Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La esposa
La plata
Mala leche
De Coca Duarte
Personajes:
El cadáver
Jade: (A él) Era tu mujer, sospecha que tienes una amante. (Le pega una
piteada intensa al cigarro) Pobrecita, no deberías engañarla. Ni siquiera se
imagina cómo (Ríe. Lo toca de nuevo con el pie). Nada (Lo empieza a
arrastrar con dificultad). Pero que gordo estás... ¡Claro! la vida de casado. Si
algo sabías aprovechar de tus mujeres, eran sus favores culinarios, lo que me
extraña es que no hayas adelgazado con tanto traqueteo (suena el timbre).
¡Mierda!
Angus: (En off) ¡Ya te escuché, pilla! Ábreme, si tienes algo que ocultar
acuérdate que Angus ya lo sabe todo.
Jade: (Pone la cadenilla de la puerta, le abre). No grites... ¿Qué quieres?
Angus: ¿Interrumpo?
Jade: Sí.
Angus: Mejor, me dan asco ustedes dos, pienso en la pobre Leora.
Jade: El chantaje para mañana, ¿Sí?
Angus: (Serio) No, no, no esto es serio, necesito hablar con Marcelo.
Jade: No está.
Angus: Sí, claro, y ¿qué hace su auto estacionado abajo? (Volviendo al tono
moralista). Podrían ser más disimulados, dime por ejemplo, ¿qué pasaría si...
Jade: (Que de las últimas palabras de Angus no ha escuchado nada) ¡Mierda,
mierda, mierda!
Jade: ¿Y ahí?
Angus: ¿Pretendes ponerlo debajo de los cojines? No me parece muy buen
escondite.
Jade: ¿Qué pasa? Angus, no es para tanto, sólo deja que se vaya y asunto
terminado. Por favor, le ruego que no insista, ya lo intentamos y vio que no
dio resultado...
Suena el timbre.
Gran confusión y nerviosismo hasta que, al final, sientan a Beatriz (que sigue
semi- inconsciente), y Angus se sienta a su lado y le pasa el brazo por encima
del hombro. Vuelve a sonar el timbre insistentemente.
Angus: ¿Y si no abrimos?
La esposa
Jade: ¡Hola!
Leora: (Se le tira a los brazos, llorando) ¡Jade! Tú eres mi amiga. Dime, por
favor, lo que tengo que hacer. Hacía meses que lo notaba algo extraño, como
ido, pensé en un principio que había vuelto a tomar pastillas, busqué en todas
sus cosas y nada, me tranquilicé por un tiempo, pero siempre percibía como
que ya no me quería, anoche no llegó por primera vez en toda nuestra vida de
casados y por allí llegué a la horrible y única conclusión posible...
Angus: (Ríe nervioso) ¡Hola! Perdón.
Leora: ¡Angus! (A Jade) ¿Ves lo que te decía?. Si no está con él, ¿dónde está?
(Aparte a Jade) ¿Qué hace éste aquí?... ¿Y con una mujer? Qué raro, Marcelo
jamás se lo habría permitido, antes la habría conquistado él... (Se ríe).
Jade: No es así como lo recuerdo...
Leora: (Repentinamente comienza a reírse a carcajadas). Perdona, es que
siempre que pienso que tú y Marcelo... (Ríe) No me extraña que no se llevaran
bien, si no se parecen en nada, tú eres tan tranquila y él... (ríe) exaspera a
cualquiera, ¡con lo acelerado que es!
Jade: Bueno, supongo que no era de eso de lo que venías a hablar...
Leora: (Tranquilizándose) Perdona, ya se me pasó. ¿Qué era lo que te decía?
Beatriz: ¡Horrible y única conclusión posible!
Leora: (Retoma el relato exactamente en el mismo estado en que lo dejó)
Horrible y única conclusión posible: ¡Tiene una amante!
Beatriz: ¡Vaya novedad!
Angus: (La calla, disimula) Hablamos de otra cosa. (Le murmura cosas a
Beatriz). ¡Cállate! Estás ebria.
Leora: ¡Qué relación más rara! Jade, eres un desastre, te digo que necesito
hablar a solas contigo y ¡zas! dos invitados, no uno sino dos.
Jade: Llegaron de improviso.
Leora: Voy a esperar a Marcelo aquí, si no te importa, le dejé un mensaje en
la casa. ¿Qué toman?. El clima es terrible, el tránsito es terrible, mi vida
personal es terrible, ¿qué voy a hacer?
Jade: ¡Sepárate!
Leora: ¿Estás loca? aunque, ¿Por qué no?
Beatriz: Mátelos a los dos.
Leora: Jamás haría una cosa así, eso es para desesperados.
Jade: A lo mejor el destino te prepara una sorpresa.
Angus: ¿Quién te dice que lo que te imaginas es cierto?
Jade: No te metas, ¿no ves que es privado?
Leora: No te preocupes, mi deshonra ya es pública.
Jade: ¿Qué quieres decir con que es pública?
Leora: Desde que empecé a sospechar, me fijé en todas las miradas de los que
nos conocen y ellos me lo confirmaron esquivando esas miradas. Como en
todas estas situaciones, la última en saber es una.
Angus: Exageras.
Jade: No, es cierto... Es esa sensación de que todos te ocultan algo.
Leora: Es posible que sea alguna de nuestras conocidas, no sé qué me importa
más, que sea cualquiera o una conocida.
Angus: Y, ¿qué te puede importar?
Leora: Bueno, una tiene su orgullo, ¿no?
Jade: Es peor que sea conocida.
Angus: No creo que tuviera una amante, sinceramente, nos habríamos dado
cuenta de todo ese movimiento.
Leora: ¿A qué movimiento te refieres?
Angus: Ir de un lado para otro, tú sabes, correr de tu casa al trabajo, del
trabajo a la casa de su amante... Piénsalo, Leora, ¿imaginas a Marcelo con otra
mujer?
Leora: No me resulta muy difícil.
Angus: Si así fuera, me habría enterado, trabajo con él todo el día y...
(Buscando una excusa) no hace más que hablar de ti.
Beatriz: (Apoyando su cabeza en el sillón) Sí, lo repite tanto, que ahora
mismo es como si lo escuchara.
Leora: ¿Es cierto?... ¡Dios mío!. Y yo pensando todo el tiempo... pobre
Marcelo. (Inquietándose) Pero, ¿cómo se explica que no haya llegado
anoche?. ¡A lo mejor le pasó algo! ¿Y si tuvo un accidente?. Voy a llamar a la
policía...
Jade: (Nerviosa) ¡¿A la policía?! ¡No! (Mira a Angus desesperada).
Angus: ¡Yo lo vi esta mañana!
Leora: ¿Dónde?
Angus: (Tratando de inventar algo) Bueno... yo pasé a tomarme un café y ahí
estaba, sí, en la cafetería.
Leora: ¿Y estaba bien? ¿Qué te dijo?
Angus: Estaba muy...
Beatriz: (Entre risas) Callado...
Angus: ... si eso es, no se veía muy bien, parecía deprimido, eso debe ser,
quería estar solo. A lo mejor le fue mal en un negocio, y...
Jade: Algo así...
Leora: ¿En serio?. Qué pena, pobrecito. A ver si aparece pronto... me tiene
preocupada. ¿Está desocupado el baño? (Jade la hace pasar al baño).
Angus: No debiéramos haberle dado de beber, se le suelta la lengua.
Jade: ¡Hazle un café!
Angus: No puedo, si la suelto se cae.
Leora: No, no, no creo que le haga bien, no es una pastilla corriente. (Le sirve
agua, Beatriz se toma la pastilla).
Beatriz: Vivo por aqui
Leora: Es extraño, su cara me es familiar.
Beatriz: Seguramente me confunde.
Leora: ¿Hace mucho que es amiga de Angus?
Beatriz: Poco.
Leora: Y a Jade, ¿la conoce hace mucho?
Beatriz: Sí.
Leora: Ella los presentó ¿ah?. Quizás conoce a mi marido, Marcelo.
Beatriz: Sí, sí, viene mucho por aquí... como le dije yo soy vecina.
Leora: (Curiosa) ¡Ah, sí! entonces se debe enterar de todas las entradas y
salidas ¿no es así? Y, ¿alguien frecuentaba a Jade?. Siempre rodeó sus
relaciones de tanto misterio, que lo único que hacía era provocarme más
curiosidad. ¿Quiere otra pastilla? (Se la va a dar, retrocede) Aunque no sé si
le hará bien.
Beatriz: En esta casa hay un fluido constante de personas, y en especial, un
hombre.
Leora: (Pasándole la pastilla) ¿Quién?
Jade: ¿Y Angus?
Leora: (Disimulando) Jade querida, ¿cómo va la peluquería?
Jade: Bien. (Va hacia la habitación y saca a Angus de un ala hacia la
cocina).
Leora: Tu amiga está verdaderamente mal, se fue al baño.
Jade: No le hagas caso, siempre es así.
Leora: No. Es que le di una de esas pastillas y parece que le hizo peor... me
decía que parece que te estás viendo con alguien?
Jade: ¿Yo? No... no.
Leora: Vamos, no lo niegues, ya lo sé todo.
Jade: ¿Todo? Por lo menos me podría haber dejado la satisfacción de
decírtelo yo misma... y me lo dices con la sonrisa más estúpida. ¿Cómo te
puede importar tan poco?. Me lo debería haber imaginado.
Leora: No es para tanto, es una lástima que sea casado, pero al fin y al cabo
es un amante, ¿o no?
Jade: (A Angus) ¿Cómo puede ser tan tonta?
Leora: Bueno, perdona. Ya sé que no me debería meter, está bien... (Beatriz
entra después de vomitar). No es tan terrible que uno se preocupe por la casi
única amiga que le va quedando, por que no es simple curiosidad, ¿sabías que
uno de sólo contar sus problemas se siente aliviado?. Haga lo que haga,
siempre quedo como una tonta, ¿no es así?. No es mi culpa, después de todo
¡Ella me lo dijo!
Jade se pone en acción, trae una maleta metálica con maquillajes de todas
índoles.
Beatriz: ¡Ay, qué emoción!. Esto me recuerda cuando traía todas esas actrices
famosas y las dejaba listas para las galas más importantes.
Jade: Sí, pero ahora calladita ¿ya?
Jade: No puedo, no puedo crearte una nueva cara con esa ropa que llevas
puesta, simplemente no te puedo imaginar. Anda a mi closet y ponte un
vestido o algo, pero por favor sácate eso!
(Beatriz sale) ¡ Y lávate la cara!
Leora: Hace tiempo que no te veía tan entusiasmada con un cambio de look,
eran tu especialidad.
Angus: ¡Qué asco! Estás haciendo lo que se llama una "buena acción".
Jade: ¡Cállate! Lo hago por los dos.
Entra Beatriz con un vestido que le queda muy bien, Angus queda anonadado.
Leora: ¿Ves lo que te decía? Jade, hace años que no usabas ese vestido, para
ella que es más juvenil, está perfecto.
Jade: Tú y tus aportadores comentarios. (A Beatriz) Ahora sí.
Beatriz: (Se pasea lánguidamente) ¿Te parece?
Jade: Veamos, "Si quieres romper corazones, más blanca que tus talones".
Leora: ¿Es verdad que "Dimitri" no es crespo natural?
Jade: Shhh...
Leora: Parece pintar un cuadro.
Angus: (Sin prestar atención) Mmmm.
Leora: Porque nunca la vi tan concentrada... Ya se ve distinta ¿o no?
Angus: Es sublime, ¿cuántas veces nos habrán engañado?
Leora: (Inquieta) Dan ganas de ayudar en algo, ¿te puedo ayudar?
Jade: Por el momento, con que te quedes quieta es suficiente.
Leora: Es una lástima estar aquí sin hacer nada.
Jade: (Se queda quieta mirando su obra) Lo que haría falta sería un "Mélange
trois" (busca entre sus cosas).
Leora: ¿No tienes?
Jade: No.
Leora: ¡Yo te lo voy a comprar! ¿Ves que si puedo ayudar? ¿Mélange trois?
¿Necesitas algo más?
Jade: (Estupefacta) No. (Le pasa plata).
Leora: No, quiero colaborar. Y puedo aprovechar de comprar algunas cosas
que necesito para mí. ¡Vuelvo! (Sale).
Escena 6:
Jade: Ustedes la toman.
Beatriz: Podría ponerse un poco más natural.
Jade: ¿A ver? (Va a mirar a través del lente). Se ve tan marchito, ¿qué se
podría hacer? (Busca entre sus maquillajes).
Angus: ¡Ah, no! Me parece demasiado, Jade.
Jade: Puede ser mi obra maestra, imagínate: ¡darle vida a una cara!
Beatriz cierra las cortinas, las de la cocina también se cierran. Sólo podemos
ver un flashazo.
Angus: Jade, no tienes que hacer esto. ¿Para qué te vas a torturar más?
Jade: Más bien va a ser una satisfacción torturarla a ella...
Angus: Déjala que se vaya, dijiste que me ibas a ayudar ¿o no?
Jade: Está aquí en la puerta, ¿qué te puede importar que entre?
Angus: Quiero arreglar algo con Marcelo, y ella no haría más que interferir...
Jade: ¿No será para protegerla de mí? (Ríe). Estaría bueno.
Angus: ¿Son socios o no? Se trata sólo de negocios. Tienes esa facilidad para
armar intrigas donde no las hay.
Jade: Más te vale que no las haya, he descubierto demasiadas traiciones hoy
día.
Angus: No abras.
Jade: Si me lo explicas.
Angus: No puedo.
Jade: Lo siento, es algo que tengo que hacer. (Va a abrir la puerta).
Beatriz: ¡Espera!. Probemos mi nueva personalidad, no le digas nada a tu
hermana, hazme pasar por alguien importante. (Jade asiente agotada y abre la
puerta).
La plata
Jade: ¡Hola! ¿Y esa cara?
Topacio: Hoy no ha sido el día, he buscado a Marcelo por todas partes. (La
sientan). Tienes a toda la alegre familia aquí, o sea que está desaparecido.
Odio cuando hace esto. Porque, no lo han visto ¿verdad?
Angus: No.
Topacio: ¿Y Leora?
Jade: Esa no se entera ni de la vida íntima de Marcelo (Angus está nervioso).
Topacio: He tenido un día de mierda ¿sabes?. Hoy justo le tenía que venir el
ataque, ese, el de la soledad.
Beatriz: ¿Qué soledad?
Jade: Descubrí que hay gente ociosa que le gusta mirar por la ventana.
Topacio: Ah, sí, es mejor tener cuidado.
Jade: Ven... (La lleva a su habitación).
En la cocina
Beatriz: ¿Qué me dieron?
Topacio: No tiene ni idea la pobre idiota. (Se ríe).
Angus: Respecto de la caja fuerte...
Beatriz: Quiero salir de aquí.
Topacio: Angus deberías cuidarla un poco, está pálida.
Beatriz: Angus...
Angus: No te va a pasar nada, relájate.
Topacio: ¡No entiende nada la pobre gringa! (Se ríe). ¿Me vas a decir que en
tu país no lo habías probado nunca?
Angus: ¡Deja a la gringa en paz y hablemos de la caja fuerte!... Está vacía.
Topacio: Lo sé, este estafador, además de engañar a un par de mujeres, se
quería quedar con toda la plata.
Angus: ¿Dónde está la plata?
Topacio: No tengo ni idea.
Angus: Tenemos que encontrarla.
Topacio: No soporto a este tipo...
Angus: Ya no tienes que preocuparte por él... Está muerto.
Topacio: ¡Muerto! Con razón Jade está así. (Muy preocupada). Pobrecita.
Voy a verla...
Angus: Espera, me preocupa Jade, le habla como si aún estuviera vivo, hasta
le sacó una foto y lo maquilló...
Topacio: ¡No! (Mira a Beatriz que se lo confirma con una mirada).
Angus: Me dijo que creía que se iba a ir contigo...
Topacio: ¿De dónde sacó eso? Y tú, ¿qué le dijiste?
Angus: Te defendí, por supuesto, pero no quiere hacerme caso, está
obsesionada con eso.
Topacio: No estarás pensando que ella lo mató. ¿O sí?
Angus: ¿Crees que sería capaz?
Topacio: Si creyó que Marcelo se iba conmigo...
Angus: Quizás Jade sepa dónde está la plata.
Topacio: Jamás lo haría por la plata... Tengo que decirle que Marcelo no se
iba conmigo.
Angus: No creo que sea bueno contradecirla en este momento.
Beatriz: Y, ¿cómo lo hizo? No dejó ni una marca.
Jade: Me quedé toda la noche mirándolo, sin poder hacer nada ni hilar una
sola idea coherente, y lloré, y lloré hasta que no me quedó una sola lágrima y
mis pensamientos se enfriaron y mi corazón se hizo de piedra. Me preguntaba
una y otra vez por qué tuvo que llegar todo tan lejos y la única respuesta que
he encontrado es que yo lo quise así, o que fui demasiado débil para
cambiarlo. El único consuelo que me queda es que, aunque sé que ni muerto
me voy a poder liberar de él, a más de alguien le hice un servicio. Sobre todo a
ti, hermanita...
Topacio: Yo nunca pensé irme con Marcelo.
Jade: Para qué lo niegas, ya te perdoné.
Topacio: Angus, dile...
Jade: No tiene nada que decirme, él mismo me lo confirmó.
Topacio: Pero... está mintiendo, hace un momento...
Angus: Estás loca.
Topacio: ¿A quién le vas a creer, a él o a mí?
Jade: No lo sé.
Topacio: ¿Que te dijeron en esa llamada?
Jade: Llamaban para confirmar el vuelo, entiendes, el de Marcelo y tú...
Topacio: ¿No te das cuenta?. Esa llamada es totalmente ilógica, ¿por qué
habrían de llamar aquí para confirmar un vuelo mío o de Marcelo? Es una
trampa.
Jade: ¿Y de qué podría servir?
Topacio: ¡No lo sé!
Jade: ¿Cómo quieres que te crea?. Después vienes y lo buscas aquí,
desesperada, acaso crees que soy tonta, si no hubieran llamado, me habría
enterado, tarde o temprano...
Topacio: ¡Vine a buscarlo porque la plata de la caja fuerte había
desaparecido!
Jade: ¿En serio? ¿Tú sabías eso, Angus?
Angus: No.
Topacio: ¿Cómo que no? Me acabas de decir...
Angus: Sí, sí, lo sabía.
Jade: Esto se pone muy confuso, la plata, la llamada... ¿Cuando supiste lo de
la plata?
Topacio: Esta mañana encontré la caja fuerte vacía...
Jade: Pensé que habría sacado su parte...
Angus: ¡No! Se lo llevó todo, mi parte, la de Topacio... ¡Nos quería robar a
los dos! El muy desgraciado...
Topacio: ¿Y tú? ¿Cuando lo supiste?
Angus: Yo...
Topacio: Lo sabías antes de llegar aquí, ¿no es cierto? Siempre lo supiste.
Angus: (A Jade) Al fin y al cabo no lo mataste, al menos técnicamente no.
Jade: Lo dejé morir ante mis ojos.
Angus: Pero, fue muerte natural, mis piedritas preciosas, na-tu-ral.
Jade: No nos llames así...
Angus: Ya está hecho, Jade, no es tu culpa, todos te ayudamos a deshacerte
del cadáver y nadie tiene por qué saber nada.
Beatriz: Sí, mejor sacarlo de aquí antes de que llegue Leora.
Jade: ¡No se atrevan a tocarlo!
Angus: Deja ya de preocuparte por él, el maldito nos traicionó a todos.
Jade: (A Angus) Tú hiciste esa llamada, ¿no es cierto?
Beatriz: ¿Para qué haría algo como eso?
Angus: Jade, estás desvariando.
Jade: Te preocupaba tanto que llegara Topacio...
Angus: ¿De qué hablas? Yo no lo maté, ¿te acuerdas?. Tú lo hiciste o más
bien no lo hiciste.
Beatriz: Es tan complicado.
Jade: Tenías negocios que arreglar con Marcelo...
Angus: Ya está todo claro, la plata está aquí, ¿verdad?
Topacio: Y no pensabas compartirla con nadie.
Angus: Lástima, ahora tenemos que repartirla...
Jade: ¿Por qué tendría que estar aquí? ¿No se iba con Topacio?
Angus: Tiene que estar aquí.
Jade: ¿Cómo puedes estar tan seguro?
Angus: ¿Dónde está la plata, Jade?
Jade: ¡Aquí! (Saca el maletín).
Topacio: Lo único que te importa es la plata. Te hizo creer que Marcelo se iba
a ir conmigo para quedarse con ella.
Angus: Yo sólo quería que lo retuvieras un poco.
Beatriz: ¿Ud. llamó?
Jade: Sabías que lo iba a matar... No parecías apenado ni sorprendido.
Angus: ¿Qué quieres? ¿Que llorara por él?. Me chantajeó por años para que
trabajara para él y nunca me dio nada.
Jade: Cuando por fin se iba a ir conmigo... ¿Me vas a decir que todo fue por
la plata? (Silencio) ¡Respóndeme! ¿Eres tan asqueroso de hacer todo esto por
plata?
Angus: No, no fue sólo por la plata, ¿No lo entiendes?. Siempre lo tenía todo,
te tuvo a ti, a Leora, todo le salía bien. ¡Y cuando se había hecho lo suficiente
rico, se iba con lo mejor a otra parte!
Topacio: ¿Todo este tiempo guardaste ese rencor hacia él?
Angus: Mucho más del que te imaginas. Estaba harto de que me catalogaran
por como éramos hace veinte años, hiciera lo que hiciera seguía siendo la
sombra de Marcelo. Hice el mismo papel durante toda mi vida porque ustedes
no eran capaces de abrir los ojos, estaban encandiladas con él.
Beatriz: "Hay cosas que hay que destruir completamente para que cambien"
Jade: ¿Y yo? ¿No pensaste en mí?
Angus: Me deshice de los dos a la vez, siempre fuiste tan apasionada. Si
creías que él te engañaba, eras capaz de hacer cualquier cosa.
Jade: ¿Querías que me fuera a la cárcel?
Angus: Todavía puedo lograrlo... (Corre y agarra la cámara de fotos). Aquí
está la prueba de que murió en tu casa... ¡Dame la plata! (Va hacia ella a
quitarle el maletín).
Jade: ¡Maldito! (Abre el maletín, saca una pistola y apunta a Angus).
Topacio: ¡Jade, no! No vale la pena... Por Marcelo ya estás libre, no te vas a
encarcelar por este desgraciado.
Jade: ¡No me importa!. Todavía no lo entiendo, Angus.
Angus: ¡Mátame! Ni siquiera fuiste capaz de matar a Marcelo como lo había
planeado.
Beatriz: ¡No lo haga!
Las tres forcejean, la pistola se dispara. Beatriz cae. Jade y Topacio están
horrorizadas.
Pasan unos instantes en los que Jade está petrificada con el arma en la mano
y en estado de shock. Topacio se tapa la boca y llora. La luz cambia y un
sonido sordo llena el escenario. A lo lejos se escucha un sonido de golpes en
la puerta que se hace más cercano y real, se nota que están tocando hace
tiempo.
Fin