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En el día que temo, yo en ti confío. Salmos 56:3.

Los problemas son inevitables y


llegan sin advertencia. Si no estamos
preparados o creemos que somos
inmunes a ellos, los problemas nos
pueden abrumar. Sin embargo, si
confiamos podemos salir ilesos.

El rey David es un ejemplo


de confianza. Su vida estuvo
llena de dificultades, pero en Él sabe que Dios no es indiferente a su
los días más oscuros de su dolor, pues está al tanto de sus huidas y sus
vida puso su confianza en lágrimas (8-11). Por tanto, decide confiar.
Dios. El salmo 56 es una
plegaria para pedir socorro En estas pide misericordia (1). Y solo este
en uno de los episodios más ruego es suficiente, porque si Dios nos
duros de la vida de David. mira con agrado y nos extiende su
Saúl, quien debía protegerlo, misericordia, estaremos seguros, a pesar
del mal que nos rodee.
lo persigue para quitarle la
vida. En su huida llega a la
tierra de los filisteos. pero ellos La fe del rey está basada en la
lo descubren y le hacen serias palabra de Dios (4, 10), así que tiene
amenazas. La solución que un fundamento firme. Él sabe que
encuentra es hacerse pasar Dios cumplirá lo que le ha dicho.
por loco, para librar su vida
de su enemigo (1 S 21:10-15).
En esta situación angustiosa Ser un adorador cuando todo va bien,
recita la plegaria y decide es fácil. Ser fiel y adorar en tiempos de
confiar en Dios para no tormento, es una verdadera muestra de
sucumbir ante el temor. confianza (12-13).

Jesús, queriendo que los discípulos no encontraran tropiezo, les aclaró bien
el punto: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al
mundo” (Jn 16:33). Así que, la salida es la misma:

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:
…pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Lucas 22:42

Las expectativas tienen que ver con la forma en que


esperamos que sucedan las cosas. Son las aspiraciones
que tenemos para el futuro. Las expectativas no tienen
nada de malo, hasta que ellas se centran en mis propios
intereses y no en los de Dios. O sea, me interesan más mis
propios sueños que lo que Dios está planeando.

Todos, tarde o temprano, tendremos que decidir entre nuestras propias


expectativas o las de Dios. El Getsemaní fue un tiempo
extremadamente doloroso para Jesús
Tanto, que Lucas nos dice que “su sudor era como grades gotas de
sangre” (Lc 22:44). Y allí él expone sus expectativas: “Padre, si quieres
pasa de mi esta copa” (Lc 22: 42). Librarse del dolor de la muerte en la
cruz, fue una expectativa que cruzó por la mente de Jesús. Pero su gran
victoria está cuando decide hacer la voluntad de Dios y no aferrarse a
su propio plan: “…pero no se haga mi
mi voluntad
voluntad,sino
sinolalatuya”.
tuya”.(Lc.22:42).
(Lc 22:42).

Cuando nuestras → La oración constante nos puede librar de la


expectativas se tentación de aferrarnos a nuestras expectativas (Lc
encuentran con 22:40).
las de Dios, es → Si decidimos por el plan de Dios, el cielo se pondrá
mejor confiar en a nuestro favor (Lc 22:43).
Él y su plan, pues → En la agonía y en la tristeza se puede decidir entre
conoce el futuro orar y ser fiel, o dormir y dejarse arrastrar por la
perfectamente. tentación de seguir nuestras propias expectativas
Por tanto, (Lc 22:44-46). Después del arresto de Jesús, él y
debemos los discípulos son un claro ejemplo de este
entender que: principio.
El Dr. Gary Smalley, aclara que “

”.1

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1 Gary Smalley, Su relación con Dios (Colorado Springs: Alive Communications, 2006), 48.
Contáctanos: 0426-5572383 Wilmer Antonio Pérez Lucena Pastor.wilmerperez@Gmail.com
…No temas, cree solamente. Marcos 5:36.

Algunas circunstancias de la vida son tierra fértil para


producir temores y preocupaciones.
Enfermedades repentinas, pérdida
de los ingresos económicos, los hijos
que se van de casa y dejan el nido
vacío, invalidez o enfermedades
prolongadas, relaciones rotas o
alguna catástrofe natural.

Necesitamos recordar que el


temor y la preocupación pueden
enceguecernos, paralizarnos y
llevarnos a tomar decisiones
equivocadas, que pueden traer
consecuencias irreversibles a
nuestra vida.
Jairo, un principal de la sinagoga, estaba experimentando una
de las circunstancias más estresantes que puede atravesar un
padre: la agonía de una hija. Para colmo de males, era su
única hija. Saber que la muerte es inminente, puede causar un
gran temor y despertar las más aterradoras preocupaciones.
Este devoto israelita nos enseña algunos pasos para
dar en tiempos malos:
Postrarse y rogar a Jesús, quien tiene el poder para
acudir en nuestra ayuda (Mr 5:22-23).
Mantener la calma y esperar el tiempo preciso de Dios.
Él nunca llega tarde. La mujer del flujo de sangre no
interrumpe el viaje a la casa de Jairo; Jesús tiene el
control (Mr 5:24-27).
Escuchar y obedecer la voz de Jesús, antes que las
otras voces. (Mr 5:35-36)
No hay un solo camino para llegar a Jesús, pero Jairo usó el camino
de la fe que implora, venció el temor y recibió a su hija sana y salva.
Así también, nosotros estamos siendo invitados a desarrollar esa fe
calmada, pero firme, para derrotar el temor en tiempo difíciles.

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