Está en la página 1de 11

DEVOCIONAL A SAN JOSÉ

1
PRIVILEGIOS DE LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ
Ama mucho a San José. Ámalo con toda tu alma porque él, junto con Jesús, es la
persona que más ha amado a Nuestra Bendita Señora y ha estado más cerca de Dios.
Él es la persona que más ha amado a Dios, después de Nuestra Madre. Él merece tu
afecto y te hará bien conocerlo porque él es el Maestro de la vida interior y tiene un
gran poder ante el Señor y ante la Madre de Dios. (San Josemaría Escrivá).
Jesús quiere que ames a San José. Nuestra Señora quiere que ames a San José;
ambos lo quieren para que aumenten tus virtudes y tu santidad. Sin importar cuál sea
tu vocación o tu estado de vida, serás bendecido si mantienes una devoción ferviente a
San José.
Los privilegios de la devoción a San José son tremendos y ¡están a tu disposición!
La devoción a San José es poderosa porque él da su protección, su ejemplo y su
bendición. (San Jorge Preca).
La Venerable María de Ágreda escuchó a Nuestra Señora misma referirse a ellos,
diciendo:
«…todos los del mundo han ignorado mucho los privilegios y prerrogativas que el
Altísimo Señor concedió a mi Santo Esposo y cuánto puede su intercesión con Su
Majestad. … lo que pide mi Esposo en el cielo concede el Altísimo en la tierra y a sus
peticiones y palabras tiene vinculados grandes y extraordinarios favores para los
hombres.»

¡Los siete privilegios de devoción a San José son estupendos!


1. Alcanzar la virtud de la castidad y vencer los peligros de la sensualidad carnal.
2. Alcanzar auxilios poderosos para salir del pecado y volver a la amistad de Dios.
3. Alcanzar por su medio el amor y la devoción a María santísima.
4. Conseguir una buena muerte y la defensa contra el demonio en aquella hora.
5. Que temiesen los mismos demonios al oír el nombre de San José.
6. Alcanzar salud corporal y remedio en otros trabajos.
7. Alcanzar sucesión de hijos en las familias.

La Beata Concepción Cabrera de Armida, en una meditación, ofreció una perspectiva


de la importancia de la devoción a San José, poniendo las siguientes palabras en los
labios de Nuestra Señora:
«Ámalo [a San José], hija mía, y haz que lo amen mucho. Si quieres complacerme, no
puedes hacer nada que me haga más feliz que tenerle una devoción filial, que lo
honres en tu hogar y que imites sus virtudes. Tómalo como patrono de tu vida interior y
espiritual, y avanzarás mucho en la perfección.»

2
ROSARIO A SAN JOSE

j En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


ACTO DE CONTRICIÓN
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido
hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has
de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén

CREDO
Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día
resucitó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios
Padre, Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el
perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Primer misterio
EL ÁNGEL ANUNCIA A JOSÉ QUE EL HIJO CONCEBIDO EN MARÍA ES OBRA DEL
ESPÍRITU SANTO.

Segundo misterio
LA BÚSQUEDA DE POSADA EN BELÉN.

Tercer misterio
EL NACIMIENTO DEL NIÑO JESÚS EN EL PORTAL DE BELÉN.

Cuarto misterio
LA PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO, OFRECIENDO UN PAR DE
TÓRTOLAS.

Quinto misterio
LA HUIDA A EGIPTO CON JESÚS Y CON MARÍA.

Sexto misterio
EL REGRESO DE LA SAGRADA FAMILIA A NAZARET.

Séptimo misterio
LA PÉRDIDA Y EL HALLAZGO DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO.

Octavo misterio
LA GLORIOSA MUERTE DE SAN JOSÉ EN BRAZOS DE JESÚS Y DE MARÍA.

3
(Recitar 7 veces en cada misterio)
R/. San José, custodio de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
V/. Inflama mi corazón para que en Él sólo reine, Jesús, como reinó en tu Santo
corazón.

En lugar del Gloria:


R/. Jesús, José y María
R/. Les doy el corazón y el alma mía.

(Al final del rosario recitar 3 veces)


R/. San José, patrono de los devotos de los Sagrados Corazones de Jesús y de
María.
V/. Ruega por nosotros

LETANÍAS A SAN JOSÉ

Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.


Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo óyenos. Cristo óyenos.
Cristo escúchanos. Cristo escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Santa María, ruega por nosotros.


San José, ruega por nosotros.
Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros.
Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.
Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.
Custodio del Redentor, ruega por nosotros.
Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.
Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros.
Ferviente defensor de Cristo, ruega por nosotros.
Servidor de Cristo, ruega por nosotros.
Ministro de salud, ruega por nosotros.
Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.
José, justísimo, ruega por nosotros.

4
José, castísimo, ruega por nosotros.
José, prudentísimo, ruega por nosotros.
José, valientísimo, ruega por nosotros.
José, fidelísimo, ruega por nosotros.
Espejo de paciencia, ruega por nosotros.
Amante de la pobreza, ruega por nosotros.
Modelo de obreros, ruega por nosotros.
Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.
Custodio de las Vírgenes, ruega por nosotros.
Sostén de las familias, ruega por nosotros.
Apoyo en las dificultades, ruega por nosotros.
Consuelo de los afligidos, ruega por nosotros.
Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.
Patrono de los exiliados, ruega por nosotros.
Patrón de los afligidos, ruega por nosotros.
Patrón de los pobres, ruega por nosotros.
Patrono de los moribundos, ruega por nosotros.
Terror de los demonios, ruega por nosotros.
Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.
Padre de nuestra familia, ruega por nosotros.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo:


Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo:
Escúchanos, Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo:
Ten misericordia de nosotros.

V.- Lo nombró administrador de su casa.


R.- Y señor de todas sus posesiones.

Oremos: Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por
Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por
intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

CÍNGULO DE SAN JOSÉ


La bendición litúrgica fue aprobada por el Beato Pío IX el 19 de septiembre de 1859.
Se compone de cinco plegarias que se encuentran en el misal romano.

Gracias que se obtienen al usar el cíngulo:

5
 La protección especial del Santo Patriarca.
 Un auxilio especial en la enfermedad.
 La pureza del alma.
 La gracia de la castidad.
 La perseverancia final.
 Su particular asistencia a la hora de la muerte.

Quien viste este cíngulo debe recitar el Gloria al Padre siete veces todos los días,
en honor de los siete gozos y dolores de San José, y la oración por la pureza.
ORACIÓN POR LA PUREZA
¡Oh, Custodio y Padre de Vírgenes, San José! A cuya fiel custodia fueron
encomendadas la misma Inocencia, Cristo Jesús, y la Virgen de las Vírgenes, María.
Por estas dos preciadas prendas, Jesús y María, te ruego y suplico me alcances la
gracia de que, manteniéndome puro en la mente, limpio en el corazón y casto en el
cuerpo, sea siempre siervo fiel de Jesús y María. Amén.
DEVOCION DE LOS 7 DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ
ORACION INICIAL

¡Oh feliz Varón, bienaventurado José! A quién le fue concedido no sólo ver y oír al Hijo
de Dios, a quién muchos quisieron ver y no vieron, oír y no oyeron, sino también
abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo.

V: Ruega por nosotros bienaventurado San José.


R: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amen.

Primer dolor y gozo

Castísimo Esposo de María, glorioso san José. Así como fue terrible el dolor y la
angustia de tu corazón cuando creíste que debías separarte de tu Inmaculada Esposa,
experimentaste después un vivo gozo cuando el Ángel te reveló el misterio de la
Encarnación.

Por este dolor y gozo, te suplicamos te dignes consolar nuestras almas ahora y en
nuestros últimos momentos; alcánzanos la gracia de llevar una vida santa y tener una
muerte semejante a la tuya, en compañía de Jesús y de María.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

Segundo dolor y gozo

6
Bienaventurado Patriarca san José, que fuiste elegido para hacer las veces de padre
del Hijo de Dios hecho hombre. El dolor que sentiste al ver nacer al Niño en tanta
pobreza, se transformó pronto en un gozo celestial cuando oíste los armoniosos cantos
de los Ángeles, y fuiste testigo de los acontecimientos de aquella luminosa noche.

Por este dolor y gozo te suplicamos nos alcances que, al término de nuestra vida,
oigamos las alabanzas de los Ángeles y gocemos del resplandor de la gloria celestial.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

Tercer dolor y gozo

Bienaventurado Patriarca san José, cumplidor obediente de la Ley de Dios. La vista de


la sangre preciosa que el Niño Redentor derramó en la circuncisión traspasó tu corazón
de dolor; pero el nombre de Jesús que se le impuso te llenó de consuelo.

Por este dolor y gozo alcánzanos que, después de luchar en nuestra vida contra la
esclavitud de los vicios, tengamos la dicha de morir con el santo nombre de Jesús en
nuestros labios y en el corazón.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

Cuarto dolor y gozo

Bienaventurado Patriarca san José, fidelísimo a quien le fueron comunicados los


misterios de nuestra redención. Grande fue tu dolor al conocer por la profecía de
Simeón que Jesús y María iban a sufrir; más este dolor se convirtió en gozo al saber
que sus padecimientos servirían para la salvación de muchas almas.

Por este dolor y gozo te pedimos la gracia de trabajar sin cansancio por la salvación de
las almas y ser contados en el número de los que resucitarán para la gloria, por los
méritos de Jesús y la intercesión de María.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

Quinto dolor y gozo

Bienaventurado Patriarca san José, Custodio del Hijo de Dios hecho hombre. Cuánto
tuviste que sufrir por defender y alimentar al Hijo del Altísimo, particularmente en la
huida a Egipto, y viendo los ídolos de los egipcios; pero también fue grande tu alegría
al tener a tu lado al Hijo de Dios y a su Santísima Madre.

7
Por este dolor y gozo alcánzanos la gracia de que, huyendo de las ocasiones de
pecado, venzamos al enemigo infernal, y no vivamos ya más que para servir a Jesús y
a María.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

Sexto dolor y gozo

Bienaventurado Patriarca san José, que viste sujeto a tus órdenes al Rey de los Cielos.
El consuelo que experimentaste al conducir de Egipto a tu querido Jesús fue turbado
por el temor a Arquelao, fuiste, sin embargo, tranquilizado por el Ángel y permaneciste
gozoso en Nazaret con Jesús y María.

Por este dolor y gozo te pedimos nos obtengas que, libres de todo temor nocivo,
gocemos de la paz de conciencia y, viviendo tranquilos en unión de Jesús y de María,
muramos en su compañía.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

Séptimo dolor y gozo

Bienaventurado Patriarca san José, modelo de santidad, que habiendo perdido al Niño
Jesús sin tu culpa, le buscaste durante tres días con inmenso dolor hasta que, con
gozo indecible, le encontraste en el templo en medio de los doctores.

Por este dolor y gozo, y ya que estás tan cerca de Dios, te pedimos nos ayudes a no
perder nunca a Jesús por el pecado mortal, y si por desgracia lo perdiéramos, haz que
lo busquemos con profundo dolor hasta que lo encontremos y podamos vivir en su
amistad para gozar de Él contigo eternamente en el Cielo.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

ORACIÓN FINAL PARA LOS DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ – (MEMORARE)

Acuérdate, oh castísimo esposo de la Virgen María y amable protector mío San José,
que jamás se ha oído decir que ninguno que haya invocado tu protección e implorado
tu auxilio, no haya sido consolado. Confiando plenamente en tu poder, ya que ejerciste
con Jesús el cargo de Padre, vengo a tu presencia y me encomiendo a Ti con todo
fervor.
No deseches mis súplicas, antes bien acógelas propicio y dígnate acceder a ellas
piadosamente. Amén.

A LA VIRGEN MARÍA

8
Saludemos a la Virgen María, pidiéndole que nos acompañe, nos proteja y nos enseñe
a amar a su casto y fiel Esposo, y a su Hijo amado con el mismo amor que Ella los amó
y los sigue amando en el Cielo.
Recitar 3 Ave Marías.

ACTO DIARIO DE CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ

Padre y guardián mío, me entrego enteramente a ti, y en prueba de la gran devoción


que te tengo, te consagro en este día: mis ojos, mis oídos, mi boca, mi corazón, todo mi
ser sin reservas, y ya que soy todo tuyo, oh buen padre, guárdame y protégeme como
propiedad y posesión tuya. Amén.

ORACION PARA CADA MIERCOLES A SAN JOSÉ

A ti, bienaventurado san José, acudimos en nuestra tribulación, y después de implorar


el auxilio de tu santísima esposa, solicitamos también confiadamente tu patrocinio.
Con aquella caridad que te tuvo unido con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios,
y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos
que vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y
con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades. Protege, oh providentísimo
Custodio de la divina Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; aleja de
nosotros, oh padre amantísimo, este flagelo de errores y vicios.
Asístenos propicio desde el cielo, en esta lucha contra el poder de las tinieblas; y como
en otro tiempo libraste de la muerte la vida amenazada del Niño Jesús, así ahora
defiende a la santa Iglesia de Dios de las hostiles insidias y de toda adversidad.
Y a cada uno de nosotros protégenos con tu constante patrocinio, para que, a ejemplo
tuyo, y sostenidos por tu auxilio, podamos vivir y morir santamente y alcanzar en los
cielos la eterna bienaventuranza. Amén (Papa León XIII)

ORACIÓN A SAN JOSÉ OBRERO

Glorioso San José, modelo de todos los trabajadores, obtenme la gracia de trabajar con
espíritu de penitencia por la expiación de mis innumerables pecados; de trabajar a
conciencia, poniendo el culto al deber por encima de mis inclinaciones; de trabajar con
alegría y gratitud, considerando un honor el emplear y desarrollar por el trabajo los
dones que he recibido de Dios; de trabajar con orden, paz, moderación y paciencia, sin
retroceder jamás ante el cansancio y las dificultades; de trabajar sobre todo con pureza
de intención y desprendimiento de mí mismo, teniendo siempre ante mis ojos la muerte
y la cuenta que deberé rendir del tiempo perdido, de los talentos inutilizados, del bien
omitido y de las vanas complacencias en el éxito, tan funestas para la obra de Dios.
Amén. (Papa San Pío X)

9
JACULATORIAS
Bendito, Alabado y Adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar,
Sea para siempre Bendito, Alabado y Adorado.

Amado San José haz crecer en mi la fe,


que ella buscare la esperanza y la caridad.

Mi Jesús sacramentado, mi dulce amor y consuelo,


Quien te amara tanto que de amor por ti muriera.

Oh San José, padre Nutricio de Jesucristo y verdadero esposo de María Virgen,


Ruega por nosotros, por los enfermos, por los desempleados y por los agonizantes de
esta noche.
En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado.
El corazón amoroso de Jesús sacramentado.

Por tu grandiosa humildad Amado San José


Derrama sobre nosotros tus santas Virtudes.

San José bendito,


Preséntame a las personas que necesito.

ORACIONES FINALES

Todo por Jesús,


Todo a través de Maria,
Todo según tu ejemplo.
Oh Patriarca San José,
Este será mi propósito
En la vida y en la muerte.

Nos despedimos de San José, diciendo:


Avivad José amado
Tu amor en mi alma
Y hallará tu Hijo en mí
Digna morada,

10
Adiós José Santísimo
Mi amable protector
Y líbrame del pecado
Con tu santa bendición.
j En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

11

También podría gustarte