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por T. M. Moore
¿Cómo pueden los líderes de jóvenes ayudar a
sus hermanos y hermanas a convertirse en
testigos eficaces y consistentes de Cristo, y a
compartir el evangelio rutinariamente con los
perdidos? T.M. Moore comparte su respuesta a
esta pregunta.
A medida que nuestra vida atrae a otros, los alcanzaremos con el mensaje del
amor de Dios en una conversación natural y de una manera agradable. Las
personas de negocios aprenden a usar el tiempo de almuerzo para cultivar
amistades en las cuales compartir el amor de Cristo, lo cual ocurre
naturalmente, los miembros de la iglesia abren sus hogares a los vecinos y
están concientes de sus intereses y necesidades. Los jóvenes permiten que
su preocupación por la pureza moral y por la integridad personal sea la que
abra la puerta para discutir temas sobre la fe en Cristo.
Nuestra esperanza es ver que todos los que creen en Jesús viven dichos
estilos y hablan tales mensajes. Esto es lo que tenemos en mente cuando
hablamos de movilizar a la iglesia hacia un estilo de vida evangelizador.
Ninguna otra institución está mejor capacitada que la iglesia local para
evangelizar y para enseñar a las personas un estilo de vida evangelizador.
Dicho ministerio es la culminación de todas las actividades de capacitación de
la iglesia. Todo lo que hagan los líderes para equipar a los miembros de la
iglesia debe contribuir a que den testimonio del evangelio en su vida diaria.
El patrón de las iglesias del Nuevo Testamento refleja esto. En las iglesias
locales, los creyentes primero empezaron a alcanzar a los perdidos en
Jerusalén, Antioquia, Tesalónica, Corinto y Roma. Las iglesias proveyeron un
gran frente unido en contra de un mundo hostil (1Ts 1.7–8; 1Ts 2.14) y un
ambiente protector donde los nuevos creyentes podían resguardarse y
nutrirse (Hch 2.42). En la actualidad, esto es lo que quisiéramos observar que
ocurra en aumento en nuestras iglesias.
El Señor Jesús indicó que los creyentes deben tener como expectativa
testificar y que hacerlo es un acto normal en sus vidas diarias. Él nos prometió
que su Espíritu, el cual vive en nosotros, vendría y derramaría ríos de agua
viva para los que están a nuestro alrededor (Jn 7.38) —y cuando Jesús
hablaba sobre agua viva, se refería a vida eterna (Jn 4.13–14).
Así como Jesús a menudo dirigía a sus discípulos por medio de una visión de
lo que podían alcanzar si obedecían fielmente, así también nosotros debemos
considerar cuidadosamente cómo podemos inspirar a nuestra iglesia por
medio de una visión que refleje el potencial de ellos en evangelizar como
iglesia. Debemos ayudarlos a entender las necesidades de la gente del
mundo moderno y esto lo logramos cuando les mostramos que nos
preocupamos por los asuntos de nuestra comunidad y de nuestro mundo. De
esta forma, empezarán a desarrollar una carga por los perdidos. El púlpito, las
sesiones de capacitación para el liderazgo, y todos los demás eventos
sociales deberían percibirse como oportunidades para inspirar a otros sobre la
visión de cómo pueden ayudar a satisfacer las necesidades de los demás,
especialmente al compartir las buenas nuevas de Dios.
Jesús indica que hay algo espontáneo sobre testificar. Cuando somos llenos
del Espíritu Santo, Él nos hace rebosar, entonces no necesitamos nada más
para que él trabaje.
Aunque testificar sea algo espontáneo, eso no significa que sea automático.
Debe nutrirse. Este es el propósito de un ministerio de capacitación de
pastores y maestros (Ef 4.11–15). Los pastores deberían percibir su llamado
primario como la capacitación de los santos para que estos desempeñen el
trabajo del ministerio. El punto más alto de su ministerio debe ser hablar la
verdad en amor (Ef 4.15), y la verdad más grande del amor de Cristo
obligarnos a hablar el maravilloso mensaje de la reconciliación con Dios por
medio de Cristo (2 Co 5.14–21).
La meta de los líderes debería ser observar a los miembros viendo a sus
vecinos ya no desde una perspectiva carnal sino como habitantes de la
eternidad en una desesperada necesidad de reconciliarse con Dios. Todos los
cristianos son embajadores de Cristo: ellos viven en este mundo
exclusivamente para representarlo a él, para interesarse siempre por los
demás para que estos sean nuevos en Cristo.
¿Qué pueden hacer los líderes para ayudar a sus miembros a experimentar
un estilo de vida evangelizador?
Los líderes que desean que sus hermanos(as) experimenten un estilo de vida
evangelizador deben ellos mismos ser evangelistas a tiempo completo.
Jesús dijo que ningún discípulo está por encima de su maestro (Mt 10.24). No
podemos esperar que las personas de nuestra iglesia se levanten más allá del
ejemplo de sus líderes. Por esa razón, es fundamental que los líderes cultiven
y demuestren un estilo de vida evangelizador frente a su gente.
Me he dado cuenta de que es muy útil tener contacto con varios tipos de
líderes comunales con el fin de aprender más acerca de nuestra área y para
desarrollar nuevas amistades a las que podríamos evangelizar. Tomar la
iniciativa con los vecinos de uno también puede ser útil.
Generalmente, tan solo estar alerta sobre las personas que están a su
alrededor puede generar oportunidades inesperadas para testificar. Las
personas creyentes pueden compartir a Cristo en restaurantes, en aviones, en
estaciones de trenes, y en las calles de la ciudad tan solo al escuchar el aviso
del Señor en cada circunstancia. Las personas de su iglesia necesitan ver
este tipo de ejemplos en sus líderes.
Los líderes pueden dar estas directrices al enseñar el contenido del evangelio
y al usar las discusiones prácticas, mini dramas, y sesiones de preguntas y
respuestas para personalizar el material. Pueden crear y fomentar los
contextos en los cuales se puede conocer gente y desarrollar amistades.
Estas pueden incluir comunidades de vecinos, clases de escuela dominical, el
recibimiento de las visitas, consejería después de presentar un sermón
evangelizador, incluso ayudar a los miembros a sentirse cómodos al
entrenarlos en sus hogares.
Si conocer los hechos fuera el único requisito para que el pueblo de Dios se
convierta en evangelistas, podríamos darle a cada miembro un libro que
explicara el evangelio y eso sería todo. Pero las personas necesitan más que
eso.
Robert Coleman, D. James Kennedy, y otros han observado varios pasos que
Jesús tomó para ayudar a sus discípulos a traducir lo que él les enseñó para
ponerlo en práctica:
Primero, Jesús pasaba mucho tiempo con ellos, respondía a sus preguntas y
les enseñaba. Esto significa que una capacitación eficaz requiere bastante
tiempo para enseñar e interactuar con los demás.
Cuarto, Jesús fue paciente: Enseñó a los discípulos las mismas lecciones
repetidamente. Fundamentaba una lección en otra. Él los levantaba cuando
caigan. Los ayudaba a aprender de sus errores y los animaba cuando
fracasaban. Los programas de capacitación de evangelización funcionan
mejor cuando ellos siguen Su modelo.
Los líderes deberían orar frecuentemente para encontrar nuevas formas para
que sus iglesias interactúen con la comunidad. Días de campo, películas,
conciertos, campañas para donar sangre, de registro o de limpieza, domingos
de visitas —existen muchas formas para poner a la iglesia local en contacto
con la comunidad.
Nuestra iglesia también ha encontrado una variedad de formas para que los
niños tengan contacto con sus padres. Los almuerzos especiales, desayunos,
y reuniones para personas profesionales y de negocios también han sido una
fuente de nuevos contactos para evangelizar.
¡Persevere!
Copyright 2005 por T.M. Moore. Usado con permiso. Todos los derechos
reservados. Traducido y adaptado por DesarrolloCristiano.com