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MENTALIDAD DE LIBRES

Hasta que Cristo sea formado

El pueblo de Israel, esclavos en Egipto

Éxo 1:8 Pero llegó al poder en Egipto otro rey que no había conocido
a José,
Éxo 1:9 y le dijo a su pueblo: «¡Cuidado con los israelitas, que ya son
más fuertes y numerosos que nosotros!
Éxo 1:10 Vamos a tener que manejarlos con mucha astucia; de lo
contrario, seguirán aumentando y, si estalla una guerra, se unirán a
nuestros enemigos, nos combatirán y se irán del país.»
Éxo 1:11 Fue así como los egipcios pusieron capataces para que
oprimieran a los israelitas. Les impusieron trabajos forzados, tales
como los de edificar para el faraón las ciudades de almacenaje Pitón y
Ramsés.
Éxo 1:12 Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y se
extendían, de modo que los egipcios llegaron a tenerles miedo;
Éxo 1:13 por eso les imponían trabajos pesados y los trataban con
crueldad.
Éxo 1:14 Les amargaban la vida obligándolos a hacer mezcla y
ladrillos, y todas las labores del campo. En todos los trabajos de
esclavos que los israelitas realizaban, los egipcios los trataban con
crueldad.

Éxo 12:7 Tomarán luego un poco de sangre y la untarán en los dos


postes y en el dintel de la puerta de la casa donde coman el cordero.
Éxo 12:8 Deberán comer la carne esa misma noche, asada al fuego y
acompañada de hierbas amargas y pan sin levadura.

Éxo 12:13 La sangre servirá para señalar las casas donde ustedes se
encuentren, pues al verla pasaré de largo. Así, cuando hiera yo de
muerte a los egipcios, no los tocará a ustedes ninguna plaga
destructora.

Toda la comunidad israelita partió de Elim y llegó al desierto de Sin,


que está entre Elim y el Sinaí. Esto ocurrió a los quince días del mes
segundo, contados a partir de su salida de Egipto.
Éxo 16:2 Allí, en el desierto, toda la comunidad murmuró contra
Moisés y Aarón:
Éxo 16:3 —¡Cómo quisiéramos que el SEÑOR nos hubiera quitado la
vida en Egipto! —les decían los israelitas—. Allá nos sentábamos en
torno a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. ¡Ustedes
han traído nuestra comunidad a este desierto para matarnos de
hambre a todos!
Éxo 16:4 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: «Voy a hacer que les
llueva pan del cielo. El pueblo deberá salir todos los días a recoger su
ración diaria. Voy a ponerlos a prueba, para ver si cumplen o no mis
instrucciones.

Comían el pan caído del cielo, tomaban agua de la roca, los cubría la
nube, los iluminaba el fuego en la noche.
Pero ellos siempre renegaban

Núm 11:4 Al populacho que iba con ellos le vino un apetito voraz. Y
también los israelitas volvieron a llorar, y dijeron: «¡Quién nos diera
carne!
Núm 11:5 ¡Cómo echamos de menos el pescado que comíamos gratis
en Egipto! ¡También comíamos pepinos y melones, y puerros, cebollas
y ajos!
Núm 11:6 Pero ahora, tenemos reseca la garganta; ¡y no vemos nada
que no sea este maná!»

Co 3:4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios;


2Co 3:5 no que seamos competentes por nosotros mismos
para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra
competencia proviene de Dios,
2Co 3:6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de
un nuevo pacto,(B) no de la letra, sino del espíritu; porque la
letra mata, mas el espíritu vivifica.
2Co 3:7 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en
piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron
fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su
rostro,(C) la cual había de perecer,
2Co 3:8 ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del
espíritu?
2Co 3:9 Porque si el ministerio de condenación fue con gloria,
mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.
2Co 3:10 Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en
este respecto, en comparación con la gloria más eminente.
2Co 3:11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más
glorioso será lo que permanece.
2Co 3:12 Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha
franqueza;
2Co 3:13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro,
(D) para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de
aquello que había de ser abolido.
2Co 3:14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque
hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el
mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.
2Co 3:15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el
velo está puesto sobre el corazón de ellos.
2Co 3:16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se
quitará.

2Co 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del


Señor, allí hay libertad.
2Co 3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como
en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en
gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

Tenemos libertad, no somos esclavos


Ya no soy esclavo del temor, yo soy hijo de Dios

Jua_8:34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo


aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
Jua_8:35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí
queda para siempre.

Gál_4:1 Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en


nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;
Gál_4:7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también
heredero de Dios por medio de Cristo.

Gál 4:8 Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais


a los que por naturaleza no son dioses;
Gál 4:9 mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo
conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles
y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?
Gál 4:10 Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años.
Gál 4:11 Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con
vosotros.
Gál 4:12 Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo
también me hice como vosotros. Ningún agravio me habéis hecho.
Gál 4:13 Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del
cuerpo os anuncié el evangelio al principio;
Gál 4:14 y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que
tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de
Dios, como a Cristo Jesús.
Gál 4:15 ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que
experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis
podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos.
Gál 4:16 ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la
verdad?
Gál 4:17 Tienen celo por vosotros, pero no para bien, sino que
quieren apartaros de nosotros para que vosotros tengáis celo por
ellos.
Gál 4:18 Bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no
solamente cuando estoy presente con vosotros.

Gál 4:19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de


parto, HASTA QUE CRISTO SEA FORMADO EN VOSOTROS,

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