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Seminario de Tlalnepantla

“Nuestra Señora de los Remedios”

Nombre: Angel Luna Leyva Fecha:03/10/2020


Profesora: Dr. Ma. Teresa Pavía López
Trabajo: Historia del concilio Vaticano II.
Antecedentes
 Los efectos de la segunda Guerra Mundial habían cambiado el mundo. La alianza
de los vencedores del Eje empezaba a descomponerse. Hay una falta de
entendimiento entre los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, que son
democracias, y la Unión Soviética, que es una dictadura comunista. La URRS
tiene su poder en la Europa del Este donde el cristianismo vive en un estado de
opresión. La falta de comunicación con el mundo libre crea entre los dos bloques
(Este y Oeste) el llamado Telón de Acero, así se llamó durante la Guerra Fría a la
línea de separación que dividía a Europa en dos bloques ideológicos y militares: el
bloque occidental y el bloque comunista; y con la tensión y la desconfianza
desembocan en la Guerra Fría.
En occidente, los cristianos pasaban por una nueva ideología surgida de la Guerra
Fría, mostrando un avanzado materialismo y secularismo, que se oponían a la
vida cristiana y tratan de cambiar sus costumbres.
Las mayores alegrías del Papa provenían, sin embargo, del impulso al apostolado
de los laicos representado por nuevas instituciones de la Iglesia, como, por
ejemplo, el Opus Dei y los institutos seculares; y el desarrollo de otras ya
existentes, como la acción católica.
Ante este panorama mundial, el 28 de octubre de 1958 fue elegido Papa el
patriarca de Venecia, Angelo Giuseppe Roncalli, una personalidad muy distinta a
Pio XII. Tenía 77 años de edad, lo cual hico pensar que sería un Papa de
transición. No fue así. El 25 de enero de 1959 sorprendió al mundo entero con una
audaz iniciativa: convocar un concilio ecuménico con el objetivo de renovar la vida
la iglesia y adaptar la disciplina de la eclesiástica a las condiciones de nuestro
tiempo.
El concilio
 El 25 enero 1959 Juan XXIII comunicó su designio de convocar un Concilio
ecuménico. Al mismo tiempo pedía a los cardenales todas las sugerencias que les
pareciesen oportunas para llevar a la práctica ese proyecto.
El 17 mayo 1959 Juan XXIII constituyó la Pontificia Comisión Antepreparatoria del
Concilio, presidida por el cardenal Tardini, para que consultase a todos los obispos
del mundo para conocer con más detalle qué argumentos convendría tratar.
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La misma invitación se extendió más tarde a las Universidades Católicas,
Facultades de Teología y Dicasterios de la Curia romana. El 77% de los
interpelados enviaron respuesta. Este material fue catalogado por la Comisión
Antepreparatoria, que extractó varios millares de proposiciones en las que se
condensaban, en pocas palabras, las propuestas formuladas.
La bula Humanae salutis lleva fecha del 25 diciembre 1961; en ella el Papa traza
un breve cuadro de la situación del mundo, envuelto en guerras y apartado de
Dios, y de la vitalidad perenne de la Iglesia. En esta bula Juan XXIII fijaba tres
objetivos fundamentales: dar una demostración de la vitalidad de la Iglesia en los
tiempos actuales, favorecer la unidad de los cristianos separados de Roma, y
ofrecer al mundo una ocasión de alcanzar la paz.
La gran preocupación de Juan XXIII fue la renovación de la vida de la Iglesia, su
puesta al día. Pero también dio un gran aliento al ecumenismo, crean un
Secretariado para la Unidad de los Cristinos que inició intensos contactos entre la
Iglesia ortodoxa y los líderes protestantes.
Su interés por temas sociales, la paz y la cooperación internacional, le llevó a
escribir diversas encíclicas, entre las que destacan las tituladas “Pacem In Terris y
Mater et Magistra”. En ambos documentos del Santo Padre insiste en los derechos
y los deberes correspondiente y los deberes correspondientes que se derivan de
la dignidad del hombre como criatura de Dios y son muestra de la “catolicidad” de
la Iglesia que busca un sincero acercamiento al espíritu religioso.
Pablo VI, Giovanni Battista Montini, sucedió a Juan XXIII en 1963. Tenía 66 años.
Se hizo cargo del Concilio Vaticano desde su segunda sesión. El concilio trazó
durante esta segunda sesión un importante programa de renovación cristiana que
plasmó en sus documentos especialmente en sus cuatro Constituciones: sobre la
Iglesia (Lumen Gentium), la Sagrada escritura (Dei Verbum), la Liturgia
(Sacrosantum Concilium) y la Iglesia del mundo actual (Gaudium et Spes).
Los demás documentos derivados del concilio son:
Declaraciones: Gravissimum Educationis (Sobre la educación cristiana), Nostra
Aetate (Sobre la relación de la Iglesia con las religiones no cristianas) y Dignitatis
Humanae (Sobre la libertad religiosa).
Decretos: Ad Gentes (Sobre la actividad misionera de la Iglesia), Optatam Totius
(Sobre la formación sacerdotal), Perfectae Caritatis (Sobre la renovación de la vida
religiosa), Christus Dominus (Sobre el ministerio pastoral de los obispos), Unitatis
Redintegratio (Sobre el ecumenismo), Inter Mirifica (Sobre los medios de
comunicación social), Presbyterorum Ordinis (Sobre el ministerio y la vida de los
presbíteros), Apostolicam Actuositatem (Sobre el apostolado de los laicos) y
Orientalium Ecclesiarum (Sobre las Iglesias orientales católicas).
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El concilio Vaticano II celebró su primera reunión, con 2.540 padres conciliares, en
la basílica de San Pedro; el 11 de octubre de 1962, y la última el 8 de diciembre de
1965. En total, duró algo más de tres años.

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