Profesora: Dr. Ma. Teresa Pavía López Trabajo: Historia del concilio Vaticano II. Antecedentes Los efectos de la segunda Guerra Mundial habían cambiado el mundo. La alianza de los vencedores del Eje empezaba a descomponerse. Hay una falta de entendimiento entre los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, que son democracias, y la Unión Soviética, que es una dictadura comunista. La URRS tiene su poder en la Europa del Este donde el cristianismo vive en un estado de opresión. La falta de comunicación con el mundo libre crea entre los dos bloques (Este y Oeste) el llamado Telón de Acero, así se llamó durante la Guerra Fría a la línea de separación que dividía a Europa en dos bloques ideológicos y militares: el bloque occidental y el bloque comunista; y con la tensión y la desconfianza desembocan en la Guerra Fría. En occidente, los cristianos pasaban por una nueva ideología surgida de la Guerra Fría, mostrando un avanzado materialismo y secularismo, que se oponían a la vida cristiana y tratan de cambiar sus costumbres. Las mayores alegrías del Papa provenían, sin embargo, del impulso al apostolado de los laicos representado por nuevas instituciones de la Iglesia, como, por ejemplo, el Opus Dei y los institutos seculares; y el desarrollo de otras ya existentes, como la acción católica. Ante este panorama mundial, el 28 de octubre de 1958 fue elegido Papa el patriarca de Venecia, Angelo Giuseppe Roncalli, una personalidad muy distinta a Pio XII. Tenía 77 años de edad, lo cual hico pensar que sería un Papa de transición. No fue así. El 25 de enero de 1959 sorprendió al mundo entero con una audaz iniciativa: convocar un concilio ecuménico con el objetivo de renovar la vida la iglesia y adaptar la disciplina de la eclesiástica a las condiciones de nuestro tiempo. El concilio El 25 enero 1959 Juan XXIII comunicó su designio de convocar un Concilio ecuménico. Al mismo tiempo pedía a los cardenales todas las sugerencias que les pareciesen oportunas para llevar a la práctica ese proyecto. El 17 mayo 1959 Juan XXIII constituyó la Pontificia Comisión Antepreparatoria del Concilio, presidida por el cardenal Tardini, para que consultase a todos los obispos del mundo para conocer con más detalle qué argumentos convendría tratar. Seminario de Tlalnepantla “Nuestra Señora de los Remedios” La misma invitación se extendió más tarde a las Universidades Católicas, Facultades de Teología y Dicasterios de la Curia romana. El 77% de los interpelados enviaron respuesta. Este material fue catalogado por la Comisión Antepreparatoria, que extractó varios millares de proposiciones en las que se condensaban, en pocas palabras, las propuestas formuladas. La bula Humanae salutis lleva fecha del 25 diciembre 1961; en ella el Papa traza un breve cuadro de la situación del mundo, envuelto en guerras y apartado de Dios, y de la vitalidad perenne de la Iglesia. En esta bula Juan XXIII fijaba tres objetivos fundamentales: dar una demostración de la vitalidad de la Iglesia en los tiempos actuales, favorecer la unidad de los cristianos separados de Roma, y ofrecer al mundo una ocasión de alcanzar la paz. La gran preocupación de Juan XXIII fue la renovación de la vida de la Iglesia, su puesta al día. Pero también dio un gran aliento al ecumenismo, crean un Secretariado para la Unidad de los Cristinos que inició intensos contactos entre la Iglesia ortodoxa y los líderes protestantes. Su interés por temas sociales, la paz y la cooperación internacional, le llevó a escribir diversas encíclicas, entre las que destacan las tituladas “Pacem In Terris y Mater et Magistra”. En ambos documentos del Santo Padre insiste en los derechos y los deberes correspondiente y los deberes correspondientes que se derivan de la dignidad del hombre como criatura de Dios y son muestra de la “catolicidad” de la Iglesia que busca un sincero acercamiento al espíritu religioso. Pablo VI, Giovanni Battista Montini, sucedió a Juan XXIII en 1963. Tenía 66 años. Se hizo cargo del Concilio Vaticano desde su segunda sesión. El concilio trazó durante esta segunda sesión un importante programa de renovación cristiana que plasmó en sus documentos especialmente en sus cuatro Constituciones: sobre la Iglesia (Lumen Gentium), la Sagrada escritura (Dei Verbum), la Liturgia (Sacrosantum Concilium) y la Iglesia del mundo actual (Gaudium et Spes). Los demás documentos derivados del concilio son: Declaraciones: Gravissimum Educationis (Sobre la educación cristiana), Nostra Aetate (Sobre la relación de la Iglesia con las religiones no cristianas) y Dignitatis Humanae (Sobre la libertad religiosa). Decretos: Ad Gentes (Sobre la actividad misionera de la Iglesia), Optatam Totius (Sobre la formación sacerdotal), Perfectae Caritatis (Sobre la renovación de la vida religiosa), Christus Dominus (Sobre el ministerio pastoral de los obispos), Unitatis Redintegratio (Sobre el ecumenismo), Inter Mirifica (Sobre los medios de comunicación social), Presbyterorum Ordinis (Sobre el ministerio y la vida de los presbíteros), Apostolicam Actuositatem (Sobre el apostolado de los laicos) y Orientalium Ecclesiarum (Sobre las Iglesias orientales católicas). Seminario de Tlalnepantla “Nuestra Señora de los Remedios” El concilio Vaticano II celebró su primera reunión, con 2.540 padres conciliares, en la basílica de San Pedro; el 11 de octubre de 1962, y la última el 8 de diciembre de 1965. En total, duró algo más de tres años.