el simple deber cívico, los
habitantes de Mesopotamia consideraban que ayudaban a mantener el equilibrio
en el mundo y mantenían a raya las fuerzas del caos y la destrucción. Junto con
las expectativas de honrar a los ancianos y tratar a la gente con respeto, los
ciudadanos de la tierra también debían honrar a los dioses a través de los
trabajos que realizaban cada día.
Trabajos

Tanto los hombres como las mujeres trabajaban, y "como la antigua


Mesopotamia era fundamentalmente una sociedad agraria, las principales
ocupaciones eran el cultivo y la cría de ganado" (Bertman, 274). Otras
ocupaciones eran las del escriba, el curandero, el artesano, el tejedor, el alfarero,
el zapatero, el pescador, el maestro y el sacerdote o la sacerdotisa. Bertman
escribe

Las mujeres gozaban de casi los mismos derechos y podían poseer tierras,
solicitar el divorcio, tener sus propios negocios y hacer contratos en el comercio.
Los contratos, los acuerdos comerciales y la correspondencia se escribían en
escritura cuneiforme en tablillas de arcilla y se firmaban con la huella del sello
cilíndrico de la persona, que era su forma de identificación. Una vez seca la
tablilla, a veces se colocaba en un sobre de arcilla y se volvía a sellar para que
solo el destinatario pudiera leer la carta o el contrato. La escritura cuneiforme se
utilizaba para escribir lenguas semíticas, como la babilónica, u otras como
la sumeria, y se mantuvo en uso hasta que fue sustituida por la escritura
alfabética. Los recibos de bienes recibidos también se escribían en tablillas
cuneiformes (como todo, incluida la literatura) y todos ellos han perdurado
mucho más tiempo que los documentos escritos en papiro o papel.
El recibo de cerveza más antiguo del mundo procede de Mesopotamia, conocido
como el Recibo de Alulu (c. 2050 a. C.), escrito en la ciudad de Ur. Los primeros
fabricantes de cerveza y vino, así como los curanderos de la comunidad, al
principio eran mujeres. Al parecer, estos oficios fueron asumidos más tarde por
los hombres, cuando se hizo evidente que eran ocupaciones lucrativas. Sin
embargo, el trabajo que se realizaba nunca se consideraba simplemente un
"trabajo", sino una contribución a la comunidad y, por extensión, a los esfuerzos
de los dioses por mantener el mundo en paz y armonía.

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