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La historia de los impuestos inicia en las sociedades humanas más antiguas conocidas,
desde ahí los impuestos fueron la base fundamental de sustentación de antiguos
pueblos, como Babilonia, Antigua Grecia y el Imperio Romano. Continuaron presentes en
la Edad Media, Moderna y Contemporánea, hasta nuestros días. Los registros legales más
antiguos de pago de impuestos o tributos los encontramos en el Código de Hammurabi
en Babilonia. El pago de impuestos en la Antigua Grecia, no era considerado como una
obligación, sino como un auxilio al Estado para el bien público.
En República Dominicana los impuestos han evolucionado desde que éramos colonia de
España hasta nuestros días. En el período colonial se establecieron una serie de tributos
a las actividades económicas que se realizaban en sus colonias del Continente
Americano. Esos impuestos tenían diferentes denominaciones según la actividad
gravada, así existían: la Alcabala que gravaba la compra y venta de cualquier producto, el
Almojarifazgo, arancel aduanero aplicado a las mercancías introducidas y sacadas de los
puertos, el Quinto entrega a la Real Hacienda de la quinta parte del mineral extraído de
los territorios colonizados, la Derrama, una contribución aplicada a los habitantes
comunes como colaboración en los casos de emergencia o calamidad pública. Durante la
ocupación francesa de la parte Este de la isla de Santo Domingo en el año 1802, continuó
la vigencia de los impuestos establecidos por la corona española.
Hasta la primera ocupación militar en los años de 1916 al 1924, nuestro país no contaba
con un eficiente sistema tributario. No había impuestos directos y el más significativo
era el cobrado por las aduanas. Los ayuntamientos tenían una cantidad de cargas
municipales, cobradas muy deficientemente y con altos niveles de corrupción. Desde el
inicio, el Gobernador Knapp quiso modernizar y centralizar los impuestos para lograr con
ello un mayor ingreso fiscal. Se trajeron expertos norteamericanos que con ayuda local
sugirieron al gobierno abolir una serie de impuestos y arbitrios
El 11 de febrero del año 1949, se dictó la Ley No. 1927, de Impuesto sobre la Renta que
derogo la mayoría de las leyes tributaria anteriores, y además se creó la Dirección
General del Impuesto Sobre la Renta, organismo encargado de administrar el Impuesto
Sobre la Renta, el cual se estableció por primera vez en la misma Ley. La DGII surge con la
promulgación de la Ley 166-97, que fusiona las antiguas Direcciones Generales de Rentas
Internas e Impuestos Sobre la Renta. En fecha 19 de julio del año 2006 se promulgó la
Ley No. 227-06 que otorga personalidad jurídica y autonomía funcional, presupuestaria,
administrativa, técnica y patrimonio propio a la Dirección General de Impuestos Internos.
En diciembre del 1950 se sustituye el Impuesto Sobre la Renta por el Impuesto Sobre el
Beneficio, quedando encargada de administrar el impuesto a partir del año 1951.
El 26 de Junio del año 1954 se promulgó la Ley 3861 de Impuestos Sobre los Beneficios,
la cual se puede considerar para ese entonces como una ley de impuesto sobre la renta
real.
A partir de los años 60 la Administración Tributaria amplía su ámbito de actuación con el
establecimiento de la primera Dirección General de Impuestos Internos (DGII), creada en
el 1963, y con la introducción en el 1983 del Impuesto sobre Transferencias de Bienes
Industrializados (ITBI), y luego se gravaron algunos servicios, pasando a ser Impuesto
sobre Transferencias de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) tal como lo conocemos
hoy día.
El 7 de noviembre de 1961 se dictó la Ley no. 5651 por medio de la cual se agregaron al
Impuesto sobre el Beneficio, las rentas provenientes de la explotación agropecuaria y
forestal ejercidas por las personas físicas y las rentas provenientes del trabajo personal y
profesiones liberales y otras actividades lucrativas, cuarta y quinta categoría,
respectivamente.
Las contribuciones que los ciudadanos deben pagar al Estado en dinero, es decir, los
impuestos, representan una de las fuentes más importantes para el presupuesto
nacional dominicano; esto es, los ingresos tributarios, que junto a los ingresos no
tributarios y los extraordinarios, le permitirán al Estado obtener recursos para el
cumplimiento de sus fines administrativos y sociales, para lo que el país debe contar con
ciudadanos responsables, honestos y solidarios.
Ámbito Tributario
Cantidad de dinero o especie que por ley deben pagar los ciudadanos para contribuir con
el Estado en el sostenimiento del gasto público.
Impuestos: son tributos exigidos sin contraprestación, cuyo hecho imponible está
constituido por negocios, actos o hechos de naturaleza jurídica o económica que ponen
de manifiesto la capacidad económica del contribuyente.
De estas tres figuras tributarias, el impuesto es, de lejos, la más importante, ya que es la
que genera una mayor recaudación. Dado que el Estado español tiene una estructura
descentralizada y está organizado en distintos niveles de gobierno, cabe distinguir el
sistema impositivo estatal, el autonómico y el local.
Son gravámenes establecidos con carácter obligatorio por la ley, que afectan a un
determinado y único grupo social y económico, y se utilizan para el beneficio del propio
sector. La realización de una obra o la ejecución de una actividad de interés colectivo.
El pago de los tributos es un hecho que produce una serie de efectos dentro del campo
económico, que en muchos casos no se pueden prever, los principales son los siguientes:
La percusión: Es la caída del impuesto sobre el sujeto pasivo, es decir, sobre la persona
que tiene la obligación legal de pagarlo. La percusión del impuesto se presenta cuando el
causante gravado por el Legislador ocurre a pagarlo.
La traslación: Es el hecho de pasar la carga del impuesto a otra u otras personas. La
incidencia: Es la caída del impuesto sobre la persona que realmente lo paga, es decir, que
ve afectada su economía por el impacto del impuesto. También se dice que es el
fenómeno por medio del cual la carga tributaria recae sobre una persona que
generalmente es el consumidor final.
La evasión: Acción u omisión que produce o podría producir una disminución ilegítima de
los ingresos tributarios, el otorgamiento indebido de exenciones o un perjuicio al sujeto
activo de la obligación tributaria.
Son impuestos los tributos exigidos sin contraprestación, cuyo hecho imponible está
constituido por negocios, actos o hechos de naturaleza jurídica o económica que ponen
de manifiesto la capacidad contributiva del sujeto pasivo, como consecuencia de la
posesión de un patrimonio, la circulación de los bienes o la adquisición o gasto de la
renta.
Impuestos directos: Aquellos que recaen directamente sobre las personas o empresas,
gravando sus ingresos o sus propiedades.
Impuestos indirectos: Aquellos que recaen sobre los bienes y servicios, y por ende
afectan indirectamente el ingreso del consumidor o del productor.
Impuestos reales: Aquellos en los cuales no se consideran las condiciones personales del
contribuyente. Impuestos personales: Aquellos impuestos que tienen en cuenta las
condiciones personales del contribuyente que afectan su capacidad contributiva.
9) Concepto de tasa.